Mike Caperucito (Caperucito es su apellido) era un chico de 15 años que le gustaba meterse a Facebook porque no iba a la escuela (flojo ¬¬)y vivía con su madre Samanta:
Una vez su madre le dijo a Mike :Caperucito "tu tía está enferma, llévale esta cesta, pero ten cuidado con el lobo".
Mike Caperucito salió de su casa y el lobo en el bosque le habló, le preguntó a dónde iba. El pobre Mike, que no sabía que era peligroso detenerse a hablar con un lobo, le dijo:
Voy a ver a mi tía, y le llevo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía.
-¿Vive muy lejos? -le dijo el lobo.
-¡Oh, sí! -dijo Mike -, más allá del molino que se ve allá lejos, en la primera casita del pueblo.
-Pues bien -dijo el lobo-, yo también quiero ir a verla; yo iré por este camino, y tú por aquél, y veremos quién llega primero.
El lobo partió corriendo a toda velocidad por el camino que era más corto y Mike Caperucito se fue por el más largo entreteniéndose en avellanas, en correr tras los camaleones y en hacer ramos con la marihuana … digo rosas que encontraba.
Poco tardó el lobo en llegar a casa de la tía; golpea: Tok, tok.
-¿Quién es?
-Es su sobrino, Mike Caperucito-dijo el lobo, disfrazando la voz-, le traigo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía.
La cándida tía, que estaba en cama porque no se sentía bien, le gritó:
-Tira la aldaba y el cerrojo caerá.
El lobo tiró la aldaba, y la puerta se abrió. Se abalanzó sobre la buena mujer y la devoró en un santiamén, pues hacía más de tres días que no comía. En seguida cerró la puerta y fue a acostarse en el lecho de la abuela, esperando a Mike Caperucito quien, un rato después, llegó a golpear la puerta: Tok, tok.
PASA!- Grito el lobo desde el cuarto.
Llego Mike al cuarto y al ver a su "tía"
Le pregunta:
¿Por qué esos dientotes, orejotas, ojotes, patotas olorosas, tanto pelo como un perro..
CALLATE!- grito el lobo muy harto y se intentó comer a Mike Caperucito .Pero el le dio con su cesta en toda la cabeza y con un golpe de kárate, lo dejó inconsciente.
La tía no sobrevivió, pero porque estaba muy enferma y era muy mayor.
Todos lloraron mucho por la muerte de su tía pero el lobo las pagó bien caras: le hicieron volverse vegetariano y comió tofu, garbanzos, judías verdes, espinacas y pimientos durante el resto de su vida.
Todos los años hacían una misa en conmemoración de la tia y el lobo tuvo que leer una parrafada enorme sobre lo que sentía haber matado a la tía y sobre lo maja, buena y agradable que era ella. Él la tenía que escribir claro. Y durante todo el día de la misa y una semana después tuvo que hacer servicios a la comunidad con una gran sonrisa todos los años.
