Preludio
Muchas historias pueden ser narradas de muchas formas, pero los hechos que hemos vivido son totalmente diferentes, quizá podamos cuestionar, ¿qué se siente una quemadura?, cada uno sentirá diferente, pero no habrá una forma real de sentirla, ni siquiera imaginándolo, las historias tienden a tergiversar lo experimentado, y lo inevitable… siempre se sufrirán las consecuencias tras la quemadura.
El accidente con el Eclíptico Express de Umbrella fue el preludio, el nacimiento del mal, mientras que el Incidente en la Mansión Spencer fue el inicio de la pesadilla, por último Ciudad Raccoon… un desenlace caótico, no obstante sería el principio de una guerra terrible e inolvidable, antes creíamos que las pesadillas no podían materializarse, ya que vivían en un plano irreal, hasta que la Corporación Umbrella apareció y con "Progenitor" en su poder, logró que el miedo fuera inolvidable.
La batalla contra esta nueva era de bioterrorismo era definitiva, ahora que la B.S.A.A. fuera creada, poco después del derrocamiento de aquel gigante "farmacéutico", la paz parecía estar cerca para mostrarnos su destello, sin ignorar que en algún lugar, ellos seguían ahí, en España fue una simple advertencia del poder que había en aquellas armas, en aquellas mentes que querían seguir jugando a crear… "Seguir jugando a ser dioses", era la muestra de que los terroristas no desaprovecharían los vestigios de Umbrella, encontrarían la manera de que cayeran en sus manos, puedo decir que Wilpharma y Tricell, fueron parte de la consecuencia de su antecesora, lo aprendí en Kijuju, quizá es el miedo que nunca podré olvidar, tal vez la pesadilla no ha fenecido, y por qué...?
Simple, decidí que valía la pena seguir luchando…
Proyecto
biohazard 6
resident evil 6
the fear can´t forget
Capítulo 1 : Introducción
Capítulo 1-1 : Remembrando el pasado.
León Scott Kennedy había acudido a visitar la División de Norte América de la B.S.A.A. para un evento que se pensaba realizar, de hecho una conmemoración a los héroes que lograron escapar de una terrorífica pesadilla en África, no tenían hora para comenzar, por lo tanto lo mejor era descansar un poco, en especial por el largo viaje que tuvo, decidió sentarse en las bancas que conformaban la sala de conferencias del lugar y pensar que pudo haberle avisado a Hunnigan su ausencia, aunque tenía la forma de justificarlo, estaba ahí sólo esperando a que llegara la gente y el silencio reinaba en cada rincón, los muros altos e imponentes recubiertos una suave alfombra color mamey oscuro, durante el aguardo, sus pies se movían en un ritmo despacio que poco a poco iba aumentando como si estuviera ansioso, no le agrada mucho eso de permanecer quieto en un solo lugar, pero no se le ocurría que más hacer puesto que el celular lo apagó para evitar interrupciones antes o durante el evento, no quería ser el hazmerreír mientras sonara el teléfono, por lo que decidió recargarse levemente, el viaje estuvo pesado puesto que tuvo que salir durante la madrugada para llegar temprano, además de estar soportando las filas de la gente que va por su equipaje, el trafico, etc.
Durante un rato el sueño no quiso darle oportunidad de nada, poco a poco sus parpados se cerraban, siendo dominado por su agotamiento, desvelo e incluso su duro trabajo como agente, hasta que su cuerpo logró alcanzar su reposo, en su mente se formaban una serie de imágenes que tomaban forma y…
Las chispas son escupidas violentamente por las pesadas ruedas de metal que sostenían el tremendo tamaño del tren Galaxie 5000, al dar una cuerva a una velocidad inconmensurable, el chillido no se hizo esperar, como de algún animal siendo torturado, el metal rozando con metal rugía sin piedad, el sonido golpeaba cada pared que conformaba los profundos túneles del complejo de Umbrella.
León S. Kennedy había terminado un duro combate contra un ser inimaginable, las compuertas estaban clausuradas por el sistema de emergencia que activó automáticamente la seguridad del Tren, una vez que se detectó un inminente Peligro Biológico, Claire Redfield se encontraba encerrada en el carro de control junto con Sherry Birkin, no había tiempo que perder - Detén el Tren!- exclamo inquieto León del otro lado de la puerta de metal, estaba atrapado puesto que el monstruo descomunal iba directo hacía él.
