Antes que nada, necesito aclarar los siguientes puntos...
Primero: la presente lectura es una historia que me encontré un día que no tenía nada que hacer, por parte de un usuario perteneciente al fandom angloparlante. Me gustó tanto que quise compartirla con mis queridos hermanos de habla hispana.
Segundo: debo recalcar que, tanto ustedes como yo, no soy bueno hablando inglés. Pero gracias al cielo, tenemos el traductor de Google. Eso, junto con mis conocimientos básicos de traducción, y una que otra investigación de términos en inglés, he logrado adaptar este one-shot a una lectura dividida en dos partes al idioma español.
GRACIAS
The Loud House y los personajes representados son propiedad intelectual de sus respectivos autores
Historia original de Omega Ultra
Traducida al español y adaptada por mí
PRIMERA PARTE
En Estados Unidos, se encuentran varias de las comunidades más extravagantes de todas partes, y si bien no tienen nada fuera de lo ordinario, todas ellas tienen características que las hacen llamativas de otras. Tal es el caso de Royal Woods, ubicada en el estado de Michigan.
En este enorme espacio cotidiano hay una amplia gama de suburbios, que cuenta con un amplio surtido de lugares de vida diurna y nocturna, una economía dependiente del tradicional comercio mayorista, una educación accesible para todo el público y un gobierno comunitarista manejado por un Consejo.
Sin importar lo que tenga que ofrecer, la comunidad de Royal Woods era famosa por sus compatriotas por albergar a gente peculiar. Y un grupo de personas se había ganado por defecto el título de "la familia más ruidosa del barrio", y vaya coincidencia de que su apellido le hacía honor a dicha etiqueta.
Lori Loud sabía muy bien esto. No por nada, desde que tiene uso de razón, esta chica de diecisiete años ha tomado las riendas de casi todo lo que ocurría en su propia casa; hasta la fecha, era una muchacha confidente y capataz para sus nueve hermanas y hermano menores, pero también era alguien que amaba compartir pequeños momentos llenos de altibajos junto a ellos... curioso que se enterara de eso por sí misma, después de pedir un espacio para ella en el garaje, proyecto personal que no logró consolidar debido a "ligeros imprevistos".
En sí, dos semanas después de dicho acontecimiento, a pesar de que en uno que otro momento quería tiempo a solas, trataba de embonar más con sus hermanos, quienes aún dependían de ella para lograr resolver sus propios problemas. Problemas que, sin vacilar, se empeñaba de resolver. Ante esas circunstancias, Lori se encontraba atendiendo en estos momentos a Lana en... un asunto importante para la gemela primeriza.
‒ Ahora, quédate quieta Lana. Quiero asegurarme de obtener tu altura a la perfección. ‒ ordenó Lori, mientras sostenía el pequeño marcador azul justo por encima de la cabeza de su hermana.
‒ ¡Apresúrate Lori! ‒ exclamó la más joven, su voz se llenó de una suave excitación. ‒ ¡Quiero ver si soy más alta que Lola o no!
Lori sonrió en respuesta antes de que, con un solo y preciso movimiento, marcara la altura de su hermana menor. ‒ OK, Lana. ¡Ya está hecho!
Inmediatamente, la joven se volvió, con la esperanza de que lo que ella vería era la respuesta que tanto ansiaba. Su corazón latía con anticipación, mientras que sus ojos caían sobre una marca azul y otra rosada. ‒ Rayos... ‒ ella murmuró. Recogiendo del suelo su gorra y con un suave frunce de su ceño, y la emoción de Lana se convierte en decepción ‒ ¡Todavía estoy un milímetro más abajo que Lola!
‒ No te preocupes, Lana. ‒ Lori sonrió, antes de arrodillarse ante su hermana. ‒ ¡Sólo porque eres más baja que ella por ahora no significa que no te hagas más alta que ella más adelante!
‒ ¿A qué refieres, Lori? ‒ Lana se volvió y miró a su hermana. Sus ojos y su voz estaban llenos de un tono de ingenuidad, pero esperanzado.
Lori respondió poniendo sus manos sobre los hombros de Lana ‒ Eres la gemela mayor, ¿recuerdas? ‒ Su voz se llenó de una maternal suavidad ‒ ¡No tengo ninguna duda de que vas a recuperar ese milímetro y algo más!
Con eso dicho, la rubia más grande se puso de pie y arrugó el pelo de su hermana.
Lana se rió un poco, se acomodó su cabello y luego dijo: ‒ ¿Lo dices en serio, Lori?
