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Hello! .o./ Iré directo al punto… En Octubre hay muchos retos, Inktober, Kinktober, etc, esto que veis ahora es uno de esos retos, esto es el FICTOBER, y, al igual que los otros retos, se trata de crear algo (en este caso, fanfic) diario a partir de una palabra durante los 31 días de octubre. He decidido participar en este pues es la primera vez que veo un reto así organizado por el fandom en español, y creo que es bueno apoyar lo escrito en lengua hispana ya que siempre andamos pendientes de los fest y retos del fandom anglosajón. U-U En fin, esta historia será un AU Colegial (porque hace tiempo tengo ganas de leer uno y nadie me lo escribe QwQ) de caps cortos y probablemente juntaré "palabras del reto" así que los caps serán menos de 20 y de un máximo de 1500 palabras, no garantizo actualizar diario porque me aún tengo que actualizar mis otros fics, pero si puedo garantizar que lo acabaré rápido. xD Si queréis saber más del reto podéis entrar a la página de FICTOBER en Facebook y también en Tumblr.

Espero lo disfruten. NwN/

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Disclaimer: Fairy Tail no me pertenece. Pertenece a Hiro Mashima, a quien aprecio por haber creado el Jerza.


Referencias De Lectura:

Diálogo.

«Pensamientos»

Narración.

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JUST US

Clase 1: Máquina y Cigarro―

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Llevaba un par de minutos en eso y le parecía demasiado divertido como para interrumpir.

Pero al final lo hizo.

Después de todo, la joven que golpeaba la máquina expendedora no podía pasar todo el almuerzo allí y si decidía irse, él perdería la oportunidad para fastidiarla un poco.

Y eso era imperdonable.

Vaya, vaya… ―se acercó en silencio y no pudo evitar la sonrisa que se ladeó en sus labios al ver a la joven de cabello escarlata brincar asustada, no sabía si había sido por ser pillada golpeando propiedad del colegio o porque justo él había sido quien lo hizo ―lo que él personalmente prefería― pero igual lo disfrutó―. ¿Quién diría que nuestra respetada presidenta estudiantil es tan violenta?

Jell- Siegrain… ―se corrigió a sí misma, desde que se habían rencontrado, él había dejado muy claro que ni su nombre era ya Jellal, ni él era el mismo joven que vivió con ella en el orfanato en el pueblo de Rosemary.

O eso decía él.

Ella creía algo muy diferente, tres años no cambiaban tanto a una persona.

Yo… ―respiró hondo antes de voltearse a él para tratar de calmar el calor en sus mejillas, algo que no sirvió de nada pues al verlo frente a ella sonriendo de esa manera, su sonrojo se independizó de su control y sus ojos fueron cautivados por los avellana ―y siempre cambiantes― de él― la máquina no… funciona…

Ya veo, pero te diré un secreto… ―el joven de cabello azulado se inclinó un poco hacia ella y se detuvo cerca de su oreja, su sonrisa se amplió al ver cómo estas se pusieron tan rojas como su hermoso cabello escarlata―, la máquina funcionaría apropiadamente si presionas los dos botones verdes al mismo tiempo, Scarlet

¿¡E-eh!? ―la chica frunció el ceño y volteó a ver a la expendedora, una pequeña artimaña para disimular lo que sentía cada que él la llamaba de esa manera―. ¿Los dos botones? ―Erza observó con atención y notó que a diferencia de las otras máquinas del colegio esa era más vieja y funcionaba diferente.

Los dos ―repitió él dando dos pasos atrás al notar que ya había perdido su atención y al darse cuenta que estaba actuando de una manera en que no debería pero en la que siempre terminaba actuando.

Él no debía acercarse a ella.

Oh… ―Erza soltó un bufido al darse cuenta de su error y de inmediato puso en ejecución lo dicho por él, al hacerlo una de las botellas del dispensador salió por la pequeña compuerta sin ningún problema―. Gracias ―le dijo con una sonrisa sincera mientras abría la botella―. Es la primera vez que uso esta expendedora, pero no había leche de fresa en ninguna de las otras.

«Aún sigue amando las fresas…» Sonrió internamente ante eso.

No me extraña, este lado del colegio no es muy frecuentado ―contestó intentando no observar como ella bebía con alegría infantil de la botella y sus labios se humedecían, algo bastante complicado pues ya era bastante difícil para él apartar su mirada de Erza Scarlet.

«No, Erza Belserion» se corrigió a sí mismo, Erza Scarlet había sido una vez, cuando vivían juntos en el orfanato y eran amigos inseparables.

Cuando eran un poquito más que amigos.

¿Y tú que haces aquí, Siegrain? ―a pesar de tratar de mantener el tono casual en la pregunta era obvio para él que estaba preocupada por sus razones, esa zona del colegio era muy frecuentada por los más problemáticos y aunque él no era exactamente uno, era reconocido como tal.

Y a veces lo segundo era más nocivo que lo primero.

