Primero tengo que avisaros que este fic no es solamente mío sino que lo he escrito junto a una gran escritora, Kipa. Las dos somos grandes ídolos de James y Lily así que queríamos dedicarles nuestro primer fic juntas. Bueno, escribiremos cada una un capitulo así que sin más espera, os dejo con el prólogo de nuestra historia. ¡Espero que os guste y no os olvidéis de review!
Cayendo
Lo peor no sería que hubiese algo después de la muerte, lo peor sería que hubiese otra vida que fuera como esta. Nunca había pensado de esta manera, siempre había sido la optimista, la que lo veía todo de color de rosa. Pero todo había cambiado hace unos días.
Hace unos siete días, cinco horas y...veinte minutos, y no es que estuviera contando, me llevé la sorpresa más grande de mi corta vida.
Antes del fatídico incidente, yo estaba paseando por el lago, recordando tantos momentos compartidos con el que era entonces mi novio. Más que eso. Estaba convencida de que estábamos destinados a estar juntos. Al parecer, el no pensaba lo mismo. Ahora esos recuerdos se han convertido en algo amargo. Algo que debo olvidar cuanto antes para, finalmente, poder olvidarle a él.
Pero no todo es tan fácil como parece. Su recuerdo me atormenta durante todo el día y por la noche no me deja dormir. Y es que es ahora, cuando ya no puedo tenerle, cuando más cuenta me doy de lo que él significaba (y sigue significando) para mí.
Compartimos mucho juntos, tanto cosas malas como buenas y, aunque me haya hecho mucho daño, sé que jamás podré olvidarle. Si esto fuese un cuento de hadas, podría considerarle mi primer gran amor pero los cuentos de hadas suelen ser perfectos. A diferencia de mi vida. A diferencia de él.
oOoOoOoOoOoO
El sol se escondía ya tras el horizonte, dibujando misteriosas siluetas en las paredes del castillo y sus alrededores. Corría una suave brisa, la cual jugueteaba con las ramas de los arboles y bailaba con sus hojas. Había decidido pasear un rato por el borde del lago para alejarme del barullo del castillo y los estudiantes que se apresuraban a regresar a sus respectivas torres antes del toque de queda.
Afortunadamente, los terrenos de Hogwarts estaban desiertos y digo afortunadamente porque necesitaba pensar. A solas y en silencio. Solía ir allí para reflexionar y poner mis pensamientos en orden, intentar encontrarle el sentido a todo lo que ocurría a mí alrededor. Aquel había sido un día extraño. No duro sino simplemente extraño. Uno de esos días extraños que no me importaría olvidar. Poco me esperaba que aquel día extraño estaba a punto de convertirse en un día terrible que debía olvidar.
Para empezar, me había levantado demasiado tarde por lo que no me había dado tiempo a desayunar (no podía llegar tarde a clase de pociones así que decidí pasar sin desayuno.) Fue una mala idea. Estuve todo la mañana mareada y hambrienta, no muy concentrada en clase y con la paciencia al limite. Por eso le grité cuando vino a hablar conmigo. Por eso no quería besarle. Por eso se enfadó. Lo que aún no entiendo es porque no quería hablarme durante el resto del día cuando intenté disculparme (¡y tragarme mi orgullo!). No soy tonta y sé que me estuvo esquivando... ¡ni siquiera bajó a comer!
De repente, una risa entre los arbustos me devolvió a la realidad e, intrigada, decidí acercarme. Tal vez fuesen una pareja rebelde a los que pudiera echar la bronca por estar fuera a estas horas... No me divierte molestar a la gente pero hay veces que necesito desahogarme muy seriamente. Veces como aquella.
Sin embargo, pronto me arrepentí de haberme asomado ya que la escena que me aguardaba era totalmente inesperada. Y terrible. Terriblemente terrible. Allí bajo un árbol había dos adolescentes, uno de cada sexo y peligrosamente cerca el uno del otro. Al principio sólo distinguí una cabeza rubia que se acercaba a otra más oscura. Unos labios que se unían y... caí en la cuenta. Las manos de ella se deslizaban por su espalda, casi posesivamente, y me invadió la rabia. ¿Cómo podía ella creer que él le pertenecía? Me quedé donde estaba, incapaz de reaccionar, durante varios segundos; suficientes para ver las manos de ella revolviendo el oscuro pelo mientras el otro la rodeaba con sus brazos. Aunque sólo le podía ver la espalda ya le había reconocido. Casi me caí al retroceder como si me hubieran abofeteado y, dando un traspiés, huí hacia el castillo, corriendo de una imagen que ya estaba grabada a fuego en mi mente. Una imagen que rompía mis sueños y destruía mis ilusiones. Nunca antes hubiera imaginado que un beso, un intercambio de amor, pudiese hacerme tanto daño y sin embargo... Veloz como el viento me alejé de allí, me alejé del lugar donde James, mi James, traicionaba mi confianza y jugaba con mi corazón.
Bueno, eso es todo por ahora. Esperamos que os haya gustado (aunque sea bastante cortito...)¡y no os olvideis de dejar algún comentario para animarnos a seguir! Muchas Gracias.