No debería estar haciendo esto. Pero no me pude resistir y empecé una nueva historia. Va a ser bastante cortita pero espero que a mínimo una persona le guste está demasiado loca idea que me surgió desde la primera vez que vi este anime hace muchísimo tiempo.
Capítulo 1: Regreso a clases
El despertador suena, más bien grita porque me está rompiendo los tímpanos. Así que estiro mi mano y lo apago sin abrir los ojos, estoy a punto de sucumbir en el mundo de la niebla y los sueños cuando lo recuerdo… ¡Hoy regreso a clases!
Me paro de la cama de un salto y empiezo a buscar por el piso de mi cuarto como desesperada, en algún lado lo he tenido que dejar, esta… esta… ¡ahí! Mi enorme listón rojo, no voy a ningún lado sin el y obviamente no llegare mi primer día en la secundaria con el pelo suelto.
Después de cepillarme meticulosamente mi larga cabellera (me llega a medio muslo) me pongo una falda corta de mezclilla, una playera blanca con mangas en dos tipos de rosa y un corazoncito amarillo, unos tenis rosa y calcetines blanco. Me miro al espejo y lo sé, soy hermosa. Tengo la piel en un tono claro pero no pálido, el pelo naranja y los ojos rosas ¡si rosas! Igual que los de mi madre. Al final me roció con un poco de perfume y voy a buscar lo realmente importante bajo mi cama.
Abro la caja con cuidado para encontrarla llena de envoltorios de dulces. Mi primer intención es gritarle a Kuriko pero entonces recuerdo todas las veces que tome solo uno. Por suerte mis comics de Johnny Cosmo y Galacticman siguen ahí, así que los meto a mi mochila y corro abajo para sacar dulces antes que mi chismosa hermana lo haga.
Llego a la cocina en silencio, no hay moros en la costa, me acerco a la alacena, estoy por abrirla y…
-¡Mamá, Momoko quiere asaltar la cocina!- el grito de mi hermana hace que me aleje de la alacena y mis preciados dulces.
-Momoko ¿Qué te he dicho de agarrar comida sin permiso?- me regaña mi mamá mientras entra a la cocina, tiene el pelo corto del mismo color que el mío y usa un suéter rosa.
-Que no está bien.- contesto sintiéndome como una niña chiquita- ¿Puedo agarrar unos pocos dulces para llevarlos a la escuela?- pregunto esperanzada.
-No, dijiste lo mismo la semana pasada y vaciaste la alacena.- responde haciendo que el mundo se caiga a mis pies.
-¿Y qué planeas que coma?- le pregunto.
-Plátanos y naranjas.- contesta dándome uno de cada fruta para que los meta en mi mochila.
-Mamá no soy un chango.- contesto mientras una gotita se desliza por mi frente.
-No es comida de chango, es comida saludable.- dice mi mamá mientras se voltea para preparar el desayune que mínimamente consiste en hot-cackes con mermelada.
Mi hermana ríe con ganas mientras yo guardo la saludable comida de chango en mi mochila. La desgraciada por suerte no es tan bonita como yo, tiene el pelo castaño claro y los ojos de un vulgar color miel y aunque comparte casi los mismos rasgos que yo en ella se ven horribles.
-Tú también llevaras eso Kuriko, ni creas que no he notado que te robas la comida.- dice mi mamá y ahora es mi turno de reír.
Después de un ajetreado desayuno donde estuve dos beses apunto de manchar mi playera por culpa de la peste que dice ser mi hermana me voy a lavar los dientes y estoy lista para ir a deslumbrar en la escuela.
-¡Mamá ya me voy!- grito en la puerta.
-¿Traes todo Momoko?- pregunto mi mamá desde la cocina a lo que yo respondo con un "Si"- ¿Y los libros?
Y entonces recuerdo que lo único que está guardado son mis comics y el intento de almuerzo así que tengo que regresar.
A pesar de todos los contratiempos ya estoy en la calle, a tiempo e igual de hermosa que siempre. Este es mi año. A partir de hoy seré la niña más bonita de toda la secundaria y los chicos aran fila para salir conmigo, así que podré elegir al que quiera. Yo continúo caminando muy feliz hasta que una mano se posó en mi hombro.
-Disculpa.- dice la rubia que me toco- Pero tenía que decirte ¡Amo tu falda!
Yo la recorro con la mirada. Trae zapatos negros, calcetas blancas, falda azul a cuadros, blusa blanca y corbata azul. También tiene unos hermosos ojos azules y el pelo sujeto en dos coletas.
-¡Y yo amo como combinas la ropa!- exclamo siendo 100% honesta- Tenemos que salir de compras alguna vez.
-¡Si!- responde ella igual de emocionada mientras ambas flotamos- Me llamo Miyako.
-Y yo Momoko.- nos presentamos emocionadas.
Empezamos a caminar juntas mientras le cuento como planeo que sea la secundaria y ella escucha muy atentamente hasta que un sonido nos distrae.
-¡Muévanse niñas tontas!- grita un niño en bicicleta mientras pasa entre nosotras haciendo que Miyako se estrelle contra una barda de madera y yo caiga hacia un charco de lodo que se formó al lado de la banqueta.
Veo como mi vida pasa frente a mis ojos y como esta acabara. Llegare a la escuela, en mi primer día de clases, toda sucia. La gente se burlara de mí y seré llamada "La mancha de lodo" por el resto de mi vida.
Y entonces, cuando mi pelo apenas está rozando el suelo un par de fuertes brazos me sostienen y oigo una patineta estrellarse en el suelo uno metros enfrente.
¡Aquí está el primer capítulo de esta historia! La primera en este foro. Sé que está un poquito corto pero el chiste era dejarlos con la intriga. ¿Cuántos capítulos les gustaría que fueran? Yo estaba pensando entre cuatro y ocho. Así que ustedes eligen. Espero con ansias muchos reviews.
Los quiere: yo.
