"Ambos sabemos, nuestras propias limitaciones, es por eso que somos fuertes. Ahora que hemos pasado un tiempo separados, estamos dirigiéndonos el uno hacia el otro fuera de la oscuridad." Colbie Caillat y Gavin Degraw, We Both Know.
Capítulo 1. Encantado de conocerte, otra vez.
Steve había visto cosas más extrañas en la guerra, y tener frente a él a una mujer que había conocido hace sesenta años, y que decía haber viajado en el tiempo, no resultaba la más imposible de creer. Luego de la sorpresa inicial que le hizo difícil creer que no estaba alucinando, y la felicidad de volver a tener a Ginny frente a él, de besarla como tantas veces había imaginado mientras recordaba aquel único beso que habían compartido antes de que él se fuera a la guerra, era el momento de saber.
- ¿Cómo es que estas aquí? – preguntó, mientras dejaba la tetera sobre la mesa y ambos se sentaban uno frente al otro.
Ginny sacó la varita por debajo de la mesa. Sabiendo que S.H.I.E.L.D. le había conseguido ese lugar a Steve, era seguro que había cámaras instaladas, así que silenciosamente realizó un encantamiento para desactivarlas.
- Originalmente yo pertenezco a este tiempo. Bueno, en realidad estábamos en el año 2001 cuando tuvimos un pequeño accidente, que nos envió a Draco y a mí a tu tiempo. Sin querer, activé un… artefacto de Draco que nos llevó al pasado, y éste se averió, así que estábamos atrapados hasta que pudiéramos repararlo – comenzó ella, bajo la atenta mirada de Steve.
Tenía que ser honesta, era lo único que podía hacer. Una vez había ocultado cosas a Steve, pero entonces todo era diferente. Él estaba allí, vivo, contra todas las probabilidades, y eso tenía que significar algo.
- Verás, Steve, ni Draco ni yo somos exactamente personas como tú. – ella sacó entonces su varita, poniéndola sobre la mesa, y la agitó haciendo que las tazas volaras hasta la mesa y el contenido de la tetera se sirviera por sí mismo.
Él se levantó de la mesa, alarmado, pero Ginny le hizo un gesto para que volviera a sentarse.
- Soy una bruja.
- Eres una bruja – repitió Steve, despacio – una bruja, ¿cómo trucos mágicos, y una varita, y escobas?
Él había esperado alguna explicación científica, no esto.
- Bueno, puedo hacer más que lo que ustedes llaman "trucos mágicos", pero lo de la varita y las escobas es cierto. De hecho, antes de conocerte me dedicaba a jugar Quidditch, un deporte sobre escobas. – dijo Ginny, sonriendo tentativamente. – Vivimos en secreto, y es por eso que no pude decirte nada cuando nos conocimos. Aunque también tenía mucho que ver el hecho de que estábamos interfiriendo con el pasado y no sabíamos realmente qué consecuencias pudiera tener para todos. Lo siento, Steve.
Steve frunció el ceño. ¿Qué tanto conocía a Ginny realmente? ¿Cuánto de lo que había creído saber sobre ella era real, y cuánto era una mentira?
Todos lo dicen, todos los que lo han logrado
Una vez que encuentres a la persona que clamas,
Tendrás que luchar
- ¿Qué más? – preguntó él. – Supongo que aquella historia de tu familia en la guerra…
- En parte es verdad. Cuando era muy joven, hubo una guerra en la comunidad mágica. Teníamos a alguien muy parecido a Hittler, que quería deshacerse de todas las brujas y magos nacidos de "muggles", es decir, personas sin magia. Y perdimos a personas importantes para nosotros, – dijo ella – pero Draco no es mi hermano, sino mi mejor amigo.
- ¿Por qué tendrías que mentir sobre eso?
- Bueno, no nos hubieran dejado vivir juntos en el edificio si no fingíamos ser familia.
Steve suspiró y se llevó una mano a la frente.
- ¿Ustedes dos… - en realidad no sabía cómo preguntar eso. Realmente no quería saber.
- Él es mi mejor amigo. Ahora está felizmente casado y tiene un hijo, Scorpius, al que quiero como si fuese mío.
- ¿Y tú? – preguntó él antes de poder controlar su lengua.
Cuando pienso en el tiempo atrás
Las cosas que nos sacaron de nuestro camino
Las manejamos como un ataque al corazón
Porque no vimos la luz
Ginny arqueó una ceja. ¿De verdad creía él que ella le hubiera dejado besarle, o que lo hubiera besado como lo hizo si su corazón estuviera comprometido en algún otro lugar?
- He estado muy ocupada con el trabajo. Ahora soy periodista, y el tipo de reportajes que realizo normalmente me hacen viajar por todo el mundo.
Además del hecho de que, en diez años, no había podido olvidar al hombre con el que había pasado dos semanas de su vida en un tiempo que debió haber sido olvidado.
- Ahora cuéntame, Steve, ¿cómo te sientes? – la mano de ella alcanzó la suya por sobre la mesa.
Había tantas cosas que él probablemente apenas había tenido tiempo de asimilar, y un vistazo al lugar era suficiente para que Ginny adivinara que Steve no había salido en días.
- Tenías razón. Hay horrores en la guerra que cambian a las personas. – dijo él.
Ella apretó su mano con más fuerza.