Es imposible, la compuerta de la cabina de control se cerró- Claire le decía con un tono de voz nervioso, Sherry estaba atemorizada, no sólo por lo que pasó durante su trayecto por escapar de la Estación de Policía infestada de putrefactos seres que sólo pensaban en comer y nada más, sino que la única vía de escape se veía en peligro, por un ser cuyo rostro era la peor pesadilla materializada en el mundo, algo que no quisiera ni ver en película.
León no tenía a dónde ir, a menos que quisiera sobrevivir, buscaría a como dé lugar la manera de seguir adelante, por huir de aquel bárbaro bioorganismo, consecuencia de la ambición de un hombre egoísta que encontró su destrucción al inyectarse su precioso Virus G, así lo llamaba antes de ser acribillado por los agentes de Umbrella, Birkin ahora es una Malformación de G, los altavoces que no sólo adornaban el tren, emitían un mensaje de Peligro, cosa que no agrado a ninguno de los ocupantes, ya la situación de por sí era desesperante, los nervios se elevaban al límite, para un cobarde el suicidio era más que terminante para la locura que ellos estaban viviendo, pero ninguno de los tres ocupantes no padecía de un grado de locura tan elevado para hacerlo.
Peligro!, Peligro!, El sistema de Autodestrucción fue accionado, la secuencia del compartimiento de carga del Tren ha dado inicio!- Cada vez las cosas empeoraban, Claire no sabia que hacer, era normal, todos nos pondríamos así si estuviéramos viviendo lo que quizá pudiera ser nuestro último momento, hasta que… Pang, pang, pang ; los golpes tremendos resonaban en el vagón con tal ímpetu, que pareciera que se avecinaba una tormenta, pero no fue así, la compuerta se vino abajo mostrando a un terrible ser lento se acercaba a ellas amenazante, Claire y Sherry no ignoraban que sus vidas pendían de un hilo, si se rompe no querrían imaginar nada, -¡aléjate de aquí!- la voz dura y tranquilizante de ella hizo que la pequeña niña retrocediera lo más que pudiera del inminente riesgo, la compuerta que separaba la cabina de control de ellas tenía una rejilla floja debido a la revuelta que estaba ocasionando el monstruo Birkin, tenían que hacer algo y rápido.
Mientras tanto, León se encontraba en el techo del vagón, las luces en los costados y arriba pasaban a gran velocidad, si llegaban a otro curva, seria una muerte segura de no agarrarse bien, largos y repugnantes tentáculos se extendían hacia él, -Grandioso- dijo con un tono cínico, mientras veía esas cosas con forma de tentáculos, era su última oportunidad de escapar, la única forma era llegar a la cabina del Carro principal, frenar el pesado gusano metálico, y salir corriendo, era un plan sencillo, muy fácil de plantear, la cuestión clásica era ¿cómo hacerlo?.
Clang; la pequeña reja se zafó de la compuerta, Sherry se introdujo de forma muy sencilla por su tamaño, pero ¿y Claire?, la chica castaña no podía quedarse a convertirse en la comida de aquella cosa que alguna vez fue un ser humano, no importaba lo loco que estuviera, nadie desearía acabar con un aspecto tan desagradable a primera vista, tal vez fue su destino, o bien, él así lo deseo, sin embargo, pudo haber elegido una vida común con su familia, era una lastima, no se podía jugar con Umbrella, se añadió a la lista de víctimas junto con el Dr. James Marcus.
Las chispas salían con cada curva, no importaba que tan pronunciada fuera, no era agradable sentir que te pegaban en el cuerpo, y Claire no tenía alternativa, más que seguir agarrada de la estructura que conformaba el vagón conductor, bien no tenía una visión tan agradable que digamos, pero, es preferible a estar arriba con algo que no tenía ganas de platicar, o tomar el té, su rayo de esperanza era León, desconocía su paradero, una cosa de la que estaba segura era que estaba vivo, y así era, se localizaba unos cuantos metros arriba, en la parte superior ya de la cabina de control, el portón de emergencia estaba duro, demasiado, mucho más en la posición en la que él se encontraba –Diablos!-, podía hincarse e intentarlo, con el peligro de pasar algún letrero o semáforo de emergencia que no dudaría en decapitarlo, o en el peor de los casos sufrir una caída donde el dolor se convertiría en la más desagradable de las experiencias, en especial si caía cerca de las vías, no tendría un final muy agradable.
