Número: [22/22]
Título: Roto
Fandom: Katekyo Hitman Reborn!
Pairing: 2759.
Extensión: 323
Advertencias: Spoilers del Arc del Futuro, angst del chafa. OoC
Notas: No me gustó, pero bueno, pairing amor y Musa no deja de mandar ideas sobre ellos, así que nos resignamos.
Silenciosamente y luego de que los llantos de Tsuna habían cesado, Gokudera se había levantado de su propia cama y, dedicándole una mirada leve a su dormido jefe, rozó con sus dedos la mejilla de este, sintiéndola húmeda en el proceso, provocando por eso que apretara fuertemente sus puños y que desviara la mirada a un lado al mismo tiempo que mordía fuertemente su labio.
Con cuidado de no despertar al otro salió del cuarto que ambos compartían, recorriendo los pasillos fríos de la mansión sin preocuparse porque los dientes le empezaran a castañear, debido al ambiente helado que había en la base, ni que su propia piel comenzara a enfriarse.
Lo había dejado morir.
Se detuvo delante de una de las muchas puertas de la base y, con los ojos ocultos tras su flequillo, giró la perilla de la puerta para poder entrar, ingresando segundos después a la estancia y caminando como autómata hasta el objeto de negro brillante que se encontraba en medio de la habitación.
Era únicamente su culpa.
Levantando lentamente la tapa que cubría las teclas de marfil pasó delicadamente sus dedos sobre ellas, sintiéndolas agradables al tacto, antes de tomar asiento y, lentamente y con sumo cuidado comenzar a tocarlas, llenando a la habitación con la agradable melodía que producían sus dedos.
No lo pudo proteger.
El piano soltó un sonido estruendoso cuando quien lo tocaba golpeó con fuerza las teclas con sus puños cerrados, al mismo tiempo que sus dientes rechinaban con fuerza y un quejido salía de sus labios cerrados.
Había fallado.
Y, enterrando su rostro entre sus brazos, apoyados en el piano, luchó con todas sus fuerzas por contener los temblores que lo azotaban y las arcadas que lo embargaban, así como esa presión en el pecho que no lo dejaba respirar.
Pero sabía perfectamente que esa sensación no se iba a alejar de su cuerpo.
No hoy, no pronto.
No cuando estaba completamente roto.
