Buenas. Mi sueño es convertirme en guionista de Manga o anime, así que mientras lo consigo, me dedico a escribir fanfictions de Bleach, Naruto etc. Espero que os guste el inicio de esta larguíiiiisima historia de Bleach.
dudas sobre la serie y a Jacob por ayudarme tanto y aguantar mis continuas notas de voz de 10 minutos.
500 años tras la captura y condena de Aizen, la vida a vuelto a la normalidad, aunque eso está a punto de cambiar.
500 Años Después
Inur y Suzume
Encuentros
En esta historia se narran los acontecimientos que tuvieron lugar 500 años después de la Batalla entre Aizen y Kurosaki. La gran aventura que iban a vivir dos jóvenes Shinigami que, aunque provenían de mundos muy diferentes, iban a compartir. Sus nombres eran: Airun Takagi y Suzume Mizuno.
Suzume giró y recorrió el pasillo de madera con aire pensativo. Se trataba de una muchacha de unos aparentes 17 años, de cabello oscuro y largo que le caía suelto sobre los hombros y ojos de color negro, llevaba unas finas gafas con aspecto de ser caras. Llevaba el uniforme de los principiantes en la Escuela de Shinigami. Era de una tela muy buena, fuerte y sedosa. Eso se debía a que la muchacha provenía de una familia bastante relevante, que en los últimos doscientos años había crecido en importancia.
Por ello, desde su nacimiento había estado previsto que se convirtiera en Shinigami y, con suerte, se hiciera capitana. Pero no había prisa. De momento había superado la prueba de acceso con bastante buena nota y todavía le quedaban muchos años de entrenamiento por delante. Pretendía conformar a sus padres, pero también era su sueño convertirse en Shinigami. Así que pensaba poner todas sus ganas en ser una estudiante modelo.
Airun era una joven de aparentes 20 años de cabello grisáceo, algo extraño para alguien de su edad, corto y ojos de color azul oscuro. Se había criado en un barrio pobre del Rukongai y había tenido que aprender a ganarse la vida por sí misma. Un día, cuando iba al trabajo se había topado con un Hollow que estaba atacando a unos niños, quienes le habían pedido ayuda y, Airun, que ya se había encontrado alguna vez en una situación parecida, había decidido intervenir y, con el grito "No los tocarás", un gran relámpago había surgido de su cuerpo y hecho huir al Hollow.
Una Shinigami que, por casualidad andaba cerca, había sido testigo de este hecho y, dándose cuenta del gran poder que esta poseía, le había propuesto que acudiera a la Academia de Shinigami y, Airun, tras varios días, había aceptado este ofrecimiento, se había despedido de su familia y se había marchado a la Ciudad.
Sorprendentemente la habían admitido en la Academia, aunque Airun sospechaba que aquella Shinigami de algún modo había tenido algo que ver en ese hecho, sus notas de entrada daban pena. Entonces ¿Qué hacía ella allí? ¿Qué probabilidades tenia de convertirse en Shinigami?
Airun caminaba por un pasillo todavía dándole vueltas al, cómo había llegado a ese lugar y a esa situación, que no se dio cuenta, hasta que ya era demasiado tarde, de que estaba a punto de chocar con otra alumna que iba en dirección contraria.
Suzume continuó caminando al frente, sin ver nada porque llevaba la agenda abierta y la examinaba con detenimiento. Entonces, repentinamente, chocó contra alguien y el pico de la agenda estuvo a punto de metérsele por el ojo. Retrocedió atropelladamente, desconcertada y enfadada, y vio a una chica frente a ella.
- ¡Eh! ¿Se puede saber qué haces?! - le espetó, frotándose un ojo.
- Yo... lo siento mucho, no me había fijado, lo siento- trató de disculparse Airun.
- ¡Casi se me ha salido un ojo! - la fulminó con la mirada. Airun bajó la cabeza.
Suzume esperó a que dijera algo más. La examinó de arriba abajo con cierto desparpajo y comprobó que su hakama era barato, seguramente se lo habrían dado en la misma escuela. Debía ser una pobretona, con seguridad del Rukongai. Por eso decidió no darle más importancia de la que merecía.
