Fuego extinto

Capítulo 1

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Soledad.

Otra fría y solitaria noche en Mewni, aquella extraña dimensión donde hasta una bandada de palomas podían matar a un guerrero en armadura, llena de lugares sumamente peligrosos, y otros cargados de una gran paz.

Uno de esos lugares era el castillo del reino principal de Mewni, hogar de la familia Butterfly, la familia más importante y poderosa, gracias a sus poderosos genes, que les otorgaban un magistral manejo en todo relacionado con la magia.

Un lugar increíblemente hermoso, tanto en el día, como en la actual noche.

Aquel muchacho de piel bronceada y ojos café oscuro se sentía como un alienígena en aquel mundo.

Se sentía fuera de lugar.

La fuerza y la habilidad de combate de la cual estaba tan orgulloso era fácilmente opacada, no podía usar magia, no era alto o fuerte; o al menos no en su edad actual, no podía evitar sentirse inútil.

Sin duda haber dejado su tranquila vida a un lado para perseguir a su hiperactiva amiga había sido un error.

Si tan solo no hubiera despertado aquellos sentimientos justo cuando había decidido darle otra oportunidad a su ex.

Y aunque se sintiera celoso y triste… No podía odiarlo. No a aquel chico que compartía muchos de sus gustos, aquel que se había sometido a un dolor intenso por dejar a un lado su lado explosivo.

Además, Star se veía feliz.

Si tan solo hubiera una forma de cerrar la entrada de su dimensión para arrancar de raíz todo contacto con ese mundo mágico, del que se sentía tan fuera de lugar. Hacer que ni una tijera dimensional, magia u objeto pudiera cruzar el umbral hacia su dimensión… Lo haría.

Sonaba cobarde, pero era lo que él sentía.

Y ahora que los pequeños momentos divertidos que tenía con Hekapoo habían terminado, junto con su relación con Jackie…

- No se merecía lo que le hice –

Tal vez era demasiado idiota para tener una relación.

Para hacer a una mujer feliz.

Y ahí estaba aquel débil chico humano, recargado en uno de los muchos balcones del castillo, dejando que la helada brisa se llevara todos esos pensamientos he inseguridades, al menos por un momento.

Nadie lo tomaba en serio, ni siquiera Star terminaba de confiar en él. Lo sabía, podía verlo en sus ojos cuando se ofrecía a hacer algo peligroso.

No la culpaba, el nivel de dificultad se había dispara hasta las nubes desde que apareció Toffe, como si de un videojuego mal optimizado se tratara.

El karate que podía manejar su actual débil cuerpo no era suficiente. La fuerza de sus brazos tampoco era la adecuada para manejar una espada y carecía de magia.

Sin duda Tom hacía un mejor trabajo acompañando a Star en los asuntos peligrosos, cosa que el chico demoniaco no paraba de agradecerle, he incluso le pedía consejos de cómo actuar en ciertos casos para no quedar como un idiota o un insensible.

Marco soltó un ruidoso suspiro mientras miraba hacia abajo.

Tal vez solo debía irse a alguna dimensión que Star desconociera.

Por casualidad sus ojos se cruzaron con una alta figura femenina, paseando tranquilamente en los jardines justo debajo de él.

Alta, delgada, cabello azul claro, ojos azul oscuro, vistiendo una bata para dormir color plata, la cual brillaba con la luz de la luna.

Porque?...

Se preguntó Marco, debían ser poco más de las dos de la mañana, y la reina de Mewni siempre solía estar ocupada.

Marco metió su mano debajo de su camisa y saco sus tijeras, las cuales colgaban de un firme collar. Algo tan valioso no podía simplemente tenerlo en su bolsillo.

Marco atravesó un portal y en un paso ya estaba en el jardín, a pocos metros detrás de la reina.

- Una linda noche reina Moon – Hablo con una suave voz, para evitar asustarla.

Los ojos de Marco se encontraron con la tranquila mirada de la madre de Star, la cual parecía ligeramente sorprendida.

- Oh Marco, lo siento, no te escuche llegar – Hablo con una voz más calmada de lo normal – No es saludable para un chico de tu edad estar despierto a esta hora.

Moon se acercó un poco a la cerca de madera frente a ella; la cual protegía unos saludables árboles, y se recargo.

Marco se posó alado de ella, haciendo lo mismo.

