Ir lejos de casa


Nico no era exactamente una persona de viaje, es decir, él ama su hogar totalmente. Lleno de agua. Totalmente rodeado de agua. Venecia siempre sería su lugar favorito para vivir, sin embargo cuando él tenía diez años su padre se lo llevo a él, a su hermana y madre a vivir en los E.E.U.U

No se parecía en ningún aspecto a su antiguo hogar, tenía grandes calles y coches por todos lados, no había mucha agua para disfrutar tampoco. Nico no estaba feliz con esto, pero su hermana parecía emocionada por el nuevo continente. Ella siempre era feliz de conocer nuevas cosas, en cambio Nico prefirió quedarse con las cosas viejas, no era un fan de las nuevas cosas así como con las nuevas personas.

Después de un tiempo su madre murió y su padre parecía estar en crisis y bueno... ¿quién no lo estaría al perder a la persona que ama?

Nico estaba desbastado por decirlo poco, mientras Bianca fingía ser fuerte por su hermano. Bianca siendo la mayor de los hermanos, tiene ciertas responsabilidades y entre ellas se encuentra cuidar y proteger a su hermano, y sí bien ese no fue el caso, ella aún así lo consolaba diciéndole que todo estaría bien y que ella estaba en un lugar mejor.

Cuando Nico creció parecía ser la sombra de lo que fue en su niñez. Su ropa comenzó a ser negra, a veces sus camisas serían acompañadas por la caratula de una calavera o algún tipo de cruz hirviendo en sangre. Su cabello era desordenado y llegaba casi al cuello y al final del lóbulo de la oreja, no era tan largo, sin embargo. Había ojeras que se extendían oscuramente debajo de sus ojos. Un diminuto piercing en forma de aro vacilaba en la esquina derecha de su labio inferior, era pequeño porque a Nico no le gustan las cosas sobre exageradas.

Lo único que no había cambiado en Nico di Angelo era el uso de su chaqueta de aviador, su favorita de todos los tiempos.

Era una persona solitaria, con sólo dos amigos en toda la escuela secundaría, y aunque ya iba en su último año no tenía más que sólo a Hazel y Jason. Las dos únicas personas que no tenían problemas con que fuera gay, oh, sí, él es gay... gran cosa.

Nico nunca había tenido un enamoramiento, ni siquiera por una humilde cantidad de tiempo. A veces se encontraría errando con la idea de cómo se sentiría que alguien lo abrace por detrás o que alguien lo bese, pero no duraría mucho porque casi de inmediato empujaba esos pensamientos, la sola idea lo avergonzaba de sí mismo y le aterraba ilusionarse con algo que no pasaría nunca.

Bianca era una gran estudiante, al igual que Nico, pero ella ya se había conseguido un novio, le platicaba a Nico lo maravilloso que era. En ocasiones hacía menciones de que Nico debería considerar tener uno también, en ese momento no pudo creer que en verdad estaba comenzando a pensar que tal vez sería una buena idea, pero cuando vio el sufrimiento de Bianca cuando su relación terminó, él desistió de la idea casi tan rápido como la consideró.

Tenía miedo de sufrir tan desgarradoramente como le pasó a Bianca, eso definitivamente no le iba a pasar, él definitivamente nunca iba a enamorarse de nadie.

Un día después de la escuela su padre no fue a recogerlo como de costumbre, por lo que no tuvo otro remedio que tomar un autobús que lo dejaba a unas cuantas cuadras de su casa. Se puso los auriculares y subió su música a todo volumen, él ocupó un lugar junto a la ventana de atrás, era el mejor lugar para distraerse después de un día arduo en la escuela.

Cuando el autobús se detuvo en espera de que el semáforo le indique que avance, Nico miró despreocupadamente hacía afuera. Su atención se centró en una casa de color blanco con el tejado totalmente azul, un patio mediano donde se encontraba un muchacho tendiendo la ropa, su cara no se apreciaba debido a que la ropa que colgaba en los tendederos cubría dos cuartos de su cuerpo, pero cuando el autobús avanzó Nico abrió los ojos como platos al mirar lo guapo que era el muchacho. Sus ojos marrones se cruzaron sólo unos segundos con los verdes del otro chico y eso bastó para hacerle saber que probablemente estaba jodido.

Después de ese día las cosas siguieron con normalidad, no había vuelto a ver a aquel hombre y sinceramente no esperaba hacerlo. Nico gracias a esto estaba a salvo de muchas cosas según él, y sí, se puso a enumerar los pros y los contras de conocerlo. Por supuesto había más contras que nada, porque una vez más: se trata de Nico di Angelo.

Él no hablo de eso a nadie, ni siquiera a Hazel o Jason, no valía la pena. Ese muchacho era como cualquier otro, y además una persona a la que jamás volverá a ver en la vida, al igual que otro peatón en la calle.

Sin embargo él sabía que en el fondo que no era "otro peatón", si lo fuera dejaría de pasarse tardes enteras pensando en su rostro o desordenándose el cabello en señal de frustración. No iba admitir nada.


Su padre faltaría a recogerlo el jueves y se vería obligado a tomar de nuevo al autobús. Nico fingió que no estaba emocionado.

Cuando el autobús se detuvo en la misma calle no había nadie, el pecho involuntariamente se le encogió y la decepción se aflora en él como veneno. No se supone que pase así, no se supone que debe sentirse así; pero lo hace.

Ese mismo día sus ánimos se fueron hasta el suelo, no podía creer el estado tan deplorable en el que estaba metido. Ese día no tenía ganas de ir a su casa por lo que bajó del autobús y se dedico a vagar por ahí hasta que encontró un buen parque donde quedarse a mirar el movimiento dramático de las nubes.

Pensó que o su vida era un chiste o era demasiado irónica, pero luego estuvo de acuerdo en que tal vez eran las dos cosas.

Nico ni se dio cuenta cuando oscureció y tampoco se dio cuenta cuando alguien se sentó a su lado en la banca, por supuesto hasta que escuchó un ligero tarareo de una canción que desconocía. Nico movió al lado su cabeza lentamente para ver de quién se trataba. En ese momento las piernas flaquearon y sus ojos se agrandaron.

"Hola" Dijo el muchacho vestido exageradamente de azul.

'Mierda' se repitió Nico una y otra vez mentalmente.


Dios, me divertí escribiendo esto como no tienes idea. Yo personalmente soy amante de los textos pequeños pero con mucho significado, aunque por lo general me gustan las historias extensas.

Esto es más bien lo irónica que puede llegar a ser la vida de Nico, pero de un modo bueno, ya que aquí en su mayoría Percy es el que pone la vida de Nico al revés.

Gracias por leer (:

Oh, sí, sus comentarios ayudan a la hora de escribir.