Por suerte para el jóven Eren el castigo por dejarse las lentejas no llevó a más de una taza de café rota sobre su cabeza. Sin importarle el dolor, salió de esa chabola subvencionada por el Estado para encontrarse con sus dos mejores amigos: Armin y Mikasa.

Todo el mundo conocía a esos tres en el barrio: Eren, el que no paraba de morderse la mano cuando se enfadaba, Armin, el acuático, el que se baña todos los días y, por supuesto, Mikasa, la japonesa que había conseguido a hostia limpia alzarse como "La choni más choni de la Muralla Rose". Pero, como a todas las reinas, le surgió una persona que quería destronarla.

- Oh, mira quien está aquí.

No habían más que comenzado a hablar sobre por qué Eren no debía llevarle la contraria al papi (sermón a manos de Armin, por supuesto) cuando de un oscuro callejón emergió Annie Corazón de León. Jugando con una navaja oxidada entre sus manos, dirigió una mirada nada amistosa a la morena.

- ¿A dónde vas, Mikasa? ¿A buscar a tus padres? Oh perdona, estan MUERTOS.

- Qué graciosa, chula. Casi tan graciosa como tu nariz de perchero.

Se mascaba la tensión en el ambiente. Ninguna de las dos parecía hacer caso a lo que Armin decía sobre que no debían pelear, y se miraban mutuamente como si en su mente ya se debatiesen sobre distintas formas de agarrarse los pelos. Eren, como de costumbre, lo máximo que hizo fue abrir exageradamente los ojos y morderse la mano.

- Bueno que me voy porque tengo que hacerles el puchero a los mariones con los que comparto chabola y porque tu novio me da mal rollo, pero que volveré. Y cuando te enganche te vi a enganchar bien enganchá hija de padres muertos.

Y con una señal de navaja, Annie Corazón de León desapareció. "Qué culazo" pensó Armin al verla alejarse, para después seguir a sus dos amigos, que ya se adentraban en el "Barrio de las Bragas" conocido así porque...

- ¡VENDO BRAGAS! ¡VENDO BRAGAS Y TANGAS DE LA BETY BUP OIGA!

El grupo dirigió la vista hacia otra de sus conocidas y amigas, esta vez hacia Ymir, que vendía bragas y tangas de imitación a 1 € sin IVA y estaba ya sentada en el suelo con su particular top manta y tan solo una persona mirando. Se trataba de una chica menuda, de pelo rubio y vestida con ropa aparentemente cara, o más cara que la que llevaban los demás. A Mikasa le dieron ganas de robarla para ahorcar a Annie con ella.

- ¡ARMIN APAÑAO!- gritó Ymir, haciendole una señal a este para que se acercara.- ¡COMPRAME UNAS BRAGAS!

- Vámonos de aquí que me da miedo.

- ¡NOOO! ¡Que como no consiga dinero me van a echar del país, que Reiner va a llamar a la pulisia para que me deporten! ¡COMO NO ME COMPREIS BRAGAS OS RAJO, EA!

Y Eren se mordió la mano de nuevo.

- Eren. No te muerdas la mano que te vas a hacer daño.- advirtió Mikasa.

- QUE ESTOY MUY ENFADADO EH QUE ESTOY ENFADADO QUE ME VUELVO LOCO AAAAAAH QUIERO MATARLOS A TODOS.

- Mikasa échale un polvazo a tu novio que se le ve un poco amargado.- Ymir ya recogía su top manta y se colgaba a su loli rubia en los hombros para salir pitando en cuanto llegase la policia.

- Para echarle un polvazo ya estoy yo.

Cuando se dieron cuenta encontraron a Annie allí, en posición un tanto extraña: echada hacia delante, con el trasero bien sacado para poder moverlo correctamente ante las posaderas de Eren. Mikasa, como no, no fue menos y repitió el movimiento por la parte trasera.

- TÚ NO SABES CON QUIÉN TE ESTÁS METIENDO CHULA, QUE A MI EN LA MARIA ME LLAMABAN LA REINA DEL TWERKEO.

Armin tuvo que alejar la mano de Eren de su boca para evitar que volviera a morderse y así, aprovechando que las dos chicas estaban demasiado ocupadas peleandose, le sacó de ahí. No podían entretenerse.

Si habían ido ahí era para una cosa: visitar al camello Jean.