Aquí os traigo un nuevo fic de una de mis pelis favoritas, la cual he visto infinidad de veces :)

Este fic está escrito por mí, pero la idea es de una de mis mejores amigas, ya que estamos las dos que no cagamos con Garret Hedlund :3

Disclaimer: Los personajes de Four Brothers no me pertenecen (sino creerme, Jack estaría en mi cama en estos momentos... jijijijiji)

AVISO: La historia se sitúa dos años después de la muerte de Evelyn Mercer y del accidente de Jack, el cual sobrevivió de milagro (ya que me dio coraje que lo mataran, lo revivo by the face)

No me enrollo más, aquí tenéis el capítulo... ¡DISFRUTADLO! :DDD


Detroit

En la parte americana de Detroit, frente a la puerta del hotel Evelyn Mercer, se encontraba una furgoneta azul oscura. Fuera de ella charlaban unos jóvenes de unos veintitantos años.

- ¿Estás segura de querer quedarte aquí? – preguntó uno de los jóvenes, éste era castaño y alto de estatura – No parece de estos sitios en los que a la gente le gustaría vivir.

- No te preocupes Pat, estaré bien. Además necesito estar lejos de él.

- No creo que haga falta que te vayas a la otra punta del país para no verle– dijo una chica. Ésta tenía el pelo rubio de un tono blanco y las puntas negras.

- Será lo mejor Crystal, creéme, será lo mejor, sobre todo para mí.

- Te vamos a echar de menos furcia – dijo otro de los chicos. Éste se parecía mucho a Crystal, pero solamente era rubio.

- Y yo a vosotros cabrones – dijo abrazándolos a todos, en plan, "abrazo en grupo" – Tratad bien a la que contratéis para el grupo, ¿vale?

- Va a ser difícil encontrar a alguien como tú Lyanna – dijo Ted

- ¡Ooooooh! ¿Quién no te va a querer a ti? – dijo dándole otro abrazo – Bueno, iros ya antes de que me ponga a llorar como una tonta.

Los tres jóvenes subieron a la furgoneta y arrancaron, dejando a la otra chica en la acera mirándoles.

- Te prometo que vendremos a visitarte – dijo Patrick

- Y ya sabes, si tienes algún problema o quieres volver, nos llamas a cualquiera de nosotros, que vendremos a buscarte sin problemas – dijo con una sonrisa Crystal.

- Lo tendré en cuenta – dijo con una sonrisa en su rostro Lyanna.

Se pusieron en marcha mientras Lyanna observaba como se marchaban.

- ¡Te queremos Ly! – dijo Ted a lo lejos asomado a la ventanilla de la furgoneta.

- ¡Y yo a vosotros! – dijo ésta mientras les despedía con la mano.

Minutos después de que los tres chicos se marcharan, Lyanna entró en el hotel con sus dos maletas.

Al entrar por la puerta, vio que era un hotel-apartamento muy simple, no con muchos adornos, como a ella le gustaba, muy sencillo. Pensó que lo mejor era alquilarse una habitación, ya que no sabía el tiempo que iba a quedarse en Detroit.

- Hola, buenas noches – dijo a la mujer que había tras el mostrador – Querría alquilar una habitación completa.

- Serían 200 dólares al mes – dijo la mujer. Ésta rondaba los cuarenta, pero tenía sus encantos.

- Muy bien – dijo sacando la cartera – Tome, aquí tiene – dijo tendiéndole los 200 dólares en billetes de 50.

- Enséñeme sus papeles para tomarle los datos personales.

Después de esperar un rato a que la mujer pasara sus datos personales al ordenador, la mujer la llamó.

- ¿Tiene trabajo por aquí? – preguntó la mujer

- Acabo de llegar ahora mismo, así que no.

- Bueno, ¡pues ya está! – dijo después de terminar – Que pase una agradable estancia en Detroit, señorita Miller – dijo la mujer dándole los papeles y las llaves a la chica con una sonrisa.

- Muchas gracias – dijo ésta cogiéndolo.

Subió las escaleras hasta la segunda planta, que es donde se encontraba su "casa", durante este tiempo, no sabía cuánto iba a estar, pero el suficiente para desconectar de todo, y si le gustaba, a lo mejor hasta se quedaba.


Mientras tanto, en un bar de Detroit…

- ¿Desde cuando te da vergüenza acercarte a una chica? – dijo Angel mientras sostenía su tercera cerveza en la mano.

- Desde que tengo novia – dijo Jack sentado en la barra sin mirar hacia atrás, como hacían sus hermanos

- ¡La reina de la belleza tiene miedo! ¡Venga ya, Jackie! ¡No te lo crees ni tu!

- ¡Joder Bobby! ¡Deja al chico en paz! – dijo Jeremy poniendo una mano sobre el hombro de su hermano – ¡A lo mejor está más enamorado de lo que crees!

