Disclaimer

Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer, la trama está inspirada en Drácula de Bram Stocker y Twilight, pero la mezcla la he hecho yo. ¡Espero que les guste!

Les adelanto que será divido en tres partes, la primera, quiero que que se centren en la historia, en el amor de Edward hacia Bella, un amor tan grande, que no soporta estar separados.

La segundo, la gran tragedia, conforme Bram Stocker narra em Drácula, donde el príncipe pierde su gran amor, y pierde su alma por rebelarse contra Dios, pero cuidado, no se olviden que es una mezcla con Twilight, va tener varias sorpresas...

La tercera sería la vida del príncipe de las tinieblas y...el reencuentro con su amada después de seis siglos.. ¿será que ese amor volverá a ser lo mismo?...

Capitulo 1

La Revelación

Edward POV

Un día más había amanecido. Pero no era un día como los demás. El sol ya inundaba mi habitación, y yo todavía estaba acostado en mi cama. Era un gran día, un día muy importante en mi vida: Era mi cumpleaños, por fin, ¡estaba cumpliendo mis dieciocho años! Para mí, el príncipe heredero de la corona de un gran imperio, podría decir que fuera el día de mi triunfo, era mi mayoría de edad, y hoy, delante de toda la corte, iba a ser entronizado como el futuro rey del gran imperio de los Cullen.

Estaba todavía absorto en estos pensamientos, cuando oigo que tocan mi puerta y la abren de espacio. Puedo oír la voz de mi fiel criado Eric:

_Alteza, su majestad, la Reina Esme le espera en el salón principal, y pidió que se presentase pronto.

_Diga a mamá que no se preocupe que en seguida voy.

Levanté de un salto, me arreglé decentemente y me dirigí al salón donde estaba mi madre.

El palacio estaba todo adornado de flores hermosas, un aroma exquisito se respiraba en el aire, de verdad pude sentir la importancia de este día, la alegría y expectación de toda mi familia y de todo el reino.

Mi madre estaba con un hermoso vestido crema, estaba sentada en su sillón preferido, de verdad, mi madre era muy guapa y elegante, pero lo que más me encantaba era su tierno corazón, su incondicional amor hacia mi padre y a todos sus hijos.

Cuando ella me avistó, sonriendo se levantó y vino a mi encuentro:

_Feliz cumpleaños querido hijo!

_Gracias mamá - la abracé con cariño.

_ Tu padre y yo estamos muy felices por Ti, ¡por haber llegado este día tan grande en nuestras vidas!

_Yo también estoy feliz, siento que una nueva etapa en mi vida va a empezar.

_ Sí, mi hijo, una nueva etapa, y muy importante en tu vida va a empezar.

_ ¿Y que programa tenemos para hoy mamá?

_Tendrás todo el día libre para que puedas meditar y preparar para tu entronización como heredero de la corona y...

_y... ¿qué?

_algo muy importante y serio hijo, que tu padre y yo tendremos que contarte.

_ ¿y de que se trata?

_ Mejor que ahora vayas a desayunar, y después iremos hasta el despacho de tu padre, y allí hablaremos.

Empecé a quedar curioso, ¿qué acontecimiento más había, y que fuera de tanta importancia?

Me senté a la mesa, y luego pude ver como venían corriendo y alegres mi hermano Emmet y mi hermana pequeña Alice. Como siempre Alice venía bien trajeada, con una hermosa rosa roja en las maños.

_ ¡Feliz cumpleaños Edward! He encontrado esta rosa en mi jardín, ¡espero que le guste!

_Claro que me gusta, pequeña, es hermosa como tú, ¡muchas gracias!

Ella me besó con cariño en la mejilla y me abrazó tiernamente.

_Edward, ahora que ya eres mayor de edad, ¿seguirás siendo mi mejor amigo y hermano?

_Claro Alice – le dije asombrado – ¿cómo dejaría de serlo? Yo sigo y seguiré siendo lo mismo, la quiero y la querré como siempre.

_Gracias, pues yo no soportaría quedarme sin ti.

_Y yo tampoco.

Emmet se reía, viendo la escena, y dijo divertidamente:

_ Cada día vosotros seguís más tontos y sentimentales, ¡esa enana es tan sensible!

_Calla Emmet, ¡ya sabe que siempre nos hemos querido mucho!

_ Ya lo sé, ante todo, ¡Feliz cumpleaños hermanito!

Emmet me abrazó con fuerza, pensé que me rompería alguna costilla, siempre había sido muy robusto y muy bruto...

Desayuné deprisa y me presenté en el despacho de mi padre. Allá estaba también mi madre esperándome.

_ ¡Feliz cumpleaños querido hijo, que Dios le bendiga!

_ Gracias papá, ¡que Dios también le bendiga!

_Hoy es un gran día para Ti y para nuestra familia. Por fin llegó el día tan deseado por tu abuelo Maximino, en que se cumplirá el pacto del reinado de Cullen con el reinado de Swan.

_ ¿y que pacto es este?

_ Cuando tu abuelo era joven, y todavía era príncipe, vino una gran invasión bárbara, que iba destruyendo todo, matando mucha gente inocente, y causando verdaderos estragos en todo nuestro reinado y también en el reinado de los Swan. Entonces tu abuelo se unió con el entonces príncipe Juan, del reinado de Swan, y lucharon valerosamente contra y los barbaros y vencieron, con la ayuda de Dios.

Los dos durante toda la guerra se hicieron grandes amigos y se querían como hermanos. Cuando se acabó la guerra, los dos hicieron un pacto que tenía que unir la corona de los Cullen con las de los Swan, haciendo así un solo y grande imperio, y que nuestras familias estuviesen unidas para siempre.

