Disclaimer: Saint Seiya pertenece a Masami Kurumada. Los elementos de The Lost Canvas pertenecen a Shiori Teshirogi. Spin off basado en el universo de Misao, así que no se sorprendan si ven a varios de sus personajes o se hace referencias a algunas situaciones ocurridas en sus fics.

Capítulo 1: El retorno de los caídos.

(A 5 kilómetros al sur del Rio Chaopraya, Tailandia... Ubicación desconocida... El mismo y exacto día del tratado de no agresión entre los Dioses Olímpicos.)

Un hombre de entre 16 y 17 años, cabello naranja y ojos cafés hace aparición en el lugar. Al parecer, es el primero en llegar. Saca su celular para ver la hora. Son las 11:45. Había llegado 15 minutos antes de lo que había acordado. Camina un poco en dirección a una montaña cercana. Al llegar al pie de dicha montaña, aparece frente a lo que parece un cementerio. Frente a él, hay alrededor de 30 lapidas rusticas. Cada una de estas tiene un nombre. Aquel joven mira melancólico aquellas lapidas. Después de todo, esos nombres eran de chicos de su edad con los que había compartido en su niñez.

A los pocos minutos se le suman tres más de complexión similar. Uno de ellos tiene cabello azabache y ojos ambarinos. El segundo es rubio de ojos azules mientras el tercero es de cabello negro y ojos azules. Los cuatro se quedan viendo por varios segundos antes de sonreírse entre ellos.

-Muchachos... Cuanto tiempo.

-Masaki, hermano... Te has mantenido bien.

-Tú también te has logrado mantener Claudio. - dijo el pelinaranja - No es de sorprender que te hayas mantenido en pie hasta hoy.

-Me gustaría decir lo mismo de mis hermanos y lo sabes.

-Todos estamos de acuerdo con eso - intervino el rubio. - Por cierto, parece que eres como siempre, el primero en llegar.

Minutos después, llegan seis sujetos más. Dos de estos, cargan entre ambos lo que parece ser una bolsa de plástico. No había que ser muy listos para saber que era su contenido.

-Albania... Hace un año y algo... El maldito de Jabu le ganó la partida.

Dos de los recién llegados tomaron palas cercanas y empezaron a cavar una fosa. Al cabo de una hora colocaron el cuerpo en dicha fosa y procedieron a enterrarlo. Un tercer chico aparece con una roca la cual destrozó y convirtió en una lápida, para finalmente colocarla en la cabecera de aquella fosa. En la misma, con un cincel y martillo, talló un nombre. Claramente se podía leer el nombre de aquel difunto. 'Kojiro' rezaba aquel pedazo de piedra. Una vez terminado el ritual de entierro, los diez muchachos rezan una oración en memoria de aquel chico. Una vez terminado, se alejan de aquel cementerio hasta llegar a la entrada a una caverna cercana al lugar.

-Con el ya son 30 que no pudieron lograrlo. - Se lamenta Masaki.

-Los diez bastardos que si lo lograron están con la maldita allá en su santuario. - comentó el rubio.

-Otros dos más ya están muertos. - habló el de cabellera oscura. - Uno de ellos tuvo que sacrificarse para poder detener una amenaza de poder apocalíptico, y el otro falló miserablemente al tratar de acabar por su cuenta con la maldita. - recordó Claudio.

-Mel... Si, recuerdo a ese chico... - Comentó Masaki. - A pesar de su posición, ese chico sí que sabía lo que es el honor.

-Aunque de momento, lo importante es saber qué pasó con los otros 48 chicos de los cuales aún no hay noticias de ellos.

Todos los chicos se pusieron serios.

-Bien... Esto es lo que haremos. - finalmente habló Masaki. Bruce, Paul, ustedes volverán al Santuario. Ustedes dos como guerreros reconocidos, pueden moverse libremente por ahí. Además, debido a la rectitud de sus maestros, dudo muchísimo que sospechen de ustedes. Además, han logrado mantener una pantalla de soldados ejemplares. Yo y el resto de los muchachos seguiremos buscando rastro del resto de nosotros, si es que aún hay otros con vida. Si vamos a atacar, lo haremos en grupo. Ir en este momento tal cual como estamos ya es suicidio. Una vez que estemos todos, entrenaremos entre nosotros mismos para saber cuáles son nuestras falencias, y dependiendo de los datos que ustedes dos nos traigan... -refiriéndose a Bruce y Paul - ...saber cómo defendernos de la ofensiva que nos vayan a poner encima la orden de la maldita.

-Siendo ese el caso... En un año más nos reuniremos nuevamente en este lugar. Hasta entonces, debemos guardar las apariencias.