- Podría decir lo mismo. No es bueno que una mujer tan ocupada este despierta a esta hora -

Era normal para el hablar con los reyes de forma normal, pero tal vez estaba tomando demasiadas confianzas…

- Hoho… Tal vez tengas razón –

Por un momento ambos quedaron en silencio, cautivados por el hermoso cielo azul de aquella noche.

- Tal vez no debería discutir sus preocupaciones con un simple humano… Pero, ¿Le ocurre algo? –

Una pregunta innecesaria a su parecer. Se notaba la preocupación en los ojos de Moon.

- Oh eres muy observador, o sigo siendo mala para fingir –

La verdad si era muy buena para esconder sus emociones. Pero por alguna razón, en aquel momento podía notar una ligera preocupación en ella.

- Es todo – Hablo – El reino, Star, las amenazas que se avecinan… Mi propia falta de fuerza –

- Si la hace sentir mejor, se cómo se siente, al menos un poco –

Los ojos de Moon se encontraron con el melancólico rostro de Marco, el cual no dejaba de mirar al frente.

- Solo míreme, un humano de 15 años con apenas aptitudes para pelear, envuelto en una lucha que sobrepasa su nivel. Incapaz de poder cumplir correctamente su papel de escudero – Un pesado suspiro se escapó de lo más profundo de su corazón - Un chico que quiere ayudar con un conflicto político y militar cuando ni siquiera puede entender el corazón de la chica que una vez amo –

Marco finalmente volteo a ver a Moon, dedicándole una honesta sonrisa.

- Pero usted no Moon. Aunque sigue siendo una mujer con preocupaciones y miedos, se mantiene fuerte he imponente ante los problemas. Una mujer que recorrería todas las dimensiones si fuese necesario para salvar a las personas que ama –

-… Marco… -

- No digo que no pueda sentirse indecisa o vulnerable, o que deba tener las respuestas a todas las preguntas, pero, en mi parecer, desde que llegue aquí usted ha hecho mucho más por Star que yo –

- No digas eso Marco, eres una pieza importante para Star

-…-

- Tal vez lo fui una vez, pero ahora es diferente. Ahora alguien más cumple mi papel –

Los ojos de Moon permanecieron el en callado chico humano. Aquel sentimiento podía comprenderlo, el sentirse inútil. El querer hacer algo, y a pesar de todo, sentir que no es suficiente.

- Una vez me sentí de esa forma – Rompió el silencio – El sentirnos inútiles. Sentir que, no importa que hagas, nunca parece ser suficiente, o que tu presencia es irrelevante. Creo que todos pasamos por eso. Pero sabes muchacho –

Moon rompió el espacio que había entre ambos y lo envolvió en un tierno abrazo.

- Aunque seas un humano, y te consideres el más débil del reino. Mientras la reina considere tu ayuda como necesaria, no permitiré que te sientas inútil –

Debía admitir que al principio solo lo veía como un chico humano con habilidades de combate útiles, pero lentamente, y después de la pelea con Toffe, reconoció que la ayuda de aquel humano era necesaria.

Además, al verlo no podía evitar ver a la débil e insegura Moon.

Los ojos de Marco se abrieron enormemente al sentir el cálido abrazo de Moon. Su cuerpo era suave y tenía una fragancia que solo podía describir con una palabra.

Cautivadora.

-… Gracias Reina – Tal vez… Solo tal vez… -

Marco recostó su cabeza en el pecho de Moon, sintiendo aún más su calor y el tranquilo latido de su corazón.

- Gracias muchacho – Dijo Moon, separándose un poco de él, para poder verlo - Me hiciste sentir mejor –

- A su servicio Reina. Si no le molesta perder un poco de tiempo conmigo, podríamos charlar en otro momento –

- Hohoho, no tienes que ser tan formal, en momentos así solo llámame Moon –

- Okay Moon – Dijo, mientras terminaba de romper el abrazo – Debería ir a dormir, ya es tarde –

- Tienes razón. Por desgracia mañana no será un día tranquilo para mí –

El suspiro que salió de ella le daba a entender que le esperaba un día cansado.

- Star suele pasar con Tom casi todo el tiempo, si le puedo ser un poco útil en algo… -

- Mmm… - Lo pensó por un momento – Si estás dispuesto – No podía rechazar sus buenas intenciones.

