Harry Potter no me pertenece y no obtengo ningún beneficio de esta historia.

Esto es una traducción de mi historia "What wouldn't I do?" lo más exacta posible, con vocabulario un poco más floreado (no me sale tan bien el inglés). Traducir es DIFÍCIL. Ya está revisada y corregida al 100%. Por favor comenten que les pareció.


Algo andaba mal.

Podía sentir en lo profundo de su interior que algo andaba terriblemente mal. Tenía esta sensación de pavor que se había instalado en su pecho y se negaba a irse. Mientras estaba sentada a lado de los Weasley, tratando de consolar sin mucho entusiasmo a su posiblemente-más-que-amigo al mismo tiempo que todos lloraban la muerte de Fred, ella sabía que esto no era una buena noticia.

Inmediatamente pensó en Harry. Ella siempre se sentía de esta manera cuando algo malo iba a pasarle, y hasta la fecha su sexto sentido nunca le había fallado. Recordó que el chico se había retirado a la oficina de Dumbledore para ver las memorias de Snape, solo. Probablemente ya debería haber acabado, entonces, ¿por qué no había regresado aún? A menos que…

No. Él nunca –no pudo haberlo hecho. Pero, tal vez…

Se permitió pensar lo impensable. Él pudo haber seguido las órdenes de Voldemort, y haber ido al Bosque Prohibido para intentar vencerlo de una vez por todas. Era algo riesgoso, impulsivo, precipitado, suicida, era algo… que él haría. Había una alta probabilidad de que él hubiera decidido seguir sus instintos de salvar a todos –de nuevo- y estuviera en camino hacia la trampa, sino es que ya había llegado.

La joven se levantó y estaba a punto de irse cuando una mano se aferró a su muñeca y la detuvo. Era Ron, quien la observaba con una mirada inquisidora. Por un segundo se había olvidado de que él estaba ahí.

-¿Qué estás haciendo?

-Lo siento, Ron, pero tengo que irme

-¿Ir a dónde?

-A buscar a Harry

-¿Por qué? El está en la oficina de Dumbledore, ¿recuerdas? Y fue bastante claro al decirnos que quería estar solo

-Seguramente ya terminó de ver los recuerdos de Snape

-Entonces ya debe venir para acá, le dijimos que estaríamos aquí, así que el podría cruzar esas puertas en cualquier momento

-No lo creo- dijo mientras se mordía el labio –Creo… creo que ha ido a ver a… ya-sabes-quien

-¡Eso es ridículo!

-Aún así, necesito asegurarme de que está bien y no se dirige a una posible muerte

-¿Entonces sólo vas a dejarme aquí?- le preguntó, y ella volteó a otro lado –Hermione, ¡él está bien! Yo te necesito en este momento, conmigo…

Hubo una larga pausa. El resto de los pelirrojos no había escuchado su conversación, o simplemente los habían ignorado; de todas maneras tenían otras cosas de las que preocuparse. El silencio pareció durar una eternidad mientras ella pensaba en todas las cosas que él había dicho, hasta que finalmente habló. Ron deseó que nunca lo hubiera hecho.

-Él me necesita más que tú

Y dicho esto, se volteó y se marchó tan rápido como pudo, dejando a un indignado Ron pensando en su traición.

Llegó al destruido vestíbulo de la entrada justo a tiempo para ver una de las grandes puertas ser abierta por una fuerza invisible. Al parecer, su amigo tenía puesta la capa de invisibilidad. La chica corrió hacia la puerta y cuando estaba a punto de salir, chocó contra algo invisible. Estaba en lo correcto, era él. Extendió su mano hacia la nada hasta que tocó algo suave, y luego procedió a remover la tela. Su mejor amigo apareció ante sus ojos, sorprendido de que lo hubiera descubierto. Mientras lo miraba a los ojos, supo que sus temores eran ciertos, él iba a entregarse.

-No lo hagas Harry- le dijo en un vano intento por detenerlo

-Tengo que- le contestó el joven con un suspiro

-No, no tienes que. Seguiremos luchando, podemos vencerlo…- no podía dejar que se diera por vencido tan fácilmente.

