El viento soplaba con fuerza, movía nuestros cabellos a su paso. Cabalgábamos a ritmo para poder llegar a tiempo, veía a Anthony sonriendo feliz, le encantaba cabalgar, tenia puesto su traje, apropiado para este tipo de eventos. Dirigí mi vista al camino nuevamente y lo que vi, me hizo sudar frio. .
-Cuidado Anthony!- alcance a gritar, puesto que un pequeño zorro se había atravesado en el camino.
Alcance a frenar a tiempo; solo observe como el caballo de Anthony se sacudió violentamente e hizo que saliera volando por los aires, me quede helada al ver la escena. El yacía inerte en el suelo, no se movía, el no podía estar. . Él no. . .
Llegue hasta él, sentía mis piernas temblar, no pude mas y me deje vencer junto a él; trate de moverlo, pero no pude mas y en eso, todo se volvió negro.
-Anthony! Anthony!- grite con todas mis fuerzas, abrí los ojos, trate de enfocar mi vista, estaba aturdida y desorientada. Intente levantarme con las pocas fuerzas que tenia, las paredes, el suelo, los muebles, todo era tan familiar, estaba en mi habitación.
Escuche la puerta abrirse, dirigí mi vista hasta ella y la encontré con el rostro aliviado, pero en sus ojos se podría apreciar, dolor, preocupación, tristeza; me preguntaba por qué.
-Candy, que bueno que ya despertaste, nos tenías muy preocupados a todos.- dijo con un leve nerviosismo en la voz.
-Anthony! Doroti, donde esta Anthony?- pregunte con ansiedad.
Ella me miro con tristeza. –Candy, Anthony. . . Anthony está. . . – no puedo mas y sus lagrimas salieron de su rostro, intento ocultarlo con sus manos. Mi corazón se paro en ese instante, mi cuerpo se puso rígido, no podía ser, me negaba a creerlo.
-Tengo que encontrarlo, tengo que encontrarlo- dije al tiempo que me paraba para ir a buscarlo.
-No Candy, aun estas débil, no hagas esfuerzos- intento detenerme
-No! Tengo que encontrarlo!- intente forcejear con ella, pero era inútil, no tenía fuerzas y tenía un terrible mareo, mi vista comenzaba a desvanecerse.
Escuché nuevamente el sonido de la puerta, pero hice caso omiso.
-Señorita Candy, debe descansar, aun se encuentra débil- dijo el doctor con seriedad. Así que él es el que había entrado.
-Pero. .
-Basta Candy, hazle caso- gire al lugar de donde provenía esa voz. Me encontré con el semblante preocupado de Archie
-Tiene razón, debes descansar- ahora era Stear, ambos tenían algo, lo presentía.
-Pero chicos. . . Anthony. . Donde esta Anthony?. . Por favor sean sinceros, que le ocurrió?- de repente la habitación se sumió en un lúgubre silencio, Doroti comenzó a llorar de nuevo, el médico se quedo callado.
En cuanto a los chicos, Stear agacho la mirada y Archie apretó los puños, se encamino al balcón. Algo no andaba bien, me negaba a creerlo.
-Candy. . . Anthony. . .él. . – Archie no hablaba claramente, pero continúo.- Lo siento tanto Candy, pero al caer del caballo, se golpeo la cabeza, los doctores dijeron que el impacto fue muy fuerte, por lo que Anthony. . . murió al instante. . – termino de decir con la voz rota.
Me sentía vacía, al parecer iba en picada a un precipicio del que no quería salir, mi respiración se acelero, mis piernas fallaron y caí. Las lágrimas no tardaron en aparecer, en unos segundos mi rostro estaba bañado con ellas; sentía la garganta seca, tenía ganas de gritar, llorar, destrozar cosas, pero estaba inmóvil, ningún musculo respondía; al parecer estaba seca. Y llegó por fin . . Grité. . . Como nunca en mi vida lo había hecho.
-NOOOO! NOOO! ÉL NO PUEDA ESTAR. . EL NO ESTÁ MUERTO!
-Tranquilízate Candy, no te hará bien- dijo Doroti tratando de tranquilizarme, pero yo no la escuchaba, estaba en otro mundo.
-NOOO! NOO! NOOO!
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-NOO!- desperté sudando. Me senté en la cama.
-Solo fue un sueño, solo fue un sueño- me repetía una y otra vez, todo se había sentido tan real, que un escalofrió recorrió todo mi cuerpo.
Me lleve las manos a la cabeza, intente regular mi respiración. Solo había sido una pesadilla, otra vez. . .
Me levante, camine hacia el balcón de mi habitación, toque la manija, la cual estaba fría, la gire con un movimiento lento, se abrieron las puertas. El viento azoto en mi rostro, dejando entrar de paso algunos pétalos de rosa, era esa época del año, en donde se caen y el suelo del jardín se inundan con ellos.
Observé la negrura de la noche, la luna estaba en su punto máximo; cerré los ojos y disfrute del viento. Los abrí nuevamente y pronuncie para que solo el viento y la luna, sean testigos de mis palabras.
-Solo fue una pesadilla, él está bien. Pronto lo volveré a ver, falta poco. Te esperare Anthony, fue una promesa-.
Ella sabía que él regresaría, para estar con ella, ambos lo prometieron, era una promesa que no tenían pensado romper.
Un pétalo de la flor Candy, descansó sobre su mano, el viento nuevamente sopló, llevándoselo consigo.
Ella observó a la luna, pidiéndole que pronto llegara aquel día, en que se volvieran a encontrar. En otra parte del mundo, un muchacho también observaba a la luna, rogando lo mismo que Candy.
Tal vez estaban separados físicamente, pero sus almas se encontraban mas unidas que nunca. Nadie se lo podía imaginar, pero su amor, hacia lo imposible, posible. . .