- ¡Genial! – No podía evitar estar feliz por serle útil a la Reina, al menos por unos minutos – Si no le molesta la puedo llevar a su alcoba – Dijo, mientras agitaba ligeramente sus tijeras.

- Claro Marco –

Marco abrió un portal y ambos lo atravesaron, dejándola frente a una elegante puerta, como las muchas puertas del castillo.

- Buenas noches –

- Buenas noches Marco –

Moon abrió la puerta y cruzo el umbral de su cuarto.

Por un segundo la luz de la luna se filtró por las ventanas abiertas de la habitación, bañando a la reina con una delicada luz, la cual resaltaba su figura.

Curvas simplemente cautivadoras.

Lo que más destacaba de aquella hermosa figura femenina era sus voluptuosas caderas, las cuales resaltaban más que nunca con aquella bata para dormir plateada.

Moon no tardo en notar que Marco seguía frente a la puerta, y antes de preguntarle que ocurría noto algo que le hizo soltar una ligera risa.

Sus ojos se paseaban sin temor por toda su figura. Disfrutando de la vista.

Si fuera algún guardia sin duda se hubiera molestado muchísimo… Pero…

- Hohoho, ocurre algo Marco ~ -

¿Hace cuantos años que no sentía una mirada lujuriosa por parte de un hombre?

- Oh- Y-Yo... Di-Digo… - En segundos su rostro se puso totalmente rojo – Bu-Buenas noches –

- Hohoho – Verlo huir de la vergüenza le divertía mucho.

Moon cerró la puerta de su alcoba y se metió en su cama. Mañana tendría un largo y cansado día.

Aunque esta vez no será tan aburrida.

Marco sin pensarlo salió corriendo, con el rostro rojo de la vergüenza. ¿Cómo había terminado viendo el cuerpo de la madre de Star? Y para hacerlo peor se había dado cuenta.

No es que fuese discreto.

- … -

Aunque no podía evitar recordar la encantadora figura de Moon debajo de aquella bata plateada. El calor y el cautivador olor de Moon sin duda era…

- E-En que estás pensando Marco Diaz. ¡Es la Mama de Star! –

Tenía que alejar de su mente aquellos pensamientos.

….

….

..

El día para Marco había iniciado hace ya un rato. Luego de haberse aseado apropiadamente fue al cuarto de Star a levantarla; pues era pésima levantándose por las mañanas, y juntos se dirigieron al comedor, ambos rodeados por un tranquilo silencio. Pues Star estaba sumida en sus pensamientos.

El asunto de la igualdad entre Mwemanos y monstruos era un tema que asaltaba sus pensamientos casi todo el tiempo.

Al llegar vieron la enorme mesa del comedor, con tres platos de comida y algunos platos con comida extra sobre la mesa.

Sentada en una silla estaba la reina Moon, esperando pacientemente la llegada de su hija y de Marco.

Al instante Marco noto algo.

- B-Buenos días Reina – No pudo evitar atorarse con las palabras al recordar la cautivadora escena de anoche.

Aquella acción por parte de Marco hizo que apareciera una juguetona sonrisa en Moon, al recordar lo avergonzado que estaba Marco.

- Buenos días Marco, Buenos días hija, espero que hayan dormido bien –

- ¡Dormí increíble, como siempre! – Hablo Star, con su típica voz alegre.

Sin decir más Star comenzó a devorar su desayuno sin piedad, mientras Marco y Moon comían con tranquilidad. Una vista bastante normal.

- Por cierto, Reina Moon, ¿Y el rey River? – Pregunto Marco, a notar que no estaba.

- Oh, tuvo que salir de improviso, ya sabes, cosas políticas –

- ¿Papa haciendo cosas políticas? – La sorpresa de Star le provoco un poco de risa a Moon.

Era cierto que por lo general River no hacía mucho con referente a política, pero con lo ocupados que estaban, era inevitable.

- Hoho, toda una sorpresa. Estará fuera unos días –

Sin otro asunto o tema que tratar, el desayuno transcurrió con normalidad.

Luego de comer Star corrió a su cuarto, para practicar un poco de la magia que ya sabía o de seguir investigando sobre el asunto de una posible paz con los monstruos.

Por reflejo Marco la iba a seguir, pero fue interrumpido por Moon.

