Hola a todos!

Os traigo mi nueva historia larga. Lo que acontece en ella ocurre, como dice la primera línea, cinco meses después de donde se acaba mi anterior fanfic "Cómo seducir a un dios" ( s/10565564/1/Como-seducir-a-un-dios).

No es obligatorio leerlo para entender esta historia pero sí es recomendable ya que explica como Freed y Laxus empezaron a estar juntos como pareja y habrá varias referencias a hechos que allí ocurrieron aunque, de todas formas, explicaré lo que se necesite para seguir el hilo.

Por último deciros que intentaré seguir actualizando todos los días como hasta ahora, aunque a partir del Domingo me voy de vacaciones una semana y no sé si podré ponerme a escribir como un loco igual que en casa (si no quiero quedarme sin novio me tocará dejar un poco apartado el portátil), ¡pero prometo que lo intentaré!.

¡Espero que os guste!


Cinco meses pasaron desde que Laxus fue nombrado séptimo maestro de Fairy Tail, el gremio iba muy bien desde que las amenazas y problemas económicos habían cesado al fin y numerosos magos se habían apuntado a sus filas. El viejo Makarov disfrutaba de su vida de jubilado, feliz de la prosperidad de su gremio, aunque aún seguía ayudando a su nieto con el papeleo y algunos problemas que iban surgiendo.

"¡No, viejo! ¡Esto no puede seguir así!"

"¡Pero Laxus! Junto con Natsu y Gray has sido uno de los que más dinero me ha hecho gastar por tú afán de destrucción, ¿cómo puedes hablar así ahora?"

"E-eeh, pe-pero eso fue hace mucho, esos dos deberían madurar un poco… " les observó desde la barra y le dijo: "Mírales"

"¡EH, pervertido! ¡Ponte algo de ropa!"

"¿NANIIIII? ¿Dónde la he dejado?"

"JAJAJAJAJAJA ¡Que idiota eres cabeza de hielo!"

"¿¡A quién llamas idiota cerebro chamuscado!?"

"Y ahí van otra vez…" Laxus suspiró al ver que una vez más el salón principal del gremio corría peligro. Observó cómo se iban sumando magos a la reyerta, al ser alcanzados involuntariamente por alguno de los hechizos de los dos molestos amigos, hasta que divisó una solitaria bola de fuego que se desvió de su trayectoria y cuyo objetivo era un mago de pelo verde que se encontraba en el piso de arriba leyendo lo más tranquilamente que la caótica situación le permitía.

"¡Freed cuidado!" Laxus avisó a su novio del ataque de la bola, pero este ya se había percatado de la situación y se había rodeado de sus runas. Sin dejar de leer recibió el impacto que fue absorbido por la barrera.

"Maldita sea…" El nuevo maestro salió casi corriendo hacia la reyerta y con una erupción de rayo dejó chamuscados al instante a todos los molestos magos que participaban en la pelea.

"ESTAROS QUIETOS DE UNA JODIDA VEZ… y tú…" se dirigió a Natsu dando zancadas y le agarró por el pescuezo "como vuelvas a tocarle… te mataré…" le soltó y dejó a un confundido Natsu tirado en el suelo.

"¡¿A quién he tocado?!" El despistado dragonslayer buscaba una respuesta inútilmente.

Nadie en el gremio sabía con certeza si la relación de ambos era cómo se estaban imaginando ya que, si bien era cierto que los dos parecían más unidos que de costumbre, no daban en público muestras de que fueran nada más que amigos. Ambos llegaban juntos al gremio y si Laxus no tenía que resolver cosas de última hora solían irse juntos también. Los rumores iban y venían pero nadie se atrevía a meterse en esa relación, sobre todo con Laxus Dreyar como uno de los protagonistas.

"Solo he dicho que en este gremio no te aburres nunca. Siempre hay algo que hacer y además los magos más poderosos están aquí"

"Que sí, Bickslow, que sí, pero que se puede ser menos ruidoso"

Evergreen estaba irritada por una nueva revuelta que se había generado cuando el maestro se fue a su despacho, decía que esas peleas podían estropear su vestido tan caro.

"Vamos mujer, ¡deja que se diviertan! ¿O es que te da envidia que sean tan jóvenes?" miró a los revolucionarios magos y entre ellos divisó a Lucy, su entretenimiento favorito:

"¡Oi Cosplay girl! ¿Necesitas ayuda por ahí abajo? Bickslow siempre está dispuesto a ayudar a damas en apuros"

"Puffffffff ¿Lucy una dama? Es más bien un caballero" Happy quiso ayudar a Bickslow en su tarea de molestar a Lucy.

Mientras tenía lugar esa nueva y ruidosa reyerta, Freed con un suspiro dejó el libro que estaba leyendo y decidió buscar tranquilidad en el despacho de su maestro. Llamó dos veces y cuando le confirmaron que podía pasar entró llevándose una mano a la frente.

