Este fic va especialmente dedicado a una gran amiga mía, K'asdf :) Espero que te guste Karu *-* Mira que si no, te juro que me cuelgo por mala escritora de Mimatos u.u


* Disclaimer: Digimon y sus personajes no me perteneces... Y si me pertenecieran, el Mimato sería una realidad, no sólo una ilusión *-*


De San Valentín...


-Seis barras de chocolate, un tercio de una taza de crema de leche, tres cuartos de una taza de nueces molidas, una taza y un tercio de azúcar, una clara de huevo y una cucharada de… ¿Licor? –preguntó terminando de leer la receta que había encontrado en Internet. –¿De verdad…? ¿Licor? Hmm… Creo que omitiré esa parte.

Dejó su netbook rosa en el mesón continuo a la cocina y sacó todos los ingredientes necesarios para comenzar a preparar su gran arte culinario.

Bien… -suspiró. –Dice: En una olla pequeña, ponga el chocolate y la crema… Olla pequeña –repitió mientras se agachaba hasta la estancia donde su madre guardaba las ollas. Siguió leyendo. –Poner en la estufa a fuego lento hasta que el chocolate se derrita. OK…

Hizo exactamente lo que decía la receta, siguió paso por paso cada una de las líneas que iba leyendo, teniendo sumo cuidado de no equivocarse en ninguna de sus acciones. Todo tenía que salir perfecto.

Luego de terminar la preparación del chocolate y llevarlo al refrigerador al fin pudo descansar. Suspiró y se dejó caer pesadamente sobre el sofá de la sala con los ojos cerrados, luego de unos segundos los abrió lentamente para quedarse observando el techo sumergida en sus pensamientos. Tenía todo preparado, llegaría temprano, antes que todo el mundo, le dejaría el chocolate en la parte de abajo de su mesa, para no ser tan obvia ¡claro!

Escuchó el sonido de una llave afuera del departamento, lo que la sacó completamente de sus pensamientos.

-Cariñito… ¿aún estás con el uniforme?

-S-si… es que…

-Y qué haces con mi delantal… ¿Estabas cocinando hijita?¿Qué preparaste?

-Amor, relájate. Deja de hacerle tantas preguntas a la niña.

-Papito, tengo dieciséis … -A pesar de su sonrisa se podía percibir su enojo, sin embargo, a sus padres no parecía importarle.

-¿Preparaste chocolate? –Preguntó Satoe fijándose en las manchas de chocolate sobre el delantal y algunas en el mesón de la cocina. Volteó a ver a su hija, sonriéndole a medida que entrecerraba los ojos.

-¿Q-qué pasa?

-¿Para quién es?

-¿Qué? –un leve sonrojo se iba apoderando de sus mejillas. –¿Por qué tiene que ser para alguien? -Vio a su madre observarla como si aquellas preguntas tuviesen una obvia respuesta. Suspiró. –…Para un chico.

-No quiero oír más. –Keisuke se adentró por el pasillo en dirección a su habitación. Cuando se trataba de muchachos que tuvieran algo que ver con su pequeñita, prefería no saber mayores detalles.

Satoe se cruzó de brazos sin despegar la vista de su hija. –Supongo que no será para ese chico rebelde que se cree estrella de rock, ¿o si?

-¿Qué? No, no es para Matt… Ya deja de preguntar tanto… -Se levantó del sillón haciéndose la ofendida, mientras caminaba en dirección a la cocina se sacó el delantal y tomó su netbook. Dejó el delantal en el cuarto de lavado y caminó hacia su habitación. Cuando por fin cerró la puerta tras si, apoyó su espalda y suspiró a medida que caía hasta quedar sentada sobre su piso alfombrado. Escuchó un leve ruidito que conocía de memoria:

Sora

como vas?

Mimi

bien… creo :/ aun tengo que esperar para moldear el chocolate… y tu?

Sora

ya moldeé los mios…

Mimi

los mios? cuantos hiciste? D:

Sora

doce xD pero son todos para una misma persona…

Mimi

Uuuuy 1313

Sora

créeme que ya no es un misterio para nadie… solo para él xD en cambio lo tuyo si lo es :D uuuuuyy 1313 xDD

Mimi

mmm… creo que mejor iré a ver el chocolate…

Sora

claro! huye… ¬¬

Mimi

lalalalala~

Respiró muy hondo tratando de disimular su sonrojo. Cuando cerró su netbook cayó en cuenta que no se había levantado del suelo. Dejo su netbook sobre su cama y se dispuso a ir a la cocina nuevamente a alistar su chocolate.


