Prompt # 10. La conversación. Tabla Quemaduras de pólvora.


Los regalos del padrino


Three can keep a secret

If two are dead and gone

Not alone, anyway

All alone, let us pray

Twilight singers


Guren llega un poco más temprano de lo habitual. A Mahiru le alegra, sin embargo, desde su resentimiento, que la visita se adelante. Así como lo ha visto más seguido desde las últimas batallas en las que brillaron con la sangre derramada al sol.

—¿Cuáles son nuestros planes ahora, Guren? ¿Qué has intentado ocultarme?

—…

—Sé de sobra que se acercan tiempos importantes. Pero, ¿nuestro papel? Ahora que has acabado con los vampiros y lo que quedaba del Imperio Hiragi. Nos queda solo un contrincante, por así decirlo. Y recuperamos a mi hermana.

"Ella es mi regalo para ti. No pido nada más. La merecemos, ¿no crees? Si hemos sido demasiado generosos es con ese conejillo de indias de los Hyakuya. Nos debe la vida. Y ya debe retribuirla.

Las palabras de Mahiru son veneno que corre desde un manantial que lo baña. Pero algo es distinto. Los labios de Guren no se mueven de inmediato, no beben hasta emborracharse de ellas y confundir verdad con mentira, amigo con enemigo y derecho con abuso.

—Al principio, tal vez Shinoa no lo acepte. Pero bueno, es una niña aún, habrá que obligarla hasta que aprenda a disfrutarlo...me encargaré yo si es preciso. La educaré con dureza para ti. Me nutriré con sus lágrimas. Y cuando ya no derrame ninguna, te la obsequiaré definitivamente. Será la novia que yo no pude ni quise ser. Estarás satisfecho, lo juro, ¿cuándo te he fallado, amor mío?

En la montaña anochece de repente. Aún más oscuro que en el semblante de Guren.

—¿Qué…?

—Los tiempos de paz y los demonios sedientos de muerte no se mezclan, Mahiru. Pensé que alguien como tú lo sabría mejor que nadie –explica Guren, resignado, abrazándola mientras que ella tiembla, confundida, pronto indignada y aullando, en tanto la realidad que comparten se quiebra.


—¿Tomó todas las píldoras?

—Eso creo, Yu.

—Pero debió volverse loco…

—Y después su sistema colapsó.

—No lo entiendo, Shinoa. Hasta aceptó entregarte en la boda.

—Abrázame, Yu. Ahora eres el único que puede cuidarme.

—…lo haré. Pero eso no quita que seas más fuerte que yo.

Dile a Guren, se ahorra de decir con cuidado. Ponerlos a salvo de los celos de Mahiru fue el mejor regalo, también el más caro, terrible y doloroso.

Aparte de Yuichiro en sí.