Shittake
Santuario Mikage. Todo en calma.
-¡Tomoe! ¿Por qué has vuelto a poner setas Shittake en el almuerzo?
Adiós a la calma.
-Tuve mi razón-Dijo Tomoe sin inmutarse. Nanami entrecerró los ojos mientras observaba a la pequeña seta entre los palillos como si con su mirada pudiera hacerla desaparecer. Nada, seguía allí.
-Jo…-Suspiro y miro a través de las pestañas a su familiar quien, al otro lado de la mesa, bebía su té sin darse cuenta del debate interno de la joven diosa de la tierra.
Tomoe la observo, aun girando las setas entre los palillos con los labios fruncidos en una mueca y estuvo a punto de reírse pero entonces Nanami lo castigaría y no tenía ganas de pasar otra noche en el porche.
Parpadeo al darse cuenta de que no podía apartar la mirada de sus carnosos labios. Por un momento recordó cuando la había besado para reactivar el contrato de familiar.
Nanami observo como Tomoe la observaba y se sonrojo un poco.
-¿Q-que?
-Come la comida Nanami-Dijo con su habitual seriedad. Nanami bufo derrotada y volvió a mover los palillos.
-Es que…no me gustan nada las setas Shittake…
El familiar se levanto y se sentó bastante cerca de la joven. Nanami le observo con un leve sonrojo en las mejillas.
-Come. Vamos.
Nanami acerco aquella seta a los labios y la mordió.
-Mastica-Dijo Tomoe impasible.
Nanami mastico lentamente, sintiendo el sabor horroroso de la seta y curvando los labios.
Tomoe sonrió al ver la cara que estaba poniendo la joven y lo exagerado que estaba tomando la situación.
-¿Cómo estuvo?
-Malísima…-Respondió Nanami. Un escalofrió le recorrió la espalda y levanto la mirada. El rostro de Tomoe estaba muy cerca. Tan cerca que podía distinguir los distintos colores azules de sus ojos-¿T-Tomoe?
Entonces él se acerco más y sintió como sus labios se rozaban con los suyos. Como el roce de una pluma pero dulce como el mejor chocolate.
Los largos dedos del familiar zorro acariciaron su mejilla derecha y Nanami notó como sus dientes tiraban de su labio inferior y en un intento de coger aire el astuto zorro introdujo su lengua en su cálida boca.
Nanami se sujeto de su yukata ya que sentía su cuerpo de gelatina y las piernas temblorosas. Con timidez correspondió a su beso. Sus lenguas se encontraron y Tomoe tiro de su nuca hacia él, colando los dedos entre el largo pelo de la diosa e intensificando aun más el beso.
-¿Mejor ahora?-Pregunto cuándo se separaron. Nanami le observo sintiendo como se sonrojaba más a cada minuto. ¿Tomoe…había hecho lo que creía que había hecho?
Aun sentía el calor de sus labios.
-¿Eh?
-¿Aun tienes mal sabor?-Pregunto suavemente.
Era verdad. El sabor horrible de la seta que se había comido había desaparecido. Había sido cambiado por el sabor de su familiar. Aquel delicioso sabor.
-N-no…-Por el rabillo del ojo vio que aun quedaban cuatro o cinco setas en su cuenco de comida. Su temperatura corporal subió varios grados.
Tomoe siguió su mirada y capto lo que había pensado la joven. Una sonrisa diabólica marco sus perfectos labios.
-Acaba la comida Nanami
Esta vez la joven no dudo en coger otra seta entre los palillos ya que una vez la hubiera comido recibiría una deliciosa recompensa.
Se metió la seta en la boca, mastico varias veces y tomando al kitsune por las solapas de su kimono, unió sus labios de nuevo.
Quien le iba a decir a Nanami que le iban a gustar las setas shittake.