Sherry Birkin había atravesado la compuerta, ante ella un sinfín de luces estaban encendidas –Esto es peor que un árbol de navidad- posiblemente lo pensó, pero no hay tiempo que perder -¿Cuál será el interruptor correcto?, ¿tal vez este?- era claro cuestionarse de esa manera, en especial una niña de 12 años que no tenía ni la más mínima idea de lo que tenia enfrente, aunque su plan era detener el tren, sabia que si demoraba o se equivocaba, la dama de negro vendría por ellos sin previa cita, todos y cada uno de los botones que conformaban el tablero brillaban de colores distintos, ella tenía que hacer algo, y hacerlo ahora, de pronto, la compuerta de emergencia superior se abrió bruscamente, estuvo a punto de gritar cuando el rostro de León se asomo –León!- aliviada, llena de alegría al verlo todavía vivo.
Sherry!-El tono varonil y seguro de él no se hizo esperar, estaban a unos minutos de perder la vida, así que no lo pensó dos veces, tenía conocimiento de cómo maniobrar vehículos de carga, gracias a que alguno de sus familiares curiosamente trabajaba como ferrocarrilero en una empresa de transporte de carga en su ciudad natal, de hecho no era tan complicado encontrar el switch de frenado de emergencia, ahí estaba, muy cerca de la pequeñuela -¡Presiona el Botón rojo a tu derecha! – señalándole la ubicación, era ahora o nunca, la niña no dudo ni un instante, retiro la tapa de seguridad –lo tengo- y lo apretó, en el costado izquierdo del primer vagón, nacían ferozmente unas estrías metálicas, era señal de que la bestia no estaba contenta, el metal chillaba como nunca, sin misericordia los frenos detenían rápidamente al gran metálico, el movimiento no tuvo nada de imperceptible puesto que la sacudida no se hizo esperar, las pesadas ruedas por fin hicieron su labor de detenerse por el largo viaje.
La última parte del trayecto no fue lo que esperaba, a nadie le gustaría que lo pusieran debajo del Tren para sobrevivir, aunque aquí fue necesario hacerlo, Claire, se sentía más que aliviada al ver que el recorrido terminó, y que la salida estaba a unos cuantos metros, pero la pregunta era: ¿habrán sobrevivido León y Sherry al embate indetenible de aquella cosa?, no quería pensarlo, era salir de ahí con ellos, giró su cuerpo a un lado para salir, al ver que el túnel estaba por concluir -Al fin, la salida- se sentía más que aliviada.
León era suertudo, si hubiera demorado unos minutos, ya serían parte del decorado de la Malformación Birkin, no quedaba mucho tiempo, no dudo ni un segundo más y bajo con Sherry a la parte frontal del Galaxie 5000, estaba preocupado, Claire, no estaba ahí –Y Claire, Claire ¿dónde estás?- no se hizo esperar, ambos los invadía la preocupación, hasta que… -Aquí- la suave voz de la chica, los tranquilizó, en especial verla viva, pero, no era la única, los tentáculos estaban desmoronando lo que quedaba del tren, las ventanillas de los costados superiores de cada vagón se rompían una por una indicando su cercanía, esa cosa era veloz a pesar de su descomunal, deforme, asqueroso aspecto y tamaño, no tenían ya nada más que hacer, los tres se dispusieron a salir de aquella pesadilla para terminar con todo esto, Sherry comenzó a marearse en el trayecto, y León estaba resintiendo la herida en el hombro, una bala no era cualquier cosa, en especial cuando eres un principiante, a pesar de ello, seguiría adelante, tomó a Sherry y corrieron con todas sus fuerzas dejando muchas cosas atrás, no sólo a la bestia que intentó asesinarlos en varias ocasiones, sino que a una mujer que guardaría en su corazón por siempre.
La 3era Malformación de William Birkin, era terriblemente abyecta, sin consciencia alguna, ni sentimientos humanos, seguía sin detenerse, estaba creciendo invadiendo cada vagón, sus tres víctimas han dejado el tren, la cabina muestra un reloj en retroceso, sólo quedan, 3, 2, 1, 0, esa cosa, junto con los carros estallaron ardientemente, extendiéndose sin piedad alguna, al mismo tiempo que despedazaba la ya deforme imagen que Birkin, las llamas abrasadoras no sólo consumían sin clemencia la desaparecida humanidad del monstruo, sino que el mismo tren también, aunque se sentía ahogado, necesitaba respirar, buscar una salida, estaba delante de él, los tres sobrevivientes ya han escapado, no había más que consumir.