Una vez concluida aquella conversación, todos ellos hacen abandono del lugar, yendo cada quien por su cuenta.

(Seis meses después... Santuario de Athena)

Shion y Saori estaban estresados. Hace no más de medio año, Saori Kido -A.K.A.: Athena- tuvo una audiencia bastante estresante con todas las deidades del Olimpo. No pocos Dioses reclamaban su cabeza debido a los 'crímenes' que cometía contra sus pares, aunque logró defenderse bastante bien de las acusaciones. Después de días de dimes y diretes.

Zeus, harto de las estupideces de hermanos, hijos y otras, decidió poner un alto. Tras llamar a Hefestos y a Hermes, les hizo firmar a todos un tratado en el que ninguno de los demás Dioses atentaría nuevamente ante los dominios de sus pares, so pena de ir a hacerle compañía a Cronos y al resto de los titanes al Tártaro.

El tratado también decía que los Dioses que se hayan visto involucrados en los incidente contra Athena (Poseidón, Hades, y Artemisa principalmente) podrán recuperar a sus guerreros caídos en batalla, más no a los soldados rasos y similares. También decía -por petición de Poseidón, por increíble que parezca- que cada uno de los chicos resucitados podría elegir si seguir sirviendo o no al Dios que presumía proteger. Después de todo, no todos ellos estaban al tanto de los sucesos. Finalmente, (y todos ellos estuvieron de acuerdo con este punto) Ares, terminó recibiendo su justo castigo, después de todo, él fue el artífice de todo lo ocurrido tanto en el Santuario como en Atlantis (Lo que ocurrió en el Inframundo es caso aparte) y por decisión de Dionisias, Deméter y Hefestos, serán Apolo y Hermes quienes se asegurarían de que el Dios de la guerra cumpla con su condena.

Después de que eso ocurriese, Saori volvió a la tierra y al llegar la noche, Hades hizo lo suyo trayendo a todos los Saints (Oro, Plata y Bronce) que cayeron durante la rebelión de Saga. A la semana después, Apolo tuvo que cumplir con su parte, y restauró las memorias de todos los de Bronce, quienes no dudaron en volver al Santuario, y encontrarse con la sorpresa. En un gesto de buena fe, Hades también le envió a su antiguo Patriarca para que le ayudase con la reorganización del lugar. Fue cosa de un mes toda esa labor y reorganización del lugar. Todos los habitantes del lugar, y sin excepción alguna ayudaron en la reconstrucción. Incluso, en los casos de Shura y Aldebaran, sus aprendices, ahora Saints de Bronce decidieron ayudar con la reconstrucción del lugar, aunque de cierta manera, trataban de evitar el mayor tiempo posible tanto a la Diosa como a los 10 de bronce.

Una vez terminado el proceso de reconstrucción del lugar, empezó la reconstrucción interna (Administración y esas cosas.)

Dohko, por su parte, pidió permiso para volver a China, ya que estaba preocupado por Sunrei, cosa que Athena y Shion accedieron. Al poco tiempo, y por orden de Athena, todos los Saints de todos los rangos también tendrían un permiso de descanso para que puedan salir del Santuario y dirigirse hacia donde ellos estimen pertinente.

Pues hoy, le toca el turno a...

(Templo Principal)

Milo de Escorpión se dio el tiempo necesario para prepararse en entrar al templo principal. Pues era primera vez que lo llamaban solo a él desde que lo revivieron. Aun no tenía claro para qué lo llamaban, pero al menos él ya tenía en claro lo que iba a pedirle a las autoridades.

Tras ingresar y hacer el saludo que indica el protocolo. Luego, y tras largo rato de conversaciones, finalmente llegaron al momento que Milo esperaba.

-Por cierto, princesa... Hay una petición que quería hacerle.

-Y eso sería...? - dijo Shion, algo impaciente por lo que le fuesen a pedir.

-Mi familia me acaba de llamar por teléfono. Necesitan que mañana me aparezca por allá. Según mi madre, creo que tienen un anuncio muy importante que hacerme. Honestamente eso me preocupa.

Shion y Saori se quedan viendo un buen rato. La noche anterior, las estrellas habían anunciado que algo iba a pasar, e incluso Apolo le había comentado que tuviese cuidado, ya que uno de sus Dorados iba a provocar todo un desastre entre sus pares por al menos un año. Aun así, dudaban mucho que un Dorado les hiciera pasar un mal rato.

Si supieran...

-En vista de que has estado tranquilo desde la resurrección, y en consideración que aún se te deben días de descanso desde antes de la Guerra Santa, hemos accedido concederte ese favor. Es más, tienes lo que te queda de semana para quedarte por allá si así lo deseas.

-Muchas gracias por su comprensión, princesa.