-Seré la primera, seré la primera… -canturreaba al compás de su caminar, abrazando contra su pecho la caja que contenía su chocolate.

Para su fortuna el portón ya estaba abierto, por lo que no tendría que esperar… Y pasarse por arriba ¡No, qué horror! Eso no era de señoritas…

Caminó tranquilamente hacia su destino… Su salón. Se asomó hacia el interior, temerosa de encontrar a alguien, para alivio suyo, ella era la única ahí. Se adentró sin preocupaciones hasta que vio el puesto de él con dos cajas sobre la mesa. Supuso que eran chocolates al igual que el suyo. Se agachó un poco para ver el espacio debajo de su mesa, el cual estaba lleno de más cajas, aparte de los cuadernos que él dejaba ahí. Se fijó en su silla, sobre la cual habían más chocolates. Al parecer no fui la única con éste plan… ¿Tan común soy?

Suspiró. –Quizás… -pensó en voz alta. –quizás éste no sea su puesto, tal vez lo cambiaron de lugar. –Sacó con cuidado uno de los cuadernos que de encontraban bajo la mesa, lo abrió, pudiendo identificar fácilmente su caligrafía. Maldición… Se levantó y fijó la vista en la mesa. Acercó un poco su rostro para ver mejor un "TONTO" junto a una flecha apuntando hacia la silla. Una pequeña risa salió de sus labios al recordar quién lo había escrito y para quién iba el mensaje.

-¿Mimi?

Se enderezó rápidamente al escuchar su nombre. Se mantuvo quieta, sin atreverse a verlo siquiera.

-¿Qué haces aquí?

-Yo… Creí que se me había quedado un cuaderno aquí ayer… Parece que no.

-¿Por qué no buscas en el puesto de Sora?

-No está, ya vi… -Se apuró en esconder rápidamente el chocolate tras su espalda, rogándole a todos los Santos que conocía que no se haya dado cuenta de nada.

Lo observó acercarse a su puesto y abrir los ojos de la impresión.

-¡¿Qué es esto? –Se preguntaba viendo todas las cajas sobre su mesa, debajo de esta y sobre la silla. -¿Sabes quién las dejó?

Negó suavemente. –Ya estaban cuando yo llegué…

-Vaya Matt, eres todo un galán –dijo Tatsuya entrando al salón junto con Shinji.

-Qué suerte la de Ishida… -comentó Shinji dejando su mochila sobre su mesa. –En mi mesa no hay nada. Aunque… -volteó hacia Mimi esperanzadoramente. –quizás Tachikawa trajo algo para mi.

-No… Lo siento Takeda… -le sonrió tiernamente.

Mimi no se dio cuenta, probablemente nadie notó como miraba Matt a Shinji. ¿Acaso habría entre todo ese montón de cajas, una de parte de ella?

-Rayos…

-Bueno… Será mejor que me vaya a mi salón. –Dijo escondiendo cuidadosamente su chocolate entre sus brazos para que nadie lo notase. –Adiós chicos, los veré después… -Ya se estaba haciendo la idea de que no se lo daría y de que tendría que comérselo para no perder el esfuerzo que puso en él.


La jornada de escuela había concluido, y, luego de muchos intentos de ir hacia su salón y que estuviera vacío para dejar el chocolate e irse, fracasaran optó por lo mejor, que en éste caso sería hacer como si nada, llevar el chocolate de vuelta a casa y comerlo sola… Tal vez podría ir en busca de Sora y hacer algo por la tarde… Después de todo, por lo visto, el intento de su amiga tampoco había resultado bien que digamos gracias a cierta… señorita Perra. Buscó en su bolso su móvil para llamar a su amiga, pero sin éxito… Sobre la cama… ¡Qué tonta! No queda de otra, tendré que ir a buscarla.

Caminó por toda la escuela, se recorrió todas las instalaciones, le preguntó a cuanta persona se le cruzara en frente por Sora, pero nada… Ni rastros de su amiga. Prefirió esperarla a la salida, por lo menos la vería ahí. Tendrá que salir luego… Hoy no tiene entrenamiento pensaba mientras veía a muchos chicos salir, la mayoría de éstos chicos llevaban felices y orgullosos una o a veces dos cajas de chocolates, habían muchos chicos que iban de la mano junto con unas chicas, probablemente aquellas que les habían regalado los chocolates… Suspiró. ¿Por qué a mi, Señor, por qué?