Los parpados de León mostraban sin duda el movimiento de sus ojos, hasta que por fin los abrió, el ruido en la sala de conferencias sin duda diríamos que fue el causante de devolverlo a la realidad, no obstante el mismo sueño lo hizo, él lo llamaría pesadilla posteriormente, puesto que era extraño soñar con un evento de casi más de diez años, que guardó en su corazón por mucho tiempo –¿Por qué?- cualquiera se lo cuestionaría, él sobrevivió junto con Claire Redfield y Sherry Birkin al incidente en los laboratorios Este y Oeste de Umbrella, no pudo seguir adelante debido a la herida que tenía, un viejo regalo y recuerdo que le dio Annette Birkin, por arriesgar su vida, cumpliendo su deber como buen elemento de Policía del Departamento de Raccoon, por rescatar a Ada Wong, con quien se reencontraría ocho años más tarde, en una misión en España, cosa que no quería recordar para nada, en especial los irritantes gritos de la hija del hoy Ex Presidente Graham, claro que eso no cambiaría su forma de ser, siempre dando lo mejor en cada misión, especialmente proteger a la gente del terrible Bioterrorismo.
La B.S.A.A., una organización Anti bioterrorista, que fue fundada poco después de la caída de la Corporación Umbrella, por once importantes elementos de varias partes del Mundo, y de los cuales destacan los siguientes: Chris Redfield, Jill Valentine, Barry Burton, Carlos Oliveira y León S. Kennedy, esté último indirectamente, porque en aquel entonces fue agente exclusivo de la familia presidencial, hoy la Alianza para la evaluación de la seguridad frente al bioterrorismo, se ha extendido, conformando varias ramas alrededor del Planeta, que trabajan arduamente para contrarrestar el orden, había tenido leves problemas en India cuando la Corporación Wilpharma comenzó a experimentar con el Virus T, con la excusa de encontrar una vacuna, León quería asegurarse de eso, en especial cuando llego un reporte sobre el secretismo que mantenía, para él fue imposible viajar para verlos con sus propios ojos, aunque sería informado por su fiel contacto, Hunnigan, más tarde le encomendaron una importante misión, más que eso, era solucionar un grave problema en el Aeropuerto del poblado de Hardvarville, donde vería azarosamente a una vieja camarada, una de las rocas sobrevivientes del Acontecimiento en Ciudad Raccoon, Claire Redfield, lamentablemente no hubo el suficiente tiempo de platicar, si bien, ni importaba que fuera parte indirecta de la B.s.a.a. su trabajo como agente, lo mantenía muy ocupado, pero confiaba que podría platicar con Claire con toda la calma del mundo, no gozaba del tiempo que deseaba, ni siquiera el necesario para poder seguir con la búsqueda de Sherry, un nombre vago para la gente que desea ignorar la realidad, no obstante para él, y para Claire, no lo era, los recuerdos vinieron a su mente de nuevo, remembrando un momento doloroso, hace casi más de diez años que había ocurrido, el secuestro de la pequeña e inocente Sherry Birkin.
Ciudad Raccoon fue devastada totalmente, Claire Redfield a pesar de sus heridas, del tremendo agotamiento que sentía después de lo vivido en lo que quedaba de la pequeña metrópoli, así como de los restos de los Laboratorios de Umbrella, con León y Sherry, no podía dejar de pensar en su hermano mayor, tenia que encontrarlo de alguna u otra forma, Sherry empezó a sentirse mal poco después de salir del túnel, la vacuna contra G, tenía sus efectos secundarios, que ninguno de los dos ignoraba, algo de fiebre, dolor de cuerpo, de cabeza, León sabia perfectamente que Claire quería encontrar a su hermano, por lo tanto decidió encargarse de la pequeña, y darle a su compañera, la confianza que necesitaba para dejarlos solos, quizá fue una decisión incorrecta, de hecho su conciencia le machacaría eso, cuando ocurrió la desaparición de la niña… un evento que nunca olvidará.
No podía permitir que el tiempo siguiera avanzando de esa forma, Sherry había sido separada de él, poco después de haber sido salvados de los eventos en Ciudad Raccoon por personas que decían ser Agentes del Gobierno.
León estaba escuchando las noticias, tonterías, eran tonterías lo que percibían sus oídos, -¿Ciudad Raccoon destruida?- no lo podía creer, la Ciudad a donde fue enviado en su primer día de trabajo, fue simplemente devastada por un misil táctico nuclear, que borró literalmente la pequeña ciudad del mapa, ¿fue la única manera para controlar la infección?, probablemente.