Después de ello, Milo dice un par de palabras más y abandona el lugar. Shion y Athena quedan solos en el lugar.

-Crees que lo de Apolo y lo de las estrellas tenga algo que ver con esto?

-Espero estar equivocado, pero si llega a ser realidad, dudo que sea tan grave.

Ambos suspiraron. Estaba más que claro que no sabían que hacer.

-Bueno. Que nos queda por hacer, Shion?

Entonces, una voz proveniente de ningún lugar, pero a la vez, desde el mismísimo salón, resuena.

-Para empezar, que tal atender a la siguiente visita?

Shion y Saori se quedan viendo en todas direcciones. Entonces fijan su mirada en uno de los pilares del lugar. La sombra que proyecta ese pilar debido a las antorchas dentro es absurdamente más grande que las demás. De esta, aparece una mujer de cabello castaño rojizo, vistiendo una sapuris que si bien, se asimila bastante a la armadura de Sagitario, claramente hace notar que sus diseños son algo demoniacos.

Shion la reconoció de inmediato, y retrocedió un par de pasos. Saori hizo lo mismo.

-Cómo es posible... Deberías estar muerta! - ladró Shion, muy acomplejado por el momento.

-Lo dices porque mi cuerpo fue reducido a nada hace 2 siglos debido a una Exclamación de Athena? - le respondió ella, bastante tranquila mientras recordaba cómo fue que la derrotaron en ese momento. -Hades tuvo bastantes problemas en recuperar mi alma y hacerme reencarnar.

-Que es lo que deseas, Valerie de Belial? - finalmente Shion recobró la compostura. - No es normal que Hades envié espectros fuera del inframundo en solitario.

-Tienes razón. Queen y Lune están en la entrada esperándome. Yo solo vine a entregarle un mensaje a tu Diosa de parte del Dios Apolo.

-Un mensaje de Apolo?

(Flashback... Hace 2 semanas... Delfos)

El oráculo de Delfos... Lugar creado en honor al Dios Apolo, debido a sus dones proféticos. El lugar se encuentra ubicado en lo alto de una montaña, donde a su vez, hay una ciudadela que a pesar de lucir abandonada, luce tan reluciente como en sus mejores tiempos.

La altura en la que se encuentra y lo difícil de escalar aquella montaña de poco le importaron a aquella mujer. Tras varias horas, finalmente logra llegar hasta la cima.

De haber sido posible, hubiese usado las alas de su armadura, pero el cosmos del Dios protegía el lugar y solo se podía acceder a la antigua.

Ya en la cima, Valerie empieza a recorrer el lugar. Si bien el lugar en cierta forma la maravillaba, era consciente de la misión que se le había encomendado, y no tenía tiempo de hacer turismo en el lugar. Quince minutos más tarde, ya se encontraba en el templo en el centro de la ciudad.

-Entonces, este debe ser el famoso templo.

Entonces simplemente entró al lugar. Tras atravesar un largo pasillo, llega a la sala central. Allí, en la entrada, en cada extremo, hay dos estatuas. Ambas, de rodillas y con las manos en posición al frente, como si estuviesen entregando algún tipo de tributo. En el centro de la sala, una especie de vasija metálica de por lo menos dos o tres metros de diámetro. En esta, una llama azul ardía sin cesar. En los costados, puertas que llevaban a algún otro lugar. Finalmente, del otro lado, en un trono de Mármol pulido, se encontraba Apolo, apoyando su cabeza y parte de su peso en su brazo izquierdo, observando con una mirada aburrida en dirección a la espectro.

-Ya me preguntaba a qué hora pensabas llegar, Valerie de Belial.

Sin decir palabras, la mujer se sacó la mochila que venía cargando en su espalda, y de esta, saca algunas flores y otras cosas que coloca en ambas estatuas a modo de tributo. Apolo, entendiendo de qué trata todo esto, simplemente se levanta de su trono y se acerca a la vasija con el fuego azul. Ella también hace lo mismo por su cuenta.

-Sé muy bien cuál es el motivo de tu visita... Lo que no entiendo es el por qué. Lo haces porque Hades lo ha ordenado, o hay un motivo más personal?

-De hecho, tienes razón. Es uno bastante personal.

-Entonces... Exactamente... Que deseas saber?

(Fin Flashback)

Valerie se quedó meditando sus palabras. Finalmente miró a Saori.

-Dime una cosa, niña... Durante tu juventud, te hiciste de muchos enemigos?

-Como te atreves a hablarle así a...

Los reclamos de Shion no pudieron hacer mucho. La mujer extendió su sombra hasta dar con él, logrando inmovilizar sus movimientos.

