"07 de mayo del 2016"
Hoy, como cada año, en esta misma fecha, amanecí bastante melancólico, por más que pasa el tiempo, siempre me entristezco pensando en que es el día de su cumpleaños y que no seré yo el primero en felicitarla, en abrazarla, en besarla. Han pasado diez años desde la última vez que la vi, durante los cuales, realmente he intentado olvidarla, obviamente sin éxito.
Ella fue mi primer amor, mi único gran amor, creo que por más que me esfuerce, nunca podré borrar de mi memoria todos los momentos que pasamos juntos, todas nuestras aventuras, nuestras pláticas, esas noches mirando las estrellas en su tejado. Algunas veces me imagino lo maravilloso que sería poder regresar el tiempo y revivir nuestra historia una vez más, pero sé que eso es totalmente imposible.
Después de su despedida, que me destrozó el alma, decidí nunca más regresar a aquel lugar donde fui inmensamente feliz. Sé que mi decisión fue muy radical, pero el simple hecho de imaginar que podría volver a toparme con ella, hacía que se me detuviera el corazón. De no ser por qué mi abuela murió el día de ayer y que toda la familia tiene que estar presente en su entierro, jamás habría vuelto a poner un pie en Chicago, ni en Illinois, ni en Estados Unidos, ni en todo el continente Americano.
Mientras guardo mi ropa en la maleta, no puedo evitar preguntarme qué será de ella, ¿Se habrá casado con él? ¿Tendrán hijos? ¿Será feliz? Yo no puedo quejarme, tengo la vida que cualquier hombre, a sus 28 años, podría desear, pero a veces, en mis noches de soledad, no puedo evitar añorarla. Y es que después de separarnos, mi corazón se cerró por completo al amor y nunca me permití involucrar mis sentimientos de la manera en que lo hice con ella.
- Apúrate Albert, si te tardas más, vamos a perder el vuelo - Me grita Rosemary, mi hermana mayor, haciéndome volver a la realidad.
- Ya voy…
Termino de meter el resto de mi ropa y salgo a encontrarme con ella, quien ya me está esperando en la entrada principal – No entiendo por qué empacas tanto, si solo vamos a estar un par de días – Me reclama.
- No me gusta viajar con lo mínimo, tengo que ir preparado por si surge algún imprevisto… - Miento, si me tardé no fue porque estuviera guardando mi ropa, sino porque como siempre, me quedé pensando en ella.
- Por Dios, ¿qué improvisto puede surgir? Sólo vamos a sepultar a la abuela…
- Ya tranquilízate, aún estamos a tiempo.
- George nos está esperando en el auto desde hace veinte minutos – Me grita molesta.
George es, en teoría, el administrador de mi padre, pero realmente sus funciones van más allá de ese título, en los años que lleva trabajando con nosotros, él ha tenido que hacer de niñero, chofer, jardinero, guarura, fontanero y sobre todo, de amigo. George tiene 40 años y prácticamente es parte de la familia, sé que desde hace mucho tiempo él ha estado enamorado de mi hermana, pero últimamente he comenzado a sospechar que mi hermana también está enamorada de él, aunque se niegue a aceptarlo.
- Si sigues peleando, nos va a esperar otros veinte minutos – Le contesto, haciendo que se enfurezca más.
Después de poner los ojos en blanco, ella sale de la casa y yo la sigo. Los dos nos subimos al auto y permanecemos en silencio por algunos minutos.
- ¿Crees que Candy vaya al entierro? – Me pregunta Rose, y yo siento como si una daga se enterrara en mi pecho de solo imaginarlo.
- Yo que sé - Le respondo de manera tajante, esperando que al ver mi actitud, ella deje de cuestionarme.
- La abuela la adoraba… Y tú también. Nunca me contaste qué fue lo que pasó entre ustedes… ¿Por qué se separaron? - Si la intención de mi hermana era vengarse de mí por hacerla enojar, lo ha conseguido.
- No quiero hablar de eso en este momento.
- Nunca quieres hablar de eso. La abuela me contó que ella…
- Por favor Rosemary, sabes que no me gusta hablar de Candy.
- Está bien, no te enfades, pero es probable que ella esté ahí.
- Lo sé…
Es curioso, cuando recién me mudé a Chicago, la abuela no podía ver a Candy ni en pintura, solía decirme que ella era una mala influencia para mí y que terminaría por meterme en muchos problemas. La verdad es que ella no estaba tan equivocada, sí que me metí en muchos problemas por culpa de esa rubia rebelde, pero nunca me arrepentí de nada de lo que hice por ella.
Con el paso del tiempo, Candy logró ganarse su afecto, tal y como lo hacía con toda la gente que estaba a su alrededor, al final, la abuela terminó por quererla como si fuera una más de sus nietas. Sé que Candy siguió visitándola después de que yo regresé a Escocia, supongo que ella se sentía mal por la forma en que terminó conmigo, y cuidar de mi abuela fue la mejor manera de redimir su culpa. La abuela intentó hablarme de Candy en muchas ocasiones, pero nunca se lo permití, para mi ese era un capítulo cerrado en mi vida y no pensaba volver a abrirlo nunca más.
Al subir al avión, me recuesto en mi asiento y cierro los ojos, no tengo la intención de dormir, pero sé que si Rosemary me ve despierto, tarde o temprano me va a volver a bombardear con sus preguntas. Por un momento imagino el rostro de Candy, sus ojos grandes y expresivos, su nariz pequeña, sus labios rojos, sus mil y un pecas.
Hace trece años, yo me encontraba en una situación similar, mi abuela había tenido una embolia, y mi padre, preocupado por su salud, había decidido que nos mudaríamos a Chicago por una larga temporada, en lo que la salud de la abuela se reestablecía. Sobra decir que yo estaba furioso con esa decisión, ya que como siempre, ni siquiera me habían preguntado mi opinión al respecto.
- ¿Qué voy a hacer en Chicago? – Me pregunté, si todo lo que yo quería se encontraba en Escocia.
De haber sabido que ese viaje me cambiaría la vida, no hubiera opuesto tanta resistencia, y es que gracias a la decisión de mi padre de mudarnos, fue que pude conocerla, y yo nunca podré arrepentirme de haberla conocido.
Muchas memorias comienzan a llegar a mi mente, y yo no puedo evitar sonreír al recordar la primera vez que la vi. Creo que hoy puedo darme permiso de soñar una vez más con ella, de recordar una vez más nuestra historia; después de todo, hoy es su cumpleaños y a mí me restan 9 horas de viaje...
HOLA, ESTE ES EL PRIMER FIC QUE ESCRIBO SOBRE ALBERT Y CANDY, ES ALGO QUE HABÍA QUERIDO HACER DESDE HACE TIEMPO, PERO NO ME HABÍA DECIDIDO A HACERLO. NO PRETENDO QUE SEA UNA HISTORIA LARGA, NI TAMPOCO DRAMÁTICA. ESPERO QUE LES GUSTE. SALUDOS!