- Marco, cariño, ¿Tienes un momento? –

- ¿Si Reina Moon? –

- ¿Te molestaría ayudarme un momento? –

- Bueno… No me molesta… Pero, ¿No seré un estorbo? –

- Hoho, no te preocupes, River me ha ayudado y no creo que lo puedas hacerlo peor –

Sin duda el trabajo "aburrido" que tenía ser rey no le quedaba a su esposo, por eso prefería hacerlo sola.

- En ese caso… -

Y sin más que decir ambos se dirigieron a su estudio, caminando con suma tranquilidad.

Marco caminaba a pocos pasos detrás de ella, algo nervioso, pues no sabía que tan grabe podía ser equivocare cuando se trababa del trabajo de una reina.

- Y… Durmió bien… Moon – Decidió romper el silencio.

No veía nadie por los alrededores, debía estar bien llamarla por su nombre.

- Si te soy sincera… no muy bien. La falta de sueño me suele afectar mucho, pero cuando te sueles desvelar a menudo te acostumbras – Moon le dedico una sonrisa – ¿Y tú Marco? –

- Aunque no dormí mal, también me siento cansado. Pero si puedo aliviar su carga un poco… -

- Hohoho, que amable de tu parte. Sera un placer recibir tu ayuda –

Antes de darse cuenta habían llegado a su oficina. De un tamaño adecuado, llena hasta el tope de libros.

- ¿Y que suele hacer? –

- Como el reino aun esta en reparaciones recibo una gran cantidad de solicitudes, las cuales la reina o el rey deben aprobar – Hablo, mientras hacía aparecer una silla extra y la colocaba a lado suya, frente a su escritorio – Primero las leeremos y las separaremos por urgencia, después evaluaremos el coste de la petición teniendo en cuenta el presupuesto de reino –

- Supongo que hay un presupuesto limite en base de las riquezas que genera el reino y cuanto de ella debe ser dirigida a las reparaciones – Hablo Marco, tomando asiento.

- Exacto Marco, entiendes rápido –

- ¿Algo más? –

- También deberíamos darle un vistazo a los contratos de comercio que nos llegan de diferentes pueblos y pequeñas ciudades. Aumentar la cantidad de producto que vendemos y elegir quien es el más adecuado es importante –

- ¿Y qué cosas produce el reino? –

- Casi todo el tipo de carne roja y blanca, algunos pescados que criamos, fruta, vegetales y el famoso maíz de Mewni, la temporada de cosecha se acerca y los reinos y pueblos se comenzaran a interesar en ella –

- Wow, ¿y de todo eso se encarga, Moon? -

- Hoho, y añádele los ocasionales alborotos de Star – Hablo entre risas – Presiento que serás de mucha ayuda –

- Bueno, ¿Comenzamos? –

Y sin perder tiempo ambos tomaron pluma y tinta y comenzaron a leer y separa cada documento, los cuales no eran pocos, y aunque el trabajo era aburrido, aligerar la carga de la reina le hacía sentir útil.

Al menos ahora no estaba paseando por el castillo sin un rumbo fijo, y era probable que Star estuviera hablando con sus amigas o con Tom.

Sin darse cuenta ya había pasado dos horas y una pila de papeles de un metro estaba separado según la urgencia que le dijo Moon, aunque aún quedaban más.

- Termine la primera pila, ¿Continuo con otra o verifico los contratos? – Hablo, notando que, comparado con las peticiones, los contratos eran pocos.

- Mmmh – Por un segundo Moon observo la pequeña pila – Claro, en aquel librero hay un libro con los productos del reino y los precios estimados –

Sin perder tiempo Marco tomo un libro de un tamaño promedio, tomo aquella pila y comenzó a sepáralos por productos.

El tiempo paso en la oficina de Moon, casi sin darse cuenta quedaba menos de la mitad de los papeles, cuando un ligero golpeteo en la puerta los devolvió a la realidad.

- Adelante – Hablo Moon.

De la puerta apareció una sirvienta, de apariencia joven y elegante.

- Reina, la comida está casi lista – Anuncio.

- ¿Ya son las dos? –

- Exacto reina, dos de la tarde –

- Gracias, en un momento voy –

Y sin más aquella sirvienta se retiró.

- Wow, llevamos seis horas haciendo esto – Dijo Marco, mientras se estiraba.