-A callar abuelo. No estoy hablando ni contigo ni con tu Diosa. Necesito saber unas cosas de Saori Kido antes de darle la mala noticia.

-De... De mí? - preguntó Saori, bastante sorprendida.

-Así es. -volvió a afirmar ella. -Al parecer, lo que me dijo el Dios, de alguna manera te va a afectar negativamente, así que vuelvo a preguntarte... Hay gente que pueda hacerte daño y que conozcas desde joven?

Saori pareció meditarlo. Finalmente llegó a la conclusión que la espectro al parecer quería que llegara.

-De hecho, sí. Aunque más que enemigos míos, quizá solo busquen desquitarse conmigo solo porque mi abuelo ya está muerto.

-Imaginaba eso. - respondió la espectro.

Shion miró a ambas mujeres algo preocupados. Hay una amenaza a su Diosa la cual desconocía?

-Por qué no te dejas de rodeos y nos dices que ocurre realmente?

-Muy simple, carnero traicionero... Ocurre que el hombre que tuvo por abuelo tu diosa, trató de lo peor a sus cien hijos, sometiéndolos a entrenamientos antes de deshacerse de ellos y enviarlos a postular a diversas armaduras. De esos cien, solo diez de ellos regresaron, y con el tiempo accedieron a proteger a la Diosa. Cinco de ellos ya tienen el rango de legendarios si no me equivoco.

Shion se sorprendió con esa noticia. Si bien, sabia de los orígenes de Seiya y compañía, Saori Kido no había mencionado esa parte... Más importante. Si solo habían diez de ellos activos en el Santuario...

-Qué hay de los otros noventa tipos de tu historia? - preguntó Shion, bastante curioso.

-Se sabe que dos de ellos ya están muertos, y uno de ellos lo sabía todo. Entre esos ochenta y ocho restantes, dos de ellos son espectros que tú y yo conocemos muy bien. Del resto, lo único que puedo decir es que si bien algunos ya están muertos y enterrados, otros de ellos ya son poseedores de armaduras tanto de bronce como de Plata. Adivina que piensan hacer una vez que estén todos reunidos.

-No sé por qué, pero no te creo.

-Por mí, cree lo que quieras, abuelo. Solo cumplo con avisar. Ahora, si me disculpan, tengo una investigación con la cual debo seguir.

Terminado ese discurso, la espectro de Belial abre de par en par las puertas y llegando a la salida del templo abre las alas de su armadura para descender volando.

Dentro, Saori luce bastante preocupada. Después de todo, ella fue gran culpable de lo que aquellos huérfanos tuvieron que pasar. Solo que no esperaba que muchos de ellos siguieran vivos, ni mucho menos que se estuviesen preparando para dar un golpe de estado.

-Dile a Saga que lo necesito acá, y que quiero un registro de todos aquellos que haya logrado convertirse en Saints en los últimos cinco años... Quienes son, y de donde provienen. Si lo que me dijo es verdad, entonces el golpe que van a dar va a ser desde adentro.

(Fin capitulo uno.)

Biografías de personaje

Valerie

Edad: En esta era, 18 años

Signo: Cáncer

Ojos: Azules

Cabello: Castaño rojizo.

Parientes conocidos: Walter (Hermano, desaparecido), Andrew (Amigo cercano, desaparecido.)

Armadura: Belial

Técnicas: Shadow Sewing, Brutal Real, Darkness Rising, Armagedon

Espectro al servicio de Hades. En la guerra de 1743 se le asigna el honor de haber asesinado a un poco más de un tercio de la orden de Athena, entre los que se cuentan cuatro dorados, quince plateados y diecisiete bronceados. Shion, Dohko e Idril se vieron obligados a usar la Exclamación de Athena para poder derrotarla. Actualmente Hades le ha asignado la misión de encontrar a los espectros de Bennu y Mefistofeles, debido a que estos aun no despiertan.

Notas:

1.- Los dos chicos a los que se refiere Claudio son Mel de Corona Berenice, santo de plata entrenado por Deathmask, el cual apareció en la novela de la Gigantomaquia, o la saga de los Gigantes, y el otro es un chico de nombre Toki, aparecido en Sainta Sho, quien se vendió a Eris con el único fin de tener una oportunidad de venganza contra Saori Kido y todo lo que tuviese que ver con la fundación Graude. Lamentablemente para este, Jabu de Unicornio fue su oponente.

2.- Este fic nació de base a otro ya existente y con una trama similar. Es probable que se encuentren con varias cosas similares, pero me sirvieron para darle el empujón inicial. El fic en cuestión se llama 'Los Caballeros olvidados' y fue escrito por Espíritu-Cecil hace ya varios años. Una pena que nunca lo haya terminado, ya que lucía interesante.