Hola, este es el primer fanfic que escribo, espero que sea de su agrado, recalco los personajes son de la fantástica J.K.

Espero que les guste, espero sus comentarios.

QUIZÁ SOLO FUE EL DESTINO

Cap1: Un encuentro inesperado.

Creí que escribir en este "Diario" sería absurdo, no me gusta llamarlo diario, solo lo dejare en cuaderno de pensamientos. Después de todo es útil y puedo escribir todo lo que no puedo hablar con Harry o Ron.

Acaban de regalármelo la señora Weasley, que mas puedo poner, supongo que los típicos recuerdos de las chicas, es difícil escribir estas cosas, Victor Krum me dio mi primer beso, no fue tan fantástico como lo imagine, en realidad lo sentí como si solo fuera un beso más en la mejilla, aun recuerdo el Baile de navidad, todos nos observaban, salimos del salón, el fue por ponche, estaba cansada decidí ir a tomar un poco de aire fresco y Draco Malfoy aprovecho que me encontraba sola para fastidiarme, como siempre, gracias a Merlín llego Victor y fue ahí que la supuesta amistad que ellos tenían termino.

Son las 11 de la noche, quizá debería dormir, mañana vuelvo a Hogwarts, ya tengo todo listo, estoy en el cuartel general de la orden del fénix. Estoy feliz por Harry, no lo expulsaron del colegio. Supongo que es todo por hoy, no tengo nada mas que contar, por lo menos nada importante, incluso lo que escribí no me parece importante, supongo que debería darle mejor utilidad a estas libretas.

H.G.

Siento como la luz de la ventana llega a mi rostro, ya es de dia, normalmente no me gusta quedarme en cama, pero siento que hoy es inevitable.

George y Fred aparecieron en mi habitación, inconscientemente me cubro mas con la sabana verde de seda, los observo mejor y tienen las manos cubriendo sus ojos, sonrió por sus ocurrencias.

– Estas visible – me dice Fred y George continua como si fuera un guion de una obra que se aprendieron.

–exacto no queremos llevarnos el susto de la vida viéndote desnuda- automáticamente levanto una almohada que tengo y se las aviento.

–claro que estoy visible, aun así no deberían simplemente aparecer donde quieren- escucho a la señora gritando a Ron que se vaya a bañar, es increíble que sea tan inmaduro algunas veces y ahora ambos somos prefectos, me pregunto quienes son los prefectos de las demás casas, estoy casi segura que Draco Malfoy es un prefecto, claro como tiene la influencia de su padre, es alguien que no trabaja por lo que quiere, lo odio se cree superior por su sangre, en ese momento George y Fred se acercan a mí y susurran al unisonó.

–pensando en Draco Malfoy- que demonios, como sabían eso.

–¿qué? ¿De qué están hablando?- siento como el calor de mis mejillas van en aumento, se ríen juntos y George por fin responde a mi pregunta.

–pones la cara de un gnomo a punto de ser aventado muy lejos cuando piensas en el- George hablaba y Fred hacia una cara muy graciosa, arrugo la nariz como un conejo que intenta verse malo.

–que va, yo no soy tan fea- les reprocho y continuo hablando antes de que digan algo más.

–Es hora de que salgan, debo cambiarme- la señora Weasley entro algo furibunda con un cambio de ropa y comenzó a regañarlos.

–que creen que hacen, salgan de acá, deben darle privacidad a Hermione!- volteo a verme, su tono cambio a uno muy dulce, era gracioso cuando hacia eso.

–toma querida te traje ropa limpia para que vayamos a la estación, el desayuno está listo- antes de que pueda replicar salió de la habitación con Fred y George detrás de ella.

Analice la ropa, no era mía, creí que se había confundido y recordé que Fleur nos envió ropa de Francia, como agradecimiento, por cuidar a su hermanita, es tan tonta que no entiende que la frase que decía la canción solo era para aumentar presión a los participantes, la ropa era algo, extraña, rara, extravagante, no sabía cómo explicarlo, debía ponérmelo o la señora Weasley se molestaría.

Me di una ducha rápida, al verme al espejo reí por mi melena incontrolable, mi cabello era lindo, eso creía yo, al parecer solo yo lo creía, me encantaban los rulos que tenia haciendo que las mechas doradas que tenia resaltaran aun mas. Quizá arreglarlo un poco más solo por hoy y dar una primera buena impresión como prefecta sería lo ideal.

Empecé a cepillar mi cabello, sorprendentemente mi cabello hoy no estaba rebelde, con un par de sujetadores verde y plata trate de peinar mi cabello. Los colores que traían los sujetadores no me gustaban, pero sirius me los había regalado, me dijo que era de la señora Andromeda Black, eran hermosos, levante mi cabello de la parte derecha hacia arriba y lo sujete con cuidado, quedando asi recogido hacia arriba solo la parte derecha, mis mechones ondulados caian como una cascada de oro, me puse la ropa, una blusa negra muy elegante con bordes dorados, un escote muy reservado en un corte que marcaba la figura, no estaba tan mal.