- Ten cuidado la próxima vez- le dijo, y continuó con su camino sin molestarse en volver a mirarla.
Airun no respondió. Aquella muchacha tenía aspecto de pertenecer a la aristocracia ¡Y se había chocado con ella! Se quedó un rato más allí, reprendiéndose mentalmente "Tenía que tener más cuidado en el futuro".
Estaba sumida en sus pensamientos, así que no se había dado cuenta de que la gente se había empezado a marchar ya a la clase, pues el timbre ya había sonado, así que echó a correr, llegar tarde el primer día no le ayudaría nada en su integración en la escuela.
Suzume entró, puntual, a clase, y se sentó en uno de los cojines que había distribuidos junto a las paredes. Tenían que esperar a que el maestro pasara lista y les ordenara lo que hacer. Vio que la chica con la que se había chocado entraba rápidamente y frunció el ceño. ¿Así que iban a la misma clase? En ese momento el profesor empezó a pasar la lista. Cuando hubo terminado, todos se inclinaron.
Entonces el profesor exclamó:
- ¡Os pondréis por parejas, así que prestad atención, que luego no quiero que haya despistes!- y empezó a emparejar a los alumnos.
Airun escuchaba más o menos las instrucciones del profesor. una vez este hubo terminado de hablar, Airun se puso a buscar a su compañero, sólo sabía que se llamaba Suzume.
Suzume buscó a su compañera, llamada Airun. Cuando casi todos los demás se hubieron puesto por parejas, su mirada recayó en la chica de antes. Y pegó un bote. No podía ser... Miró a su alrededor, pero ya estaban todos menos ellas. Soltó un suspiro resignado y se acercó.
- ¿Eres Airun?
- Sí- dijo ella- me llamo Airun Takagi.
- Qué ironía que nos toque juntas, ¿eh?
- Sí, oye, de verdad, lamento lo de antes...
- No pasa nada- respondió con algo de sequedad.
El profesor, entonces, les ordenó que practicaran los Kido por parejas.
- ¿Sabes usar alguno?- preguntó con retintín.
- Bueno...- respondió Airun apartando la mirada. sí sabía, pero... era penosa, apenas sabía concentrar su Reiatsu para usar un Kido.
Suzume no pudo resistir a soltar una risita burlona.
- ¿Quieres que te muestre cómo se hace?
- Sí, sería genial- dijo, tratando de ocultar su inseguridad.
Y casi sin tener que apuntar, Suzume exclamó en voz alta la invocación y disparó una bola de fuego a una de las dianas. No dio en el centro por muy poco, pero fue un disparo bastante acertado y el profesor la felicitó.
- ¿Has visto cómo se hace?
Airun asintió y trató de imitarla, pero no logró hacerlo bien.
Suzume puso los ojos en blanco.
- ¡Tienes que decirlo con firmeza!
- Lo siento, yo... lo intentaré de nuevo.
Airun se concentró en la diana, en reunir todo su poder en la palma de sus manos y recitó la invocación.
Lo que sucedió, nadie se lo esperaba, un gran relámpago emergió de su cuerpo, causando una gran explosión.
Suzume pegó un alarido y cayó de culo, con parte del hakama y de su pelo chamuscados. La madera humeaba y se había vuelto negra. El profesor vino a todo correr.
- ¿Qué ha pasado aquí?
Airun estaba en el centro del desastre, tenía las manos llenas de quemaduras.
- ¡Takagi ¿Estás bien?!
Airun no se atrevió a mirar a su profesor, así que asintió con la cabeza. tenía la mitad de la cara quemada por el rayo.
Suzume se incorporó, temblando. Por suerte, estaba intacta. Pero la ropa le quemaba y había estado a pelo de acabar fulminada.
- ¿¡Se puede saber por qué has hecho eso!?- chilló-. ¡casi me matas!
- No, no lo sé... yo...- Airun miró por fin a su alrededor, los alumnos se habían reunido al fondo de la clase, asustados- Yo... lo siento- y tras decir esto, salió corriendo de la clase.
