Hermoso Amanecer

Prólogo

Mi nombre es Yami y tengo 17 años. Mi familia murió hace 8 años en un trágico accidente, dejándome completamente solo. No tengo amigos ni parientes que se preocupen por mí; pero no importa, yo no dependo de nadie.

Recuerdo que al morir mi familia me llevaron a un orfanato. Al principio no parecía tan malo, pero no pude permanecer encerrado y escapé un año después. Fue muy difícil mi vida desde entonces. No tenía adonde ir y no podía conseguir un trabajo, después de todo solo tenía 10 años. Así que me dediqué a lo único que pude encontrar… la prostitución; la salida fácil. He vendido mi cuerpo desde hace 7 años. Aun recuerdo mi primera vez; fue con un hombre de unos 40 años. Recuerdo que lloré esa noche como nunca lo había hecho en toda mi vida. Me sentía sucio. Abrí la ducha y entré en ella, aun con la ropa puesta, pero ni aun con el agua se fue la sensación de suciedad. Le había dado mi virginidad a un hombre que ni siquiera conocía.

Poco a poco fui acostumbrándome. Ahora, simplemente no le doy importancia. En realidad ya nada me importa. Quisiera dejar de luchar; y lo haría, pero le prometí a mamá que terminaría mis estudios y pienso hacerlo. Recuerdo que mi hermanito siempre quiso que me convirtiera en un músico famoso. Siempre me pedía que le tocara una canción en el piano. Lástima que no pueda cumplir su deseo. Y papá… recuerdo que siempre me apoyaba en todo. Me pregunto que pensarán de mí ahora… deben de estar decepcionados, tal vez hasta les de asco… como todos lo demás…

-Fuiste una estupenda marioneta- Alcé mi vista al escuchar esto. Ahora lo recuerdo… de nuevo estoy trabajando, si es que se le puede llamar así. Creo que me perdí en mis pensamientos. -Aquí está tu paga- me dijo el hombre mientras me entregaba el dinero. Por lo menos con esto ya no tendré que trabajar por algunos días. -Ahora sal de aquí… si mi esposa me encuentra tú serás el que estará en problemas- No respondí, solo hice lo que él dijo.

Ya fuera del lugar me sentí mejor. Aunque aun tengo que deshacerme del dolor entre mis piernas. No lo entiendo, después de tantos años aun sigue doliéndome… aunque en verdad eso es lo que menos importa ahora.

Odio mi vida… me odio a mí mismo. Siento repulsión al mirarme en un espejo, y aunque intente ignorarlo no puedo hacerlo. Quisiera que alguien se acercara a mí y estuviera siempre a mi lado. Aunque, de qué serviría? Cuando sepan lo que soy les daré asco y se alejarán. Estoy condenado a estar solo… a vivir en la soledad.

Alzo mi vista al llegar a un lugar muy familiar… el parque. Recuerdo que siempre venía con mi familia aquí… pero eso fue hace mucho tiempo. Es mejor que ya deje de recordar el pasado, aunque sea difícil.

Después de caminar un poco, veo a una pareja… al parecer son novios. Están abrazados, en silencio. Supongo que las palabras sobran. Me pregunto como se sentirá. Debe ser hermoso amar a alguien y saber que ese alguien también te ama. Sentir el apoyo de la otra persona en todo momento. Saber que no importa lo que pase, esa persona te seguirá amando igual o más que antes. Pero, quien soy yo para saber lo que es el amor? Nunca lo he sentido y dudo que alguien lo sienta por mí.

Mejor dejo los pensamientos a un lado. Tengo que descansar, después de todo tengo que ir a clases mañana. Solo espero que nadie me moleste como siempre lo hacen… bueno, por lo menos nadie sabe sobre mi trabajo… no que yo sepa.

Si hubiera sido por mí ya habría dejado la escuela desde hace años, pero hice una promesa y tengo que cumplirla, aunque no quiera.

No sé, tal vez algún día las cosas cambien… puede ser, cierto? O tal vez solo sean falsas esperanzas. Lo único que quiero es tener un amigo, así no me sentiré tan solo. Pero quien querría ser amigo de alguien como yo? Es mejor que deje de crear sueños vanos que no me llevarán a ninguna parte. Tengo que afrontar la realidad tal como es.

Y esta realidad me dice que estaré solo… siempre.