"Me duele la cabeza, no podía más con todo ese ruido"

"¿Por qué extraño motivo llamas a la puerta?" Se levantó y caminó hacia él "Tú no tienes que hacer eso" le agarró la cintura con sus manos y lo atrajo hacia su cuerpo.

"¿Y si alguien me ve entrar sin llamar? No se puede entrar en el despacho del maestro sin llamar Laxus"

"¿Uh? ¿No te he dicho que me da igual que lo sepan? Y deja las reglas de una vez…" le besó suavemente y le acarició la mejilla.

"Ya, pero entonces deberíamos decírselo, hay muchos rumores sobre nosotros y la gente no sabe que pensar"

El maestro le soltó con un bufido "Freed, ¿por qué siempre tienes que tenerlo todo tan ordenado? Deja que piensen lo que quieran, que digan lo que quieran… qué más da…". Se sentó en su silla y siguió con sus papeles. Su novio observó el nerviosismo de Laxus ante tanto papeleo.

"¿Dónde está Makarov?" le dijo acercándose a la mesa y cogiendo uno de los papeles que estaban volviendo loco al dragonslayer.

"No lo sé, se fue antes y no me dijo si iba a volver" dijo sin levantar la mirada de lo que estaba leyendo.

"Necesitas que te ayude"

"No, gracias Freed, ya me apañaré"

"No no. No era una pregunta, estás rellenando mal ese formulario. Y este recibo de aquí deberías pagarlo cuanto antes si no quieres que…"

"Vale, vaaaale. Siéntate, genio, ni tú serás capaz de acabar esto antes de tres horas para que pueda cenar en casa"

En un par de horas Freed le solucionó todos los problemas que yacían sobre su mesa e impresionado con su eficacia solo pudo decirle:

"Vaya… "

El peliverde aprovechó la situación para pedirle una recompensa:

"¿vaya?... ¿Solo vas a decirme eso por haberte librado de cenar un sándwich otra vez? Pensé que tendría alguna recompensa"

El dragonslayer reaccionó al escuchar la discreta petición de su amante y en un segundo se puso enfrente de él, le sentó en la mesa y se puso entre sus piernas.

"¿hmmm?, ¿mi chico quiere que le dé un premio?" le acarició el pelo como si fuera un cachorrito y Freed asintió.

"Te has portado muy bien… no puedo negarte nada" Le besó agresivamente mientras sus manos recorrían la espalda del pequeño mago hasta llegar a las firmes nalgas, las agarró y le levantó de la mesa sin dejar de atacar su cuello, después de cinco minutos le soltó y volvió a hacer que se sentara en su escritorio mirándole a los ojos.

"Podríamos irnos a casa, pero corres el riesgo de que acabe contigo en cualquier oscuro callejón así que… esperemos que no entre nadie" Volvió a atacar sus labios, pero su aterrado amante logró librarse del beso para decirle:

"¿Estás loco Laxus?... ¿A-aquí?" se sonrojó intensamente al pensar en lo que podía pasar.

"Sí, ¿qué pasa? Tú lo has pedido…"

"NO, yo solo he dicho que…"

"Joder Freed, ¿por qué hablas tanto en momentos así? Cállate ya"

Retomó el agresivo beso y esta vez intentó que olvidara donde se encontraban frotando la mano contra su entrepierna rápidamente, Freed comenzó a emitir los sonidos que sabía que volvían loco a su dragón y a retorcerse intentando buscar más contacto. Ya nada le importaba.

"Estos pantalones están en mi camino, quítatelos y vuelve a sentarte ahí" Observó mientras su amante cumplía sus órdenes y una vez hubo acabado se lubricó con su propia saliva y se situó en la ansiosa entrada. Freed apoyó sus codos en la mesa quedando semi-tumbado para ofrecerle mejor acceso y Laxus agarró fuertemente sus caderas atrayéndole hacia su cuerpo mientras se la metía rápidamente.

"Me encanta la poca resistencia que me ofrece tu hermoso trasero" Su amante solo pudo gemir ante sus palabras "Tócate mientras estoy dentro de ti".

Le obedeció sumisamente sin protestar y comenzó a masturbarse al ritmo de las salvajes embestidas de su dios, que no soltaba su cintura. Los gemidos se convirtieron en gritos de placer y no tardó en llegar al orgasmo.

"¡No, Laxus! ¡Dentro no!" El peliverde avisó tarde a su amante para que no liberara su tensión dentro de él pero su dios no estaba por la labor de parar en un momento así y, mientras descargaba su semen al sentir las contracciones del estrecho trasero, alguien llamó a la puerta y una voz femenina preguntó.

"Maestro, ¿Puedo pasar?"

