—Judy, ¿alguna vez te has preguntado cómo hemos conseguido mamá y yo ser tan felices?
Ya empezaban.
—No —Judy rodó los ojos mientras sus padres le decían otra vez lo mismo de siempre. Que si lo que tenía que hacer era conformarse, que si un conejo nunca había sido policía, que si era algo completamente imposible. ¿Por qué no la apoyaban? Los padres están para eso, ¿no?—. Pero entonces tendré que ser yo la primera, porque voy a hacer del mundo ¡un lugar mejor! —exclamó emocionada mientras hacía una pirueta. Por mucho que lo intentasen no conseguirían quitarle la idea de la cabeza. Su padre se rio nerviosamente cuando llegaron a su establecimiento.
—Oh si de verdad quieres hacer del mundo un lugar mejor la mejor manera de conseguirlo es cultivar zanahorias.
—Eso es —intervino su madre—. Papá, tus 275 hermanos y hermanas y yo estamos cambiando el mundo.
—Sí.
—Zanahoria a zanahoria.
—Bien dicho, cultivar zanahorias es una digna profesión.
Judy dirigió su mirada hacia otro lado deseando que se acabase aquel sermón y fue en ese momento cuando vio como Gideon y Travis empezaron a seguir a sus amigas. Si Gideon te seguía estabas en un buen lío, eso significaba que quería que le dieras algo y él nunca aceptaba un no por respuesta. Como lo de sus padres parecía que no iba a acabar pronto decidió ir a ver que se traía entre patas.
—Como no me des tus entradas ahora mismo te voy a sacudir a base de bien —dijo Gideon mientras empujaba a su amiga.
—¡Ay! Déjame Gideon.
—Beee beee. Qué vas a hacer, ¿llorar? —dijo el abusón mientras aprovechaba para quitarle las entradas.
—¡Oye! Ya la has oído, déjala —dijo Judy mientras se enfrentaba a Gideon. El zorro simplemente se rio.
—Bonito disfraz pringa. En qué mundo de pirados vives si crees que una coneja puede ser policía.
—Devuélvele las entradas a mi amiga —respondió Judy sin hacer mucho caso a su pregunta y extendiendo su pata izquierda.
—Ven a cogerlas—le contestó Gideon mientras se golpeaba el abdomen—. Pero ten cuidado, porque soy un zorro, y como has dicho en esa obra estúpida los depredadores nos comíamos a las presas, y aún llevamos el instinto asesino en el A.N.N.
—Eh, me parece a mí que se dice A.D.N. —le corrigió Travis por lo que se llevó un codazo de su amigo.
—No me digas lo que ya sé Travis.
—No me das ningún miedo —contestó Judy confiada, lo que hizo que Gideon le diera tal empujón que acabó por tirarla al suelo. Sus amigas gritaron y fueron corriendo a esconderse detrás de un árbol.
—¿Te lo doy ahora? —preguntó el zorro mientras sonreía y se acercaba a ella de forma amenazadora.
—Le tiembla la nariz, tiene miedo sí.
—Llora pequeña conejita, llora —dijo intentando intimidarla aún más pero Judy no se iba a rendir tan fácilmente, así que le propició una buena patada en la mandíbula. Cuando lo hizo sus amigas se escondieron aún más, asustadas de la reacción de Gideon. La expresión del zorro cambió completamente, ya no sonreía y parecía que estaba dispuesto a hacerle daño.
—Vas a lamentar haber hecho eso —El depredador sacó sus garras y arañó a Judy. Sus amigas gritaron y se fueron a buscar a sus padres. Judy se llevó la pata a su mejilla para inspeccionar la herida pero no tuvo tiempo ya que Gideon la retuvo en el suelo—. Quiero que recuerdes este momento la próxima vez que pienses que puedes ser algo más que una conejita boba cultivadora de zanahorias.
Parecía que el abusón no había acabado ahí, sacó las garras de su otra pata y la levantó, esta vez dispuesto a arañarle toda la cara. Judy cerró los ojos, preparándose para el segundo arañazo.
—¡Gideon!