Suzume estuvo a punto de sentir pena por ella. A punto. Pero vio de nuevo su ropa calcinada y apretó los puños. Esa chica no le iba a caer nada bien. Estaba convencida.
El fin de las clases llegó y todos salieron a la calle a tomar su almuerzo. Suzume estaba charlando con unos amigos cuando se dio cuenta de que la tal Airun estaba sola, sentada debajo de un árbol. Le habían puesto una enorme tirita en la cara y tenía las manos vendadas. Dudó un poco, pero al final se acercó a ella.
- ¿Estás mejor?- preguntó con algo de brusquedad.
Airun levantó la cabeza y la miró.
- Está claro que yo no valgo para esto- dijo- - Sería mejor que regresara a mi casa en el Rukongai.
- ¿Y cómo has pasado el examen, si no vales para esto?
- Pues… una Shinigami... me ayudó- explicó- no sé quién es, pero...
- ¿Una Shinigami?- Suzume frunció el ceño. No había muchos Shinigami que pudieran convencer al jurado para que metieran a alguien del Rukongai en la escuela- ¿Cómo era?- quiso saber.
- Era una chica- explicó- de cabello oscuro, no sé más.
- Eso no es mucho... ¿Muy mayor o joven? ¿Sabes al menos de qué división es?
- Parecía ser joven, aunque, por su mirada parecía tener muchos años a sus espaldas- Airun meditó un segundo- Tenía nombre de fruta- dijo con una sonrisa.
- Fruta... fruta... Fruta... - Suzume se devanó los sesos, intentando pensar en algún Shinigami que...- ¡No!
- ¿Sabes quién es?
- ¡Pero es que no puede ser! Déjalo, no puede ser- sacudió una mano, como si quisiera deshacerse de su idea a manotazos.
Airun la miró, interrogante.
- El nombre no sería Momo, ¿verdad?
- Eh, pues ahora que lo dices, sí me suena; sí, era Momo- dijo muy convencida- ¿pasa algo?
Suzume se había puesto pálida.
- Momo es el nombre de la Capitana Hinamori.
- ¡Una Capitana!- exclamó Airun.
- Sí- afirmó Suzume, pálida como un muerto. Se llevó una mano a la boca. Y se había estado metiendo con ella...
- ¿Y es muy importante?
- Bueno ¿Qué te piensas que es una Capitana?
- Pues no lo sé, yo no entiendo de rangos ni cosas de esas- dijo Airun- en el Rukongai no hay nada de eso, tú eres tú y punto.
- Pues es muy sencillo. Los Shinigami se dividen en trece divisiones...- y Suzume empezó a explicarle la composición de las trece divisiones-. Momo, digo, la Capitana Hinamori es de la Quinta División. Para convertirse en Capitán no hay que ser fuerte, sino lo siguiente. Es uno de los puestos más altos a los que se puede aspirar en el mundo.
Airun la escuchaba con la boca abierta.
- Vaya, nunca me hubiera imaginado que aquella chica era alguien tan importante- dijo Airun- fue tan amable...
Airun cerró los ojos, rememorando aquel día otra vez en su mente.
- Y pensar que alguien tan importante creyó en mí- se miró las manos- pero... yo sólo sé causar problemas, mírate la ropa, te la he destrozado.
- Bueno- Suzume arqueó una ceja -. Supongo que tampoco es para tanto. Total, es ropa. Así que no te pongas así. Si La capitana te escogió a ti, será por algo- refunfuñó.
- ¿Tú crees?
- No, me lo estoy inventando- gruñó-. ¡Claro que lo creo!
- Bueno, si es así, supongo que... lo puedo intentar otra vez- Airun se levantó del suelo y dio unos pasos- Oye- dudó un momento- ¿tu podrías ayudarme?- Airun se inclinó frente a Suzume- por favor.
- Aish... Bueno, que luego no se diga que soy mala persona. Venga, te lo explicaré otra vez.
Y Suzume se puso a explicarle, paso por paso, lo que tenía que hacer.
