La gran guerra en Konoha había sido el acontecimiento más destructivo que la aldea había conocido en toda su historia. La gran guerra, como había sido llamada por su amplio campo de destrucción y perdidas humanas. Konoha se enfrento a una batalla en la que se decidiría si la aldea sobreviviría o seria terriblemente masacrada. Todo comenzó con la llegada de los pocos miembros que quedaban de Akatsuki, pero el asombro llego a sus limites cuando vieron quien los dirigía. Madara Uchiha se erguía controlando los hilos de la organización de asesinos y su mano derecha no era otro que Sasuke Uchiha, el traidor de Konoha volvía para ver arder la aldea que le había visto nacer. El golpe fue muy duro para los miembros del equipo 7, pero sobre todo para Naruto y Sakura que aun mantenían la esperanza de que su compañero volviera a ser el que era. Las cosas no eran favorables para Konoha, el enemigo los superaban en numero y el asedio que provocaron en Konoha segó la vida de cientos de civiles y de ninjas, un numero demasiado grande para no ser recordado con desasosiego por los que vieron morir a sus amigos, familiares y compañeros.

La derrota parecía inminente pero sucedió lo que nadie se esperaba, se descubrió un secreto guardado por años. Sasuke Uchiha no era un traidor, sino un ninja con una misión de infiltración que primero ayudo a destruir todas las bases secretas como al propio Orochimaru y que ahora cumplía con la misma función en Akatsuki. Sasuke consiguió lo impensable, destruir la organización desde dentro. Sasuke Uchiha había salvado de la completa destrucción a Konoha.

De ello habían pasado 7 años. Años de reconstrucción, de debilidad, de miedo a que otras aldeas aprovecharan ese momento para atacar. Pero con el tiempo y la ayuda de aliados, Konoha volvió a ser una aldea Ninja poderosa y que mantenía una relativa paz.

-¿Cómo puedes ser tan irresponsable?-el grito resonó en el amplio despacho.

-Lo siento Sakura-chan, quizás me excedí un poco con el entrenamiento-dijo un rubio rascándose nerviosamente la nuca.

-Esto no es un poco-dijo Sakura viendo el espantoso aspecto del chico-Diez puntos en el pecho, cinco en el brazo izquierdo, rotura leve del tendón izquierdo y contusión en la cabeza-dijo la ojijade volviendo a leer el diagnostico.

-No es para tanto, Sakura-chan-dijo Naruto haciendo pucheros por la regañina.

-Si no fuera por que tienes un cabezón muy duro, no estaríamos hablando ahora-dijo Sakura con un tono cansado.- ¿Dónde esta Sasuke?

-El teme volvió a casa después de dejarme en el hospital-dijo Naruto incorporándose de la silla con una mueca de dolor-Ya sabes lo poco que le gustan los hospitales, dijo que ya se curaría el mismo.

-Ese idiota-dijo Sakura con un susurro-Volverá a sucederle como hace unos años-dijo la chica recordando la enorme cicatriz infectada después de una misión que casi le cuesta la vida.

-Sabe que yo te lo contare y que iras a curarlo tú-dijo con un suspiro-Con todo lo relacionado a hospitales y médicos, a ti es a lo único que soporta.

-Y no creas que no me costo convencerlo de que me dejara revisarle cada vez que viene de misión-dijo Sakura acordándose de todas las discusiones y bufidos que había conseguido con el tema.

-Sasuke ya no es el que era-dijo Naruto con tristeza-Antes hablaba poco pero ahora me contento con recibir un bufido de vez en cuando.

-Tiene demasiadas cosas a sus espaldas Naruto, eso cambia a cualquiera-dijo Sakura apoyando la mano en el hombro del rubio-Lo único que podemos hacer es estar junto a él, no le daremos la espalda.

Naruto sonrió en respuesta y poco después desapareció del despacho de la doctora Haruno.

-Escúchame atentamente-dijo en cuanto oyó el descuelgue del teléfono-No tardare en terminar lo que estoy haciendo, estaré en tu casa dentro de poco y no quiero escuchar negativas-dijo Sakura con una voz de completa seriedad.

Sakura colgó al escuchar el gruñido de asentimiento tras la línea. Apresuro a terminar los papeles que se apilaban en su escritorio y con suma rapidez salio del hospital.

La puerta estaba cerrada pero recordó el escondite de la llave, preocupada más de la cuenta entro en la oscuridad de la casa. No recordaba donde estaba el interruptor de la luz y se guío a tientas entre la oscuridad hasta topar con algo y que casi la hace caer.

El maldito sofá le provoco un profundo dolor en uno de los dedos del pie que se había golpeado provocándole un juramento algo subidito de tono.

Por fin encontró el bendito interruptor y la luz inundo la habitación donde todo estaba minuciosamente colocado, sin basura, ropa interior o alguna otra guarrería que podrías encontrar en la casa de un soltero, Sasuke era perfecto hasta en ese sentido.

