Amanecer.
En el basurero se oían algunos sonidos de cosas cayendo, y de algunos gatos caminando.
-PRESTO!

El Maine Coon se acercó al lugar de donde provenía el grito. El gato tuxedo estaba bailando. Tugger se acercó a Mistoffelees mientras este practicaba sus fouettés en tournant.

-Buenos días, Misto.-Dijo mientras rozaba su cola por la espalda del gato con esmoquin. -¿Te importa que vea tus ensayos?
-Hmm, vale, pero no molestes.
Tugg nunca había visto un gato tan ágil y elegante.
En cierto modo, le gustaba. Rum coqueteaba con las gatas y gatitas, pero se sentía más atraído por los machos. Sin embargo, Mistoffelees se veía hermoso junto con Victoria, Jemima... Esos pensamientos atormentaban al Maine Coon. ¿Podría ser posible, algo entre ellos? ¿Algo más que amistad?
-¡TUGGER! ¡ESTÁ LLOVIENDO! ¿PIENSAS QUEDARTE BAJO LA LLUVIA? -Gritó Misto, que estaba bajo un gran recipiente plástico.
Salió de su mundo de fantasía gracias al tom al que amaba.
-Gracias.
Corrió hacia una pila de cajas, se metió dentro y durmió. Pensando en el mágico Mr. Mistoffelees.


Las oscuras nubes se habían alejado del vertedero. Estaba anocheciendo. Tugg dió un paseo entre los charcos de barro, esperando encontrar a Misty. Localizó el recipiente en el que se protegió de la lluvia el gato de esmoquin. Estaba dentro, durmiendo. Parecía un inocente gatito, a pesar de ser un joven macho. Tugger besó su frente. Feliz de haberle encontrado tras la lluvia.


El gran gato plateado estaba buscando al Maine Coon.

-¿Dónde estará Tugg? - Se decía para sí mismo el protector de los Jellicles. -Espero que no se haya quedado bajo la lluvia, porque montará un numerito frente a las gatas.
Vió un movimiento de un cubo plástico.
-Tiene que estar ahí dentro durmiendo. Tan perezoso como siempre.
Levantó un poco el recipiente para echar un vistazo. Vió a Tugger al lado de Mistoffelees, que estaba durmiendo.
-Tugger. -Susurró Munkustrap. -¿Qué estás haciendo?
-¡MUNKUSTRAP! -Tugg notó como sus mejillas enrojecían. -Yo, estaba...
-Lo sabía. ¿Te gusta Misto? -Dijo con una sonrisa irónica.
-N-n-no, bueno, n-no sé. - Tartamudeó mirando hacia el mago.
-Tranquilo, no se lo diré a tus fans. Siempre lo sospeché.
-Gracias hermano.