De esta manera pasaron las semanas, Airun y Suzume, pese a sus diferencias culturales, se fueron cogiendo cierto cariño, aunque Suzume perdía, constantemente los nervios, ya que Airun, al no conseguir los resultados que quería, se ponía a decir que ella no servía para eso y se enfurruñaba y, en ocasiones, huía de clase. Pero los profesores se fijaron en que siempre era Suzume la que la traía de vuelta y la tranquilizaba. De modo que el día que decidieron llevarlas al mundo humano para cumplir una misión las mandaron juntas junto a un gran grupo de aprendices de Shinigami
- Estoy un poco nerviosa- dijo Airun.
Se encontraban a punto de cruzar el Portal al Mundo Humano.
- Ya verás que lo hacemos bien. ¡Además, vienes conmigo!- le sonrió Suzume -. Y con los Jefes de Grupo- añadió con una risita-. No nos va a pasar nada,.
- Ya, bueno. ¿Nos harán pelear con algún Hollow?
- Qué dices... Vamos., no creo...
Entonces el responsable les llamó la atención y les hizo cruzar el portal.
- Mejor, no me siento capaz de enfrentarme a uno- dijo Airun, cruzando la puerta junto a su amiga.
Una vez allí, curiosamente en un país que no era JAPÓN, sino uno occidental los mandaron distribuirse y buscar a un plus para mandarlo a la Sociedad de Almas. Solo necesitaban mandar a uno cada uno y volver. Tenían cuatro horas a partir de ese momento.
Suzume y Airun se pusieron a buscar a un fantasmita con el que practicar el Funeral del Alma; al final vieron a un gato que nadie más a parte de ellas veía y se fueron a perseguirlo. Por supuesto, había un tope, una línea que no podían cruzar.
- ¡Agh, que se escapa! - chilló Suzume.
- Lo tengo- gritó Airun, saltando y tratando de cogerlo, pero este se le escurrió entre las manos y ella cayó al suelo de bruces.
- ¡Mierda!- Suzume saltó por encima de ella y cogió al gato por la cola, este soltó un maullido y se lanzó contra su cara-. ¡Ah! ¡Airun, haz algo!
Airun se levantó y con el mango de su espada le atizó al gato en la cabeza.
- ¡Uf, gracias!- Suzume lo sujetó- Corre, hazle el juicio del alma.
Airun, tal y como le había visto hacer a un compañero, le puso el reverso de la espada en la cabeza y el gato desapareció en una luz azul.
Suzume tenía la cara llena de arañazos y se la tapaba con las manos, quejándose en voz alta, mientras caminaba sin rumbo. No vio que se acercaba al límite de la barrera.
- Espera Suzume, esta parte de la ciudad no sale en el mapa que nos dieron en clase- dijo Airun, consultando el mapa.
- ¿Qué?- musitó Suzume -. ¡Oh, mierda, me va a dejar cicatriz, seguro! ¡Yo no puedo volver y que me vean así! ¡Seré el hazmerreír de la clase!- se quejó, dando un paso al frente.
Y atravesó la barrera. Airun la siguió.
Suzume caminó varias calles, despotricando contra todos los gatos habidos y por haber en el mundo cuando se detuvo en seco.
- ¿Has oído eso?- le preguntó a Airun.
- ¿El qué?
- ¡Ese... rugido!
Se quedaron en silencio, escuchando. A lo lejos, se podía oír un rugido que se acercaba rápidamente. Airun se quedó quieta, conocía ese sonido muy bien.
Las dos se miraron, aterrorizadas.
- ¡Un Hollow!- gritó Suzume.
Así era, escasos segundos después, un gran Hollow aparecía ante ellas. Suzume se quedó paralizada, muerta de miedo, sin saber qué hacer. Era la primera vez en su vida que veía un Hollow y el terror pudo con ella.
Airun, ya acostumbrada a verlos, fue la primera en reaccionar. Agarró a Suzume del brazo y echó a correr. El Hollow gritó y salió disparado tras ella. De un simple salto se plantó enfrente y les cortó el camino Airun miró a su alrededor, estaban en un callejón sin salida.
