Scared to be lonely
-¡No puede ser que vayas otra vez a la casa del pobretón!-vocifereó Draco.
-¡Te he dicho cientos de veces que dejes de llamarlos así!-grité en respuesta.
-¡Siempre tienes que escogerlos a ellos!-reclamó
-Por Merlín, hoy se cumplen tres años desde que murió Fred-argumenté-perdóname si quiero darles consuelo.
-Para darle consuelo al pobretón ese, seguramente deberás estar en su cama…
Eso fue suficiente. La sonora cachetana dejó a Draco en silencio, con la misma expresión de asombro que me había dado años atrás cuando le di un puñetazo.
Sin embargo, esta vez no dijo las clásicas palabras de "mi padre se enterará de esto", simplemente salió por la puerta de nuestro apartamento dando un sonoro golpe.
Estaba francamente cansada de esta situación. Cuando empezó nuestra relación el mundo mágico se nos vino encima, me tomó bastante trabajo que los propios Weasley entendieran la situación y Merlín sabría que una parte de Ron nunca confiaría en él. ¿Pero que nos estaba pasando últimamente? Nosotros habíamos estado tan bien hasta ahora, parecía que simplemente no podíamos quitar las manos encima el uno del otro, como si la mínima separación nos condenaría a la tristeza absoluta. Y ahora peléabamos y nos tirábamos las puertas, ¿qué nos había pasado?
Yo nunca en mi vida me había sentido como una fracasada, pero definitivamente me estaba sintiendo como un fracaso con el amor. ¿Quizás nos habíamos apresurado en empezar lo nuestro?
Había sido tan fácil, quizás demasiado fácil.
Mañana será el juicio de los Malfoy-me avisó Harry-el ministro quiere dejarlos custodiados por dementores pero me parece demasiado incluso para ellos.
Le sonreí, Harry no tenía una pizca de maldad en su alma.
-Así que nos he ofrecido para nosotros custodiarlos-me miró un poco avergonzado, como si yo fuera a enojarme por un acto de piedad-dado que Ron, bueno, Ron estará con su familia, por supuesto.
Ambos tragamos en seco. Ninguno de nosotros quería creer que realmente habíamos perdido a Fred, todavía no podía ver la cara de los demás Weasley sin ver el rostro de Fred muerto en sus ojos.
-Le he pedido ayuda a Neville-continuó-así que, ¿te gustaría custodiar a Narcissa, Lucius o a Malfoy.
Quise contradecirlo y decirle que todos eran Malfoy y que no podía denominar a su descendencia solo por su apellido, pero me contuve, una guerra apenas había terminado, criticar la forma en que usaba nombres y apellidos era ridículo, incluso para mí.
-Me quedo con Maaalfoy-alargué la palabra. Que lo considerara ridículo y que no bromeara con ello, eran cosas diferentes.
-Bien, le diré a Neville que custodie a la Sra. Malfoy, será más fácil para él.
Dos horas después me encontraba en un cubículo de apenas dos camas y una mesita con un par de panes. Los dementores se encontraban afuera de la habitación por lo que se sentía frío y miserable el lugar.
-Perfecto, me ha tocado la sangresucia-anunció Draco cuando lo ingresaron a la habitación.
-Ante cualquier inconveniente Srta Granger, envíenos un patronus-aseguró el ministro.
-El que no tenga varita no me hace menos peligroso-aseguró Malfoy acostándose en una de las camas-todavía puedo molerla a golpes y quitarle su varita.
El ministro enrojeció con rabia, pero tomó un par de respiraciones para calmarse.
-Cuidado señor Malfoy-apuntó su varita hacia él-si prefiere dormir con dementores es asunto suyo.
Malfoy parecía replicar, pero una mirada mía bastó para que se callara. Ni siquiera él era tan tonto para preferir dementores que mi compañía.
-Eso pensé-asintió el ministro cerrando la única puerta y dejándonos dentro.
-No quiero escuchar ni tu suspiro-avisó Malfoy dándose la vuelta de tal manera que me daba la espalda.
No quise replicar, él podía estar enojado de mi presencia pero yo era su mejor opción.
Debí haberme quedado dormida del cansancio en algún momento, pero tanto viajar con Harry y Ron en busca de los horrocrux había alterado mis horarios de sueño probablemente para siempre. De alguna forma no me sorprendió que Malfoy se encontrara sumido en sus pensamientos, sentado entre la pared y la cama.
-Deberías dormir-pedí amablemente-en pocas horas es tu juicio y te conviene estar descansado.
El silencio volvió a reinar. Iba a volver a quedarme dormida cuando escuché apenas un susurro.
-No me importa si me dan el beso del mortífago.
-¿Estás seguro?-me di la vuelta para verlo de nuevo, se encontraba exactamente en la misma posición-¿entonces que te está quitando el sueño?
Volvió a callarse. Se acostó dándome la espalda y nuestra conversación aparentemente había terminado. Si él no quería hablar, era asunto suyo.
