Bueno, esta historia esta dedicada a Remula Black de cumpleaños...Se que ha pasado mucho tiempo y perdóname por la tardanza, pero es la historia mas larga que eh podido hacer ¡En serio! Espero la disfrutes tu y todo aquel que quiera leerla.
La canción es En mi corazón viviras - Phil Collins.
¡Feliz cumpleaños!.
Advertencia: No hay un final feliz lleno de amor y estando juntos para siempre toda la vida. Alfred deberá seguir solo.
Hospital "Cruz Roja", Piso 5.
Sabía de memoria como subir…
En ascensor: Doblar a la derecha, recto hasta la sala de operaciones, a la izquierda después.
En escaleras: Doblar a la izquierda, pasar recto hasta llegar a la sala de Rayos X y después doblar a la derecha.
Habitación 562, la más grande de todo el hospital…
Y un tanto especial.
Allí se encontraban objetos como un piano, una televisión con DVD, un reproductor de música con un estante al lado de libros y algunas películas, casi todas musicales, de fantasía, y una que otra infantil, con un balcón donde se podía observar el jardín y las luces brillantes de la ciudad en las noches.
No era una habitación como las demás.
En aquel cuarto se encontraba su ángel, su vida y esperanza, pero también…
Su perdición.
Por él, es que había decidido convertirse en un héroe, sería un reconocido doctor que encontraría la cura a la enfermedad que su persona importante padecía, algo que solo 3 de cada 1000 personas tenía cada 10 años, algo genético que solo el 9,48 % de la población mundial lo tenía, y solo se encontraba cada cierto tiempo, 10 años era la aproximación de esto.
Aun recuerda el día en que le conoció; buscaba a su madre en el piso 5 desesperado, le había dado apendicitis y su padre solo podía cargar con su hermano menor.
El le dijo que estaría bien, que encontraría la habitación solo…Pero se había perdido en ese largo pasillo con sus apenas 8 años de edad recién cumplidos.
No recordaba la habitación y estaba a punto de llorar cuando vio a una enfermera salir de una habitación y corrió a ella, pensando que su madre se encontraba allí, pero al abrir la puerta, sus ojos azules se abrieron de par en par al mirar aquel niño y juro ver un par de alas en su espalda. El chico se volteo y sus ojos se encontraron.
"-¿Quién eres?"
Ese fue su encuentro, su primera mirada y el supo que ese niño sería muy importante en su vida, y no dejaría que se fuera por nada del mundo, le protegería y cuidaría.
"-Soy Alfred y estoy perdido-Aun recuerda que sollozaba mientras miraba asombrado al niño- Busco a mi mamá"
"-¿Te acuerdas de la habitación?"
"-Nu…Nu me acuerdo…Solo sé que la operaron de apendecatis"
"-Es apendicitis…"
Recuerda como suspiro y se bajo de la cama con cuidado, era un poco más alto que él, pálido, rubio claro y tenía unas enormes cejas en su rostro, pero sus ojos eran como dos canicas verdes y el amaba las canicas. El niño le ofreció la mano y el la tomo sin dudar, por alguna razón le tenía mucha confianza a esa persona que apenas había visto y cruzado palabra alguna, su corazón latía como nunca, pero era muy inocente, así que no conocía el significado de eso…
Sintió la necesidad de ver el número de la habitación de esa persona. 562. Nunca olvidaría ese número en su vida, sonrió mientras se secaba las lágrimas y caminaba al lado de ese extraño…Su nombre, aun no lo sabía en ese momento.
"-¿Cómo te llamas?..."
"-Soy Kirkland, Arthur Kirkland y tengo 10 años-Dijo para evitar más rodeos"
"-Yo soy Alfred Frederick Jones, y tengo 8 años Arthie"
"-No me digas así, soy Arthur…
"-¡Pero yo quiero decirte así!"
Y antes de que pudieran seguir discutiendo sobre el apodo del mayor, encontraron al padre del niño ojos azules, el adulto le agradeció a Arthur su ayuda y dejo que Alfred entrara a ver a su madre y a su hermano menor que la acompañaba, siempre abrazando su osito de peluche traído de Canadá.
No dudo dos veces en correr a abrazarla y llorar de felicidad al ver que su madre estuviera sana y salva en aquel hospital, pero al voltear, el niño de ojos verdes y grandes cejar había desaparecido; seguramente habría vuelto a su habitación.
Después de eso, las visitas al hospital comenzaron, al principio, por su madre y mientras Matthew, como se llamaba su hermano, esperaba en la sala de espera junto con su padre, el corría a la habitación.