Eso era algo que él desconocía, hasta que fue enviado junto con Sherry a la sección de Interrogatorios en la Central Policiaca de Ciudad de Front Ville, durante el recorrido fueron tratados como a los arrestados, ¿eran en realidad agentes del gobierno? –Lo dudo- sabia que tenían mala fama por el trato que daban, él acababa de comprobarlo cuando arribaron estos los obligaron a permanecer en habitaciones diferentes.
Poco a poco un nudo se le formaba en el estomago, sus pensamientos se revolvieron abruptamente, de un momento a otro no se dio cuenta que se había levantado, mucho menos que caminaba rondando como León enjaulado, era gracioso su nombre le quedó como anillo al dedo cuando empezó a comportarse como tal, regreso en sí cuando sintió el dolor agudo al golpear la mesa, mientras pensaba en el pésimo trabajo que había hecho como policía –Y ¿si habían quedado más sobrevivientes en la ciudad?- quiere decir que Ada Wong no fue la única persona que no se pudo salvar, y ahora lo alejaban de Sherry, una niña indefensa que supervivió ante la pesadilla de ver como sus padres se convertían en víctimas de Umbrella –Rayos, ¿por qué estaba pasando esto?- como la gente por culpa de un virus llamado T y G, creaba a los seres más nauseabundos sobre la faz de la Tierra, los muertos volvían a caminar, por aquella arma bio orgánica que no supieron controlar, a quien quería engañar, no ignoraban en lo absoluto lo que hacía, en esa época él si lo desconocía.
La ira nublaba su mente cada vez que recordaba como eran salvados por gente que después los mantendrían en custodia, hasta que, plaff!, su puño se estampo de nuevo contra la mesa, hecha de madera reciclada, aunque eran fáciles de romper, el pegamento mantenía muy bien conglomerado los restos, sin embargo el tremendo golpe, sugería que no, la ira es una droga muy poderosa, más cuando la sabes canalizar bien, León lo había hecho, las astillas estaban clavadas en sus feroces nudillos, su dolor no era físico, era impotencia por muchas cosas, su rabia se extendía en todo su ser, tremenda culpa hacia que estrujara su puño cada vez más y más contra la mesa, escaparon de aquella traumática experiencia, sólo para que…
¿¡PARA QUÉ!, MALDICION!-gritaba de rabia su mente, para que los trataran como objetos, para que decidieran que hacer con ellos, gradualmente se notaba el ceño más fruncido, sus facciones se tornaban duras, furiosas, su toque alegre que tuvo cuando recién acababan de sobrevivir se perdía, si trabajase para ellos, no sería como ensuciarse las manos de la sangre de toda la gente que ha muerto, bien podría ponerles fin, tal vez podría detenerlos así.
De pronto, su lucha por comprender todo, se vio interrumpida súbitamente al escuchar pasos acercándose –Trata de regular tu respiración- se decía así mismo, podía hacerlo, aunque el ceño se negaba a desaparecer, no quería por más que lo intentaba, hasta que, la puerta se abrió rechinando, malditas bisagras, si esto fuera un robo, el ladrón tendría muy mala suerte, claro que aquí no era el caso, la situación ya era desagradable de por si, sumándole ruido, era de lo peor, León decidió sentarse, mantener la calma, juntó simplemente sus palmas, mientras subía los codos a la mesa, era estratégico, pues con uno de ellos cubrió el daño que le había hecho a la misma, tuvo que alzar las manos lo suficiente para apoyar su mentón, su mirada se fijo en el sujeto que había entrado, un hombre de edad, estaba ante él.
Era un hombre que dio una breve introducción, diciendo ser un agente de los Estados Unidos de América, León no dejaba de observarlo, si su mirada pudiera matar, aquel agente, ya no estaría en este mundo, no tenía nada en contra de él en realidad, pero no era razón suficiente para que los tuvieran casi encerrados, siguiendo cada uno de sus movimientos, -Dejen a Sherry en paz, ella es inocente- sus palabras no pudieron contenerse más, salieron con un tono de molestia, aunque no quisiera, estaba rogándoles, defendiendo a la pequeña.
El sujeto solamente dio un leve sorbo a su café, bajándolo lentamente hacia la mesa, tomó un cigarrillo –Sabe demasiado- escueto, no existía otra palabra que lo describiera mejor, elevó la mirada hacia León, fijándola en sus ojos, mientras encendía aquel vicio que quizá lo mataría, claro de no ser que una bala se adelantará al evento -Pero… tienes valor, este es un buen trato, elige.-
Ante las palabras del agente, León estaba en posición de hacer nada, ahora lo entendía, nuevamente se sentía así, un inútil -¿Qué va a pasar con ella?- deseaba saberlo, a lo que el hombre respondió -Tranquilo Sr. Kennedy, será custodiada por nuestros mejores elementos- mejores elementos, las palabras se reprodujeron en su mente una y otra vez, -no hay otro camino- era inevitable, lo sabia.