-No hay otra opción, 'Mione- le dijo con un tono derrotado

-Pero si vas, él… te matará- su voz estaba impregnada con miedo

-Esa es exactamente la razón por la que voy.- ella lo miró confundida –Debo morir.- se escuchaba resignado –Porque soy un horrocrux-

-¡¿Qué?!- lo miró con ojos desorbitados –No, no, no… no puede ser p-posible- dijo trabándose

-Hermione…

-¡NO! Eso… no… ¡eso no es justo!- se aventó a sus brazos y lo abrazó como si no hubiera un mañana, porque probablemente no lo habría.

Mientras se abrazaban, ella pudo sentir ese ardor en sus ojos que le indicaba que pronto emanarían lágrimas. ¡Era algo tan injusto! ¿Por qué la vida era tan cruel con él? ¿Por qué no sólo podía tener el final feliz que él tanto merecía? Se sintió desesperanzada, inútil… e increiblemente molesta con el universo. Las lágrimas de enojo finalmente se escaparon, y ella sólo pudo apretarlo más fuerte, pero no escuchó ninguna queja de su parte.

Él la estaba abrazando de regreso, aferrándose a ella como si fuera la vida misma. Ella era la única cosa que lo estaba deteniendo de ir a encontrarse con la muerte, y no la quería soltar. Deseaba poder quedarse así por siempre, no quería morir. Toda su vida había estado en peligro, y siempre había existido la posibilidad de que no sobreviviera a todas sus aventuras, pero siempre se las había arreglado para superar todo lo que la vida le mandaba. Secretamente, él siempre había tenido la esperanza de que vencería este infierno y tendría un futuro. Sin embargo, todos sus sueños y esperanzas habían sido aplastados por la cruel realidad. Comenzó a llorar, y ocultó su rostro en el cuello de su amiga para ahogar su llanto.

No permanecieron mucho tiempo así, pero ellos sintieron que habían sido años. Cuando finalmente se separaron, sus ojos se encontraron y transmitieron todo lo que habían sentido mientras se habían abrazado. Era tan intenso que necesitaban más contacto, así que se inclinaron hasta que sus frentes se tocaron, sin dejar de mirarse un sólo momento.

-Debo irme ahora

-Voy contigo

-No

-No te dejaré irte sin mí

-Te matarán si vas conmigo

-Entonces moriré a tu lado

-No. Tienes toda una vida por delante, gente que se preocupa por tí.

-Tu también

-¿Pero qué hay de tu futuro? Tú quieres estudiar, quieres trabajar. ¿Qué hay de tus padres? ¿Qué hay de Ron?

-Mis padres ni siquiera me recuerdan, y Ron podrá superarlo. Pero yo, yo no puedo vivir si tú no estás conmigo, no podría soportar que te fueras.

-¿En serio estarías dispuesta a morir por mí?

-¿Acaso necesitas preguntar? ¡Como si no me conocieras! ¿Qué no haría yo por ti?

¿Qué no haría ella por él? Esa era una pregunta sin respuesta, ya que ella siempre había hecho cualquier cosa, y siempre lo haría. ¡Incluso estaba dispuesta a morir por él! Se sentía abrumado por ésto, pero tampoco podía evitar sentirse agradecido, aunque había otra cosa oculta ahí, algo que nunca había sentido por nadie. Por nadie más que por ella, pero era más fuerte en ese momento. Su corazón latía más rápido, y se sentía cautivado por sus orbes cafés. Se acercó más a ella instintivamente, y entonces ocurrió.

Sus labios se unieron en un beso que los dejó sin aliento. Estaba lleno de emociones, el temor a la muerte, ira dirigida hacia el destino cruel, tristeza porque sería su último momento juntos, y sobre todo, amor. Un amor que siempre había estado ahí, pero de una manera distinta.

Y entonces lo supo, no podía dejarla morir. La amaba demasiado para condenarla de esa forma. Así que cuando el beso acabó, se aprovechó de que sus ojos seguían cerrados para lanzarle un hechizo. De repente ella se sintió exhausta, y dejó caer todo su peso en él, quien cuidadosamente la acostó en el suelo.

Y justo antes de que la inundara el sueño, lo escuchó decir: "Te amo".