Bueno, esto no tiene explicación. Me propuse hacerle... honor a la OTP y, ahora que se me apareció la RinHaru Week ¿cómo desperdiciarla?.
Esto planeaba ser un fanfic de 100 palabras pero... cuando uno se acostumbra a escribir más es imposible. En fin, van a ser siete días seguidos de fanfics con unas tramas variadas, pero cortitos como éste. No sé en que vaya a terminar ésto, porque soy muy inconstante pero... por la OTP. Whatever, gracias por leer.
Day 1: FUTURE FISH AU
Los peces siquiera aprenden trucos.
Cuando Haruka le llamó cerca de las 3am, diciéndole que era una emergencia, Rin no supo que pensar. Inmediatamente se vistió, avisándole a Sousuke –con el que compartía piso- que se iría. Éste no se sorprendió, a menudo el pelirrojo tenía esas reacciones. Sobre todo cuando se trataba de Nanase. Rin tomó el coche y utilizó el camino más corto para llegar al hogar del otro, conduciendo a una velocidad que no debería ser del todo legal. Cuando llegó, solo tuvo que llamar un par de veces al timbre para que el azabache abriera la puerta con una expresión cansada, pero un brillo en los ojos que era, sin dudas, un "me alegro de verte". Rin lo conocía bastante como para saber que se trataba de eso. En fin, tan pronto como él pasó hasta su apartamento, notó el porqué Nanase lo había llamado. No era difícil de averiguar viendo el desastre en la cocina.
Toda la caballa estaba desperdigada por el suelo, ¡absolutamente toda! El rostro de Matsuoka se contrajo en una mueca de fastidio. ¿¡Había roto Dios-sabe-cuántas reglas de tránsito para eso!? Desde el principio supo que no debía hacer caso a esas estúpidas llamadas del cocinero.
—No sé que paso. —Haruka murmuró, observando con ojos tristes el pescado. Rin había aprendido a leer los ojos de su compañero, no por nada comprendía lo que ése estaba sintiendo. Aunque era raro verlo triste por unos pescados muertos.
—Da igual. Lávalos y los puedes guardar de nuevo. —aunque sus palabras parecieron molestar al azabache, porque enseguida volteó el rostro hacía otro lado, con un puchero tan típico que Rin tuvo que preguntarse porque demonios nunca había prestado atención a esos gestos. —¿Vamos a hacer esto de nuevo? —preguntó el pelirrojo, cruzándose de brazos. Haruka no contestó, solo mantuvo su vista en los pescados. Matsuoka suspiró y se agachó para levantar los animalejos esos del suelo… aunque…
¿Papel transparente? Oh, ¡por supuesto!
Rin alzó la mirada con fastidio hacía el azabache, y si no lo conociera, probablemente no habría notado el brillo de diversión que sus ojos tenían. Sin dudas era una bendición a veces saber diferenciarlos, pero en otros casos –como ese- era tan molesto. —¿Por qué me hiciste venir? —aunque no quería hacerlo, volvió a preguntarle. A ser el primero en hablar, porque sabía que Haru no tenía consideración cuando se trataba de mantenerse en silencio.
—Quería verte. —y si, Haruka sabía exactamente como descolocarlo. ¿¡Aquello era…!? Ugh. UGH.
[…]
Pero sin dudas, al día siguiente en la estación de policías, Sousuke no se atrevió a preguntar la razón de que Rin no se hubiera aparecido en lo que restaba de la madrugada. Ni tampoco el porque demonios aún seguía oliendo como a pescado muerto. Era desagradable, y no paró de repetírselo entre risas durante toda la guardia. Bueno, Rin no porque tenía que explicarle que se había pasado la noche recogiendo caballas del suelo y que, al final, Haru siquiera se había dejado besar más de dos minutos porque al terminar eran las 3:30am y tenía que darse un maldito baño para después ir a trabajar. Rin pensó que nadie podía pasar tanto tiempo dentro del agua, pero… era Haru.