"-¡Arthie! Vine a visitarte como buen Hero que soy"
"-No me digas así, y no tienes porque hacerlo…"
"-Si tengo, te prometo visitarte todos los días hasta que mejores, ¡Es una promesa de un Hero!"
Esa fue la primera vez, aun sin saber la cruda realidad, que vio al mayor sonreír de esa manera y se dio cuenta que esa promesa seria sagrada y nunca debería romperla…
Nunca la rompería.
Uno de los recuerdos que más anhelaba con el ingles fue cuando, después de que el doctor de Arthur le dijera a ambas madres de que la presencia del pequeño hacia bien a su salud, fue cuando llevo una película infantil a los 11 años llamada "Tarzan", en ese momento el DVD no existía y el VHC era lo más avanzado para ver pelis.
El mayor tenía varios musicales que su padre le traía cuando debía regresar a Inglaterra por el trabajo; le traía, además de películas, libros de fantasía, misterio y romance, juegos de mesa, y una vez le había traído un videojuego que termino regalándoselo a Alfred, el protector de su hijo. Así le había bautizado y al menor le encanto.
Las lágrimas del cejón sorprendieron al de ojos azules, era la primera vez que lloraba ante una película. Él la había visto varias veces solo o con su hermano, pero nunca le había sacado alguna lagrima…Hasta que la vio con su Iggy…Ambos se abrazaron con fuerza y lloraron en la parte donde Tarzan se sentía diferente a su madre.
"-Quiero que esa sea nuestra canción…-Dijo de repente"
"-¿Cuál?-El menor se sorbía los mocos"
"La de Tarzan…Es preciosa, la aprenderé a tocar en piano"
Otro de sus momentos más preciados…Fue el día del huracán Catrina…
Recuerda que a sus 14 años había tenido una pelea con el Arthur de 16 y le había gritado con mucha fuerza un "Ojala te pudras en el hospital". Se sentía la peor persona del mundo…
La peor del universo.
Pero ese día haría cambiar su visión de su hermano no de sangre Arthur a otra que apreciaría toda su vida…
No recuerda mucho que sucedió, solo que de un momento a otro, la lluvia caía en su rostro y una pared estaba sobre sus piernas. Inmovilizado. Sentía que moriría allí, y las lágrimas cayeron por su rostro. Su único pensamiento era Arthur…Solo su nombre y su sonrisa…
Y grito con todo pulmón…Solo gritaba.
"-¡ARTHUR!"
Él tenia la esperanza…
"-¡ARTHUR, POR FAVOR!"
De que le oiría…
"-¡AYUDAME, ARTHUR, POR DIOS!"
Más en el fondo…Se había rendido, dejo de gritar, aceptando su derrota y cerrando los ojos…
Cuando oyó su voz.
"-¡ALFRED, NO CIERRES LOS MALDITOS OJOS Y SE UN HEROE!"
Abrió de nuevo los ojos y sentía las piernas liberarse, alzo la mirada y lo vio allí. Tenía una herida en el brazo y sangraba gravemente, pero allí estaba el…
Salvando su vida…
"-Vamos Alfred, dijiste que serias mi héroe…¡Entonces, compórtate como un Hero, Idiot!"
Su corazón palpito con fuerza…Con todo lo que le quedaba de energía, camino por los pasillos hasta llegar a una habitación de consulta y se metieron allí, Arthur curo sus heridas y las de él. Solo observaba al mayor cuidar de él. Y no pudo mas, lloro con fuerza y el chico de cejas grandes le miro.
"-Tranquilo, estaremos bien…Pronto vendrán a buscarnos y nos sacaran de aquí ¿De acuerdo?
"-Lo siento Arthie…Te dije algo horrible y ahora…
"-No, no te rindas Alfred…-Sintió sus manos heladas en su frente y se calmo un poco- Todo pasara rápido…"
"-Tengo miedo…"
"-Alfie…-Recuerda como se subió a la cama y le abrazo con dulzura-…Como me apena…El verte llorar…Toma mi mano, siéntela…Yo te protejo de…Cualquier cosa…No llores mas, aquí estoy…"
La voz de Arthur sonaba a la de un ángel, y en medio de todo ese caos, muerte y sangre…Pudo sentirse en paz, quedándose dormido en su pecho…
Y soñó a su Arthie con una sonrisa como la de hace mucho tiempo, con un traje blanco en un altar.
Supo cual era su misión en ese momento.
En ese lugar, con la voz de su Iggy, decidió convertirse en doctor, salvar a su amado y casarse con el…Ese sería su sueño a partir de ese día.