- ¿Qué hacemos?- tartamudeó Suzume
Airun se quedó muy quieta, con la vista clavada en el Hollow.
- No, no…- murmuraba- no lo sé.
El Hollow rio con una voz penetrante y se relamió los labios.
- No tengáis miedo. Intentaré... no haceros daño - y se abalanzó sobre ellas.
Airun apartó a Suzume de un empujón y se puso delante de ella.
- ¡Oh, la primera!- rio el Hollow y la atrapó por la cintura con una de sus grandes manos. La chica gritó de dolor.
- ¡Airun!- chilló Suzume, desenvainando su katana y arrojándose contra el Hollow, de repente sin miedo, solo furiosa- ¡Suéltala!
- Ja, aquí viene la otra- dijo el Hollow, dándole un gran puñetazo que la estampó en una pared. Suzume, aturdida, resbaló hasta el suelo, donde se quedó inmóvil.
- Suzume- la llamó Airun, pero esta no respondió- No... Suzume- Airun logró coger la espada que portaba a la espalda y le hizo un gran corte en la mano al Hollow, quien la soltó.
Airun corrió junto a su amiga.
- Suzume- la llamó. Ella parpadeó. Y exclamó, con voz dolorida:
- ¡Cuidado, detrás...!
Cuando Airun se volvió sobre sí misma, vio que el Hollow, chillando de dolor, se lanzaba de boca hacia ellas, dispuesto a devorarlas.
- No, no lo harás-, dijo Airun- no permitiré que la mates- y su Reiatsu comenzó a concentrarse- no permitiré que mates a la persona que creyó en mí y me ha estado ayudando todo este tiempo, mi mejor amiga- y, dicho esto, una gran esfera roja se materializó en las manos de Airun- ¡Shakaho!- gritó y un gran rayo de energía golpeó al Hollow, haciéndolo retroceder.
Suzume se puso de rodillas y, haciendo un esfuerzo sobrehumano, lanzó una onda de agua, que abrió una herida en las piernas del Hollow. Pero el esfuerzo pudo con ella y se derrumbó.
El Hollow, herido y humillado, se lanzó una vez más contra las chicas, que ya eran incapaces de moverse, pero antes de que este llegara a su objetivo, una gran bola de fuego lo detuvo.
- ¡No te acercarás a ellas!- dijo una voz juvenil.
Airun vio una capa blanca ondear y, de pronto, la joven que la había salvado volvió a aparecer delante de ella.
La capitana Hinamori entrecerró los ojos y dio un shunppo y el Hollow cayó, decapitado.
- ¡Ca-pitana Hin-namo-ri!- exclamó Airun.
Ella se volvió y les sonrió.
- Me alegro de haber llegado a tiempo.
- ...- Airun fue a decir algo, pero la voz no le salió.
La Capitana le puso una mano en el hombro y dijo:
- Estaba segura de que podías hacerlo, no me equivocaba, tienes un gran potencial- y luego, dirigiéndose a los Shinigami que la acompañaban dijo:- llevadlas junto a la Capitana Unohana ahora mismo.
Nota de la Autora:
Buenas, espero que os haya gustado este capítulo, si es así, dejadme un review por favor con vuestras sugerencias o críticas; lo de la ortografía, lo sé, soy consciente y trabajo para arreglarlo, así que… sed un poco comprensivos por favor.
Ahora, sobre la historia:
Me he dado cuenta de que es raro que ambas estén en la misma clase y que les manden practicar Kido el primer día, así que os daré una pequeña explicación:
No es el primer día, puede ser que el curso ya haya comenzado y que, Airun entre a la escuela después, por intervención de Hinamori.
Esta historia no tiene en cuenta ninguno de los acontecimientos del Manga tras la finalización de la Saga de Aizen, así que no esperéis ver a ninguno de los Vizard cómo Capitanes ni nada. Quería darle el puesto a Hinamori, creo que, tras todo lo ocurrido, se lo merece. Y porque… yo no puedo leer el manga XD.
Bueno, cualquier duda o comentario sobre esta historia, dejádmela en un review.