Steve había hecho tanto por ella, inspirándola cuando ella sentía que había perdido todas sus fuerzas. Ahora, él estaba pasando por lo mismo, y todo lo que ella podía hacer era tratar de estar ahí junto a él cuando la necesitara.
Desde este momento,
Olvida que estábamos aterrados
Di que nunca nos rendiremos
- Vamos a dar una caminata, Steve. Cuéntame todo.
Un rato después, ambos caminaban calles abajo hacia un parque cercano.
- Sólo supe que te convertiste en el Capitán América hace unos años. En cuanto lo descubrí, no pude evitar buscar cuanto pudiera… conocí a Peggy Carter, ¿sabes?
- ¿Conociste a Peggy? ¿Ella sigue viva? - preguntó él, expectante.
- La conocí hace tres años, tenía que hablar con alguien que pudiera contarme más de ti, de lo que sucedió contigo en la guerra. Una mujer asombrosa, hizo tantas cosas luego de la guerra – dijo ella, con una sonrisa – y era una mujer inteligente. Supo apreciar al mismo Steve Rogers que yo conocí.
Steve se sonrojó.
- Yo pensé que no volvería a verte, y Peggy…
- Está bien, Steve, no tienes que excusarte. Yo te dije que no volveríamos a vernos, y tú conociste a una buena mujer que te merecía – ella dijo con comprensión – Peggy sigue viva, me he recordado a mí misma llamar a su casa unas tantas veces al año.
- Me gustaría verla. Hay tantas cosas que quisiera preguntarle.
- Deberías hacerlo.
Él suspiró. Peggy era uno de sus grandes arrepentimientos, así como lo era Bucky.
- Perdí a Bucky. No pude hacer nada por él. Yo sé que fue su decisión, pero de todas maneras, yo era el líder de esa misión, y él mi mejor amigo.
- Lo siento mucho. Él era tan joven, y era un hombre excelente. – Ginny apenas lo había conocido por unas horas, pero había visto lo suficiente de su carácter y oído tanto por parte de Steve que sentía de verdad que James Barnes no hubiera conseguido sobrevivir a la guerra.
- Es sólo que en ese momento, había una guerra que no se detendría a esperar a que llorara a mi mejor amigo, yo sólo seguí luchando, hasta que ocurrió lo del avión. Y luego despierto, todo se ha acabado, y no sé qué hago aquí realmente.
- Es como si las batallas se hubieran terminado, pero tú todavía sientes que debes pelear, ¿no? Conozco esa sensación. Una vez, estaba perdida, y un tipo de Brooklyn me dijo que siempre hay una razón por la cual pelear. – dijo ella, sonriendo ante el recuerdo.
Di que siempre serás la mano que me ayuda
- ¿En serio? Un tipo listo. – dijo él, sonriendo de vuelta mientras dirigía sus ojos hacia ella.
- Supongo que ahora tienes el tiempo para encontrar tus razones. Has vuelto a salvar el mundo con los Vengadores, ¿o no? El mundo siempre necesita un héroe, Steve, y tú te has convertido en un símbolo para este país.
- No sé si ese equipo vaya a funcionar. Conseguimos hacer frente a los Chitauri, y mi opinión de Tony Stark ha mejorado un poco, pero en realidad ahora cada uno está en su propio camino.
- Eso está bien, necesitas el tiempo libre. Hay un montón en lo cual te tienes que actualizar. La historia de los últimos sesenta años, la tecnología, el internet… es mucha tarea, en realidad.
Entonces por fin consiguió que Steve riera, y el sonido encendió su corazón.
- No puedo explicarte lo mucho que significa para mí tenerte aquí, Ginny – le dice él, y la ternura en sus ojos azules cuando la mira no ayuda a calmar las palpitaciones en su pecho.
Tratando de ser la persona que entiende
Cuando las cosas no van como planeamos
Pero tú todavía lo vales todo
- Estaré por tanto tiempo como necesites, Steve. – dice, y tratando de calmarse a sí misma, ella apunta hacia el sur – Sabes, mi departamento queda como a treinta minutos de aquí. Definitivamente debes visitarme. Es más, ven a cenar conmigo mañana, ¿qué te parece?
Él sonrió.
- Nada me gustaría más.
Ella sacó un bolígrafo y una servilleta que tenía guardada en la cartera, y anotó su dirección y su teléfono.
- Así que, Steve Rogers, bienvenido al siglo 21.
Por primera vez desde que había despertado del hielo, Steve sintió que había realmente esperanza, y una promesa, en todo aquello. Que era afortunado.
Pasó una mano por los largos cabellos rojos de Ginny, quien siguió su movimiento con su mirada.
Ambos sabemos, de qué estamos aterrados
Y de qué están hechos los sueños
Y ellos pueden llevarnos más lejos de lo que nadie puede ver
- No debí haberte besado de ese modo, hace rato – dijo, y ella lo miró confundida. – Fue algo… sólo quería estar seguro de que fueras real.
¿Entonces él se arrepentía?
- Lo entiendo – dijo ella, mordiéndose el labio. – Es normal, las cosas entre nosotros no han sucedido exactamente de un modo normal. Pero cuentas conmigo, Steve. Siempre.
- No me arrepiento de besarte, sólo de la forma en que actué. – él la miró intensamente. Por Merlín, lo que esos ojos podían provocar en ella- Podría volver a besarte ahora mismo.
- Por favor – susurró ella.