Después de todo ese tiempo, el iba todos los días después de clases, lloviera o hiciera sol, nevara o una oleada de calor, estudiaba con él y le enseñaba lo que le habían mostrado ese día en el colegio. Así todos los días de su vida, ambos ya se habían acostumbrado a la presencia del otro.
Recuerda ese día como la palma de su mano, ese ayer que apreciara toda su vida…
Fue su día de graduación y con 18 años, en vez de ir a la fiesta de despedida, fue al hospital con su diploma, un traje y una cajita roja, con algo especial adentro, un ramo de rosas rojas como le gustaba a su amado y su diploma, el ingles le había rogado que se lo mostrara.
Arthur no sabía que sucedía, sus padres y los de Alfred le habían ayudado en algo secreto supuestamente. Ese día le habían dado ropa elegante nueva, habían acomodado una mesa y comida caliente.
Le habían dicho que esperara y solo eso, su corazón nunca había latido tan rápido, sentía que algo importante sucedería esa noche…
La perfecta noche para confesarle a Alfred lo que sentía…
El menor recuerda a la perfección todos los gestos, frase por frase y miradas de su querido Arthur.
Y a media noche, el momento más mágico para ambos, la hora de la verdad…Llego con las campanadas a lo lejos del reloj del hospital.
"-Me recuerda a Inglaterra…Aun que solo estuve allí 5 años de mi vida, nunca lo olvidare…"
"-Arthur, prometo llevarte de nuevo a Inglaterra cuando mejores…"
"-Alfred, sabes que nada es seg…-No pudo terminar de hablar cuando el menor coloco una cajita roja, abriéndola con un anillo-…¿Qué es esto?..."
"-Arthur Kirkland, se que posiblemente no sientas…Lo que yo siento por ti, pero desde hace tiempo, desde el día en que nos conocimos para ser exactos, cambiaste mi mundo…¿Quieres casarte conmigo?..."
El silencio apareció y Alfred pensó que había metido la pata muy en el fondo, pero ya no podría echarse para atrás y cuando iba a guardar la caja al no recibir respuesta, escucho unos sollozos, descubriendo a su amado llorar con una sonrisa en los labios, tomando la cajita y colocándose el anillo de plata que había dentro, el cual tenía inscrito "Por siempre tuyo, mi ángel. Alfred". Ambos se miraron a los ojos y su primer beso fue en ese balcón a la luz de las estrellas y la luna.
En la ceremonia de la boda no fue así, la lluvia caía con fuerza y el menor tenia los nervios de punta, pensaba que la boda no se concretaría…
Había sido muy difícil conseguir a alguien que los casara y obviamente no sería legal hasta después de varios años, cuando la gente fuera más tolerable, pero tener a un padre allí, que los casase frente a su gente querida, era todo lo necesario.
Claro que con la lluvia, el americano pensó que se arruinaría todo…Cuando el padre llego y dijo que Arthur estaba listo.
Recordó que la lluvia era la favorita del cejón y sonrió, se sentiría en casa. Eso era lo importante, que él fuera feliz y si lo era, entonces Alfred F. Jones también lo era.
La boda se efectuó bajo la lluvia, con algunos amigos de Alfred y otros de Arthur.
Del lado de el menor estaban sus padres, su hermano Matthew que era el padrino, un lituano llamado Toris, amigo de la universidad, Gilbert y Ludwing, el mayor era adoptado, por eso no se parecían en nada, pero ambos se querían como tal; amigos de la infancia de Alfred.
Del lado de Arthur se encontraba sus padres también, sus 4 hermanos (el cual Alfred odiaba a todos por su poco interés a su hermano menor estando enfermo), Elizaveta, una enfermera y mejor amiga del ingles, la madrina, un frances llamado Francis con el cual tenía una enemistad y amistad a la vez, y un japonés llamado Kiku, que grababa la boda y sonreia, había superado el cáncer que le habían detectado a los 12 y allí estaba, sano y apoyando a su amigo para que no se rindiera.
Fue un precioso momento para ellos dos, ese día, bajo la lluvia y con todos allí, mirando esa unión tan fuerte de amor.
Pero hay que recordar que en esta historia no hay un final feliz de amor.
Alfred nunca olvidara ese día, con 24 años, terminando la carrera de medicina con doctorado, uno de los mejores alumnos de la historia de la medicina…
Pero ese día, algo raro sentía el chico…
Y presintió que tenía razón, cuando el director apareció en la puerta de la clase de biología en medio de un examen, el ya había terminado y se pudo retirar sin preocupaciones…
Su hermano lo esperaba en el auto junto la madre de Arthur…Ella estaba llorando…
Esos fueron los pasos más largos de su vida…Y mientras continuaba…
Su corazón caía al abismo…
"-Alfred…Arthur falleció…-Dijo su hermano mientras le entregaba una carta"...
