Discalimer: Kagerou Project no me pertenece ni ninguno de sus personajes sino a Shizen no Teki-P
Este fic participa en el mini-reto: "Un recuerdo lejano"del foro "Bienvenidos al interior del vientre de Kuroha".
Título: Una buena existencia
Numero de palabras: 600
Mi existencia nunca había tenido sentido.
Cuando era un niño yo no tenía amigos. Siempre estaba solo y mi madre no solía dejarme salir a jugar, solía decir que mi cuerpo era demasiado débil y que podría herirme y lastimarme gravemente.
Pero yo sabía que ella mentía.
A decir verdad, no es como si me importara mucho tampoco. Siempre sonreía y reía fingiendo que era feliz con solo observar al resto de los niños a través de la ventana jugando y riendo.
A pesar de que mi madre solía decirme que aunque no pudiera salir y divertirme con los otros niños, yo era igual a ellas.
Una completa mentira.
Mi cabello blanco y mis ojos azules no solían ayudarme en nada.
De las pocas veces que alguna vez salí a la calle pude escuchar cómo la gente murmuraba a mis espaldas.
«Monstruo»
«Demonio»
«Bestia»
Simples palabras que no deberían de afectarme en ese entonces, pero lo hacían. Era un niño al fin y al cabo, y aunque fingiera que n los escuchaba, que no me dolía, aunque tuviera una sonrisa en mi rostro para aparentar que todo estaba bien…
Me sentía como un monstruo solitario.
Con el pasar de los años, y cuando al fin tenia catorce, supe por fin porque era considerado un monstruo por la aldea.
Se supone que en este pueblo, hace muchos años vivieron dos chicos de cabello blanco como la nieve y ojos azules intenso como los míos. Ellos eran considerados los elegidos por el demonio de la montaña y un día se vengaron del pueblo matándolos a todos.
He de suponer que por eso es que me trataban con recelo.
Incluso ella, mi madre.
Pero mientras creía y llegue a los dieciséis, una gran guerra se acerba entre mi pueblo y los pueblos vecinos. A pesar de que desde siempre he tenido un cuerpo algo débil, a pesar de las palabras que los demás pueblerinos me dedicaban a mis espaldas, a pesar de todo ello quería ayudar a proteger este pueblo. Quise enlistarme en la guerra, pero ellos me rechazaron.
La verdad es que incluso yo, a pesar de mis sonrisas fingidas y mi aparente tranquilidad, eso me había hecho enojar. Sólo un poco.
Entonces hui a la montaña, quería acampar por un tiempo y alejarme de ese pueblo que se sumergiría en la inminente guerra que se acercaba más y más.
Fue entonces que la conocí a ella.
Hace mucho tiempo me contaron que en ese sitio habitaba un monstruo.
Pero yo solo me encontré con una solitaria chica.
Creo que esto es lo que se llama amor a primera vista, ¿verdad?
El tiempo paso muy lentamente mientras estuve con ella. Sinceramente creo que la amaba más de lo que había amado a alguien alguna vez. Quise estar junto a ella toda la vida mientras tomaba su mano y le hacía sentir calidez.
No importaba cuanto tiempo parara junto a ella, no me importo el tiempo que me costó terminar aquella casa que ella me pidió construir como prueba de que quería estar con ella.
Con ella a mi lado, incluso deseaba el comienzo de cada día.
Y cuando los años siguieron pasando, cuanto más tiempo estuvimos juntos. Un día llego mi segundo más grande amor.
Mi pequeña y amada hija, Shion.
Pero incluso yo me di cuenta de que mientras el tiempo pasaba, ella nunca envejecía.
Y sin embargo yo moría cada vez más.
No importaba si contara las nubes que el cielo albergara.
Sabía que cuando yo muriera ella se sentiría sola.
En alguna parte dentro de mi ser, sabía que no podría estar con ella más tiempo aunque quisiera.
Y aun así, aunque estaba siendo torturado y golpeado por los habitantes del pueblo, no podía dejar de pensar en la vida que pase junto a ella y nuestra pequeña familia.
En verdad te amo, Azami.
