Notas del autor: He vuelto, y con otro fic! Sé que no he actualizado mis historias en un rato largo, pero... Bueno, la inspiración no es algo que se pueda forzar, ¿no lo creen?
Esta historia mostrará a un Naruto un poco más inteligente y futuro God-like. Esto es un harem, por lo que habrá situaciones de comedia y ecchi. Aún no sé que hacer con Tsukune, pero supongo que ustedes decidirán en sus comentarios.
Disclaimer: Ni Naruto ni Rosario + Vampire me pertenecen. Son obras de sus respectivos autores así como de los que hacen los mangas y el anime jeje.
Prólogo : Destierro
Era un día caluroso en Konohagakure no Sato. El cielo, despejado y azul, no mostraba señales de que el clima fuese a cambiar pronto. Debajo, en las calles, la gente transitaba por doquier, ayudando en la reconstrucción de la aldea o simplemente tomándose un descanso de tales actividades. Aunque, con una guerra a punto de estallar, era poco el tiempo que disponían para apartarse del deber.
Desde el ataque de Pain a la aldea muchos shinobis y civiles habían olvidado sus diferencias para trabajar en conjunto por el bien de Konoha — lo que además supuso que Naruto Uzumaki, el único que pudo derrotar al líder de Akatsuki, fuese reconocido y respetado como un héroe por todos. Por ende, a cualquiera no le hubiese resultado extraño verlo ser admirado a donde quiera que fuese y, menos aún, reconocer alguno de sus clones de sombra ayudando a los trabajadores.
Sin embargo, aquella mañana Naruto había sido llamado a la nueva —y temporal— oficina de la Hokage. ¿Para qué, exactamente? Ahora lo sabremos...
"¡Ustedes no pueden hacerme esto!", exclamó el héroe de Konoha, golpeando su puño contra la mesa que reunía a todo el consejo de la aldea. "¡El verdadero enemigo está ahí fuera, reuniendo sus fuerzas! ¡Me necesitan!"
Shikaku y los demás shinobis en la mesa intercambiaron miradas de incomodidad, mientras que los ancianos Homura y Koharu se mantuvieron impasibles, totalmente convencidos que nada que les dijera el portador del Kyuubi los haría cambiar de opinión. Tsunade, en cambio, dejó que su rostro ensombrecido por la culpa permaneciera oculto de la mirada de su hijo adoptivo.
"Uzumaki Naruto, el consejo ha decidido mantenerte al margen de todo esto no por algún crimen que hayas cometido en contra de la aldea", explicó Homura. "Por el contrario, nuestro único interés es frustrar los planes de Uchiha Madara al enviarte a ti y al Kyuubi a un lugar donde él no podrá encontrarlos jamás."
El joven de 16 años frunció inmediatamente el ceño, para luego dirigir una mirada acusadora a cada uno de los miembros del consejo. Finalmente, sus ojos se posaron en la imagen cabizbaja de Tsunade. "Baa-chan, ¿acaso vas a permitirles—?"
"No tuve elección más que aceptar la propuesta del consejo", lo interrumpió la aludida, sorprendiendo enormemente al rubio. "Si de alguna forma el Kyuubi cae en manos de Madara entonces todo estará perdido."
Naruto sintió como su cuerpo rápidamente se estremecía con un ligero escalofrío. Aquella nueva revelación de acontecimientos era completamente desgarradora e inesperada, pero seguro había alguna forma de convencerlos o de ignorar su decisión. "Heh, pues aún así no podrán detenerme. Iré y batallaré contra Madara, incluso si eso significa desobedecer las exigencias de un grupo de cobardes."
En vez de causar la reacción que esperaba en todos los allí presentes, el resultado fue totalmente opuesto. No sólo no se mostraron sorprendidos ante tal declaración, sino que incluso los dos ancianos sonrieron maliciosamente en respuesta. "Antes de hacer eso, sería mejor que revisaras este decreto", los demás permanecieron en silencio mientras Koharu sacaba un pergamino cuidadosamente enrollado de debajo de la mesa y lo ponía a la vista de Naruto, quien lo tomó entre sus dedos y lo abrió con cierto nerviosismo.
