Kill la kill tiene su dueños respectivos, el propósito de este escrito es solo el de entretener. Así que, por favor no me demande.
Kill la kill fanfiction
La obra de Mako
Un gran escenario estaba instalado en la gran arena que era patio central de la academia Honnōji, con un gran telón rojo extendido a lo largo de la estructura. Frente a este, se encontraban las butacas para los espectadores, donde un grupo de estudiantes y la familia Mankanshoku esperaban con ansias el inició de la función.
Mako fue la primera en salir de entre el telón rojo con un gran guion en las manos.
– ¡Bienvenido todos! –habló la chica con una gran sonrisa saludando al publico –. ¡A esta puesta en escena de la Bella Durmiente!
El público aplaudió con entusiasmo.
– ¡Para hacerlo divertido hay un pequeño cambio! ¡Mientras voy narrando la historia los personajes serán libres de decir lo que deseen mientras se apeguen al guion que iré describiendo! ¡Y hay un toque final! ¡Los personajes fueron asignados al azar y los actores desconocen los papales que desempeñaran los otros, por lo cual se llevaran una divertida sorpresa! ¡Ahora empecemos con la obra!
De nuevo el público aplaudió con entusiasmo, mientras el telón rojo se abrió para mostrar un escenario barato que simulaba ser una corte real, alumnos disfrazados de cortesanos llenaban el lugar. En el centro de este se encontraba un trono dorado donde Kiryūin Satsuki estaba sentada, vestida y arreglada con gran detalle como un monarca, con capa, corona y cetro. Con su revelación, el público aplaudió con más fuerza.
–Había una vez un bello reino, regido por un rey justo –comenzó Mako a narrar el cuento siguiendo el guion en sus manos.
– ¡Arrodíllense, cerdos con ropas! –bramó Satsuki desatando una ovación en el público y una reverencia de sus cortesanos.
–Este rey lo poseía todo lo que un gran monarca podía desear –continuó Mako –, incluso un avión privado; pero lo que nunca había logrado obtener era un heredero. El rey y la reina vieron múltiples de doctores, incluso un medico brujo, hasta que finalmente tuvieron una bella bebé.
Ante esas palabras Iori Shirō hizo su aparición en el escenario ataviado como una reina con larga cabellera dorada y cargaba un bulto recubierto en mantas en los brazos. Su rostro estaba tan rojo mientras se acercaba a Satsuki.
–Te ves muy hermosa, Iori – dijo Satsuki con una sonrisa.
–Por favor no se burle, Satsuki-sama –dijo él bajando la mirada.
–No es una burla, es un autentico cumplido.
–Con el nacimiento de la princesa –siguió Mako –, los reyes tomaron la decisión de hacer una gran fiesta en su honor.
– ¡Mi leales súbditos! –dijo Satsuki poniéndose de pie –. ¡Vengan a alabar la belleza de la princesa!
Con esas palabras, Iori descubrió el bulto que llevaba en brazos revelando a Guts. El pobre animal llevaba un chupete en el hocico, un mameluco al cuello y un sucio pañal. Al encontrarse libre de las mantas, Gut comenzó a babear la cara de la reina Iori con desesperación.
– ¡Guts, quieto! –le gritó Mako mientras el público se reía con locura.
–Realmente la princesa ha obtenido la belleza de la reina –dijo Inumuta Hōka haciendo su aparición en el escenario. También iba vestido como un monarca, con corona y todo, pero no tan extravagante como Satsuki.
– ¡Inumuta! –soltó Iori rojo como tomate.
–El rey incluso invitó a su antiguo aliado –continuó Mako –, para formar una nueva alianza con la unión matrimonial de sus hijos.
–No estoy muy seguro de querer a esta criatura como hija política –dijo Inumuta sujetando a Guts del pañal, mientras el perro intentaba alcanzar su rostro con su lengua.
–Con el matrimonio de nuestros, te permitiré acceso total a los archivos de la nación –le ofreció Satsuki sin mucho interés –. Tienen toda la información de mis tierras.
–Sabes exactamente como convencerme, mi amigo –aceptó Inumuta devolviéndole a la reina su bebe.
–Pero no solo invitaron a viejos amigos –dijo Mako leyendo el guion –, también llamaron a las hadas para que bendijeran con su magia a su querida hija.
Todos los presente en el escenario se volvieron hacia la izquierda esperando la llegada de las hadas, pero nadie entró a escena.
– ¡Dije: las hadas llegaron para bendecir a la recién nacida! –soltó Mako forzando la salida de los actores que representaban las hadas.
Todos guardaron silencio cuando Gamagōri Ira, Miksugi Aikurō y Kinagase Tsumugu entraron a escena portando sus trajes del Nudist Beach, pero con un ligero cambio, ya que llevaban tutus en las cinturas y alas traslucidas en las espaldas. Gamagōri estaba completamente sonrojado, Tsumugu se mantenía indiferente, solo Mikisugi parecía ser el único que lo disfrutaba.
– ¡Mankanshoku! –bramó Gamagōri desesperado y completamente avergonzado –. ¡¿Por qué debo mostrarme de esta manera tan impropia?! –le gritó a Mako tratando de reducirla con su gran tamaño.
– ¡¿Qué es lo que dice, Gamagōri -senpai?! –le respondió Mako creciendo e imponiéndose tanto como él –. Usted aprobó ser parte de las obra, aceptó seguir todas las reglas del juego; si se niega ahora, perdería su honor. Sería como si decepcionara a la misma Sastsuki-sama!
– ¿Mi honor? –musitó Gamagōri antes de retomar su posición todo apenado –. Disculpe, Satsuki-sama –agregó haciendo una reverencia al rey.