- El tiempo vuela cuando hay mucho trabajo – Hablo, mientras miraba todo el trabajo que habían terminado –

- Haz sido de muchísima ayuda. Hicimos en 6 horas lo que hubiera hecho en un día de trabajo –

Vaya que tener a alguien competente que la ayudara le era de gran ayuda, y la sorpresa que se llevó al ver lo inteligente y trabajador que era Marco con apenas 15 años le dio una agradable sorpresa.

- Perdón por quitarte tanto tiempo –

- No se preocupe Moon, como le había dicho, me alegra ayudar, además Star no parece necesitarme –

- Bueno, vayamos al comedor –

Sin ninguna objeción ambos salieron de la oficina y se dirigieron al comedor, a paso tranquilo. Con tanto trabajo no había pronunciado palabra alguna con Moon en esas seis horas.

- ¿Siempre tiene tanto trabajo o es una ocasión especial? – Se preguntó, al ver que todavía le quedaba un poco de trabajo por hacer.

- En cuanto a peticiones no suele haber tantas, por lo demás es un poco de lo mismo, además de algunas reuniones con los reinos, pero no hay nada programado… Por suerte –

- Esas reuniones suenan agotadoras –

- Lo son Marco, lidiar con los otros reyes suele ser agotador –

- No me imagino a la Star que conocí cuando llego a la tierra lidiando con todo eso –

- Star ha madurado desde entonces, pero aun siento que le falta un poco más de madurez –

- Tenemos la misma edad, y nuestra personalidad no son iguales, lentamente se adaptará a la responsabilidad –

- "Suspiro" Eso espero –

Marco miro atentamente el preocupado rostro de la reina al soltar aquellas palabras. Ser rey era una responsabilidad enorme, y si bien Star comenzaba a madurar, actualmente no tenía la madurez o la confianza en ella misma para lidiar con lo que hacía su Madre.

- … -

- No se preocupe – Dijo, acercándose un poco más a ella y colocando su mano en el hombro de Moon – Aunque a Star aún le falte camino por recorrer, aún tiene a su madre para apoyarla. Ha hecho un gran trabajo criándola, estoy seguro que seguirá haciéndolo -

Aquellas palabras sustituyeron el preocupado rostro de Moon por una honesta sonrisa, cosa que hizo feliz a Marco y lleno de paz y felicidad el corazón de Moon.

- Gracias Marco – Dijo, colocando su mano sobre la suya.

Las palabras de aquel muchacho tenían el poder de tranquilízala y llenarla de paz, además la inteligencia y la madurez que desprendía cuando se lo proponía aun le sorprendía.

Quien diría que él y Star tiene la misma edad.

Al llegar se encontraron con una hambrienta Star, comiendo con la misma energía que la caracterizaba.

- Mmmhh babko, bonbe stabas – Apenas y se le entendía.

- Star, primero traga – Dijo, mientras se sentaba junto a ella.

Star tomo un poco de agua y trago la comida que tenía en su boca.

- ¿Donde hasta estado Marco?, no te he visto desde la mañana –

- Oh, eso, estaba algo ocupado. ¿Me necesitaste? –

- Si, pero por suerte Tom me ayudo… No estarás con Hekapoo… -

- Jajaja, para nada Star –

- MMMHH Sospechoso –

- Y para que necesitabas a Marco – Se unió su madre.

- Oh, un grupo de monstruos comenzaron a atacar un pueblo donde mi amiga Kelly paseaba, y fui con Tom a ayudarle –

- Oh, y ¿cómo estuvo? –

- Lo de siempre. Todo gracias a… La magia~~~ - Hablo, mientras agitaba la barita.

- Suena a que te divertiste –

- ¡Si! Siempre es divertido vencer a monstruos malos… Aunque ojalá no hubiese monstruos malos que derrotar –

- No te preocupes, solo hay que tener paciencia y saber a quienes convencer, y solo será cuestión de tiempo para que los Mewmanos vean a los mostros con otros ojos –

- "Suspiro" ojalá –

Y sin más que contar la comida siguió de manera normal. La primera en terminar fue Star, la cual se retiró a su cuarto. Dejando solo a Marco con Moon.

- Gracias otra vez por ayudarme – Hablo Moon.

- No tiene que agradecer –

En realidad, cuando te acostumbrabas al ritmo, el trabajo era rápido.

- Lo que falta lo puedo hacer yo, no te preocupes –

- ¡No no! Si no le molesta, me gustaría seguir ayudándole –

- Hoho, gracias Marco, es de mucha ayuda –

Una comida más tarde.