Un pantalón muy ajustado según mi criterio, resaltaba mis piernas, unas zapatillas con un pequeño tacón.

No me veía tan mal, baje con algo de prisa, Ron seguía en Pijama, Harry ya estaba listo para salir, Ginny también bajo con un estilo de ropa parecido al mío, se acerco, me tomo de las manos y susurro para que solo yo pueda escucharla.

–este año conquistamos a alguien- me dio un ligero codazo, nos estábamos volviendo casi confidentes, podía confiar en ella y ella me veía como una hermana, claro vivir solo con chicos suponía que era complicado.

Salimos apresurados de la casa N 12, llegamos al andén 9 fui la primera en cruzar, mi vista fue directamente a una cabellera platinada, me vio de pies a cabeza y puso una cara de asco

–idiota- susurre.

Acomode mi baúl y busque a Ron para que vayamos al vagón de prefectos donde nos darían las instrucciones para el año escolar. Al entrar, tal como lo dije, Draco Malfoy y Pansy Parkinson, esa idiota que solo sabia hechizos de belleza. Despues de que nos dieran las instrucciones estaba dispuesta a salir a buscar a Harry. Inmediatamente Pansy se paro y se acerco a mi algo amenazante,

-vaya te bañaste Granger y tienes el cabello sujetado con mis colores, debería darte vergüenza llevar verde y plata, eres una deshonra para el mundo mágico- estaba por replicar con algo inteligente y por primera vez odie que Ron me defendiera con algo tan tonto.

–si no sabias esto pertenece a los Black- Draco y Pansy estallaron en carcajadas y ahora fue Draco quien se acerco a mi y me apunto con su varita

–de donde sacaste esos sujetadores sangre sucia, son mucho para una impura como tu- Pansy le susurro algo que pude escuchar a la perfeccion

–son parecidos a los que me obsequio tu madre- Draco la fulmino con la mirada.

–callate- le grito y con eso Pansy salió del vagón empujándome con tal fuerza que me hizo flaquear por unos instantes, Ron salió detrás de ella para gritarle, los prefectos de Ravenclaw y Hufflepuff salieron casi como instinto de protección, quise salir pero Draco cerró la puerta con tal fuerza que creí que el sonido que se emitió se había escuchado en todo el tren.

–Déjame salir Malfoy que te pasa- trate de abrir la puerta pero estaba muy dura, intente un par de veces pero nada daba resultado.

Draco me veía con una sonrisa burlona y se acercaba de una manera amenazante, instintivamente retrocedí hasta chocar con la pared del vagon, puso ambas manos a la altura de mi rostro apoyándolas a la pared, se agacho un poco para quedar frente a frente

–vaya Granger, te bañaste, tal como lo dijo Pansy- era un idiota, decir semejantes estupideces, lo empuje con ambas manos pero él es mucho más fuerte, estoy acorralada. Intento una vez más empujarlo y mis esfuerzos son nulos

–Malfoy puedo bajarte puntos lo sabes- esa sonrisa de autosuficiencia me molesta, veo como levanta la mano izquierda y se la pasa por el cabello, era ahora o nunca, debo escapar, trato de moverme, pero él es mas ágil, mas rápido, vuelve a atraparme

–Granger, ¿tienes miedo del gran Draco Malfoy? Tranquila no te hare nada, solo quiero divertirme un momento.- como es que quiere divertirse no lo entiendo, que puedo hacer yo, estoy harta de él, de su comportamiento, ¿siempre tengo que ser yo su juguete de diversión? Supongo que es por algo que me elije a mí.

En este momento muchas ideas pasan por mi cabeza, si él me elije a mi por algo, deben ser razones realmente fuertes, la primera idea, me odia demasiado por mi sangre, es la más probable, la segunda idea, yo le gusto y es por eso que siempre me molesta tanto, es la menos probable, quizá hasta la más tonta idea que paso por mi cabeza en toda mi vida, debería retarlo, saco mi varita con cuidado del borde de mi falda sin que se dé cuenta, perfecto, ya la tengo, apunto directamente a su pecho con firmeza

–es mejor que te apartes Malfoy- lo amenazo con una cara seria, siento como sus manos se separan de la pared para tocar mis mejillas

–¿Qué demonios te pasa?- lo empujo con más fuerza y esta vez se aleja y me da la espalda

–¿tanto te gusto que tienes que tocarme así?- lo reto con mis palabras, gira bruscamente y sentí puñaladas de hielo en mi pecho con su fría mirada.

–¿Te crees tan importante?, crees que por ser amiga de San Potter eres especial ¿verdad?, que bajo Granger sentirse importante por alguien más y no por ti, eres una despreciable e inmunda Sangre sucia, solo eso eres, ¿crees que yo, alguien de sangre pura te vería a ti como una mujer?, solo eres un intento de chica, no ves a Pansy, Daphne Greengrass incluso su hermana Astoria, que es menor por un año, es mucho mas mujer que tu, ¿crees que yo te vería como algo mas en ti que ese cabello desmarañado? Me das pena Granger, es tanta tu necesidad de llamar la atención que sales con cosas estúpidas.- sus palabras me lastimaron demasiado, quizá porque en cierta parte yo sabía que tenía algo de verdad

–solo déjame en paz Malfoy y… y aléjate de mí- con eso trate de abrir la puerta una vez más, no pude, y sentí su mano que me empujaba, el pudo abrir la vendita puerta. –Eres una inútil Granger- fue lo que me dijo con tal desprecio que me apuñalaba el alma, vi como caminaba por el pasillo del tren con tal elegancia y seguridad.