–Muy bien, hadas –continuó Satsuki continuando con la obra que parecía disfrutar mucho –. La he invitado el día de hoy por el gran festejo de mi hija. ¿Cuáles son regalos que han traído a la princesa?
–Por supuesto, mi buen rey –habló primero Aikurō adelantándose a las otras dos hadas. Se acercó a la princesa que yacía aún en los brazos de Iori y la señaló con su varita mágica –. Mi regalo para la princesa será el don de la belleza, que necesita desesperadamente –agregó viendo con desagrado al perro cuya baba caía hasta el piso –. Poseerá la gracia y elegancia de una dama –continuó mientras realizaba algunas poses provocativas –, su dulce carácter cautivará hasta la fiera de las bestias.
Cuando terminó su discurso, Aikurō tocó la frente de la princesa con la punta de la varita y esta intentó atraparla con sus dientes. Al final el hombre se hizo a un lado para dar paso a Gamagōri, quien con firmeza se paró frente a la princesa y la reina.
–Mi don para la princesa será el de la inteligencia –dijo la hada rubia sacudiendo su varita sobre la cabeza de la princesa.
– ¡Usted puede hacerlo mejor, Gamagōri-sempai! –le gritó Mako sacudiendo el guión en el aire.
Completamente sonrojado, Gamagōri se aclaró la garganta antes de hablar nuevamente:
–La princesa será una dama culta, de buenos gustos y del don de la palabra. Tendrá una sed de conocimiento y disfrutara de una buena lectura junto a la chimenea. ¿Mejor?
Se volvió hacia Mako, quien levantó su pulgar en aprobación. Dio un paso hacia atrás y se paró junto Aikurō, juntos se volvieron hacia Tsumugu que permaneció serio con los brazos cruzados. El semblante del hombre demostraba su falta de interés por participar en la obra. Pero antes de Tsumugu llegará a decir algo en contra de la presentación, unas bombas de humo cayeron sobre el escenario liberando una ráfaga de humo rosado, que sorprendió a todos los actores de la obra.
– ¡Wow! –exclamó Mako –. ¿Acaso será un mal presagio?
Pero sus palabras fueron calladas con una estridente y chillona risa, cuando el humo finalmente se dispersó, Jakuzure Nonon hizo su entrada recostada en un flamante diván rojo, cargado por unos sexys esclavos. La chica llevaba un bello vestido de bruja entre rosado y negro, con un gran sombrero sobre la cabeza.
–Jo jo jo –rió nuevamente cuando sus esclavos posaron su diván junto al trono del rey –. Ha sido muy descortés de su parte no invitarme a la fiesta de la princesa, su majestad –la joven bajo de su asiento/transporte y se acercó a la reina y al bebé en sus brazos –. ¿Están seguras que es suya? Tal vez se las cambiaron en el hospital, porque no se parece nada a su majestad.
– ¿Qué haces aquí, malvada bruja? –dijo el rey Satsuki señalando a la recién llegada con su cetro.
–Viene a arruinarles el festejo –comentó Jakuzure acercando su rostro peligrosamente a la princesa –, pero tal vez no sea necesario, esta criatura es tan fea que no creo que ni la magia la salvaría –entonces la princesas extendió su lengua y lamió completamente el rostro de la malvada bruja.
– ¡No debiste hacer eso, princesa! –dijo Mako completamente cautivada por la obra.
– ¡Muy bien, princesita! –soltó Jakuzure con furia apuntando a la princesa con su barita mágica –. ¡Pagaras por tu insolencia!
–Tú fuiste la que acercó el rostro –soltó Inumuta acomodando sus lentes.
– ¡Silencio! –bramó la malvada bruja –. ¡Maldeciré a la princesa con una horrible maldición! ¡Cuando cumpla los dieciséis años, la princesa será arrollada por un monopatín en su primera salida del castillo y caerá en estado vegetativo que solo podrá ser revertido por un neurocirujano, pero nunca existirá escuela de medicina en este reino! ¡Muaja ja ja ja!
Acto seguido, la bruja se lanzó sobre su diván y sus esclavos la sacaron del escenario mientras ella seguía riendo en carcajadas.
– ¡Dios mío! –gritó Mako –. Esa malvaba bruja ha maldecida a la pobre princesa. ¿Qué harán los reyes para salvar a su preciosa hija?
– ¿Eh? –soltó Iori totalmente desconcertado –. Ah… sí. Mi rey ¿Qué es lo haremos por nuestra pobre hija?
–Si me permiten sugerir algo –comentó Inumuta llamando la atención de los reyes afligidos –. Tengo una solución para este predicamento. Podría mandar a mi hijo, el príncipe a una escuela de medicina en el extranjero para que se especialice en neurocirugía y así pueda salvar a su prometida. Claro, si su majestad es tan amable de pagar las colegiaturas.
–Me parece bien –dijo el rey volviendo a tomar asiento en su trono.
– ¡Esperen un momento! –bramó nuevamente Mako –. Falta un regalo de una de las hadas.
Con esas palabras todos los actores del escenario se volvieron hacia Tsumugu que no había cambiado su expresión y actitud. Finalmente, soltó un suspiro y se acercó a la princesa.
–Mi regalo para la princesa será un par de subfusiles UZI CZ modelo 25 –dijo sacando el par de armas de su espalda –, con estabilizadores que mejoran la precisión del disparo y una dotación masiva de balas. Si la malvada bruja planea algo más, la princesa está preparada para todo.
–Fue muy amable del hada en pensar en todo –dijo Mako continuando con su narración mientras los actores permanecían sorprendidos por el regalo del hada –. Ahora es turno de que pasen los años hasta el cumpleaños dieciséis de la princesa. Pero eso es hasta el siguiente acto.
Y se cerró el telón.