-Mi madre-escuché en un tono todavía más bajo que el anterior.
-¿Qué pasa con tu madre?-si bien estaba en la misma situación precaria de él, estaba segura custodiada por Neville.
El silencio volvió y mi paciencia se escabulló por algún lugar fuera de la habitación. Apenas y había dormido desde que la guerra terminó, estaba muy cansada como para estar sacándole pedazos de conversación a Malfoy.
-Para tu mala suerte soy la única persona que verás hasta el juicio-lo moví hacia un lado en su cama, sentándome en ella y obligándolo a sentarse también-si crees que puedes callarte e ignorarme cuando obviamente necesitas hablar con alguien, estás equivocado.
-¿Te han dicho que eres irritante?-me miró obviamente fastidiado, intentando colocarse lo más lejos de mí que la pequeña cama le permitiera.
-Tú, mis amigos, mis familiares, mis compañeras de casa, la lista puede seguir.
Su mandíbula latió, intentando ocultar una sonrisa.
-¿Y qué hacen al respecto?-preguntó-ya sabes, para anular tu lado irritante.
-Oh, no puedes anularlo, solo terminan acostumbrándose-aseguré-ya lo descubrirás tu también.
Esta vez vi el pequeño astibo de sonrisa mientras negaba. Le daba la razón, yo tampoco podía imaginar que él se acostumbre a mi presencia.
-Entonces, ¿qué pasa con tu madre?-su media sonrisa mutó en una mueca de nuevo.
-Me preocupan los dementores.
-¿No fuiste tú el que dijo hace rato que no le importaba un beso del dementor?-lo miré con una ceja alzada, el chico definitivamente debía decidir qué es lo que quería.
-No me preocupa para mí tonta, me preocupa mi madre-me miró enojado.
No iba a comentar nada de él llamándome tonta, me quedé observando sus grises ojos fijamente por primera vez en mi vida, viendo miedo puro en ellos.
-Incluso cuando Voldy estaba en nuestra casa, mi padre y yo siempre intentamos que no pusiera sus ojos sobre mi madre-relató-ella no es como nosotros, no es una mala persona y me preocupa que le den el beso del dementor o la envíen a Azkaban, ella simplemente no sobreviviría a eso.
-Harry no lo permitirá-aseguré aunque ni siquiera había hablado con Harry, pero él era mi mejor amigo, no permitiría las injusticias.
-Yo…-suspiró-yo ni siquiera la abracé una última vez.
-No será la última, lo prometo-¿por qué diablos yo estaba prometiendo esta clase de cosas?
-Tranquila Granger, no tienes que prometerme cosas para hacerme menos miserable.
-Está bien-deslicé mi mano y toqué su hombro, temerosa de que mi tacto le molestara, pero no lo quitó de ahí. Solo quería reconfortarlo.-te entiendo un poco, yo también quiero abrazar a mis padres, no los he visto en mucho tiempo y los extraño.
-La guerra finalmente terminó y ganó tu lado Granger, ni siquiera sé por qué estás aquí cuando puedes ir y abrazarlos.
-Ellos no saben quién soy yo-sentí como mi voz se rompió-yo cambié sus memorias y los envié lejos.
No dijo nada, pero sentí su mano acariciar mi mano que todavía descansaba en su hombro.
-Te perdonarán-¿cómo él sabía que me preocupaba precisamente eso?-yo he perdonado a mi padre por obligarme a usar la marca tenebrosa, tú eres mejor que eso y seguramente lo aprendiste de tus padres, ellos entenderán y te perdonarán.
-Eso espero-asentí.
-Tienes razón, creo que podría acostumbrarme a tu lado irritante.
Creo que lo dijo sin pensarlo, eso explicaría por qué de la nada parecía avergonzado y se negaba a observarme. Y estaba bien, iba a guardar con él esta pequeña conversación nuestra. Sonreí, este era el mejor recuerdo que tendría con Malfoy alguna vez, lo atesoraría.
-Creo que es hora de dormir-me levanté y me sentí algo extraña de no sentir su tacto en mi mano.
-Granger-su voz me detuvo.
Me volteé.
-Tú-se tomó un par de segundos-¿quieres dormir conmigo?
Las imágenes de nosotros juntos volaron más lejos de lo que me gustaría y sentí mi cara calentarse por el evidente sonrojo cerniéndose en mí.
-Hablaba de dormir-sonrió con cierta burla y luego su rostro cambió-aunque yo entendería…es una tontería mía, no pasa nada, buenas noches.
Se acostó en seguida, dándome la espalda, como si la última hora no hubiera transcurrido.
No señor, él no arruinaría nuestro único buen momento juntos.
-¿Pero qué..?-preguntó mientras era empujado a un costado de la pequeña cama.
-Cállate y más te vale que me abraces-exigí en el filo de la cama-o voy a caerme de aquí.
