Disclaimer: Siempre y cuando no sea Hidekazu Himaruya, ni Hetalia ni sus personajes me pertenezcan y no pueda dibujar chido (siempre procuro cuidar mi lenguaje, pero se me olvida en el Disclaimer cd), seguiré escribiendo estos desvaríos of mine.

Resumen: «Estados Unidos, 1929. Alfred F Jones es un accionista activo y con buena suerte últimamente. Rose Kirkland es una linda chica británica que trabaja en una tienda que vende artículos de té. Después de conocerla, Alfred no sólo temerá de perderlo todo después del "Jueves Negro", sino también de perderla a ella.»

Comentarios: ¡Antes de que alguien diga nada! No crean que me saqué el nombre de la manga, es el nombre que Himaruya le dio a Nyo!Inglaterra a pesar de que muchas dicen que el nombre es Alice (aunque, después de ver en la wikia, Alice es Nyo!Italia) y tuve un montón de confusión frente a eso. Err…, en un inicio no pensaba hacer el genderbend pero después de debatirme mucho rato conmigo misma decidí que no había nada de malo en hacerlo. Además, creo que se verá más interesante hacer a Inglaterra en su modo femenino, pues sólo he visto USUK con Estados Unidos como mujer y casi nunca Iggy. Hay un par de cosas más que no me quedan del todo claras pero creo que lo mejor será cortar los comentarios por aquí, ¡si hay algo más checad hasta abajo!


Kiss The Rain


Capítulo 1: Té en el Espejo.


Alfred F Jones se levantaba todas las mañanas antes de que el sol despuntase contra la ventana que daba a su habitación. Su despertador sonaba todas las mañanas a las cinco y él, aún en la semi inconsciencia se levantaba, aplastaba con una mano el reloj y salía fuera de su cama; buscaba una toalla para meterse en la regadera y abría la llave. Ya, cuando el agua fría se le clavaba en el rostro como si fuesen agujas lo que le clavaban en el rostro lograba despertarse completamente. Cerraba la llave de la regadera, se lanzaba la toalla al rostro y comenzaba a secarse y a buscar sus camisas blancas pulcramente dobladas, así como las corbatas y sus calcetas. Finalmente, del armario sacaba su pantalón y su saco del traje.

Se puso su zapatos y observó en su reloj de pared que aún tenía hora y media para que la bolsa abriese. Tomó la llave del buró, su cartera y su maletín.

Observó a la ciudad que le sonreía en aquella mañana y comparó con la que ya no reconocía de sus memorias. Actualmente, había más edificios que los que hubo hace cinco años, cuando pisó por primera vez la gran manzana.

Un edificio en cuestión le llamó la atención por su colorido anuncio y letras de extravagante diseño. "Tea in a Mirror", decía el letrero pintado de verde con una delicada letra, haciéndose una cruza entre manuscrita y algún diseño basado en la naturaleza (lianas, supuso). Debajo de estas y más pequeño en fuente Times New Roman se leía 'Spices & Tea making articles'.

No era muy fan del té. De hecho, por su trabajo no podía consumirlo muy seguido, necesitaba enfriarlo y la bolsa era un lugar muy ajetreado como para andarse esperando a que su té se derrabara sin que alguien le empujase. Segundos después de eso, la imagen de sí mismo intentando darle un sorbo a una taza de porcelana y que repentinamente alguien le empujase y lograra que el líquido se derramase en su pantalón. Caliente, muy caliente el té. Negó con la cabeza con el fin de alejar aquella idea de su cabeza.

Sin embargo, tampoco quería decir con eso que no estuviese interesado en las especias. Usualmente, comía comida corrida o pre empacada debido a las prisas que tenía al salir de su casa (a pesar de que su despertador sonaba a las cinco tardaba casi dos horas en levantarse y se iba que se lo llevaba el viento) y luego al llegar a la bolsa. Usualmente llegaba muy cansado y con la boca seca de tanto gritar ahí dentro y sin hacer nada más que ser empujado por las otras personas peleándose por las acciones como animales salvajes.

Y a pesar de todo su trabajo, su vida actual de sedentario (semi nómada) que tenía en su muy pequeña vida, encontraba en algunos días ocasiones para cocinar para sí muy de vez en cuando. Es por eso que le dio dos ojeadas a la palabra Especias para asegurarse de que era real y no un truco barato y se adentró en la sala al tiempo que un timbre sobre su cabeza sonaba. El inmueble por dentro estaba lleno de estanterías a retacar por porcelanas de diferentes formas y de las que Alfred no sabía para qué servían y no se daba una idea.

Después de buscar en uno de los anaqueles encontró orégano y buscó con la mirada a algún dependiente. En su recorrido por la tienda se encontró con una chica de coletas largas y rubias acomodando un par de cosas. Tan ensimismada estaba en su quehacer que, tal parece, no se había dado cuenta de la presencia del otro en la habitación.

—Disculpe, —tosió un poco para aclararse la garganta. Semi asustada, la rubia se tensó y lentamente viró el cuerpo, Alfred pudo apreciar sus lentes de media luna y su rostro de muñeca, sin contar el hecho de que teniendo detrás de ella un mural de color verde pasto hacía su rostro parecer más pálido de lo que le creído en un principio al otro. Después de darse cuenta que había sido una maleducada se limpió un poco el vestido azul celeste (con las mangas de encaje y finalización por debajo de las rodillas) del polvo inexistente (o al menos al parecer de Alfred) y asintió con la cabeza, esperando que Alfred completara la oración que minutos antes le estuvo monologando— ¿sabe dónde podría encontrar al encargado de la tienda?