-¿Qué haces aquí sola?

-Matt… Yo… n-nada, estaba… esperando a Sora ¿la haz visto? Estoy preocupada por ella desde lo que pasó en la cafetería…

-No… -recordó. -¿por qué no la llamas?

-Olvidé mi teléfono en casa… -suspiró. –… Yo creo que ya se fue.

-¿Tienes algo que hacer ahora?

-No, de hecho me iba a ir a mi casa.

-¿Quieres acompañarme un rato…? Te invitaré un café…

Mimi pareció pensarlo por unos segundos, los cuales a Matt le parecieron eternos. Finalmente y luego de miles de pensamientos y emocionantes gritos, saltos y celebraciones al interior de su cabeza, respondió: -Claro… pero el mío con leche.


-Y… ¿cómo estuvo tu día? –Decidió acabar con el silencio. Ninguno de los dos había hablado algo luego de que Matt le propusiera ir a tomarse un café. La camarera ya había llegado con el capuccino de Matt y el café con leche de Mimi.

Matt la miró con algo de disgusto. Levantó su mochila que yacía en el suelo, abrió uno de los cierres y la sostuvo sobre la mesa provocando que cayeran seis cajas, dos cuadernos, un libro y tres lápices. Abrió otro de los cierres, dejando caer cuatro cajas más, finalmente abrió el último cierre más pequeño, donde sólo había una caja.

Mimi alzó sus cejas hasta más no poder… ¿Cuántas chicas enamoradas de Matt habían sólo en la escuela? Se mantuvo seria al ver que Matt tomaba una gran bolsa que había estado cargando durante todo el camino e hizo lo mismo que con su mochila, dejando caer otras veinte o treinta cajas más. Con que eso había en la bolsa… Arrugó y ladeó sus labios.

-Que… "Fantástico" ser una estrella… -Vio a Matt ladear su cabeza y alzar sus cejas, haciendo una mueca de duda. –¿Piensas comerlos todos? –preguntó dándole el primer sorbo a su café con leche.

-No… De hecho, creo que se los daré a Tai. Él come lo que sea.

Rió ante el comentario de Matt. Ya estaba decidido, no le daría su chocolate a Matt, no quería que terminara en el estómago de Tai, prefería comérselo ella y tener acné.

-Y… ¿Pudiste darle tu chocolate al chico que te gusta? –Le preguntó luego de darle un sorbo de su capuccino. Notó como Mimi había levantado la mirada, entreabierto sus labios y abrió aún más sus ojos en señal de asombro. –Noté que llevabas uno esta mañana cuando te vi en mi salón… -la vio negar levemente. -¿no te correspondió?

-No es eso… Lo que pasa es que… -suspiró. –ese chico ya había recibido chocolates.

-¿Chocolates? ¿Recibió más de uno?

-Unos cuantos diría yo… -inconcientemente miró el bulto de chocolates de Matt, se encontraban todos sellados, al parecer no había abierto ninguno, ni siquiera para mirar su interior.

-¿Y no intentaste entregárselo de todos modos? –tomó nuevamente un poco de su capuccino

Volvió a negar. –No… Pero no importa.

-¿Cómo que no importa? ¡Claro que importa! Tienes que hacerle saber a ese chico tus sentimientos. No puedes quedarte de brazos cruzados sin hacer nada… ¿Qué es tan gracioso? –preguntó al notar una leve risita por parte de Mimi.

Apretó sus labios tratando de no reír más. Apoyó su mano izquierda sobre su mesa mientras se levantaba un poco de su asiento. Posó su mano derecha sobre la barbilla de Matt y con su pulgar quitó un poco de la crema del capuccino que había quedado sobre sus labios. Por más que trataba de enfocarse en la crema, sus ojos no dejaban de ver sus labios, aquellos labios que tanto se moría por besar.

Matt por su parte se tensó totalmente al sentir los suaves dedos de Mimi sobre su rostro, aunque haya sido por una razón completamente vergonzosa como lo era quitar la crema de su boca. Fijó la vista en sus ojos, sus ojos color caramelo que miraban atentamente la crema que limpiaba tan cuidadosamente… Trató de no sonrojarse… Yo no me sonrojo… ¿por qué tendría que empezar ahora?