La joven asintió. ‒ Sí Lana, lo digo en serio. ‒ Luego, con una sonrisa maternal, continuó: ‒ ¿Por qué no te diriges arriba y educas a Lola en algo más? ¡Después de todo, sólo porque no eres más alta que ella todavía, no significa que no puedas vencerla en otra cosa mientras tanto!
Lana se frotó la barbilla por un momento, antes de chasquear los dedos ‒ ¡Eso me da una idea!
Y con eso, la niña se puso su gorra, se volvió y subió corriendo las escaleras. Sin duda, Lori estaría escuchando las competiciones de las gemelas en unos momentos.
Lori sonrió, antes de volver a mirar hacia la puerta que había marcado una vez más. Al igual que muchas otras familias, los Louds habían mantenido un registro de la altura que sus hijos estaban obteniendo, marcando el umbral de la puerta de la cocina con su color favorito.
Una suave y maternal sonrisa se apoderó de la joven mayor.
"Je. Lana ha crecido bastante desde la última vez que nos registramos."
Lori se rió entre dientes, antes de echar un vistazo a las otras marcas. Un poco por encima de Lana había una línea pequeña y rosada, sin duda era de la gemela de Lana, Lola. Justo encima de sus marcas había una marca negra, probablemente la de Lucy. Por encima de eso descansaba una marca naranja, esa era definitivamente la de Lincoln.
Un aire nostálgico comenzó a rodear a Lori; esas marcas demostraban no sólo la rapidez con la que crecían sus hermanos, sino que también le ayudaba a conectarse con los diversos momentos que compartió con ellos a lo largo de su existencia.
‒ ¡Je! Aún recuerdo estas...‒ ella susurró, antes de pasar su mano sobre las marcas multicolor.
Luego, un sonido proveniente de su dispositivo móvil llegó a sus oídos, Lori cavó en su bolsillo y lo sacó en respuesta. Había recibido un nuevo mensaje de Bobby, el cual decía así:
Hola, nena. Tengo que irme un momento. Las cosas se están poniendo difíciles en el trabajo y no puedo mantener el ritmo.
A lo cual, la joven escribió:
No hay problema osito bu-bu. Mándame un mensaje de vuelta cuando las cosas se enfríen.
"Je. Se está poniendo más y más ocupado."
Luego, respirando hondo, metió el aparato en su bolsillo y volvió a mirar el marco de la puerta. Por encima de la marca naranja, estaba una de color roja, otra de color amarilla, otra púrpura y otra turquesa; aunque estaban a sólo unos centímetros de la naranja, descansando a la altura del pecho de la chica.
"Ahora que lo pienso, han pasado años desde que medí a esas chicas...", pensó Lori, antes de mirar por encima de esas marcas para encontrar la suya, la marca color azul celeste. Ella puso una sonrisa suave.
"Pero supongo que eso sólo viene con el crecimiento, ¿eh?"
Con eso en mente, se volvió y subió las escaleras que había recorrido muchas veces antes.
‒ ¡Lori! ‒ Su hermana de cuatro años, Lisa, la llamó, haciendo que Lori se volteara y la mirara.
‒ ¿Sí, Lisa? ‒ la hermana mayor respondió, su voz se llenó con un tono suave, pero indiferente.
Lisa se ajustó sus gafas y dijo: ‒ Al construir mi escritorio de la computadora, nuestra unidad parental se olvidó de mantenerlo a la escala de mi altura..., ‒ entonces de manera torpe y continua juntó sus dedos índices, mientras miraba de forma penosa hacia otro lado ‒... así que actualmente no puedo llegar a mi impresora... y...
‒ ¿Y quieres que te baje los resultados de ahí? ‒ Lori terminó.
‒ Sí por favor. ‒ Lisa respondió nerviosamente.
Lori se encogió de hombros con indiferencia: ‒ OK, Lisa, lo haré.
‒ ¿De Verdad? ‒ Lisa se quedó sorprendida ‒ ¡Espléndido!
Y con eso, se volvió y entró en su habitación, mientras Lori la seguía con calma.
‒ ¡Está justo ahí, Lori! ‒ La joven de cuatro años hizo un gesto hacia la impresora colocada en el estante superior del recién construido escritorio de la computadora. El dispositivo estaba al alcance de un joven adulto para el que había sido diseñado el escritorio, pero fuera del alcance de un niño.