Se adentro en un largo corredor que conducía a la cocina y a las habitaciones de la casa, esa casa no era una mansión pero era lo suficientemente grande para una familia numerosa y Sasuke vivía solo. Ese pensamiento provoco en Sakura un dolor agudo en el pecho, siempre solo.

Diviso la puerta que según recordaba era la habitación de Sasuke, como la anterior esta estaba en la mas profunda oscuridad, la golpeo el aroma masculino que fluía en la habitación, un olor a hombre, era el olor de Sasuke, ese olor la embargo por completo, nunca había estado mas de una vez en esa casa y jamás había tenido la oportunidad de oler tan intensamente el aroma de Sasuke.

Pero era extraño la habitación estaba vacía, se adentro unos pasos mas y algo la detuvo. No hacia falta luz para saber que el frío que sentía en su cuello era el metal del kunai avisándola de que no debía dar un paso más.

-¿Así es como recibes a una amiga?-dijo Sakura sabiendo quien era el que la estaba amenazando, esa presencia jamás podría confundirla, siempre le provocaba una ligera corriente eléctrica recorrerle todo el cuerpo.

-Es tu culpa por ser tan ruidosa, Sakura-dijo con un gruñido de fastidio.

-La próxima iré mas tranquila aunque te estés desangrando, imbecil-dijo Sakura claramente irritada.

Sasuke la libero del agarre y bajo el kunai, la luz no tardo en inundar la estancia provocando dolor en los ojos de la chica.

-El dobe siempre exagera las cosas, él término mucho peor que yo-dijo sentándose en el borde de la cama con gesto cansado.

Sakura lo examino desde una posición aun distante y es que estaba mas aturdida de lo que quería reconocer, el pecho desnudo del Uchiha la hacia sentirse mal. A pesar de la cicatriz que le cruzaba el pecho, su cuerpo era perfecto, completamente musculado y su piel tersa parecía tan suave al tacto. Dejo ese pensamiento en cuanto vio el vendaje del brazo completamente lleno de sangre.

-Déjame ver eso-dijo Sakura acercándose preocupada sin prestarle atención a la desnudez del cuerpo del moreno.

-Solo es un corte-dijo sin mucho ánimo.

-Eres un chapuzas haciendo los vendajes-dijo Sakura desenvolviendo con mucho cuidado un vendaje mal colocado.

Sasuke solo gruño por el comentario, odiaba que le recordaran que había cosas que no podía hacer solo.

-Pero la herida esta muy bien suturada, eres bueno cosiéndolas-dijo Sakura con una pequeña sonrisa, sintiéndose aliviada por el estado de la herida.

Sasuke solo la miro mientras veía como sus pequeñas manos eran tan rápidas en colocar un vendaje perfecto sobre el brazo. Él tendía a vendarse demasiado apretado o demasiado suelto, pero ella lo hacia de una forma perfecta, siempre lo hacia.

Recordaba cuando eran pequeños y siempre le molestaba el modo en que ella se preocupaba por él y cualquier herida por muy superflua que fuera, en el fondo creía que le gustaba esa sonrisa molesta que siempre le dedicaba. Se preguntaba cuando había dejado de ser una molestia para convertirse en algo distinto, algo que no cabía en su oscura vida.

Habían pasado siete años de desprecio y de rechazo, formalmente no había traicionado Konoha, sino que finalmente la había salvado. Pero el rencor había quedado en muchos. No entendían que a él también le atormentaba que tantos hubieran muerto, que incluso se arriesgo antes de tiempo para que no hubiera más muertes. Pocos no insultaban el apellido Uchiha y muchos menos trataban con él. Solo le habían quedado unos pocos a los que verdaderamente podía considerar amigos. Y allí estaba uno de ellos, Sakura. Como deseaba en ese momento alargar la mano y colocar ese mechón de pelo tras su oreja, se moría de ganas de tocar esa suave piel que ahora mismo le quemaba al contacto. Esos pequeños labios lo llamaban incesantes. Se reprendió mentalmente, ella merecía mucho más que un despreciado ex-traidor. No quería que ella se viera despreciada igual que él. Su vida no era nada, no tenia nada que ofrecerle y si mucho daño que provocarle.

-Sakura, estoy cansado-dijo Sasuke empezando a sentirse demasiado ansioso.

-Ya he terminado-dijo terminando de anudar el vendaje-Se que no te gustan las medicinas-dijo Sakura rebuscando en el bolsillo de su compartimento Ninja-Pero quizás el dolor no te deje dormir, son uno analgésicos muy suaves, no te producirán somnolencia-le señalo mostrándole unas pequeñas píldoras de un rojo sangre.

Sasuke las tomo inmediatamente porque hacia demasiado que no descansaba en condiciones.

Sakura le mostró una pequeña sonrisa y Sasuke no pudo evitar quedarse mirándola embobado.

-Me marcho-dijo ella perturbada por esa mirada penetrante-Supongo que mañana nos veremos-y se dirigió a la puerta sin volver a mirarlo.