"¡E-Espera Mira!" Alarmados se vistieron lo más rápidamente que pudieron e intentaron que no quedara ninguna evidencia de lo que habían estado haciendo. Cuando la dio permiso para entrar Freed aún estaba un poco jadeante, sudoroso y parecía incómodo "No debería desahogarse dentro de mí estando en lugares tan comprometidos, ahora no puedo levantarme". Mirajane observó a ambos, sobre todo al nervioso mago rúnico que estaba cruzado de piernas, y se disculpó educadamente cayendo en la cuenta de lo que acababa de interrumpir:

"L-lo siento si os he molestado es que…"

"¿Molestarnos? Solo estábamos rellenando estos pa…" comenzó a buscar inútilmente algún papel sobre su mesa para mostrarla, pero los habían recogido y guardado todos cuando acabaron de revisarlos "papeles…". Freed miró a Laxus y negando con la cabeza pensó: "Te has evidenciado más aún…".

Mira le miró con cara de no creerse nada y decidió cambiar de tema con una de sus radiantes sonrisas:

"E-está bien maestro. Esos dos la han liado un poco ahí abajo. Tenemos cuatro mesas rotas y casi una veintena de platos…"

Laxus suspiró para erradicar su mal genio y la dijo:

"Está bien… arréglalo y pídeme lo que necesites"

"¡De acuerdo!"

Ambos permanecieron en silencio hasta que la puerta se cerró.

"¿Rellenando papeles imaginarios, maestro?" le preguntó con una sonrisa burlona.

"Cállate idiota"

"Aaaaaah, por fin en casa" con un suspiro de alivio el cansado maestro se dejó caer en el sillón más cómodo del salón.

"¿Por qué no te cambias Laxus? Voy a hacer la cena" Le aconsejó Freed desde la cocina.

"mmmm, vale"

Se vistió con una camiseta ancha gris y unos bóxer negros que volvían loco a Freed. Se acercó a él y le rodeó la cintura desde su espalda dándole un beso en el cuello.

"Recuerda la regla" le dijo amenazadoramente.

"Vaaaaale… malditas reglas" El dragonslayer sabía que no debía molestar a Freed mientras cocinaba.

"Sin reglas el mundo sería un caos" así defendió su organizado mundo.

"Pues que así sea. Un mundo caótico igual a un mundo divertido" Le encantaba tentar a Freed para que se pusiera nervioso y para que le gritara con esa cara sonrojada que tanto le gustaba.

"No esta vez Laxus, ya se lo que pretendes" el peliverde sabía cuáles eran sus intenciones.

"Mierda… te odio por pensar en todo"

"No, no me odias"

En ese momento cuatro golpes en la puerta les interrumpieron su conversación. A regañadientes el maestro fue a ver quién molestaba a esas horas cuando se encontró con un Gajeel bastante nervioso.

"¿Qué pasa?"

"Dé-déjame pasar, ha-ha pasado algo" Miraba hacia todas direcciones como si esperara que alguien o algo saliera de su escondite en cualquier momento.

"Pasa" se apartó y el dragonslayer de hierro entró a toda velocidad, su homónimo de rayos se cercioró de que no había nada raro alrededor de su casa, cerró la puerta y se dirigió a Freed.

"Es Gajeel y está muy asustado. Pon runas en la casa por si acaso, voy a ver qué le pasa" Y con un beso en la mejilla se fue al salón.

"Laxus… no vas a creer lo q-que ha pasado"

"¿Estabas en una misión verdad?"

"Sí, sí. E-estaba con Juvia volviendo al gremio cuando le olí… ¡Le olí!" dejó de hablar y se miró las manos asustado.

"Tranquilízate, ¿quieres beber algo para…?"

"¡A Metalicana!" cortó a Laxus revelándole a quién había visto. En ese momento apareció Freed con dos vasos de té y los dejó en la mesa.

"E-eh gracias Freed" Gajeel se había sorprendido al comprobar que vivían juntos, pero su nerviosismo no le dejaba hacer ninguna broma al respecto. El peliverde les dejó solos y se retiró a su habitación a leer uno de sus libros.

"Siento estar en este estado, es por lo que me ha dicho… Aún no sé si creérmelo pero vino para advertirme de que algo que cambiaría el mundo iba a pasar muy pronto…"

El primer día del invierno saludaba a los habitantes de Magnolia con un gélido aire y unas nevadas muy copiosas, la gente evitaba andar por las calles al no ser que fuera estrictamente necesario y se refugiaban en la calidez de su hogar. Los magos de Fairy Tail permanecían en el gremio esperando que el temporal amainara y, como consecuencia, el salón principal estaba abarrotado.

"¡Escuchadme bien porque no lo volveré a repetir! Casi todos los miembros de Fairy Tail están hoy aquí esperando que este temporal dé una tregua… ¡El primero que monte alguna pelea será expulsado durante 5 meses!… ¿Me habéis oído todos verdad?"