Oficina de Moon.

El trabajo de papeleo continuo para Moon y Marco, los cuales seguían revisando papel tras papel, Ambos sumamente concentrados.

Marco separaba las peticiones y Moon revisaba y elegía los pocos contratos.

- Mhhh… Qué raro… -

- ¿Sucede algo? –

- Hay un producto que no aparece en el libro –

- ¿Es nuevo? –

- si… Creo que lo solo lo hemos vendido un par de ocasiones… -

- ¿Y no hay otro libro donde anoten esa información? –

- Ahora que lo mencionas… -

Moon se levantó de la silla y se dirigió a un librero frente al escritorio, dispuesta a buscar aquel segundo libro.

El rostro de Marco se puso rojo al ver como Moon se agachaba provocando que su largo vestido marcara su trasero con gran detalle.

Aunque Marco desvió la mirada de inmediato, no pudo evitar caer en la tentación de seguir mirando aquel espectáculo.

Entre más se agachaba el vestido se metía aún más en su irresistible trasero, mejorando aún más la vista.

Mientras Moon buscaba con cuidado una extraña sensación hizo que volteara discretamente, notando algo que le hizo embonar una sonrisa. El rostro de Marco estaba totalmente rojo, sus ojos clavados como agujas en su trasero. Casi podía sentir como la desnudaba con la mirada.

Hohoho

Una extraña sensación despertó dentro de ella, una que no había sentido en muchos años. Un calor que la invadía.

Moon discretamente comenzó a agitar ligeramente sus caderas, mientras seguía buscando. Cada tanto miraba hacia atrás, solo para encontrar a un hipnotizado Marco, mirándola con lujuria.

Hace años que no se sentía deseada.

- Te molestaría ayudarme Marco~ - Hablo, con un tono suave – No logro encontrarlo –

- Oh… Ehh… C-claro – La dulce voz de Moon lo saco de su trance.

Qué demonios haces Diaz… ¡Deja de mirar así a la madre de Star!

Marco se levantó y se acercó a ella, buscando en los alrededores, aunque era una tarea difícil al tener tal espectáculo agitándose frente a él.

- … -

Aquella situación lentamente se salía de control.

Marco estaba justo detrás de Moon, la cual buscaba en la parte baja de otro librero; el muchacho apenas podía contenerse, a pesar de que seguía repitiéndose que aquellos pensamientos estaban muy mal, el deseo de sentir la suavidad frente a él, la cual yacía a pocos centímetros, era demasiada.

Mientras tanto Moon se mordía el labio inferior con deseo. Una pequeña parte dentro de ella impedía que llegara más lejos, aunque solo tenía que retroceder unos centímetros para sentir la dureza de Marco, estaba muy mal, era el amigo de Star. El chico que Star aun amaba.

Dos ligeros golpes a la puerta cortaron de raíz aquellos deseos en ambos. Marco se alejó rápidamente de Moon, mientras ella tomaba el libro que hace poco había divisado.

Un guardia cruzo el umbral, jalando un carrito con una columna de papeles.

- Con su permiso reina – Dijo, para después entrar – Estos son los últimos documentos referente a las reparaciones –

Moon se aclaró la garganta – Gracias, déjela a un lado –

En seguida el guardia dejo los papeles y se retiró.

El cuarto quedo en silencio.

Marco estaba totalmente rojo, escondiendo su rostro y su remordimiento en el documento frente a él. ¿Qué demonios había estado pensando?, ¿Qué hubiera pasado si no los hubiesen interrumpido?... Acaso el…

Y Moon no se sentía mejor. Ella, una reina respetada por todos los reinos de Mewni estuvo a punto de caer en el deseo. Si no fuese por aquel guardia ella…

Aquel calor aún seguía dentro de ella.

Moon se volvió a sentar, y sin decir más siguió con su trabajo. Aunque le era difícil concentrarse después de lo que casi sucede.

- … -

Los ojos de Moon pasearon por el distraído Marco, el cual seguía mirando papeles. En total silencio.

Solo tenía quince años, ella tenía siglos, tenía un esposo y una hija, la cual estaba enamorada del chico junto a ella, entonces, ¿Por qué apenas y dudo?

Los ojos de Moon por un segundo quedaron clavados en la parte baja de Marco. Al instante desvió la mirada, presa de la vergüenza.

