La calidez de tus manos
El hombre más fuerte del mundo se encontraba preocupado viendo a su esposa. Ésta amaneció quejándose de dolores abdominales según él había entendido, exigiendo calor en dicha zona y en los pies para de alguna manera aliviar el dolor. Gokú, sin embargo no comprendía como eso podría llegar a ayudarle. Su primera intención era buscar las dichosas semillas del hermitaño pero ella había negado alegando que su malestar era natural.
— Milk — su voz detonaba la preocupación genuina de un esposo por su mujer — déjame ir por ellas
— no servirá de nada Gokú — sonrió ó por lo menos esa fue la intención — mi dolor es natural, ya pasará. No te preocupes
— ningún dolor puede ser natural
— soy mujer, y cada cierto tiempo mi cuerpo deshecha los nutrientes que no se han utilizado causandome un poco de dolor al hacerlo — explicó siendo lo más clara posible.
— ¿siempre te pasa eso? — cuestionó sorprendido .
— cada mes, de tres a cinco días
— ¿de tres a...? Espera, ahora que recuerdo cada mes, en unos días puedo sentir como tu aroma se vuelve mas fuerte. ¿tiene algo que ver?
Milk se sonrojó pues alrededor de esos días él se volvía más agresivo en la intimidad , le gustaba y mucho pero no sabía que él fuera capaz de percibir sus cambios.
— en realidad si, es cuando viene Andrés
— ya veo... ¡hey! ¡¿quién demonios es Andrés?! ¡¿y cuando viene que no me doy cuenta?! ¿entra por la cocina o por la ventana?
— ¡no! ¿Como crees eso? — reprimiendo una carcajada la morena intentó calmar a su esposo — solo es un decir Gokú
— humm...
No aguantando más dejo escapar la risa, contagiando a su vez al saiyan. Gokú reía al verla reir, algo que le brindaba calidez en su pecho pues sentía que eso recompensaba todas aquellas angustias que sufría por su culpa.
— sólo necesito descansar un poco
— ¿segura de que estarás bien?
Pequeñas lágrimas quedaron al contorno de sus ojos causado por las risas, Gokú las limpió con suavidad, mirándola con ternura.
— si. Solo quiero descanzar y estar envuelta en las sábanas
Se acomodó haciéndose ovillo, Gokú sin pensarlo dos veces se pocisionó a su espalda pasando sus brazos en su cintura.
— aquí quiero tu mano — susurró poniéndola en su vientre — con tu calor me sentiré mejor
Él concentró un poco su ki en la palma de su mano dándole calor.
—¿así? — susurró.
— así
Sonrió ella.
— ... Encerio Milk, ¿por donde entra Andrés, por la ventana o por la cocina?
— olvídalo...
— sólo te digo una cosa: si vuelve, lo retaré a una batalla.
— como tu digas Gokú, como tu digas.
Sólo puedo decir que serán momentos medio dulces entre esta besha pareja. Espero les guste.