Un sí general se extendió por la sala.

"Bien…" Laxus estaba aún preocupado por las palabras de Gajeel y necesitaba un poco de tranquilidad para asimilarlas. "Juvia y Gajeel, quiero hablar con vosotros". Ambos magos asintieron y siguieron a Laxus a su despacho en silencio. Al entrar se acomodaron en el pequeño sofá y esperaron que el maestro les hablara.

"No quiero que digáis ni una palabra sobre lo que habéis oído" les observó unos instantes y continuó "Es importante que nadie sepa nada hasta que verifiquemos que…"

"¿VERIFICAR? ¡IDIOTA, METALICANA NO MIENTE!" Se levantó para gritar a su maestro.

"Gajeel, cálmate" Juvia acarició el brazo de su compañero intentando calmarle.

"Siéntate… y escúchame" Estos últimos meses había practicado mucho en retener su ira y su ego cuando le hablaban y permaneció en calma a pesar de la forma en la que le gritó el dragonslayer.

"No digo que no sea verdad, solo quiero asegurarme de que va a ocurrir realmente… Él te dijo que era una posibilidad ¿verdad?"

"S-sí…" dijo cabizbajo.

"Pues por eso… ¿lo entiendes ahora? Lo único que sabemos seguro es que Metalicana era real, o de lo contrario no le hubieras reconocido por el olor. Debemos pensar un plan de actuación… y debemos hacerlo ya"

Estuvieron cerca de dos horas hablando sobre lo que el dragón de Gajeel les había dicho y cuando salieron Laxus fue en busca de Freed que estaba de pie en una mesa intentando descifrar algo con Levy.

"Pero esto es…" suspiró "No entiendo que es esto"

"¿Es tan difícil que ni mi genio puede descifrarlo?" puso su mano en el hombro de su irritado mago.

"Esto no es posible… no puede ser. Tenemos que empezar de nuevo, algo nos hemos dejado Levy" Freed estaba ignorando a su novio concentrado en la tarea que tenía entre manos.

"¡Freed!"

"Lo siento Laxus es que…" avergonzado se dio la vuelta para mirarle.

"Vale, vale… tranquilo. Sube cuando acabes"

"Sí, sí, en cuanto acabe voy a ayudarte" volvió a girarse a mirar el objeto que tan entretenidos les tenía.

"No quiero que me ayudes, quiero que estés conmigo" le acarició el pelo y se fue a la barra a buscar algo para beber mientras Freed se sonrojaba delante de Levy, que le miró soltando una risita.

"¿Qué te pasa maestro?" Mirajane observó el mal humor de Laxus.

"Nada" dijo mirando su bebida.

"Si necesitas ayuda sabes que puedes pedirla ¿verdad?"

"Sí, sí, no es eso" dijo mirando a Freed.

"¿Le echas de menos? Ambos estáis últimamente muy ocupados" Mirajane captó a quién iba dirigida su mirada.

"hmmm" fue su ambigua respuesta

Mirajane siguió secando vasos cuando al final se decidió a hablar con ella "Se obsesiona tanto con las cosas que es capaz de olvidarse de comer hasta que consigue lo que quiere"

"Sí, siempre ha sido así, no puede soportar que algo escape a su entendimiento. Eso es lo que le hace ser Freed jajaja"

"No, lo que le hace ser Freed es lo cabezota que es… eso es Freed, un obsesivo cabezota"

"Gracias Laxus" le dijo su novio sonriente. El dragonslayer se limitó a bufar y mirar hacia otro lado mientras Mirajane se reía.

"Es verdad, es lo que eres… ¿Ya lo has conseguido?"

"Pues claro… soy un cabezota, no puedo dejarlo ¿recuerdas? Acabas de decirlo tú mismo"

"Y también es un idiota…"

"¿Cabezota-idiota-obsesivo?" dijo Freed cruzándose de brazos

"Venga, venga, chicos" les sonrió con esfuerzo ya que aún seguía sintiendo algo por Laxus. Por mucho que lo intentara no podía olvidar ese hecho tan fácilmente y menos ahora que el arrogante y problemático adolescente había cambiado tanto hasta convertirse en un todo un hombre.

Cuando cayó la noche solo quedaban ellos dos en el edificio y mientras estaban andando hacia la salida Laxus paró en mitad del salón del gremio, con un movimiento de mano calló a su novio, que se disponía a preguntarle que por qué se había parado, y se concentró intentando deducir que era el sonido que le había sobresaltado. Cada vez se oía más y más cerca hasta que una explosión enorme les sobresaltó a ambos. Salieron corriendo y pudieron ver perfectamente el causante de aquel ataque a la ciudad, Freed agarró el abrigo de su novio instintivamente buscando protección y Laxus con un gesto de desesperación y suspirando dijo:

"No puede ser…"