De inmediato, sus ojos se ensancharon en completo shock. "E-Esto es..."
"Me temo que sí", dijo Inoichi. "Hemos obtenido el permiso de los diferentes Daimyos de las Naciones Elementales para autorizar tu protección así como también tu posterior traslado a un área segura y completamente inaccesible para cualquier enemigo."
"En otras palabras", continuó Tsunade con voz temblorosa, "cualquier desobediencia de este decreto supondrá tu denominación como traidor y enemigo de la Alianza Shinobi."
Naruto inmediatamente descendió la mirada hasta el piso, dándose media vuelta mientras comenzaba a dirigirse hacia la puerta de salida. El fuego que otrora ardía por la aldea y los demás amigos que habitaban en las Naciones Elementales, rápidamente comenzaba a extinguirse.
"Una cosa más." El rubio se detuvo antes de salir del cuarto, pero no giró la cabeza en dirección del consejo ni les contestó. "Alguien vendrá a buscarte para llevarte a tu lugar de permanencia temporal. Tienes 3 horas para prepararte", indicó Koharu con un tono frío y manipulador, algo que hizo enfurecer aún más al rubio.
"Si es así como lo quieren, pues así será. Sin embargo, no vengan a buscarme cuando Madara los tenga acorralados. En lo que a mí respecta, todos ustedes se pueden ir a la mierda."
Y antes de que cualquiera pudiese decirle algo, Naruto abandonó la sala, lágrimas provocadas por aquella traición corrían libremente por sus mejillas mientras se alejaba de la Torre Hokage.
Tsunade, furiosa consigo misma por haber sido tan débil como para no detener al Uzumaki de marcharse así como así, giró la mirada en dirección de los anbus que resguardaban la puerta. "Traigan a ese tal Tenmei Mekogami ante mí", cuando los anbus desaparecieron en torbellinos de humo, la mujer se volvió hacia el consejo. "En cuanto a ustedes... déjenme sola. Necesito tiempo para pensar."
Con asentimientos por parte de todo el consejo, cada miembro comenzó a retirarse del salón en silencio, sin intención de discutir la injusticia que acababa de cometerse. La verdad era que la mayoría de los jefes de los clanes de Konoha estuvieron en desacuerdo al principio con la idea de esconder al arma clave de todo el mundo; sin embargo, pronto reflexionaron en que la mera presencia de Naruto y Killer Bee —el jinchuuriki del Hachibi— sólo serviría para beneficiar a Madara y su plan de conquistarlo todo.
Pronto, no sólo los clanes estuvieron de acuerdo, sino también los Kages de otras aldeas y los shinobis que en ellas habitaban, lo cual llevó a todos a presentar un decreto a los Daimyos de los distintos países para que aprobaran el plan que se había urdido en beneficio de la guerra.
Y Tsunade, aún sintiéndose culpable, no tuvo más remedio que apoyar la moción. Después de todo, todo aquello era por el bien de Naruto.
De repente, un golpe a la puerta del salón de reuniones sacó a la Hokage de su ensimismamiento. "¡Adelante!", indicó ella, irguiéndose en su asiento.
Pronto, los anbus ingresaron a la sala flanqueados por una figura vestida con una túnica con capucha que ocultaba su rostro casi por completo. Lo único que se podía ver —además de la forma que tenía su cara— era un par de ojos brillantes que parecían resplandecer aún más en la oscuridad. Aquel era conocido como Tenmei Mekogami, un supuesto director de una academia de Yokai que mantuvo buenas relaciones con Hiruzen Sarutobi durante su mandato como Sandaime Hokage.