¿Yo? Bueno… ―fingió un suspiro y se desacomodó su siempre rebelde cabello azul― Es el mejor lugar para atrapar a personas cediendo a sus instintos salvajes ―la mirada burlona que dirigió hacia ella fue suficiente para hacerla sonrojar al darle a entender que se refería a ella y a las violentas agresiones a las que sometió a la máquina expendedora―, y también es buen lugar para poder fumar sin que los profesores o el comité disciplinario fastidien ―el azulado metió su mano en el bolsillo de su chaqueta oscura del uniforme y sacó una cajetilla blanca―, pero parece que ahora estoy en una mala situación ya que es a la presidenta del consejo estudiantil a quien se lo he confesado.

Es ilegal fumar a los diecisiete años ―le recordó con su voz autoritaria― y… odio que fumes… ―su voz seguía autoritaria pero era obvio la pequeña inflexión de tristeza en su voz junto con su entrecejo fruncido y su nariz adorablemente arrugada en un gesto de desagrado que él recordaba muy bien―.No deberías hacerlo, Jellal ―el mencionado perdió parte de su sonrisa al escucharle llamarlo así.

Siegrain ―le corrigió de inmediato―, y que lo odies o no, no es mi problema, al final yo decido por mí mismo ―sonrió burlón pero al ver el brillo batallador en los ojos de ella supo que se había equivocado en algo.

Erza era una contrincante de primera clase.

Sabes tienes razón ―asintió para sorpresa de él―. Y como hace un momento me llamaste "Scarlet" y no es la primera vez que lo haces, y ya que cada quien decide qué hacer consigo mismo, como acabas de decir, acabo de decidir que te seguiré llamando "Jellal" ―la sonrisa de Erza era victoriosa y aunque quería, él no podía molestarse al verla.

Le gustaba verla sonreír.

¿Así que la estricta presidenta estudiantil hará lo que se le venga en gana? ¿Acaso a eso no se le llama tiranía?

No, se le llama… cariño―corrigió ella no muy segura si usaba la palabra correcta, su susurro afectuoso descolocó totalmente al joven de cabello azulado―, cariño… por un amigo que extraño y que siempre qui-

Un amigo que ya no existe ―cortó él―, pensé que lo había dejado claro. Yo ya no soy como era y tú tampoco. Y siendo sincero, así estamos mejor.

Y si los dos somos personas diferentes, ¿por qué no podemos ser amigos ahora? ―retrucó ella, no entendía porque hacía tres meses ―cuando él llegó como nuevo estudiante a ese colegio― él no hacía más que evitarla; o, como lo hizo hacía unos minutos, acercarse a ella para tratar de fastidiarla y ganarse su rencor.

Había algo extraño en él y no se perdonaría el no averiguarlo.

Porque es mejor así… ―fue su vaga respuesta y colocó un cigarrillo en sus labios, sabía que ella los odiaba y por eso con más ganas lo fumaría, sin siquiera voltear a mirarla sacó el encendedor y lo acercó al cigarrillo.

Nunca esperó que la mano de Erza fuese tan veloz.

Odio el fumado ―le dijo ella lanzando el encendedor lejos junto con el cigarrillo que arrebató de sus labios. Sus mejillas rojas y sus ojos brillantes de enojo y absoluta preocupación por él―, y principalmente odio que te estés dañando a ti mismo ―Erza metió una de sus manos en su chaqueta y lo acercó más a sí misma para buscar la cajetilla y él olvidó las razones por las que se mantenía lejos de ella.

Olvidó todo eso.

No debiste haber hecho eso, Scarlet ―susurró inclinándose a ella, sus manos actuaron solas y mientras una se posó con delicadeza en su barbilla para subir su rostro hacía él, la otra se enredó en el sedoso cabello escarlata que lo fascinó desde que lo vio por primera vez.

Justo la noche en que la lanzaron a ella en la pequeña habitación en donde todos esos niños sin familia dormían.

Jellal… ―susurró ella en el momento en que sus ojos se cerraron y los labios de él acariciaron los suyos, labios gentiles y amables que se movieron con suavidad y le recordaron aquel primer beso torpe y salado por las lágrimas de dos niños en una noche nublada y fría, y cuando los labios de ella respondieron y los de él dejaron de lado gran parte de la suavidad inicial, por la mente de Erza llegaron también los recuerdos de los siguientes besos luego de ese torpe inicial.

Besos menos inocentes.

Besos con más sentimientos.

Mas cuando la campana escolar sonó, se llevó con su sonido el tiempo del almuerzo, esos recuerdos, el beso y a Jellal.

Con ella solo quedó la botella que sus manos dejaron caer al suelo, el calor en sus mejillas y la sensación en sus labios.

Y también, la mirada de culpa en los ojos de Jellal…

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Gracias por leer y comentar.

Significa mucho.

NwN

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Rincón De La Escritora en Proceso:

La palabra del día es: Máquina.

En realidad estoy ocho días atrasada. xD Así que por eso usaré dos palabras por día ya que el reto da 31 palabras para ser utilizadas una por día, pero todos sabemos que no actualizaré diario. Dx ¡Soy una vergüenza! Dx

Espero les haya gustado. QwQ/

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Gracias mil por leer.

ADIEU!

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