El pacto consistía, que los herederos de la corona de los Cullen y de los Swan se unirían en matrimonio.

_ ¿qué me dices papa? – no podía salir de mi asombro.

_Cuando nací yo, tu abuelo me presentó al príncipe Juan, que se había casado también, y su esposa estaba embarazada. Los dos rezaban para que fuera una niña, para que pudiera cumplir el pacto, pero ellos también tuvieron un varón, el Rey Charlie I. Entonces ellos prometieron que el pacto quedaría en vigor hasta la tercera generación. Después yo me casé con tu madre, y tuvimos a Ti, y hemos ido hasta su reino a presentarle. El entonces príncipe Charlie se había casado con la princesa Renné, pero todavía no habían tenido familia. Dos años después, la princesa Renné se quedó embarazada...y tuvo una hermosa niña, la princesa Isabella...

Me quedé petrificado.

_Ellos la trajeron aquí para que la conociéramos, y entonces asumimos el pacto, que Tu te comprometería com la princesa Isabella cuando cumpliera sus dieciocho años, y fuera entronizado como heredero de la corona. En este día también asumiría su compromiso con la princesa Isabella.

Yo no podía estar escuchando esto. Yo...yo... ¿yo me comprometería con una mujer que ni la conozco, por un pacto que hizo mi abuelo?

_Papá, no puedo con eso, ¿cómo me voy a casar con una mujer que no conozco y ni la amo? No puedo papá, ¡no puedo!

_Ya lo sé mi hijo que es difícil – levantó la voz mi madre – pero tengo seguridad que le va a gustar la princesa Isabella, es un encanto de doncella. Ella llegó ayer, pero como no le habíamos contado, no la quise presentar.

_Entonces, ¿ella ya está aquí? No puedo creer que sea verdad, me han armado semejante lio, ¡vaya cumpleaños!

Mi padre me miraba con preocupación al verme tan nervioso, mi madre acariciaba mi pelo, ellos me entendían, pero el pacto tenía que cumplirse.

_ Papá, tengo miedo de no quererla, y pasar toda la vida amargado...

_No se preocupe hijo, como dijo su madre, la princesa Isabella es una gran mujer, tengo seguridad que cuando se conozcan, poco a poco se irán queriendo, además, tiene que estar dos años de novios, hasta que ella cumpla los dieciocho años para que se casen.

-Bueno, ¿y si en estos dos años no nos entendemos?

-Ya veremos la manera de arreglarlo – aseguró mi padre.

_Papá, creo que necesito estar solo un poco para asimilar, tengo la cabeza hecha un lio...

_ Tranquilo, mi hijo. Vete por el campo y despeje la cabeza. Pero no se preocupe, que todo saldrá bien.

Salí desconcertado del despacho de mi padre. Bajé hasta el jardín del palacio, y pedí a un criado que me trajera mi caballo. Cabalgué hasta un prado en el bosque del Castillo, un prado muy especial para mí, que desde pequeño me gustaba ir allí cuando tenía algún problema, pues con la calma del lugar, conseguía pensar con más claridad. Pero ahora el problema era demasiado grande, se me pasaba de las manos, como podría esta noche comprometerme con una persona que ni conozco, y peor, que no sé si voy a quererla... Esto era demasiado para mí. Querría llorar, gritar, decir todos los disparates posibles, porque yo, tan joven, tendría que comprometerme, yo soñaba encontrar un día con la mujer de mi vida, la que yo la amara con toda mis fuerza, la que sería la madre de mis hijos... Ahora este sueño se me había hecho humo. No tendría el derecho de escoger mi propia esposa, por un pacto idiota de casi cien años... ¡no sería verdad eso! Por Dios, ¡como quería que no fuera verdad!

Empecé a llorar sin consuelo, hasta que cansé y me quedé dormido debajo de un árbol. Cuando me desperté vi que ya era tarde, y que tendría que irme para arreglarme para la fiesta y para...mi compromiso.

Estaba algo más calmado, pero sentía una gran congoja dentro de mí. Sentía que la vida estaba siendo demasiada injusta conmigo.

Llegue al jardín del castillo, y iba caminando hacia la puerta principal, cuando de ponto veo una doncella sentada en un banco junto a la fuente del jardín.

Me vino la curiosidad, y caminé hacia ella. Cuanto más me acercaba, más iba admirando su belleza, estaba vestida de un hermoso vestido azul, tenía una tez blanca, un rostro angelical, un pelo precioso ondulado, delicadamente arreglado, Dios mío, ¡nunca había visto algo tan hermoso en mi vida!

Me acerque despacio, y me di cuenta que estaba triste y que lloraba. Sin pensar, le pregunté:

_ ¿Qué le pasa a Vuestra Merced?

Ella me miro vagamente. ¡Qué ojos Dios mío!, aunque bañados en lagrimas eran los más hermosos que había visto en mi vida, Eran grandes, de un color chocolate, que dejaban todavía más hermoso el rostro angelical que tenia.

_Cosas de la vida caballero, muchas veces la vida es injusta con uno...

_La comprendo perfectamente...

_Tengo que irme, me están esperando.

Ella salió apresuradamente, y yo me quedé plantado como un tonto. Ahora sí, las cosas me quedaban difíciles. Esa doncella me había cautivado, nunca sentí eso por ninguna mujer, y pensar que esta noche me iba a comprometer, y no podría ir detrás de esa hermosura viviente... ¡Qué desespero!

Entré al palacio para arreglarme, y prepararme, pues la noche ya se acercaba, e iba a ser muy intensa...