Una erección.

El…

Podía estar mínimamente interesado en una vieja mujer como ella. En su viejo cuerpo…

Esa erección, la cual Marco no sabía cómo esconder o bajar le respondía al instante.

…..

.

Luego de aquel incidente el silencio entre ambos aumento, al punto que ni uno inicio una conversación en todo el tiempo que permanecieron juntos.

Marco miro el reloj de su teléfono, percatándose que ya eran las 11 de la noche. Luego de cenar había vuelto a ayudarle, y sin darse cuenta ya casi habían terminado.

Marco se estiro un momento y miro a Moon de reojo, notando al instante algo.

La reina estaba recostada sobre una petición, con un rostro sereno, acurrucada en el escritorio, un mechón de su cabello azulado se deslizo por su mejilla, aquella escena, bajo la tenue luz de la lámpara era sencillamente cautivadora.

Marco acerco su mano y acomodo aquel mechón, sintiendo el suave rostro de Moon, debía estar muy cansada.

Marco se levantó de la silla, ¿Debería despertarla?...

Tal vez…

Marco saco las tijeras y abrió un portal hacia el cuarto de Moon, tal vez solo debía dejarla en su cama.

Marco se acercó a Moon, se agacho un poco y la sujeto con firmeza, para después levantarla con suma delicadeza.

Pesaba menos de lo que esperaba, o al menos para su tamaño.

Solo un poco más que Star.

Moon recargo su cabeza en su hombro y se acurruco aún más. Podía sentir el calor de Moon y su cálida respiración.

- … -

Marco sacudió la cabeza, debía llevarla a su cuarto y recostarla. Solo eso.

Marco atravesó el portal y llego a un amplio y elegante cuanto, sumido en la oscuridad, apenas visible por la luz de la luna.

Un enorme ropero, un tocador, una pequeña mesa y dos sillas, además de algunas fotos adornaban el cuarto.

Marco se acercó a la enorme cama y la dejo con cuidado, procurando no despertarla.

Por un momento Marco quedo cautivado por la belleza de aquella mujer, durmiendo plácidamente. Indefensa.

- … -

Luego de un rápido vistazo noto algo…

Su vestido

Aunque lindo y elegante, era muy incómodo, lo sabía porque había usado uno parecido. Y no se imaginaba como seria dormir con uno de esos.

Pero que podía hacer…

No… Definitivamente no

No podía, aunque era probable que el vestido le lastimara la espalda o le dejara con dolor muscular por dormir con él, algo como eso…

- … -

- … -

- … -

- "Suspiro" Perdón – Susurro –

Marco se acercó con delicadeza a la reina y le quito la joyería que la adornaba, collar, anillos, corona, después, con delicadeza alzo su cabeza y soltó su largo cabello azulado.

Al remover sus blancos guantes noto algo que nunca había visto. Unas manchas moradas adornando sus manos. Como venas oscuras que sobresalían.

Por instinto Marlo acaricio aquellas marcas, la textura era diferente a de su piel.

A pesar de aquellas extrañas marcas moradas en sus brazos, su cuerpo seguía siendo simplemente hermoso.

Pero lo difícil solo comenzaba.

Con sumo cuidado, Marco levanto el cuerpo de Moon y bajo el cierre de su vestido, mientras los latíos de su corazón resonaban por la oscura habitación.

Marco trago saliva y con cuidado deslizo el vestido del cuerpo de la reina. Seria mentira si dijera que no disfrutaba de hacerlo.

Su rostro se puso totalmente rojo al ver el cuerpo semi-desnudo de Moon. La única prenda que evitaba exponer su cuerpo era su ropa interior y un apretado corset.

Marco tardo un poco, pero al final se deshizo del incomodo corset, revelando la esbelta figura de Moon.

Apenas y podía pensar con claridad, pero debía suprimir aquellos vergonzosos pensamientos.

El sexy cuerpo de la madre de Star estaba a escasos centímetros, expuesto…

Con delicadeza recorrió el abdomen de Moon, conteniendo su agitara respiración.

Su piel era tan suave.

Marco se mordió el labio y retiro la mano. Si se quedaba más tiempo sería malo. Demasiado.

Para evitar sospechas Marco coloco cada prenda de ropa que le quito en su sitio abrió un portal y se fue, Si no lo hacía, terminaría por tocar más que su abdomen.