Que nunca vino.
La conejita abrió los ojos y vio como otro zorro se acercaba a ellos. Era un poco más bajo que Gideon y tenía los ojos verdes. Parecía tener la misma edad, o como mucho un año más.
—Gideon déjala, no te ha hecho nada.
—Nick —Gideon guardó sus garras y dirigió toda su atención a su primo—. No te importa si me ha hecho algo o no.
—Sí me importa si la hieres, no voy a permitir que la hagas daño.
—¿Por qué? ¿Porque es lo que haría un buen scout? —dijo en un tono burlesco. Nick se entristeció, estaba claro que lo que había dicho no le había sentado bien, pero se repuso rápidamente. La calma invadió su rostro mientras cruzaba sus brazos por detrás de su espalda.
—¿Los tíos saben que tú y Travis os vais al campo de noche para robar algunos arándanos? —Los ojos de Gideon se abrieron como platos, claramente sus padres no tenían ninguna idea de sus aventuras nocturnas.
—L-lo que haga o deje de hacer no tiene que importarle a mis padres.
—Sí que tiene hasta que seas mayor de edad, ¿y eres mayor de edad? No, no lo eres, que pena —Con su pulgar señaló la salida por la que las amigas de Judy se habían ido—. Vete sino quieres problemas.
—Vale tranquilo. De todas formas ya había acabado.
Gideon se levantó y chocó los cuatro con Travis. Cuando Nick se aseguró de que no iban a volver se acercó a Judy para ver como estaba.
—¿Estás bien?
—S-sí, gracias —la conejita se sentó y se llevó una pata a la mejilla izquierda para ver el estado de la herida. No tardó en notar algo de sangre y eso la asustó un poco.
—Déjame ver —dijo el zorro cuando se agachó a su lado. Judy giró su cabeza para que el depredador pudiera ver su herida—. No tiene buena pinta pero no parece que sea muy grave. ¿Cómo te llamas?
—Judy Hopps, ¿y tú?
—Nick Wilde —contestó con una sonrisa que la conejita no tardó en devolverle—. Por cierto has estado muy bien en la obra.
—¿Sí? Vaya, pues gracias otra vez.
—¡Judy!
Los dos animales giraron la cabeza hacia la fuente del sonido, que resultó ser la madre de Judy. Bonnie corría hacia ellos con una expresión que delataba su preocupación y muy de cerca la seguía Stu.
—Dios mío Judy, ¿estás bien? Déjame verte la herida.
Bonnie empujó a Nick para que pudiera abrazar a su hija. El depredador cayó al suelo pero no tardó en volver a levantarse. Intentó acercarse para explicarles lo que había pasado pero el padre de Judy se interpuso en su camino antes de que pudiera decir algo.
—¡Tú! No quiero volver a verte, ni a ti ni a nadie de tu especie cerca de mi familia, ¿¡entendido!?
Nick abrió la boca para intentar defenderse pero cerró el hocico en el último segundo. Bajó la mirada y se fue del descampado, si todas las presas le iban a ver como a un depredador peligroso no tenía sentido intentar hacerles ver que él no era así. Judy quería intervenir pero nunca había visto a su padre tan enfadado, así que decidió mantenerse al margen de toda esta situación.
Por ahora.
—Ya estoy en casa.
—Hola Nicholas, ¿cómo te ha ido el día?
—Muy bien mami —contestó con una sonrisa falsa. Su otra máxima, jamás dejes ver que te han hecho daño, no sólo se refería a sus atacantes.
—Así me gusta, ¿has jugado mucho con Gideon? ¿Cómo están los tíos?
—Sí y están perfectamente, voy a mi cuarto a descansar un poco.
—Muy bien, la comida estará en cinco minutos.