Luego, la joven tomó con calma una pequeña pieza de papel blanco de la impresora y lo leyó en voz alta:
Resultados de la prueba del genoma de ADN: Expectativas en la estatura
Ella puso la hoja de datos a un lado y miró a su hermana joven, exclamando con una voz que rozaba entre el asombro y la decepción:
‒ ¡¿Estabas jugando con la manipulación del ADN de nuevo?! ¡Ya sabes cómo mamá y papá se sienten acerca de eso!
‒ Tranquilízate hermana. ‒ Lisa respondió ‒ No he hecho nada de eso.
Entonces, la niña de cuatro años se acercó a un dispositivo extraño que yacía en su escritorio, el cual consistía entre una base y una cámara cilíndrica en la parte superior, lo tomó de su lugar y lo acercó a la vista de Lori:
‒ Sólo quería probar mi nuevo analizador.
‒ ¿Así que tomaste nuestro ADN sin que nos dieramos cuenta? ‒ Lori inclinó la cabeza en confusión y curiosidad.
‒ Precisamente. ‒ respondió la joven científica. ‒ Aunque, he tenido muestras de su ADN por un tiempo ahora.
A pesar de la inquietud que la hermana mayor sentía en ese instante, Lori simplemente dio una una mirada apagada y una suave sonrisa mientras meneó lentamente la cabeza; aunque parecía que no le importaba mucho los empeños de su hermana de cuatro años, siempre tenía un punto débil por ella. Y tanto como la científica le encantaría negarlo, también le gustaba tener una hermana mayor a la que admirar... a pesar de tener que darle clases de pre-cálculo de vez en cuando.
‒ Ahh... eso es genial... ‒ comentó Lori, antes de organizar los archivos ‒ ¿Te importa si leo esto?
‒ De ninguna manera, hermana. ‒ Lisa respondió con voz inmutable, mientras devolvía el extraño dispositivo en su lugar.
Y así, Lori contempló la primera página. El papel tenía unas pocas líneas de información sobre el tema en cuestión ‒en este caso, la joven misma‒ con los genes que decidirían su altura y lo que la computadora predijo a qué altura máxima llegaría tiempo después, ubicada en la parte inferior.
Lori leyó en voz alta ‒ "Nombre: Lori Loud", "Edad: 17 años", "Altura prevista: ..." ‒ En ese momento, los ojos de la joven mayor se abrieron de par en par. ‒ ¡Un metro con ochenta y tres centímetros!
‒ Vaya, vaya, hermana, parece que vas a convertirte en una gigante. ‒ Lisa bromeó, aunque su voz no cambió.
Lori sonrió otra vez.
‒ Je, supongo que eso es genial.
Por difícil que fuera ser el mayor, Lori saboreó la idea de sus hermanos admirándola por su altura. Le encantaba el hecho de que pudieran confiar en ella tanto como pudiera confiar en ellos, y el hecho de que confiaran en ella sin importar lo que pasara. Con una expresión iluminada, le entregó la página a Lisa y leyó la siguiente.
‒ "Nombre: Leni Loud", "Edad: 16 años", "Altura prevista: 1.73 m."‒ La hermana mayor se encogió de hombros con eso. ‒ Ahh, no me sorprende. Leni siempre encontró a la gente baja un poco linda. ‒ Y con eso dicho, ella repite silenciosamente el proceso y entrega la página a Lisa.
‒ "Nombre: Luna Loud", "Edad: 15 años", "Altura prevista: 1.7 m." ‒ Lori soltó una suave risita con eso. ‒ Un poco más baja que Leni, ah, dudo que Luna se preocupe. ‒ Entonces Lisa toma el papel otra vez.
‒ "Nombre: Luan Loud", "Edad: 14 años", ¿"Altura prevista: 1.75 m."?
Las hermanas se miraron por un momento y se quejaron, temiendo el pensamiento de los innumerables juegos de palabras que su hermana trataría de arrojarles acerca de la altura.
‒ Vamos a necesitar que termines tu rayo de enmudecimiento temporal algún día.
‒ Estoy de acuerdo. ‒ Lisa respondió.
Después de eso, Lori siguió leyendo.
‒ "Nombre: Lynn Loud", "Edad: 13 años", "Altura prevista: 1.78 m." ‒ Lori soltó una carcajada suave mientras pensaba: "¡Vaya, casi un metro con ochenta de altura! No más grande que yo, pero esa altura es perfecta para una atleta como ella".
Luego, pasó a la siguiente página.
