Disclaimer: todos los personajes pertenecen a J.K. Rowling.
Capítulo 1: Euforia
—Puedes retirarte —dijo el profesor Snape, sin levantar la vista de su libro. Harry Potter se paró de la silla en la que había estado sentado durante dos horas, caminó rápidamente hacia la puerta del despacho y salió al pasillo. Le dolía la espalda por la posición encorvada que había adoptado mientras enmarcaba las letras borrosas de los expedientes donde habían recopilado durante años las travesuras de los antiguos estudiantes de Hogwarts; algunos de los nombres eran Sirius Black y James Potter. Ese era su castigo por haber utilizado un hechizo en contra de Draco Malfoy, el cual se encontraba en la enfermería escolar gravemente herido, pero afortunadamente, para él y para Harry, vivo. Harry sabía que el castigo lo tenia bien merecido, pero aun así estaba enojado por que el profesor Snape había programado su castigo para el mismo día en el cual el Equipo de Quidditch de Gryffindor competía contra los Ravenclaws. Harry comenzó a caminar hacia la torre de Gryffindor, impaciente por saber qué había sucedido. Él estaba seguro de que estarían allí reunidos; ya sea celebrando la victoria o sufriendo la derrota.
—¿Ganamos? —le preguntó Harry a la Dama Gorda del retrato que custodiaba la entrada a la Sala Común de Gryffindor.
—Descubrelo por ti mismo —respondió, haciéndose a un lado. Harry atravesó la abertura del retrato y entró. Como Harry supuso, todos los estudiantes, o la gran mayoría, se encontraban amontonados en la Sala Común. En el centro estaban algunos de los jugadores de Quidditch y uno de ellos sostenía en alto una copa. Harry caminó hacia ellos con una gran sonrisa en la cara.
—¡Harry! ¡Ganamos! —gritó Ron al ver a Harry entre la multitud.
—¿Donde esta Ginny? —preguntó Harry.
—¿Sabias que Ginny atrapó la snitch? —dijo Ron, sin escuchar lo que Harry había preguntado.
—¿Dónde está? —preguntó Harry. Estaba emocionado por la noticia pero sólo quería verla.
Ron respondió algo confundido:— guardamos todo. Solo traimos nuestras escobas y...
—No hablo de la snitch —respondió Harry exasperado.— ¿Dónde está Ginny?
—Oh, Ginny está... —Ron miró a su alrededor.— No sé dónde está Ginny.
Harry miró a su alrededor durante algunos segundos hasta que la encontró o más bien ella lo encontró a él. Ginny estaba caminando directamente hacia Harry. Ella estaba sonriendo. Su enmarañado cabello rojo brillaba como el fuego de la chimenea que Harry tenía a sus espaldas. Su corazón comenzó a latir rápidamente mientras ella se acercaba. Entonces cuando Ginny estuvo a un metro de distancia Harry olvidó lo que sea que quería decirle y antes de que se diera cuenta de lo que hacía, besó a Ginny en medio de la multitud. Ella respondió el beso al instante. Pronto todos a su alrededor se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo. Pero Harry solo podía pensar en lo suaves que eran los labios de Ginny, en lo mucho que había deseado esto y en lo feliz que se sentía en ese momento.