Nick susurró un vale casi inaudible y subió corriendo las escaleras. Nada más entrar en su cuarto se fue a la cama, donde se tumbó bocarriba. Unas lágrimas amenazaron con caer por sus mejillas pero él las detuvo a tiempo. No iba a llorar más, se lo prometió después de hacerlo durante varios minutos cuando consiguió quitarse ese maldito bozal. Esa sería la última vez que Nick Wilde lloraría, y por muy zorro que fuese él siempre cumplía sus promesas, por lo menos las que se hacía a sí mismo. Accedió a mudarse a Madrigueras porque pensaba que podría empezar otra vida con presas amables, no como aquellas que pertenecían al club de scouts, ni siquieran merecían llamarse scouts, no se comportaban como ellos. Volviendo al tema que nos ocupa Nick vio esta ocasión como una segunda oportunidad de retomar su vida: su madre había encontrado trabajo aquí, viviría con el resto de su familia y haría nuevos amigos pero estaba claro que todo el mundo le iba a ver como un ser sospechoso, embustero y peligroso. ¿Es que aquel suceso no le había enseñado nada? Siguió absorto en sus pensamientos y no volvió a la realidad hasta que escuchó como alguien llamaba a su ventana, lo que le extrañó ya que se encontraba en un segundo piso. Se asomó pero no vio a nadie, sólo una piedra aplastando lo que parecía ser un trozo de papel. Estaba seguro de que eso no estaba ahí cuando había vuelto así que presa de la curiosidad decidió bajar a inspeccionarlo. Cuando llegó quitó la piedra y desdobló el papel, que contenía un pequeño mensaje.
Ven a las 19:00 al descampado de esta mañana, solo.
¿Qué? Nick volvió a leer el mensaje para asegurarse de que lo había entendido bien. ¿Que fuera solo? Eso sonaba a que alguien quería hablar sobre algo importante, y con hablar Nick se refería a utilizar la violencia como sino hubiera un mañana. En circunstancias normales haría caso omiso al papel y no iría, además en ese momento no se sentía con muchas ganas, pero fue la firma que había al final lo que le hizo cambiar completamente de idea.
Judy Hopps.
¿Qué tenía que decirle aquella conejita?
—Nick, a comer.
—Voy mami.
Parece que la única forma que tenía de averiguarlo era yendo al lugar citado. Se guardó el trozo de papel en el bolsillo de su pantalón y volvió a entrar. Solamente esperaba que no fuera una trampa de Gideon.
A las siete en punto Nick llegó al descampado. Se asomó y vio que en el centro estaba Judy. Ya no llevaba un disfraz de policía sino un vestido blanco con un estampado de zanahorias y una cazadora vaquera y en su mejilla habían varias tiritas que cubrían el arañazo.
—¿Y bien? —dijo cuando por fin entró. Tal vez sonó demasiado brusco y Nick se sintió mal por ello pero a la conejita no pareció importarle, así que él tampoco lo hizo.
—Quería volver a darte las gracias y disculparme por lo que mi padre te ha dicho. En cuanto se calme se lo explicaré todo, tranquilo.
Esa respuesta le pilló completamente desprevenido, no se lo esperaba para nada. Bueno en realidad no sabía muy bien que esperaba pero fuera lo que fuera no era eso. Nick estuvo unos segundos en silencio, pensando qué debería responder, y cuando finalmente abrió el hocico para decirle que no había sido nada Judy se le adelantó. Se acercó a él y le dio una pequeña bolsa llena de arándanos.
—Son de la granja de mi familia, te aseguro que son los mejores del mundo —dijo con una gran sonrisa—. Gideon no para de decir que le encantan y al señor y la señora Grey también les gustan y como tú también eres un zorro... Sé que está mal estereotipar pero esta vez es por una buena causa. No te lo tomes a mal porfa.
—¿Cómo me lo voy a tomar mal? Es, yo —Nick estaba tan contento que se había quedado sin palabras—. Muchísimas gracias.
—De nada. Por cierto mis padres aún están trabajando en el campo, ¿quieres que juguemos un rato?
Nick asintió y desde ese momento el descampado se convirtió en el escondite secreto de Nick y Judy. Acudían todas las tardes a la misma hora para verse, hablar y jugar un rato. Así es como surgió la mayor amistad que jamás haya existido entre dos animales, ¿pero fue simple amistad? ¿O con el tiempo evolucionó a algo más?