-¿Mañana?-pregunto con la voz ronca.

-Ya veo que lo has olvidado-dijo ella volviéndose para mirarlo, había notado su voz rara.-Mañana por la noche se celebra la boda de Kakashi-sensei-dijo ella preocupada por ese brillo apagado de sus ojos-¿Te duele mucho?-pregunto viendo que había algo mal en él, como si estuviera aguantando el dolor.

-No, estoy bien-dijo intentado calmarse, tenia que reprimirse, sentía tantas ganas de abrazarla y reclamarla como suya, que hacia que un dolor en el pecho se le clavara como un cuchillo.-Lo había olvidado por completo-dijo Sasuke intentando evitar el contacto, ella se había intentado acercar de nuevo y eso no debía permitirlo.-Nos veremos mañana Sakura.

Sakura asintió con la cabeza, ese rechazo le había dolido más de lo que quería reconocer.

-Adiós, Sasuke-susurro Sakura saliendo de la habitación y volviendo a su casa.

-Gracias…Sakura-dijo Sasuke en un susurro que jamás llego a los oídos de la chica.

Sakura ando despacio, disfrutando del delicioso aroma de flores que llegaban a sus fosas nasales a través de la tenue brisa nocturna. Siempre pasaba lo mismo, ella intentaba acercase a él, pero este siempre la rechazaba y luego ella se convencía de que el destino jamás los quiso juntos y que si ella lo quería debería seguir siempre a su lado por mucho que la rechazara, siempre lo apoyaría.

Habían sido más de diez años de un amor no correspondido y en los últimos años de un doloroso rechazo tras otro. Nunca fueron con palabras pero los hechos lo demostraban, Sasuke Uchiha jamás la amaría, ese era su destino ser simple y únicamente su amiga.

Sakura diviso su casa, un pequeño piso, lo único que se podía permitir teniendo que ayudar a sus ancianos padres en todo lo que podía. La mayor parte de su sueldo terminaba en manos de sus padres, demasiado mayores para poder trabajar.

Entro en la casa donde la esperaba su chillona amiga, pidiendo explicaciones de donde había estado, reclamándole la hora que era y muchas cosas más, la pobre tenía un fuerte complejo de madre.

-Lo siento mama, la próxima vez llamare antes de venir a las…-miro el reloj y se sorprendió de que fuera tan tarde, no se había dado cuenta que había estado dos horas en casa de Sasuke.

-A mi no me hace gracia Sakura, estaba preocupada-dijo la rubia con cara de enfado-No me gusta que andes tan tarde por la aldea tu sola.

-Me entretuve demasiado, siento haberte preocupado-dijo Sakura con una pequeña sonrisa de arrepentimiento.

-Lo único que pido es que me avises si vas a llegar tarde-dijo Ino abrazando a su amiga.

-Lo haré-dijo devolviéndole el abrazo, que haría ella sin Ino, siempre había estado con ella y había sido su pañuelo de lágrimas en demasiada ocasiones, siempre estaría en deuda con ella.

-Sai te mando un mensaje-dijo la rubia enseñándole el pergamino enrollado-Este chico no entiende que existe los teléfonos-dijo riéndose Ino.

-Es uno de sus mayores encantos-dijo Sakura contemplando la hermosa ilustración de una rosa roja junto al mensaje.-Dice que mañana me recogerá a las nueve para ir a la boda de Kakashi.

-¿Cuánto tiempo llevas saliendo con Sai, Sakura?-pregunto Ino.

-Lo sabes perfectamente-dijo Sakura fastidiada por lo que vendría.-Dentro de poco haremos cuatro meses.

-Y ni siquiera lo has besado-le recrimino Ino-Si yo estuviera en tu lugar, mis relatos serian para mayores de edad-dijo con una sonrisa traviesa.

-No creo que eso le gustara mucho a Shikamaru-dijo Sakura con una sonrisa divertida, sabia que ese era el mejor método para callar los reclamos de su amiga.

-Y no tiene por que saberlo-dijo la rubia con una falsa postura de indignación-Que salgamos juntos no significa que no tenga ojos en la cara y amiga mía, Sai tiene un cuerpo de escándalo.

-Si, si lo tiene-dijo Sakura despreocupadamente.

-Pero no es Sasuke-dijo Ino con un suspiro-Sakura, no puedes hacer lo mismo siempre, sales con alguien un tiempo y en unos pocos meses lo dejas-Ino se acerco hasta ella-Olvídalo de una vez, ¿Cuánto tiempo vas a estar así?, ¿Otros doce años?.

-Estoy cansada, me voy a la cama-Sakura no la miro a los ojos, sabia que no podría ver la franqueza de los ojos de su amiga, sabia que lo que decía era verdad, lo había intentado tantas veces con otros hombres y al final siempre terminaba comparándolos con el hombre que la obsesionaba. Pero quizás con Sai fuera distinto, el era diferente a los demás y sentía algo muy distinto que con los otros, quizás con él podría olvidarlo de una vez para siempre.