Y su mundo perfecto, cayo a sus pies.
27 de Junio…Diez años de la muerte de Arthur desde ese día.
Había adoptado a una niña…Su amado siempre había querido una niña a la cual llamar Alice…
Era igualita a él en casi todos los aspectos y cuando cumplió los 12 años, le conto su historia a su hija…
"-…Quiero conocer el hospital donde papá Arthur falleció, papí hero Alfred-Le había dicho la pequeña después de contarle su historia"
Por eso estaba en ese lugar, habían hecho una transferencia a Alfred y decidió llevar a su hija al hospital donde trabajaban…
Hospital "Cruz Roja", Piso 5.
Sabía de memoria como subir…
En ascensor: Doblar a la derecha, recto hasta la sala de la quimioterapia para niños, a la izquierda después.
En escaleras: Doblar a la izquierda, pasar recto hasta llegar a la sala de maternidad y después doblar a la derecha.
Habitación 562, una de las más grandes habitaciones de todo el hospital…
Y un tanto especial.
Allí se encontraban objetos como un piano, una televisión con DVD, un reproductor de música con un estante al lado de libros y algunas películas, casi todas musicales, de fantasía, y una que otra infantil, con un balcón donde se podía observar el jardín y las luces brillantes de la ciudad en las noches.
No era una habitación como las demás.
En aquel cuarto alguna vez se encontró su ángel, su vida y esperanza, su primer y único amor, su esposo y el que le dio el mejor sueño del mundo.
Ser un héroe.
Unos días después, su hija había desaparecido como de costumbre mientras él trabajaba, así que con el tiempo libre que le quedaba, fue a buscarle…
Su sorpresa fue verle entrar a esa habitación, así que le siguió.
Y por alguna razón, se imagino a Alice como el mismo…Y el niño a Arthur…
Ojos verdes y cabello castaño dorado, se le oyó un perfecto acento ingles.
Su corazón se encogió con tal escena y lo único que pudo hacer fue sonreír, sabría lo que ocurriría en un futuro cercano…
En la noche, salió un momento al patio de su casa y se sentó en el pasto verde. Miro al cielo y dejo que sus lágrimas cayeran por su rostro mientras susurraba Arthur…
Fue cuando sintió como una mano tomaba la de él, giro la cabeza, y allí estaba él…Sonriéndole con dulzura, con unas alas en su espalda, como el día en que le vio por primera vez.
Y lloro, porque en su funeral no había llorado, y en los demás años tampoco había dejado escapar una lagrima. Lloro en las piernas de Arthur, mientras el acariciaba su cabello…Pudo oir la voz de su amado, cantarle su canción…
Como me apena el verte llorar
Toma mi mano, siéntela
Yo te protejo de cualquier cosa
No llores mas, aquí estoy
Frágil te vez dulce sensual
Quiero abrazarte, te protegeré
Esta fusión es irrompible
No llores mas, aquí estoy
En mi corazón tu vivirás
Desde hoy será y para siempre amor
En mi corazón, no importa que dirán
Dentro de mí estarás siempre...
No pueden entender nuestro sentir
Ni confiaran en nuestro proceder
Sé que hay diferencias más por dentro
Somos iguales tu y yo
En mi corazón tu vivirás
Desde hoy será y para siempre amor
No escuches ya más que pueden saber
"Que pueden saber"
Si nos queremos mañana y hoy
Entenderán, lo sé...
tal vez el destino te hará pensar
Mas la soledad tendrás que aguantar
Entenderán lo sé...
Lo haremos muy juntos pues…
En mi corazón créeme que tu vivirás
Estarás dentro de mí
Hoy y por siempre amor
Tú en mi corazón
Si en mi corazón
No importa qué dirán, no sufras más
Dentro de mí estarás
Estarás siempre
Siempre…
Aquí siempre
Para ti estaré siempre
Siempre y por siempre
Solo mira a tu lado
Solo mira a tu lado
Solo mira a tu lado…
Yo estaré siempre
Alfred despertó, en su cama, bien acobijado…
No recordaba nada del día anterior, hasta que vio en su mano izquierda el anillo de plata…
El pensó que lo había perdido el día de la muerte de Arthur, así que se quito el anillo para verificar que era de el…
Si lo era…
"Siempre te amare y estaré a tu lado. Arthur"
Sonrió como hace mucho tiempo no hacia…
Con verdadera felicidad y amor…
Algún día volveremos a encontrarnos…Arthur.
Fin~ Espero les haya gustado o sacado alguna lagrima.
Gracias por todo tu apoyo y paciencia Remula~
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