La chica pareció dudar un poco de la respuesta antes de asentir y hacer una leve reverencia.

—Soy yo, señor. —asintió con un leve acento inglés que Alfred alcanzó a notar, después de un momento intentando recordar sus modales hizo otra reverencia, esta vez más pronunciada—. ¡Bienvenido a Té en el Espejo! Soy Rose Kirkland a su servicio.

El americano arqueó una ceja.

—Entonces… ¿tú eres la dueña? —la chica suspiró, contó mentalmente hasta ella-sabrá-qué-número y cruzó sus brazos por sobre su pecho.

—Sí señor, ¿tiene algún problema con eso? —su primo le había advertido sobre el machismo que existía en Estados Unidos en aquellos tiempos, pero no se esperó encontrárselo tan rápido. Alfred, sabiéndose en un lío retuvo la respiración un par de segundos intentando pensar en una forma de remediar lo que había dicho.

— ¡N-No, ninguno! Es sólo que… no lo parece, señorita, lamento si me di a entender mal. —hizo una pequeña señal de disculpa e intentando hacer un acento británico aceptable—. Quería… ¿preguntar por esto? —relató al tiempo que señalaba el orégano en su mano. Rose, un poco cohibida por su anterior rudeza sintió como las mejillas se le coloraban ligeramente y asentía desviando la vista, dirigiéndose a la caja registradora. Hizo una seña para que le pasase el botellón con las especias y Alfred un poco extrañado por la seña asintió lentamente y le alargó el brazo entregándoselo. Después de checar un poco los precios en una lista que había hecho previamente en un trozo de cartulina se acercó nuevamente al americano.

—Son cinco dólares. —indicó pasándole el frasco nuevamente. Alfred asintió y sacó de su cartera el dinero requerido entregándole el verde—. ¿Necesita algo más que pueda ofrecerle?

El rubio, inseguro de su respuesta, asintió, notando que todavía tenía una hora para caminar perdido sobre todos lados menos en la entrada de Wall Street.

— ¿Qué sería?

— ¿Me podrías recomendar algún té? Tengo curiosidad. —la chica, algo extrañada pero con un brillo especial en los ojos asintió quedito.

— ¿Conoce usted el Earl Grey? —Alfred negó con la cabeza sin ninguna pena. La chica pareció horrorizada a pesar de no comentar nada al respecto. Después de acercarse a un anaquel tomó un frasco y lo abrió poniéndolo frente a las narices del americano, este sintiendo el aroma que expelía el contenido profundo y seguramente delicioso. Bueno, si olía delicioso debía ser delicioso.

— ¿Es esto? —Rose asintió pero después negó.

—Sí y no. Es una mezcla con Honneybush. Aun así, es realmente delicioso si usted se da la oportunidad de probarlo. —cerró el bote y lo dejó en su lugar. Después de divagar un poco sobre el té decidió que se lo llevaría.

—Bueno… me gustaría probar aquél. —la rubia le observó profundamente con sus ojos esmeraldas brillando hermosamente, al menos, al parecer de Alfred.

— ¿Cuánto sería? —decía al tiempo que tomaba el bote, una pala y una bolsa encima de una báscula. Alfred confundido pensó un poco.

—Emmm… no sé… ¿siete onzas? —dijo indeciso. La chica asintió y comenzó a llenar la palita con el contenido negro del frasco. Después de asentir frente a la báscula volvió a la registradora y utilizó un sello de garantía para que no se abriese la bolsa sin que el cliente se diese cuenta. Después de checar nuevamente los precios en su tablita se dirigió a Alfred con bolsa en mano.

—Serían tres dólares. —Alfred volvió a entregarle un billete de cinco. Rose sacó dos billetes de dólar y se los entregó—. ¡Gracias y vuelva pronto-! Er…

—Alfred Jones. —asintió recordando que no se habían presentado formalmente, simplemente se había presentado la rubia.

— ¡Gracias y vuelva pronto Señor Jones! —se corrigió un poco azorada.


Notas Finales: Tardé una hora en escribir esto. ¡Yei! Tiempo récord. Espero que les haya gustado el primer capítulo (casi prólogo esperemos) y dejen sus comentarios al respecto.

Así es, tendremos a la peor pesadilla frente a nosotros los hispanohablantes: El sistema Métrico Inglés. Temedle chicos, temedle. No soy una experta (y espero no serlo en un día futuro) pero mi hermana puede ser de ayuda en ocasiones como esta. De momento, siete onzas equivalen a algo aproximado a cien g.

Si preguntan por si sé de té, no es cierto. Aquél lo había comprado el otro día y (como es el favorito de mi Ciel querido y adora shota de Sebastia- er, protagonista de Black Butler) como me encantó su sabor he querido relatar aquí (recordándome que también lo hice en Reboot, ¡jo!) para poder tener una experiencia cercana a vivir lo que mis personajes hacen o no.

Es un capítulo cortito, no lo negaré. Está raro, no corregiré. Me da flojera hacerlo más largo, no lo solucionaré. Pero, si así con todos sus defectos sentiste un poco de curiosidad por leer lo que sucede y tantas cosas sobre el título y el resumen que hacen SPOILER enorme en la trama, deja tu comentario, Fav o Follow, cualquiera de los tres me mantiene con fuerzas para escribir esta cosa.

Sin nada más que decir de momento, See y'all folks in next time!