Disclaimer: los personajes utilizados en esta historia no me pertenecen.


Por una vez todo parecía irle bien a Cordelia, no solo había superado las siete maravillas y ahora era la suprema, en el proceso había superado sus miedos e inseguridades y de una vez por todas se había quitado el yugo impuesto por su madre, sí, también había perdido a la que consideraba su verdadera madre, Myrtle, pero con todo se avecinaban buenos y nuevos tiempos para el aquelarre, no más cazadores, no más ocultarse del mundo, junto con su nuevo consejo empezaba la nueva edad dorada para las brujas, maldita sea ¡hasta tenia la academia de nuevo a rebosar!

Pero aun así en su mirada se podía ver un atisbo de tristeza, una tristeza profunda y sincera, de ese tipo que empaña el alma y ennegrece el corazón, y es que, aun con todo el gozo y alegría de los nuevos tiempos algo le faltaba a la nueva suprema: el amor, quizás no el primero, pero el que podría haber sido el verdadero si no hubiera estado tan aterrada por las circunstancias ni tan eclipsada por la opinión que de ella tenía su madre. Lo que hubiera cambiado todo de tener una segunda oportunidad, nada habría sido igual, habría defendido a su amada hasta el fin de los tiempos y no habría condenado su vida miserablemente por algo en lo que ni siquiera estaba interesada. No, su querida e inocente Misty no habría muerto en vano y ambas podrían haber sido felices.

Estos eran los pensamientos que atormentaban todas las noches desde aquel terrible día a Delia, fingía ante las cámaras, ante sus alumnas e incluso ante sus únicas amigas Zoe y Queenie, las dos únicas personas que le quedaban de aquellos turbios tiempos pero a la vez esperanzadores cuando su rubia de los pantanos aun pululaba por la casa como el espíritu libre que era.

Puede que la rubia no estuviera en cuerpo presente, pero aun todas las noches las canciones de Fleetwood Mac resonaban en aquellas paredes que tantas desgracias y tan poca felicidad habían visto, a todos molestaba menos a la directora y por eso mismo ninguna de las habitantes se atrevía a callar la voz de Stevie Nicks, pues sabían que era la única capaz de calmar las lágrimas de su ahora líder.

Aquella noche, semanas después de las pérdidas y nuevos comienzos, una como tantas otras en las que la música retumbaba, había algo diferente, solo había una canción que sonaba una y otra vez, "Seven Wonders" se repetía en círculo vicioso del que Cordelia parecía no darse cuenta ya que estaba como hechizada. Quizás era la centésima vez que la letra se repetía lo que junto a las muchas copas de jerez con un toque de belladona que le ayudaban a dormir, hicieron que la música comenzara a distorsionarse en su cabeza y, su mente quizás traicionera le hiciera imaginar que no era solo Stevie quien cantaba, una segunda voz, al principio lejana, luego cercana y conocida cobraba fuerza ¿Era posible que se estuviera volviendo loca? Quizás las ansias de escuchar a su amada la estuvieran haciendo perder la razón, quizás se lo merecía por haberla obligado a encontrarse con su muerte, pero cuando estaba a punto de derrumbarse sintió como unos brazos la rodeaban y una voz cariñosa le susurró tiernamente al son de la melodía que aun sonaba "So it's hard to find/someone with that kind of intensity/you touched my hand i played it cool/and you reached out your hand for me" supo definitivamente que no estaba loca. Su ángel había vuelto para no dejarla caer.


Es la primera vez que me da por escribir una historia por lo que no sé si gustará o si llegará a buen puerto. Se agradecen todas las críticas, no por el mero hecho de tener reviews sino por intentar mejorar en lo que se pueda y hacer una mejor historia que de eso se trata.