Un Solo Impulso
By Tita Calderón
CAPITULO 1
El brillo del sol naciente empezó a filtrarse poco a poco por el ennegrecido cielo de la ciudad. La noche había sido fría pero nada de eso le habría importado, si tan solo la hubiera visto.
Terry miró su reloj por milésima vez, para confirmar que las horas habían pasado y Candy no se dignaba en aparecer.
Aspiró resignado e incompresiblemente triste sabiendo que había estado tan cerca de volver a encontrarla y que no lo había logrado. ¡Demonios!
Apretó los puños con impotencia y se maldijo por su mala suerte.
Se paró lentamente de la fría acera para dar un último vistazo a la fachada del frío Hospital Santa Juana. Donde seguramente ella regresaría tarde o temprano.
Miró hacia todos los lados tratando de encontrarla…pero ni un alma caminaba por las calles a esa hora… Volvió a mirar el reloj…no podía esperarla más…a lo mejor los Cornwell le mintieron...entonces recordó a las monstruosas disque compañeras de Candy, que habían afirmado que ella se había escapado de su turno...lo había hecho por él…para ir a verlo en la presentación…pero ¿Dónde rayos estaba ahora?...
Con los dedos entumecidos por el frío, se dio modos para escribir una nota. Rogando para sus adentros que al menos este mísero papel llegara a sus manos. Se acercó incomprensiblemente nervioso al portero y casi a punto de postrarse de rodillas, le pidió que se la entregara, como si fuera el deseo de un moribundo. Era lo único que podía hacer.
Después de todo, no había podido verla. Suspiró desanimado. Le hubiera gustado tanto...volver a reflejarse en sus ojos, ver sus bucles….La última vez que la había visto...había sido hace tanto tiempo...si mal no recordaba...en aquel bendito establo del Colegio San Pablo...cuando la Hermana Grey los sorprendió...
Volvió a maldecir para sus adentros, como si esto lograra disminuir su frustración...
Metió las manos en los bolsillos para tratar de entrar en calor. Tenía que ir al hotel a darse un baño antes de partir.
Nunca se había sentido tan desolado como en este preciso instante. De nada le sirvió regresar a ver varias veces hacia el hospital, con cada giro, su esperanza se diluía como agua entre los dedos. Solo logró que el vacío de su alma se hiciera mas profundo.
-"Candy, cuando leas esa nota, ¿vendrás verdad?" – pensó con amarga esperanza...
Llegó al hotel con los hombros caídos. Con la desilusión bien marcada en su rostro.
Luego de darse un baño se sintió mas reconfortado. Al menos sabía donde estaba y le podría escribir una carta.
Si, esa era una buena opción.
Pero si tan solo la hubiera encontrado…tal vez otra sería la historia…y nuevamente volvió a maldecir...
Bajó al desayuno para tomar un café caliente y cargado. Bebió despacio mientras meditaba en la posibilidad de casi haberla visto, en como hubiera sido aquel encuentro…si tan solo….pero, aun no era tarde para rendirse, aun había un poco de tiempo…. Este ligero roce entre la esperanza y la desolación le aguijoneaba el alma desde adentro.
De cerca, un par de ojos azules seguían cada movimiento del joven actor. Susana Malrow lo amaba en silencio desde que lo había visto por primera vez parado en la puerta del teatro.
¡Por Dios! era el chico más guapo que había visto en su vida, con aquellos profundos ojos azules, capaces de hipnotizarla y ni que decir de aquellos labios de pecado...en el fondo de su alma guardaba la esperanza de conquistarlo...sabía que podía lograrlo... estaba a unos cuantos días… Pero ahora sus esperanzas se veían empañadas con la aparición de esa chica rubia. ¡Maldita sea!
Pero ya pronto partirían de Chicago y él se olvidaría de ella. Confirmó aliviada para sus adentros mientras sus ojos se deslizaban con disimulo por su rostro.
Un rostro que estaba tan serio como si fuera de mármol. Los minutos pasaban y no había ni un solo rastro de la bendita pecosa. Parado en la ventana del hotel, trataba de encontrarla entre la gente que caminaba en las calles aledañas. Pero para su desgracia ella no daba señales de vida.
En la estación, su angustia fue mayor al darse cuenta que el tiempo ahora si, se agotaba. Ya ni ganas de maldecir tenía...ahora rogaba para sus adentros que pudiera volverla a ver.
-¡Terry! – lo llamó una voz a sus espaldas.
Por una fracción de segundo su corazón se detuvo pensando que era Candy.
-Vine a despedirte – afirmó Elisa con una gran sonrisa.
-Bueno, gracias. – respondió como un autómata.
-Iré a Broadway a ver tu próxima obra – afirmo la pelirroja con entusiasmo para que notara su interés.
Pero Terry ya se había desconectado de su conversación. Sus ojos buscaban con ansia por todos lados aquellos rizos rubios que tanto extrañaba.
-"¿Que estas haciendo?" – pensó con angustia – "¿No viste mi nota?" – se preguntaba para sus adentros mordiéndose el pulgar con ansiedad reprimida.
Dio un paso entre la gente, tratando de encontrarla...buscándola con desesperación.
-Terruce, ¿no deberíamos abordar ahora? – sugirió Susana sutilmente con una sonrisa ingenua.
-Eh…sí…. – contesto con voz queda
Lentamente sin dejar de girarse se encaminó al andén. Aferrándose a la última esperanza que le quedaba y que moría con cada paso.
-¿Terruce? – volvió a presionarlo Susana con sutileza.