-Listo. –dijo sentándose nuevamente en su lugar. Jugó un poco con su falda y luego puso sus manos entre sus rodillas. Mordió sus labios al momento de pensar si era buena idea preguntar: -¿De verdad crees que tengo que hacerle saber a aquel chico lo que siento? ¿Debería entregarle el chocolate que hice para él… Aunque sepa que no lo aceptará?

-¿Cómo sabes que no lo aceptará?

-Lo sé… Ya tiene muchos. –Le dijo sonriendo tristemente, sin mirarlo.

-Y… ¿No crees que… posiblemente a ESE chico –suspiró nervioso. –le… le guste recibir un chocolate… de tu parte?

Abrió sus ojos impresionada. Claro, Matt no tenía un pelo de tonto. Siempre se daba cuenta de todo… Esto me pasa por ser tan obvia, ¡Maldición! Suspiró hondo preparándose para lo que se le venía. Tomó su bolso y sacó lentamente la caja que contenía el chocolate. La tuvo en sus manos por unos segundos, dudó si entregársela o salir corriendo como una loca del lugar, con chocolate y todo. Finalmente optó por la primera.

Temerosa, le acercó el chocolate a Matt, el solo contacto de sus manos con las de él provocaron que su corazón latiera más rápido que antes ¿Será que a también a las fanáticas de Matt les pasa esto, o sólo a mi?. Observó como Matt tomaba la caja entre sus manos y la abría cuidadosamente.

Sintió como su corazón comenzaba a bombear sangre más rápido de lo normal y como aquella sangre subía directo a sus mejillas, ya no le importaba, le daba igual si Mimi lo veía sonrojándose, si todo el mundo lo veía sonrojándose. Le gustaba… Antes tenía dudas, la miraba y sentía ¿mariposas?, la veía cerca de un chico y sentía ¿celos?. Luego lo supo… Le gustaba… La quería, demasiado. Pero necesitaba saber que ella sentía lo mismo que él… Ahora lo sabía, aquel chocolate en forma de corazón, adornado con caramelo y mostacillas cuidadosamente, era la prueba.

Levantó la vista y la vio completamente expectante de su reacción. Le sonrió. –Me encanta. –le dijo finalmente.

¿Qué? Parpadeó varias veces. ¡No lo podía creer! Le… Le… ¿encanta? -¿D-de… verdad? –No pudo evitar mostrar una amplia sonrisa, y más aún cuando vio a Matt asentir, un leve grito salió de su boca, que tapó rápidamente con sus manos. –eeh… perdón. –mordió sus labios, en un intento de borrar su sonrisa de tonta enamorada, pero le fue inútil. Desvió la mirada y se fijó en un reloj de pared en la cafetería. -¿Son las 6:40? ¿Ya?

-¿Ocurre algo?

-Es muy tarde, yo… debería estar en casa.

-Te acompaño…

No fue una pregunta, más bien, le estaba informando. Su sonrisa de tonta enamorada había vuelto. Se levantó de su asiento al ver que Matt lo hacía. Notó que guardó su chocolate y SOLO su chocolate en su mochila, dejando los demás sobre la mesa.

-¿No te vas a llevar los chocolates?

-¿Quieres que me los lleve?

¡No! La verdad no quería… Estaba feliz de que solo haya guardado el suyo, dejando a los demás olvidados por ahí. Pero no podía ser tan mala… -Podrías… llevárselos a Tai… él come lo que sea ¿no? –Vio como Matt sonreír al notar que utilizaba las mismas palabras que él anteriormente. –O podrías dárselos a Takeda… Como se quejaba de que no tenía ninguno… Si quieres yo se los doy.

-¡NO! –Se sonrojó inmediatamente al notar que NO le gustaba que Mimi se acercara a otros chicos. Cerró sus ojos intentando calmarse. –Yo… veré que hago.


Miró su mano izquierda una vez más. Aún no podía creer que caminara de la mano con él… Con él, ¡Con Matt! ¡No lo creo! Intentaba disimular torpemente su boba sonrisa para concentrarse en el camino, el cual se le había hecho demasiado corto para su gusto; ya habían llegado hasta la puerta del edificio donde vivía.

-Gracias por haberme acompañado… De verdad, no tenías que hacerlo –dijo sonriéndole.