Me sentía mal, todo el viaje no hable con nadie, Ginny no dejaba de preguntarme qué paso y no sabía que decirle, el no comunicar a Harry o Ron lo que siento por tantos años me hizo acostumbrar a quedarme callada.

Que mal está empezando mi año, yo que creía que sería el mejor.

Son las 9 de la noche, estoy lista para ir a hacer mi ronda de prefecta, esta será la primera noche que hacemos ronda, ya paso una semana desde el inicio de clases, no estuvo mal, nos pusieron muchos deberes, me lo imaginaba este año damos los TIMOS me estoy esforzando demasiado, toda la semana estuve en la biblioteca, en estas épocas siempre está vacía, excepto por el idiota de Malfoy, el presume que prácticamente horas después de nacido era un astro en la magia, pero se la pasa estudiando igual que yo, debo admitir que eso es atractivo, como quisiera que Ron sea así, solo espera que yo le pase los apuntes y no hace nada, dejare de pasarle los apuntes. Escribiré después acá, ya es hora de mi ronda y si llego tarde la profesora McGonagall se enfadara.

H.G.

Estoy caminando por los pasillos, algunos cuadros se enojan por la luz de mi varita, no es la primera vez que camino por el castillo a esta hora, llego con puntualidad y Ron aparece detrás de mi corriendo, la profesora McGonagall nos ve con la seriedad que la caracteriza, saca un pergamino de su túnica y lo abre con sumo cuidado

–Ron Weasley y Pansy Parkinson, las torres de astronomía- Ron estaba por protestar ya que vi como levantaba la mano. –sin protestar, ya lo elegí así y no espero un no por respuesta- que pena por Ron, tener que soportar a la tonta de Pansy, Ron no dijo nada y la profesora continuo

–Draco Malfoy y Hermione Granger toda las mazmorras- ¿Qué? No esto era imposible, no podía yo hacer la ronda hasta las 2 de la mañana con él.

Comenzamos a caminar, tengo mi varita lista para cualquier cosa, yo no conozco a la perfección las mazmorras, estoy en su territorio, DEMONIOOOS quiero desaparecer en este instante.

Son las 11 de la noche, siento que los minutos no pasan, agradezco a Merlín porque esta noche Malfoy no anda fastidiando. Escucho un ruido proveniente de uno de los salones

–Malfoy deberíamos ir- olvido las diferencias y soy yo quien habla –estás loca Granger estoy seguro que solo es Pevees.- lo veo fijamente, era un flojo que seguro no quería verificar nada

–está bien iré yo sola- camino delante de el para ir a ver de dónde provenía el sonido, escucho los pasos que vienen detrás de mi –te demostrare que no es nada importante rata de biblioteca- que estúpido si el también está en la biblioteca, se adelanta un poco y entra antes que mi, entro con la luz de mi varita en alto, inmediatamente la puerta se cierra torpemente y escucho que canta desde el pasillo, pego mi oreja a la puerta para escuchar mejor

Granger Malfoy… besitos se darán.. pevees tan bueno hoy los unira.. no saldrán.- unas risotadas se alejaban, me alejo de la puerta y al girar lo primero que veo son unos ojos grises que me observan meticulosamente

–te dije Granger solo era Pevees y ahora por tu culpa estamos acá encerrados- esta vez el tenia razón, que tonta, el conocía mejor las mazmorras y estoy segura que él estaba acostumbrado a ver este tipo de bromas

–lo siento- susurre, las mazmorras no era un lugar tan frio como yo lo creía, hacía calor y la túnica que llevaba era la más abrigadora, santo Merlín sácame de esto, santo Merlín sácame de esto, repetía una y otra vez. Draco comenzó a sacarse la túnica y me sonroje inmediatamente, mil ideas bochornosas pasaron por mi mente, el se acerco a mi y me acorralo a la pared

–tranquila Granger- sentía su respiración cerca a mí, su aliento rozaba mi olfato, ese olor a menta que emanaba de él me invadió por completo

–no te haré nada Granger, a no ser… que tú quieras- se acerco a mi mas al decir eso, sus labios rozaron los míos por unos segundos.


Con esto termine mi primer capitulo, me siento feliz por lo que hice con la colaboración de dos personas muy especiales para mi. Mi querida amiii JESSICA.. te quiero mucho ami.

Y pues mi novio.. Mauricio que siempre me anda colaborando con ideas.

Gracias a los dos por insistir. Ambos son mi inspiración. Este fic es para ustedes. me despido. Besitos a todos nos leemos en el segundo capitulo.

McBeth