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SABOR A NUEZ
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De un sorbo, Conan vació lo que le quedaba en el fondo del vaso y lo posó sobre la mesa, quizás con algo más de fuerza de la que había calculado. Haibara sonrió disimuladamente y se sirvió un poco más.
- ¿Y bien? ¿Tan malo fue? - preguntó. El detective chasqueó la lengua con asco.
- ¡Sí!
Ella soltó una pequeña carcajada, que intentó camuflar tapándose la boca con la mano; Conan la miró, extrañado, y algo mareado también.
- Estás borracha - le dijo.
- ¡No! - exclamó ella, para acto seguido reírse de nuevo. El chaval le lanzó una mirada de escepticismo.
- Ya, claro...
- ¿Y tú qué? - contraatacó ella, dándole sorbitos al líquido color caoba de su vaso - Tú sí que estás borracho... ¡Mira qué mofletes!
Conan decidió ignorar a la - aparente - quinceañera y echó un vistazo a las demás botellas que había sobre la mesa.
- ¿Y te tomas un vaso de esto con las comidas? - preguntó, entrecerrando los ojos para leer una etiqueta, sin darse cuenta de que estaba en otro idioma - ¿Todos los días?
Haibara asintió mientras se acababa su quinta copa. Sus mejillas empezaban a estar tan coloradas como las de él - quien, por otro lado, sólo había bebido dos vasos.
- Ajá... Tengo que volver a desarrollar la resistencia al alcohol que tenía antes... - balbuceó distraídamente.
El chico se dio por vencido con la botella y la dejó de nuevo en su sitio. Con un movimiento de cabeza señaló al vaso que Ai sostenía en su mano derecha.
- ¿Y eso qué es?
- Jerez - respondió mientras se llenaba la sexta. En secreto, Conan no pudo evitar admirar el aguante que tenía.
- Bej, pues espero que sepa mejor que lo otro que me has dado... - comentó. Haibara levantó la vista ofendida.
- ¡Eh! ¡Es jerez español auténtico, con denominación de origen! ¡Claro que está bueno! - musitó entre dientes.
Edogawa apoyó la cabeza en las manos, riendo. Haibara frunció el ceño, observándole detenidamente, como dudando. Finalmente, posó el vaso sobre la mesa e, hincando los codos en ella, se inclinó hacia adelante con un brillo de malicia en los ojos.
- ¿Quieres probar a qué sabe el Jerez?
Conan miró su copa vacía con aire distraído.
- Claro, ¿por qué no? - respondió.
Ai entonces sonrió y se puso en pie, tomando la botella medio vacía de la encimera.
- Quítate las gafas - ordenó, a lo que Edogawa obedeció algo torpemente, sin saber muy bien la razón.
En cuanto las lentes tocaron la mesa de la cocina, Haibara se inclinó rápidamente sobre él. Sus labios mojados tocaron los suyos un instante, y luego Conan sintió que su pequeña lengua con gusto a nuez los apartaba. Abrió los ojos desmesuradamente.
- ¡Pe...! ¡¡Haibara!! - exclamó una vez la chica se hubo retirado, luciendo una sonrisa descarada en los labios y un resplandor extraño en las pupilas. Conan se frotó la boca con la manga de la sudadera; sus mejillas estaban rojas como tomates, y no era debido al alcohol. - ¿¡Por qué has hecho eso!?
Ella soltó otra breve carcajada y se echó lo que quedaba en el vaso, apurándolo de un solo trago.
- ¿Qué opinas ahora? ¿Te gusta el sabor de Jerez?
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FIN
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N. de la A: Eso fue patético, lo sé. XD ¡Pero relaja escribir chorradas! Y además, me imagino que a Shiho la llamarían así por algo, y no sólo por su pelo... :P (Y el jerez sabe a rayos, pero bueno. XD)