—Mira que eres tonto —dijo Judy exasperada mientras le ponía algo de hielo al ojo morado de Nick. El zorro siseó de dolor pero a la coneja no le importó lo más mínimo.
—De nada por volver a salvarte de Gideon.
—No había que salvarme de nada, has sido muy imprudente —replicó enfadada. Como ya era costumbre Nick y Judy estaban en el descampado hablando sobre su día a día. Estaban la mar de tranquilos hasta que llegó Gideon y empezó a insultar a Judy. La coneja le dijo a Nick que le restara importancia y que le ignorase, ya que había visto como se había tensado por completo pero los insultos pronto subieron de tono. Nick se lanzó al ataque pero Gideon le esquivó y le propició un buen puñetazo en el ojo. Por suerte el abusón no se sentía especialmente agresivo así que solamente se rio de lo "patético que parecía" y se fue por donde había venido—. Te he dicho mil veces que me da igual lo que diga sobre mí.
—Pero a mí no.
—Eres incorregible —declaró con un suspiro. Como no conseguiría hacerle cambiar de parecer decidió cambiar de tema—. Oye sobre lo del miércoles-
—Tus padres no quieren que vaya a tu fiesta de cumpleaños, lo sé, me lo imaginaba, no es que les caiga muy bien que digamos.
—Me da igual lo que digan, voy a cumplir dieciocho años, ya soy lo bastante mayor como para tomar mis propias decisiones.
—No hace falta zanahorias, ya sé que has intentado convencerles mil veces de que no soy como todos. De todas formas tenía planeado hacerte otra fiesta aquí, como llevamos haciendo desde que nos conocimos.
—Ya pero —Judy suspiró y se centró en el moratón de Nick. Hablar sobre ese tema solamente conseguiría enfurecerla aún más así que decidió dejarlo estar.
Pasaron bastante minutos en silencio. Judy estaba centrada en el hematoma de Nick y el zorro en los preciosos ojos morados de su amiga que le miraban con preocupación. Sacudió su cabeza mentalmente y aclaró sus pensamientos. Notó como sus mejillas empezaban a calentarse y al final decidió contarle algo a lo que había estado dándole vueltas desde hace tiempo para desviar su atención.
—Sabes Judy —la coneja dejó de atender su moratón y le prestó su completa atención. Solamente le llamaba por su nombre cuando estaba enfadado, preocupado o quería indicar que lo que iba a decir era algo serio— he estado pensándolo y tras meditarlo durante un tiempo he decidido que quiero ser policía.
—¿En serio?
—Sí, estaría bien ayudar a los demás ciudadanos. Además quiero demostrar que se puede confiar en los zorros y creo que esta es una buena forma de hacerlo.
—¿Y esa máxima tuya de que si el mundo te ve como a un ser sospechoso y embustero no tiene sentido ser otra cosa? —preguntó Judy con una ceja alzada.
—Pues resulta que cierta conejita me ha hecho cambiar de opinión con su gran corazón y optimismo. Además seguro que cometes varias locuras y quiero estar allí para cubrirte las espaldas y asegurarme de que vas a estar bien.
—¿Es que crees que no puedo cuidar de mí misma?
—No, pero lo que quiero decir es que te encontrarás con tipos peores que mi primo y quiero protegerte tal y como lo he hecho durante todos estos años. ¿Acaso eso es un delito?
En el siguiente instante Nick se vio envuelto en uno de los mayores abrazos de su vida. Sus mejillas volvieron a enrojecerse pero no tardó mucho en calmarse.
—Gracias Nick, eres el mejor amigo que podría desear.
—Procura que tus padres no te oigan decir eso porque sino les dará un ataque al corazón —dijo mientras le devolvía el abrazo, haciendo que Judy estallara en una gran carcajada.
—Lo tendré en cuenta, y tú procura no meterte en más líos o será tu madre quien sufra un ataque al corazón.
—No prometo nada.