-Pero yo quise hacerlo.

Mimi bajó la mirada intentando ocultar su leve sonrojo recién producido. Levantó por un segundo la vista solo para ver que Matt la miraba fijamente. –Bueno… -comenzó nerviosamente a hablar. –Yo… tengo que entrar ya… -Miró nuevamente su mano izquierda, la cual Matt aún seguía sosteniendo. Se puso en puntillas para alcanzar su mejilla y despedirse con un tierno y casto beso. Le sonrió. –Adiós…

Se disponía a avanzar y entrar por aquella puerta lo más rápido que le fuera posible, sin embargo algo no se lo permitía. Matt no soltaba su mano. Miró su mano, luego a Matt, pidiéndole una respuesta.

Él tragó saliva con dificultad, y lentamente se fue acercando a Mimi. En un movimiento leve dobló su espalda para quedar a la altura de su rostro, la miró directamente a los ojos por unos segundos, sin llegar a que se sintiese intimidada por aquella mirada y finalmente la besó.

Casi instantáneamente sus ojos se fueron cerrando al contacto de sus labios con los de Matt. Se mantuvo casi quieta, su mano izquierda seguía bajo el firme agarre de la de Matt, mientras que su mano derecha no soltaba la correa de su bolso, a la altura de su hombro. Sólo sus labios se movieron unos milímetros de la posición en la que se encontraban inicialmente.

Cuando Matt hubo separado sus labios de los de Mimi por escasos centímetros, manteniendo sus frentes unidas, ambos abrieron lentamente los ojos, mirándose por unos instantes, sintiéndose totalmente conectados el uno con el otro. Comenzó a mover su mano, la que pasó a estar solo tomando la mano de Mimi a entrelazar sus dedos con los de ella. Cuando la vio sonreír por el acto volvió a besarla nuevamente, soltando su mano para luego unir ambas en su estrecha cintura. Mimi posó sus suaves manos sobre las mejillas de Matt acariciándolas levemente para luego llevarlas hasta su cuello y comenzar a acariciar su cabello. Sonrió sin dejar de besarlo cuando sintió que temblaba un poco debido a aquellas caricias. Mordió suavemente el labio su labio inferior, provocando que Mimi entreabriera repentinamente sus ojos al igual que él, observó su leve sonrojo y terminó por darle un último y casto beso. –Te quiero. –susurró él luego de abrazarla.

Cerró sus ojos y soltó un suspiro junto a una enorme sonrisa, dejando al descubierto toda la felicidad que podía sentir en ese momento. –Yo también te quiero, Matt. –Pudo sentir como la abrazaba más fuerte, sin llegar a lastimarla. Luego de unos segundos que parecieron ser años para ambos, Mimi se fue separando lentamente de Matt. Con su mirada le decía todo… "Me encantaría quedarme todo el tiempo del mundo contigo, pero lamentablemente debo irme…", o al menos, eso fue lo que él leyó en sus ojos. Tomó la bolsa llena de cajas con chocolates que había dejado en el suelo hace algunos momentos.

Mimi se alejó de él, sin llegar a voltear completamente. Cuando llegó a la puerta y puso su mano sobre el mango de ésta para empujarla le dijo: -Feliz San Valentín. –junto a una tierna y tranquila sonrisa que solo ella sabía otorgar.

Él le sonrió, no era una gran y amplia sonrisa como las de ella, pero si una sonrisa honesta que demostraba que si, había sido un feliz día de San Valentín.


Al fin *-* Mi primer fic Mimato :D aunque pretendo subir otro capítulo Taiora :B pero será mi primer capítulo puramente Mimato xDD

Espero que les haya gustado, personalmente me gustó como quedó... Aunque siento que podría haberlo hecho mejor :/

Bueno, esperaré sus reviews... Positivos o negativos, neutros... xD No importa :) Todo sea para convertirme en una mejor escritora en el futuro ;D

Espero que hayan pasado un lindo 14 de Febrero, no sólo con los novios, ya que San Valentín no es sólo el día de los enamorados ¬¬ Es el día del Amor y la Amistad *-* (Maldito Sorato ¬¬ sale hasta el la sopaaaaaa!) Dejémoslo en que espero que lo hayan pasado bien también con sus amigos xD

Nos leemos pronto ;D (Espero terminar la parte Taiora HOY D:)

*BeLyxan~