- ¿Pero quien se resiste a esa belleza? – dijo Bobby mirando descaradamente a la mujer rubia de la esquina – Mujeres así no las encuentras en Detroit, y menos en esta parte.

- Me voy a casa – dijo el menor de los Mercer

- Espera, que voy contigo – dijo Jeremy

- Nosotros nos quedamos un ratito más – dijo Angel – ¡Jackie! Si Sofi te pregunta, dile que luego, más tarde voy

El menor de los Mercer asintió y se fue con Jeremy. Mientras iban caminando por la calle, se encendió un cigarrillo.

- ¿Tan en serio vas con Carol? – preguntó ya por curiosidad Jeremy

- No, al contrario, las cosas van mal, peor que mal – dijo después de darle una calada al cigarro – Lo que pasa, que paso de estar con más mujeres ahora… lo dejo durante un tiempo.

Jeremy no aguantó más y se echó a reír. Jack lo miró mal, ya que no le gustaba que se rieran de él.

- ¡Que gracioso eres Jackie!

- Bueno, vale, tú ganas… Si te soy sincero, esa tía no me molaba, demasiada silicona. Me gustan más las mujeres al natural, y de mi edad o menores, si puede ser – dijo tirando el cigarrillo al suelo – Esa podría ser hasta mi madre.

Los hermanos Mercer siguieron caminando hacia sus respectivas casas. Hasta que pasaron por al lado del hotel.

- ¿Me esperas un momento? Tengo que preguntar una cosa – dijo Jeremy – Si quieres, entras conmigo

- Si, porque paso de congelarme aquí fuera.

Entraron en el hotel. El negocio iba bien, mucha gente venía al hotel, ya que era un sitio acogedor y barato.

- ¡Buenas noches señores Mercer! – dijo la recepcionista con una sonrisa reluciente.

- ¡Buenas noches Elle! – dijo Jeremy devolviéndole la sonrisa - ¿Cómo ha ido el día?

- Pues muy bien. Hace 5 minutos acaba de entrar otra clienta. Una chica de Phoenix. Ha alquilado una habitación.

- Me alegro de que las cosas vayan bien – le dijo a la recepcionista – Bueno, solo venía a ver como iban las cosas. ¡Hasta mañana Elle!

- ¡Adiós señores Mercer!


En la habitación nº15 del hotel Evelyn Mercer…

Cuando Lyanna entró en el apartamento, soltó las maletas y se echó sobre el sofá, estaba cansadísima.

Era un sitio muy acogedor. Las paredes estaban pintadas de un azul cielo, y los muebles eran blancos. Tenía una habitación con cama de matrimonio, una sala de estar con la cocina incorporada y un baño. También tenía un balcón, donde daba al interior del hotel, que daba a un patio con una piscina para los días de verano. Tenía una tele y un equipo de música.

- Después de todo, no ha sido mala idea salir de allí – pensó mientras una sonrisa se dibujaba en su cara.

Se levantó del sofá y llevó las maletas a la habitación. Cuando las dejó se dirigió al baño, donde se iba a pegar un buen baño.

Se empezó a quitar la ropa y se soltó su pelo castaño oscuro con mechas rojizas. Cuando se quedó desnuda se miró al espejo y allí vio como estaba. Su cuerpo estaba lleno de hematomas por brazos, cadera y muslo y tenía una cicatriz en su hombro derecho, echa por su exnovio hace un año. Todavía no sabe como le pudo perdonar eso y darle otra oportunidad.

- Si no hubiera sido tan estúpida, a lo mejor no tendría estos golpes – pensó mientras sus ojos bicolor se volvían acuosos.

Dejó a un lado esa imagen de ella y se metió en la bañera. Se restregó bien con una esponja por todo el cuerpo mientras lloraba desconsoladamente.

Pasada la media hora de estar metida en la bañera, y de relajarse, su móvil empezó a sonar. Salió rápidamente del baño poniéndose la toalla por el cuerpo para coger el móvil, a lo mejor era alguno de sus amigos.

- ¿Diga?

- No pensaba que fueras tan cobarde como para huir – dijo esa voz que tan poco le gustaba escuchar – Sé que tarde o temprano terminarás volviendo a casa.

- No te creas el culo del mundo. No voy a volver, y lo sabes.

- No sé donde estás, pero te terminaré encontrando.

Y colgó. Lyanna se quedó unos segundos en estado de schock y dejó el móvil sobre la mesa del salón de estar. Se puso las manos sobre la cara y empezó a llorar, ya que sabía que lo que Jim se proponía, lo conseguía.


Hasta aquí el capítulo :)

Se aceptan reviews y esas cosas... hasta tomatazos si queréis... me gustaría saber que opináis :D

Un saludo fuckers! _