Tenía que hacer que Terry se subiera a ese tren a como diera lugar. Su corazón estaba aprisionado en una caja de metal viendo como él, buscaba a esa chica con desesperación.
-"Ella no vendrá" – confirmó con alivio para sus adentros.
Una vez que tomarán ese tren, todo este mal trago pasaría. Él, la terminaría olvidando...y ella tendría la oportunidad de conquistarlo... Sonrió esperanzada.
Terry, terminó abordando el tren en el último minuto. Pero no podía alejarse de la puerta...no quería...
¿Tal vez Candy llegaría con retraso?
El tren, emprendió su marcha lentamente mientras el corazón de Terry detenía sus latidos con agonía.
Se aferró a la mancuerna de la entrada tratando de divisarla….
Los últimos silbidos anunciaron que el tren se alejaba de Chicago definitivamente. Pero él no podía alejarse de la entrada...no quería...
-¡Terry, es peligroso que te quedes ahí afuera! – advirtió Susana desde dentro del vagón tratando de que él entrara. - ¿Por qué no entras? – presionó
Terry giró su rostro hacia su compañera de reparto mientras el viento revolvía sus largos cabellos castaños.
- Sí… - respondió sorprendido
Dio un último vistazo y fue entonces que vio algo blanco acercarse entre las pequeñas colinas. Un ligero destello dorado lo paralizó por completo.
Sus ojos se abrieron con angustia para tratar de mirar mejor.
¡Oh, por Dios! ¡Era Candy! ¡Bendita sea!
Su corazón se detuvo de ipso-facto ante esta confirmación. Por unos instantes se quedó sin pensamientos, sin respiración….confirmando con todo su ser, que era "ella", solo ella y nada más que ella.
-¡Candy….! – gritó con euforia
Ella desesperada corría inútilmente por alcanzar al tren que se llevaba su corazón. Basto una fracción de segundo para localizarlo. Ahí estaba él…parado en la puerta como si hubiera estado esperando por ella.
Ambos intercambiaron miradas cargadas de ansiedad, de desconcierto, de alegría, de emoción. Al fin sus ojos se encontraban después de tanto tiempo, de tanta soledad, de tanta espera.
-Es ella, justo como la recuerdo – confirmó Terry con una gran sonrisa - ¡Candy! – se repitió para si mismo.
-¡Terryyyy! – gritó Candy en su carrera por alcanzar al tren y perpetuar este instante.
Candy no lo podía creer…era él….había podido alcanzarlo…
-¡Terry…! ¡Terry…! - gritaba tratando que su voz llegara hasta él.
Candy levantaba ambos brazos para que la viera.
-Estas bien – confirmó Terry con alivio – Luces tan bonita con tu uniforme blanco, Candy – dijo en un suave murmullo como si ella pudiera escucharlo.
Mirarla, hacía que todas sus esperanzas brotaran con fuerza. No era necesario cruzar el atlántico para volver a encontrarla. Ella estaba en Chicago, en América, en su mismo continente. Agradeció para sus adentros.
Con cada pensamiento, un torrente de emociones lo embargaba con una fuerza arrolladora.
Pero en ese preciso instante, Candy trastabilló en su desmedida carrera por alcanzarlo y cayó…
-Terry…. – pensó Candy con desolación, en su caída…
Sus ojos trataban de guardar la última imagen de él en el firmamento. Sus castaños cabellos volando con el viento, sus profundos ojos mirándola en la distancia, su sonrisa…
Esa sonrisa que conocía tan bien…
Miró como el tren irremediablemente seguía su curso, dejándola atrás…junto con su amor…junto con sus sueños…
-Es el mismo Terry que solía ser…- confirmó con un sonrisa
El tren seguía su camino a toda marcha, sin detenerse, ni compadecerse de ellos, de ese amor….de esa necesidad….de esa soledad…
En una fracción de segundo, Terry, dejó de ver a Candy y todo su mundo se volvió tinieblas. Ella había tropezado y se quedaba ahí…sin él...
Y él, continuaba su camino sin ella…sin nada…
La nada seguía en su vida tan perenne como hierro forjado, llevándole por un camino lejano al de ella...tan lejano que dolía…
Su corazón, aceleraba y detenía los latidos al mismo tiempo, en un golpeteo desequilibrado, recordándole todo el tiempo que había pasado sin saber de ella, buscándola en cada rostro que se había cruzado en su camino como un mendigo.
Un mendigo, al que le llegaba como limosna este encuentro...solo eran unos segundos de felicidad que se le iban como agua entre los dedos, sin que pudiera hacer nada por detener el tiempo. Tan solo tenía la certeza que nada, ni nadie había logrado alejarlo de aquel ayer…
Ayer, que era su presente y su futuro. Y ahora la volvía a perder…
¡No!
¡No podía volverla a perder! ¡No podía volver a dejarla!…
No podía…no quería…no debía…
Casi podía palpar el sabor amargo de la lejanía y al mismo tiempo el dulce recuerdo de este instante…
¡No!
No quería que este instante solo fuera un recuerdo…quería perpetuarlo por siempre….
Necesitó solo un respiro para tomar la decisión que podría cambiar su vida. Sin pensarlo dos veces tomó "un solo impulso" que lo empujó al vacío… No importaba cuan rápido fuera el tren, ni donde caería…la decisión había sido tomada…en un solo segundo.
Continuará...
Notas de la autora
Simplemente "Gracias por leer". Esta historia la tengo escrita desde hace tiempo, y hoy que entré a los tiempos a mi cuenta vi que no la habia compartido con ustedes aqui en fanfiction asi que aqui la tienen.
