Disclaimer: nada del potterverso me pertenece
Este fic participa en el reto "Olores de Amortentia" del foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black".
1
Herbología
—Perfecto, Helena, un buen trabajo. Sin duda. Veamos cómo le va a usted, Barón.
Helga Hufflepuff caminaba entre las mesas, comprobando las pociones de Amortentia que sus alumnos de sexto estaban realizando. Aunque para ella su mundo era la Herbología, desde que Salazar abandonó la escuela, no tenían profesor de Pociones. Y Helga era la única que había aprendido bien de Salazar, todo lo contrario que Godric, que prefería la Transfiguración, los duelos y la Defensa Contra las Artes Oscuras, y Rowena, que abogaba por los Encantamientos, la Astronomía y la Historia de la Magia.
Así pues, allí estaba ella, enseñando un arte de la que todavía se consideraba inexperta.
—Bien alumnos, el momento ha llegado. Si habéis realizado bien vuestras pociones de Amortentia, percibiréis cada uno tres aromas. Así pues, aspirad y decidme qué oléis.
Todos los alumnos aspiraron los efluvios de las pociones.
—Yo huelo rosas —dijo una chica.
—Pues yo huelo a limón —alcanzó a decir un chico.
—Y yo a tarta de calabaza.
Helga sonrió. Las pociones habían salido bien después de todo. Una alumna levantó la mano.
—¿Sí, querida?
—Profesora Hufflepuff, ¿qué huele usted?
Helga la miró un momento. Entonces se acercó a una poción y aspiró.
—Primeramente... percibo el aroma a abono, a plantas, a invernadero... Percibo el olor de la Herbología.
Caminaba por aquella pequeña explanada. A un lado estaba el castillo, en construcción. Al otro, las montañas. Sacó entonces su varita y empezó a agitarla de manera armoniosa. Como consecuencia, la tierra comenzó a moverse, formando espacios rectangulares. De la nada surgieron barras metálicas y cristales que se fueron uniendo, formando lo que un día serían Invernaderos. Poco a poco surgieron las plantas, aunque no eran ni de lejos lo que serían en el futuro. Tras eso, en el ambiente comenzó a formarse un olor característico. El olor del abono que estaba utilizando para plantar las mandrágoras, el olor de las plantas que ya allí había, el olor de la humedad formada dentro del Invernadero donde estaba trabajando. Era todo eso.
—¿Helga?
—Salazar. Pasa, por favor.
—¿Desde cuándo está todo esto aquí?
—Desde ahora mismo. Una de las asignaturas que impartiremos será Herbología. Y no se puede enseñar Herbología sin las herramientas adecuadas.
—Reconozco que cada día me sorprendes más, Helga —confesó Salazar Slytherin.
Helga sonrió y miró a su compañero. Sentía que todo aquello estaba funcionando, que estaban construyendo algo, sentando las bases de un futuro. Y en ese momento, todo aquello tenía un aire a plantas, a abono y a humedad. En definitiva, a Herbología.
