Desarrollo alternativo del episodio Pen pal (3x01).
Descarga de responsabilidad: The nanny no es mia, le pertenece a sus maravillosos creadores, yo soló la tomé prestada para dar vida a esta historia.
El único sonido que podía escuchar era el crujido de las hojas bajo sus pies en aquel maravilloso paisaje de otoño en Nueva York.
Se sentía muy extraño pero excitante a la vez, sintió un dolor que la sorprendió, porque le gustaba, y nunca le había gustado ningún dolor, pero este era distinto, le hacía desear más ese dolor, cerró los ojos con fuerza y se dejó llevar. Sus sentidos presas de la sensualidad, del deseo y de la pasión comenzaron a fundirse en un calor insoportable e insaciable…ya llevaba 4 años sin un hombre…
Al ser una mujer madura sabía que las oportunidades de encontrar el amor verdadero eran escasas. Había vivido muchos momentos parecidos, pero ninguno similar a este. Su curiosidad es demasiado grande para dejarse intimidar por las circunstancias. Su atuendo perfectamente alineado le impide regresar a casa con las manos vacías. No era ingenua, ni mucho menos inmadura. Sabía perfectamente como dar por terminada una relación, sólo que aquella correspondencia se le había escapado un poco de las manos.
Calzaba unos tacones completamente inapropiados para caminar por el bosque. Sus piernas temblaban por el frio, en este momento era un manojo de nervios, ¿estoy perdida? -No puedo estar perdida- Se respondió a sí misma la pregunta que había formulado en su cabeza.
Sus pies comenzaban a dolerle. Todos los arboles parecían iguales. Ascendió la mirada al cielo para observar el descenso del sol, pronto oscurecería, luciría hermosa bajo la luz de la luna…pero ¿si no encontraba el lugar a tiempo?-Tonterías ya estaré cerca- comenzó a caminar más de prisa.
-Seguramente alguien vendrá a buscarme-dijo para reconfortarse, hasta que recordó que tal vez no le dijo a nadie. No era la persona más brillante del mundo, pero no se necesitaba serlo para saber que estaba perdida.
Su voz era tan penetrante y tan fuerte que causaba un eco terrible, una especie de interferencia que prácticamente ahuyentó a todo ser humano, ubicado a un kilómetro a la redonda.
Esta vez sin ruido. No tuvo más remedio que callarse y escuchar. Al principio le fue difícil concentrarse en una sola cosa, pero pronto el sonido del agua chocando contra las piedras inundó sus oídos.
Siguió caminado hasta que vio el resplandor del agua a lo lejos. Corrió a través de los arboles intentando no matarse en el proceso, finalmente comenzó a caminar por un pequeño desnivel. Frente a sus ojos estaba un lago. El agua era cristalina y los árboles se reflejaban. Exactamente como se lo describió su amigo Lenny en su última carta eso la hizo calmarse un poco, había hallado el lugar del encuentro. Aspiró una bocanada de aire fresco y sintió sus pulmones llenarse de aquel viento frio.
Permaneció allí un instante. Inmóvil contemplando como el maravilloso crepúsculo se iba transformando en completa oscuridad, un suspiro abandonó sus labios al tiempo que se imaginaba al hombre que pronto conocería y una sonrisa fugaz adornó su rostro cuando la llegada de la noche cubrió con su manto al cielo.
Aguardó escondida detrás de un arbusto, no quería parecer desesperada en su primera cita. No podía admitir lo evidente (que estaba desesperada) pero era un trauma psicológico que le había implantado su madre desde la niñez, estaba tan apegada a aquel ideal de casarse que no salía de su hogar sin la absurda idea de contraer matrimonio. Era como un accesorio y sinceramente, aunque intentara olvidarlo estaba adherido a su personalidad, eso la hacía ser una Fine.
Sintió una extraña sensación embargándola, un revoltijo de rostros se le atravesó por la mente, desde el cabello rubio y rizado hasta el pelo castaño y largo. Pasó por toda la gama de colores de ojos dándole preferencia a los verdes. Deseaba a un hombre alto con manos fuertes de complexión delgada y pómulos salientes. Muchos sonidos atravesaron sus oídos, al principio de la naturaleza y luego se encontraba analizando voces. Una voz dulce sexy y varonil permaneció en su mente. Decidió que tendría acento ¿Qué tal un acento inglés?
El simple hecho de imaginar la estaba llevando a inventar al hombre perfecto, perfecto para ella. Estaba impaciente, ansiosa y emocionada. Un cosquilleo entre escalofriante y cálido la recorría de una forma sosegada hacía tanto tiempo que no se sentía así y ahora que volvió a rencontrarse con el amor anhelaba conocer a Lenny y maravillarse con el único hombre que la acompaño a lo largo de su vida.
En realidad no pedía mucho solo que la amara con todo el corazón…alguien que sepa dar y recibir.
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