‒ Vemos. "Nombre: Lucy..." Espera. ‒ La hermana mayor miró a la niña de cuatro años confusa ‒ ¿Por qué se salta a Lucy, dónde está Lincoln?
Lisa respondió con calma: ‒ Los clasifiqué por sexo y edad, Lincoln es el último de la pila.
‒ Ah... OK... ‒ y con eso, Lori miró hacia abajo en la siguiente página leyó en voz alta ‒ "Nombre: Lucy Loud", "Edad: 8 años", "Altura prevista: 1.55 m."
Luego, con una expresión de satisfacción, continuó:
‒ Me alegro de que sea poeta o de lo contrario esta altura probablemente le importaría más.
‒ Todavía no entiendo la fascinación por la altura. ‒ Lisa comentó, antes de tomar la hoja de papel de su hermana mayor. ‒ Todo lo que hace es causar diferencias en la capacidad de supervivencia y maniobrabilidad. Si te vuelves demasiado alto o demasiado corto, las cosas se vuelven mucho más difíciles de conseguir.
La joven mayor simplemente ignoró la queja de su hermana y continuó leyendo.
‒ Siguiente. "Nombre: Lana Loud", "Edad: 6 años", "Altura prevista: 1.63 m."
Con otra suave sonrisa comentó: ‒ Ella va a ser un poco grande, pero lo suficientemente pequeña como para caber en esos espacios estrechos, como un fontanero lo necesitaría.
‒ Ese es su sueño después de todo. ‒ dijo Lisa. ‒ Bueno... eso, o estar a cargo de una tienda de mascotas.
‒ Ja. Bueno, a continuación viene Lola... ‒ Lori sonrió ‒ Aquí va. ‒ Su voz se llenó de diversión al leer ‒ "Nombre: Lola Loud", "Edad: 6 años", "Altura prevista: 1.6 m."
La hermana mayor no pudo evitar reírse ante la revelación, sin duda de que si los gemelos se enteraran de que lucharían sin otra razón que la "causa justa".
Lori se rió una vez más y entregó la hoja a su joven hermana, antes de leer la siguiente hoja: ‒ "Nombre: Lisa Loud", "Edad: 4 años", "Estatura prevista: 1.7 m." ‒ Lori entonces miró a la científica con las cejas arqueadas ‒ Parece que vas a ser muy alta.
‒ Sí, bastante. ‒ Lisa respondió ‒ Pero al menos no es tan malo, finalmente podré alcanzar cosas que nunca pude antes.
Lori se río un poco, antes de repetir el proceso: ‒ Ok, vamos a ver lo que tenemos aquí. "Nombre: Lily Loud", "Edad: 18 meses", "Altura prevista: 1.65." ‒ Luego se volvió y miró a la beba descansando tranquilamente en su cuna, antes de que ella susurrara: ‒ Vas a crecer grande y fuerte algún día.
Finalmente, Lori pasó al siguiente archivo. Al igual que el resto, estaba decorado con una foto de su hermano, el único niño varón de la familia.
‒ "Nombre: Lincoln Loud", "Edad: 11 años", "Altura prevista: ..." ‒ De nuevo, los ojos de la joven se abrieron de par en par. ‒ ¡¿Un metro con 96 centímetros?!
Si esa revelación no fue suficiente para dejar pasmada a Lori, entonces no se podría saber con exactitud que era lo que la dejó paralizada en sus propios pensamientos:
"Él... él va a ser más alto que yo... Lincoln..."
‒ Ahh... ¿Lori? ‒ Lisa chasqueó los dedos delante de ella. ‒ ¿Estás bien? Parece como si alguien hubiera usado mi prototipo de rayo congelador en ti... otra vez.
‒ ¿Ahh...? ¡Oh! Lo siento Lisa. Yo solo... ‒ respondió Lori. Inmediatamente, la joven mujer se encogió. ‒ No esperaba que Lincoln fuera tan alto.
‒ La madre naturaleza es una cosa inconstante, querida hermana. ‒ Al recibir la última hoja de papel, Lisa se volvió a su escritorio y se ajustó las gafas. ‒ A veces vas a encontrar a alguien quien ha encontrado una manera de obtener una ganancia genética y a veces lo obtiene la persona que tiene el extremo corto de la vara.
‒ OK, Lisa... ‒ Lori respondió calmadamente, mientras que su mente estaba desesperada por entender lo que acababa de leer. Pero más que nada, Lori trataba desesperadamente de alejarse de la idea de que algún día ella sería opacada por su propio hermanito...
FIN DE LA PRIMERA PARTE