Sherry Birkin, se encontraba junto a una ventana, donde lo único que podía ver, era la lluvia golpear con ímpetu el vidrio, su mirada además de perdida, sólo reflejaba tristeza, aunque no estaba sola, era custodiada por otro agente del gobierno, quien estaba fumando tranquilamente un cigarrillo, era como si tratasen de dejarla sola nuevamente, al ver la chiquilla no decía nada, decidió preguntarle curioso –Dime pequeña… ¿tienes algún familiar cercano?- posándose en el escritorio, no dejaba de verla, ahí sentada, ante la ventana empañada por el calor que ejercía, aunque tuviera familia, no la soltarían tan fácilmente, ella decidió abrazarse, al mismo tiempo que cerró los ojos para recordar la promesa de Claire, ella se repetía una y otra vez, con esperanza –Estoy segura… que ella volverá por mi, no puede olvidarme- su voz interna, denotaba una angustia que no podía controlar.
Albert Wesker era un hombre lleno de sorpresas, estratega, frío y calculador, había escapado de la muerte gracias a su buen colega William Birkin, detrás de la inyección que le facilitó, la que lo traería de vuelta al mundo de lo vivo había una historia inimaginable, era eso, otra historia, él mejor que nadie hacia su trabajo, rescató a Ada Wong, su agente, del destino imputado a Ciudad Raccoon, en aquel entonces, había obtenido, a T, a G y a NE-T, como los principales virus, pero hacia falta algo más, algo que complementaría sus planes, y era la hija de Birkin, sabia donde encontrarla, era fácil, demasiado fácil.
Las puertas de la oficina donde estaba Sherry Birkin, fueron despedazadas de un golpe por un hombre, un solo hombre cuya venganza dejaría pendiente para un momento crucial, Wesker seguía sus propias reglas, y si deseaba que las cosas salieran bien, tenía que hacerlas él mismo, el agente ante la sorpresiva intromisión del ex Capitán de la Unidad S.t.a.r.s., no pensó en otra cosa que en una infiltración, pero lo que ignoraba es que aquel hombre con gafas negras no venia acompañado, él era su propio ejercito, bang, bang, bang; los disparos gritaron feroces en toda la estación, resonando en uno de los muros que conformaban la estructura, los sustos no se hicieron esperar, Sherry no sabia lo que pasaba, recordaba aquel sonido y el hecho que nunca significó nada bueno, temerosa, se oculto del verdugo del agente que acababa de morir empalado por un golpe directo al corazón -Hum, hu, hu, hu, hu, hu, correspondo… el poco entretenimiento que me ofrecen, pero no tengo el tiempo que ustedes desperdician- a pesar de sobrevivir de las frías y profundas garras de la muerte, su voz seguía siendo varonil, ronca, con un tono amable y cruel a la vez, que si fuera real, no sabríamos que hacer ante él.
Los pasos iban en un aumento considerable, León y varios elementos de la estación entraron de golpe a la sala donde se encontraba Sherry –Sherry- primero susurro, desplazándose observaba el entorno –Sherry!- no la veía, tal vez estaba oculta –vamos, vamos!- su nerviosismo iba en aumento al no recibir respuesta de la pequeña, el lugar estaba desordenado, no era un buen presagio, pudo distinguir un zapato, se aproximo para encontrarse con el cadáver del agente en el suelo, cosa que no le importó en lo absoluto a él, es cruel, pero lo importante, es importante y tiende a anteponerse ante cualquier cosa, Sherry en ese momento era eso -Sherry!- su tono de voz denotaba que la desesperación iba en aumento, dentro de sí le gritaba que alguien de Umbrella estaba detrás de esto, ella desapareció, no cabía ni la menor duda -¿Quién-, una nueva interrogante que se sumaba al mar de dudas.
Maldijo el momento, maldijo a los agentes por su mediocridad, se maldijo por haber sido doblegado por una estúpida herida, -Claire… nunca me lo perdonará- fue lo primero que dominó su pensamiento, lo que ocupó su mente, ya no había forma de sentirse peor, estaba deshecho, sin embargo… no dejaría de buscarla.