Era debido a él que aquel plan de alejar a Naruto de la batalla había sido concebido en primer lugar. De hecho, el mismo Mekogami acudió al consejo de Konoha para proponer el traslado del hijo de Minato Namikaze a su academia, dónde él lo mantendría a salvo y, al mismo tiempo, cumpliría la promesa que le había hecho al Sandaime cuando el Kyuubi fue sellado en el cuerpo del muchacho hacía 16 años atrás.
"Tsunade-sama, es un placer volver a verla. ¿Cómo está usted?", preguntó Tenmei luego de que la Hokage despachara a sus anbus con un movimiento de su mano.
"Bueno, considerando que acabo de destruir los sueños y esperanzas de mi ahijado..."
El encapuchado soltó una ligera risa. "Ah, eso significa que han aceptado mi propuesta. Me complace oír eso", tomando asiento en un sofá aledaño a la mesa, el director de la Academia Yokai no pudo —ni quiso— detener la sonrisa de complacencia que ocupó sus labios. "¿Cuando podré llevarme al muchacho?"
Tsunade inconscientemente apretó los puños ante la idea de ver a Naruto alejarse de la aldea posiblemente para siempre. Después de todo, él mismo había dicho que todos en Konoha podían morirse. "E-En 3 horas una escolta de anbus lo llevará hasta la salida de la aldea. Desde ahí, tienes permiso para llevarlo contigo."
"Excelente", respondió Mekogami, completamente satisfecho con el nuevo giro de eventos. "No se preocupe Tsunade-sama, tiene mi palabra que cuidaré al muchacho. Después de todo, se lo prometí a Sarutobi-dono."
La mujer no pudo evitar asentir con la mirada perdida, como si oír aquello último no le produjese alivio en absoluto. "Hm."
"Sin embargo, hay algo más que debemos discutir. Algo que concierne al futuro de Naruto-dono."
Naruto finalmente emergió de la puerta de su decrépito apartamento, sin siquiera molestarse en cerrar la puerta o mirar atrás. Si lo hacía, existía la posibilidad de que nuevas dudas nublaran su juicio como ya lo habían hecho momentos antes mientras empacaba aquello que consideraba útil — quizás hasta se habría visto tentado a despedirse de sus amigos, aquellos que estuvieron con él en los peores momentos y que seguramente no tenían idea de que él se marchaba ese mismo día.
Sin embargo, el Uzumaki había decidido cortar sus lazos definitivamente con la aldea, aún si eso suponía apartarse de todo lo que alguna vez le importó.
"Uzumaki-san, Tsunade-sama nos ha enviado para—"
"Sé para qué los ha enviado", interrumpió él, sujetando un bolso tras de su espalda. En contraste con su vieja ropa que solía llevar desde que volvió del entrenamiento con Jiraiya, Naruto ahora vestía una remera negra con el símbolo del clan Uzumaki en el pecho, unos shorts de tonalidad beige y sandalias shinobi — su anterior atuendo yacía ahora tendido sobre su cama, junto con la banda que otrora lo identificó como ninja de Konoha. "Vamos, terminemos con esto."
Con dos asentimientos por parte de los anbu, Naruto los siguió por las calles de la aldea, ignorando las diferentes miradas de confusión y sorpresa que muchos de los aldeanos portaban al verlo pasar. Sin embargo, y afortunadamente para él, ninguno de sus amigos —ni los jounin que conocía— se hicieron presente durante su corto trayecto hasta la entrada. Obviamente, ni ellos ni los ciudadanos estaban enterados de lo que había acontecido momentos antes en la sala de reuniones del consejo.
Luego de unos pocos minutos de caminata, el grupo arribó a las enormes puertas que separaban a la Hoja del mundo exterior. Naruto de inmediato se percató de que Tsunade y Shizune eran las únicas presentes, además de un hombre vestido en una túnica que parecía bastante... raro — por un momento, una enorme curiosidad aquejó al muchacho por saber a dónde lo iban a llevar exactamente.