Esperaba una réplica, pero sentí sus manos ceñirse a mi cintura y su cabeza descansar en mi hombro.
-Quién diría que tu cabello olería tan bien, Granger-comentó.
Me alegraba que él no pudiera ver mi rostro o se daría cuenta lo sonrojada que estaba. Pensé que sería como cuando dormía cerca de Harry y Ron y por eso me acosté a su lado, pero esto era diferente. Cálidamente diferente.
-¡Estas aquí!-los fuertes brazos de Ron me saludaron en un abrazo-Ginny estaba preocupado de que no vinieras, pero le dije que era imposible.
-Hermione, querida-me saludó el - Molly hizo los platos favoritos de todos.
-Fred estaría contento de que todos estuviéramos aquí como una familia-me sonrió la Sra. Weasley con los ojos vidriosos.
-¿Y Malfoy?-preguntó Harry después de darme un abrazo-creí que ibas a traerlo este año.
-Ni siquiera pude invitarlo-le di una media sonrisa que probablemente lució más como una mueca.
Harry no preguntó más, pero seguramente les avisó a los demás que no preguntaran por Draco porque nadie más hizo mención de su nombre durante toda la cena.
-Mione-Ron tocó mi hombro-¿puedo hablar contigo?
Asentí dejándome guiar a los muebles frente la chimenea, el lugar menos poblado tomando en cuenta que todos estaban en la cocina escuchando las imitaciones de Fleur de los italianos que había conocido en su último viaje.
-¿Qué está mal Mione?-preguntó ni bien nos sentamos.
-Yo…-sentí mis ojos llenarse de lágrimas-no tengo idea.
Él me ciñó a su pecho y empecé a llorar con fuerzas, si bien había pasado un momento agradable con toda la familia Weasley, esta no era la forma en que imaginé pasar este año. Él me hacía falta. Ron no hizo más preguntas, solo me mantuvo en sus brazos.
-No quiero pensar que cometí un error-comenté minutos después.
-¿De qué hablas?-Ron había crecido tanto los últimos años, ahora entendía lo que preguntar con delicadeza significaba.
-Draco-suspiré-yo solo no sé que está mal. No sé, empiezo a preguntarme si no nos equivocamos él y yo al escogernos, no es que el resto del mundo no lo pensara alguna vez.
-¿Estás enojada porque no quiso venir hoy?-preguntó suavemente.
-Ni siquiera lo invité, no puedo nombrar tu nombre sin que se ponga irracional, como si fuera a dejarlo por ti-me reí-nosotros somos como hermanos, ¿por qué no puede entenderlo de una buena vez?
-Oh-una pequeña sonrisa infantil se formó en su rostro-creo que eso podría ser mi culpa.
-Ronald Billius Weasley-lentamente el enojo me consumió-¿qué hiciste?
-Mione, tú sabes que te adoro y eres como mi hermana-alzó las manos, esperando de alguna forma que yo bajara mi varita apuntándole-yo solo no puedo confiar en el tipo, así que el año pasado cuando Ginny y Harry se casaron yo había bebido un poco.
-¿Un poco? Tú estabas borracho-aseguré con la varita todavía en su rostro.
-No estaba tan borracho-aseguró rojo de la vergüenza-entonces, yo podría haberle dado a entender que tú y yo nos besamos una vez y que él no debía bajar la guardia porque no me costaría nada sacarte de sus brazos.
-¡Y yo pensando que habías madurado en los últimos años!-me levanté exasperado del sillón.
-Mione, no te enojes, por favor-se levantó y tomó mis hombros-eres tan hermana mía como lo es Ginny y simplemente quería asegurarme que el hurón supiera que tenía que ganarte todos los días.
-¿Ganarme?-farfullé-idiota, lo que has conseguido es que discutamos cada vez que quiero verte.
-¿Y yo cómo iba a saber eso?-no sacó las manos de mis hombros, probablemente para asegurarse de que no le lanzaría algún hechizo vomitababosas.
-Toda la vida le agradeceré a Harry que nos sacara de esa situación tan incómoda-aseguré, recordando cómo Harry nos detuvo diciendo que estábamos en plena guerra, dándonos la oportunidad de terminar el beso más incómodo de todos los tiempos.
-Ni que lo digas, fue como besar a mi tía Muriel-me miró con asco-incómodo.
-¿Me acabas de comparar con tu tía Muriel?-supo que iba a golpearlo porque me abrazó tirando mi varita a algún sitio.
Las chispas en la chimenea nos detuvieron un segundo, apareciendo a mi querido novio en el peor de los escenarios posibles.
-Malfoy-dijo Ronald soltándome-esto definitivamente no es lo que parece.
¡Hola queridos míos! Esta es la primera de dos partes de una historia que me he inventado inspirada en Scared to be lonely de Dua Lipa, espero totalmente sea de su agrado y en los próximos días estaré subiendo la segunda parte. Besos, espero leer sus reviews.