Judy se dio la vuelta. Se revolvió en su saco y volvió a darse la vuelta pero nada, no acababa de encontrar la postura. Al final suspiró y abrió los ojos mientras se ponía bocarriba. Mañana era el gran día, aquel en el que ingresaría en la Academia de Policía de Zootrópolis y estaría más cerca de cumplir su sueño y aunque quería dormir para llegar con energía su nerviosismo se lo impedía. Decidió contar las estrellas que iluminaban el cielo nocturno pero eso no dio resultado, pronto se aburrió.
—¿Estás despierto? —le preguntó al zorro que tenía al lado pasados unos minutos. Cuando no obtuvo respuesta giró la cabeza y vio que él estaba de espaldas a ella. Pensó que estaba dormido y volvió a dirigir su mirada al cielo estrellado pero en unos segundos le contestó.
—No, es imposible con todo ese ruido que haces al moverte.
—Lo siento, es que no puedo dormir.
—¿Nerviosa? —preguntó mientras abría los ojos y se daba la vuelta para hablar con su amiga— Mañana es el gran día.
—Sí, bastante.
—... Podemos volver a casa si quieres.
—No, quiero pasar esta noche aquí.
Habían decidido pasar una de sus últimas noches en Madrigueras en el descampado donde se conocieron hace tantos años, o el lugar donde empezó todo como les gustaba llamarlo. Donde se conocieron por primera vez, donde se hicieron oficialmente amigos, donde jugaban a escondidas de los padres de Judy, donde tuvieron su primera discusión y su primera reconciliación. En resumen, ese lugar lo significaba todo para ellos y por eso creyeron conveniente pasar la noche allí. Judy agradeció que el cielo estuviera depejado y que no hiciera mucho frío, ya que solamente tenían dos sacos de dormir, uno para cada uno. Nick había insistido en traer una tienda de campaña pero Judy se negó, alegando que eso solamente le restaría el atractivo de dormir a la intemperie.
—Tranquila, seguro que todo irá bien.
—Teniendo a mi mejor amigo al lado, ¿qué puede ir mal?
Nick sonrío y tomó la pata de Judy mientras volvía a cerrar los ojos. La coneja hizo lo mismo y se acercó un poco más a él. En realidad estaba un poco asustada, se podría decir que su futuro dependía de los nueves meses que empezarían a partir de mañana, pero de alguna forma estar cerca de Nick la calmaba. Se ve que su pasividad y su forma relajada de actuar conseguían aminorar su nerviosismo.
Mañana es el gran día fue el último pensamiento que tuvo antes de caer en los brazos de Morfeo.
(Por fiiiin, me ha costado horrores escribir este capítulo, tenía como cuatro o cinco versiones diferentes y ninguna me acababa de convencer así que al final decidí ser más fiel a la película de lo que tenía planeado en un principio. Sed fiel a las películas chicos, os pasarán cosas buenas.
Bueno pues esta historia es una petición de un/a encantador/a guest que me pidió que hiciera como un rewrite de la peli pero con estas condiciones:
-Nick se muda de peque al pueblo de Judy, donde la defiende de Gideon.
-Tienen la misma edad y se convierten en mejores amigos.
-Él y Gideon son primos.
-Nick decide alistarse en la academia de policía para demostrar que los zorros también son de fiar y cubrir las espaldas de Judy.
-Al llegar a Zootrópolis comparten piso.
-Que haya cierto interés amoroso (this is going to be interesting~).
Lo he calificado como un fanfic para todas las edades porque la película está calificada así pero si quieres que le dé un toque más maduro/adulto o como se diga dímelo en los comentarios. Asimismo si hay algo que a lo largo de la historia no te acaba de convencer no tengas reparo alguno en decírmelo, lo cambiaré encantada ^^.
WARNING: momento spam a mí misma.
Aprovecho para decir que si alguien por alguna extraña razón quisiera que le escribiera una historia acepto peticiones, solamente tiene que decirme de qué iría, el género y la calificación y si tiene cuenta en FanFiction me encantaría que me enviara un mensaje privado para poder discutir mejor los detalles.
WARNING: finaliza el spam.
Y eso es todo, no tengo nada más que decir, espero que os haya gustado.
Hasta la próxima~
PKMNfanSakura).