"Hemos traído a Uzumaki-san como nos ordenó Tsunade-sama."
"Bien, pueden retirarse."
Los anbus escoltas del rubio se desvanecieron en un torbellino de humo que cubrió el panorama por un momento, para luego revelar al muchacho encaminándose en dirección del hombre con aire desinteresado. La Godaime, luego de percatarse de que el chico pretendía irse sin mediar palabra, corrió hacia él. "¡Naruto, espera!", exclamó la Hokage, seguida por una preocupada Shizune de cerca.
"Tch. ¿Qué desea, Hokage-sama?", preguntó Naruto con evidente rencor. Algo que detuvo en seco a la mujer y su asistente. "Como usted sabrá, la guerra está a punto de estallar, y no querrá que Madara me encuentre por perder el tiempo con usted. ¿Verdad?"
Tsunade contuvo las lágrimas que amenazaron con escapar de sus ojos y agachó la cabeza en señal de arrepentimiento. "Sólo quería... desearte suerte. Este hombre prometió mantenerte a salvo mientras—"
"Sí sí, eso ya me lo supuse", Naruto rodó los ojos. "¿Necesita algo más? Como puede notar, tengo prisa en irme..."
Shizune, quien se había mantenido en silencio, decidió interferir antes que todo el asunto se descontrolase. "Naruto-kun, sé que estás enfadado. De hecho, yo lo estaría en tu posición, pero debes entender que esto es sólo por tu bien."
"¿Por mi bien? ¡Ja! ¡No me hagas reír, Shizune-neechan!", exclamó el rubio, mostrando una expresión de dolor y rabia que paralizó completamente a ambas. Incluso Tenmei se mostró algo sorprendido. "Apartarme de un conflicto que puede decidir el futuro de las Naciones Elementales no es por mi bien, sino por el bien de los demás. ¿O me equivoco?"
Inmediatamente, Shizune cerró la boca en aparente derrota. Quería decir algo, lo que sea, que pudiese hacerle entender a Naruto que la intención de Tsunade era protegerlo. Sin embargo, tanto ella como su mentora sabían bien que la principal razón del consejo de desterrar al Uzumaki a un lugar inaccesible era para que Madara no pudiese absorber al Kyuubi y así hacerse invencible.
De hecho, hasta el Jinchuuriki del Hachibi había sido puesto a salvo en una Isla unos kilómetros al este de Kumogakure no Sato, dónde nadie iba a ser capaz de sentir su chakra — la diferencia radicaba en que Killer Bee no sólo accedió a ocultarse, sino que tampoco desafiaría la voluntad de su hermano mayor, el Raikage. Naruto, por otro lado, aún si era ocultado en aquella isla encontraría la forma de escapar.
Quizás aquello último hubiera funcionado si el rubio aún desconociera que los preparativos para la Cuarta Guerra Mundial Ninja estaban siendo llevados a cabo.
"Eso es lo que creí", dijo el chico luego de un rato. Lentamente, el héroe de Konoha se alejó de ambas para pararse junto a Tenmei, quien sonreía enormemente. "Por cierto, les agradezco por no haber avisado a Sakura y los demás de mi partida. No quería tener que revelarles lo que su querida Tsunade-sama y el consejo me había hecho."
Notando el tono irónico de Naruto, Tsunade frunció el ceño y abrió la boca para reprimirlo, pero de un momento a otro, el hombre hizo una especie de movimientos con la mano y abrió un portal en medio de la nada, transportándose a sí mismo y al Uzumaki hacia un destino desconocido.
Y... corten! Bueno, hasta aquí llega el capítulo de hoy. Bastante corto, sí, y un poco aburrido, y muuuuchos errores y desprolijo y... bueno ya me entienden xD pero era necesario para establecer la historia que seguirá a continuación.
No se olviden de dejar reviews con sus comentarios de cosas que quieren en la historia o si les gustó hasta el momento.
Se despide atentamente:
Gydeon Wyeth.
