Resident Evil: Bitácora de un S.T.A.R.S

Capítulo 0 (ósea prologo): La Amenaza Invisible

Día 1: De tarde
Estado: Extremadamente aburrido
Ubicación: Sala Principal de la Comisaria
Circunstancias: Nada interesante por aquí

John Stevens, unidad S.T.A.R.S

El sol caía, se lo podía ver por la ventana mientras que por alguna razón se respiraba un aire de intranquilidad en la comisaria. Aunque tan solo era una sensación no se podía describir con palabras. Todo el personal activo estaba reunido en el salón principal del edificio, a excepción de unos pocos pero en fin. La sala de la comisaria, tenía un escritorio bastante grande con varias cosas encima y a uno de los lados una pequeña oficina donde se encontraban algunos policías más, los que conversaban sobre algo que no se podía entender desde afuera.

Sentado en su silla, con una taza de café en la mano derecha y los pies cruzados sobre el escritorio, se encontraba John Stevens, un nuevo miembro de las fuerzas especiales, S.T.A.R.S., que se tomaba un descanso de todo el papeleo que tuvo que hacer para ser parte del equipo especial. En cuanto a su aspecto físico, era de estatura media, cabello negro y ligeramente largo hacia atrás, ojos café y estaba vestido con el uniforme de la policía de racoom city, en su cinturón se encontraba la funda de una pistola, mas no el arma.

De pronto, el teniente al mando entra por la puerta de la parte trasera, era un hombre de piel oscura, muy corpulento, sin cabello y gafas para sol, se dirige hacia John entre la multitud que se encontraba en la habitación, y parándose en frente de él firmemente

-Hola John, no creas que por tu nuevo cargo puedes hacer lo que quieras, así que siéntate decentemente

-De acuerdo… Jeff, pero no estás aquí solo por eso verdad? Que tienes para mí?

-No es solo para ti, Atención todos! (dijo con voz muy alta, que hizo voltear a todos lo que encontraba en las sala) , tenemos una emergencia aquí, acabo de recibir una llamada del equipo de patrulla y nos dice que necesitan todos los refuerzos posibles, sobre un grupo muy grande de personas que está atacando a todo el que ve a su alrededor a base de mordidas.

-He Jeff, eso me suena como una película de terror, algo así como zombies (mientras se sonreía)

En ese momento todos los policías que escucharon el anuncio comenzaron a conversar sobre el asunto y se formo un pequeño alboroto en la sala cuando de pronto todos los teléfonos que estaba sobre el gran escritorio comenzaron a sonar, y se quedaron todos en silencio sin contestar para no confirmar lo que el teniente había dicho.

Después de 1 minuto de sonar los teléfonos todos estos dejaron de sonar sin razón. De pronto se abre la puerta de la sala y entra el capitán William Carter y detrás de este el cabo Grace Lorens. El capitán era un sujeto de piel muy clara, un poco más alto que John, ojos negros y vacios, cabello negro, largo como hasta los hombros, y el cabo era una chica algo baja, con cabellera castaña y corta como hasta unos 5 cm de sus oídos, de compostura delgada y ojos azules, ella tenía una pinzas en las manos y un trozo de cable de teléfono entre sus delicados dedos. William Carter tenía una expresión en el rostro que no parecía inducir ninguna emoción y la joven cabo un rostro de susto y timidez.

El capitán era un miembro muy respetado por todos en la comisaria, tanto que en la sala no se escucho ni una sola palabra en el tiempo que este caminaba hasta el centro de la sala, mientras que la pequeña muchacha se perdió entre la multitud de la habitación.

Se paro tranquilamente en el centro de la sala, con las manos en ambos bolsillos, y hablo hacia todos…

-Tenemos un asunto muy serio a nuestro cargo, así que todos vallan por su armas, no hablo de 9mm o pistolas calibre 45., traigan las automáticas con por lo menos un par de recargas para cada uno. Preguntas? (dijo todo esto con una voz tan tranquila y relajada que parecería que no sucediese nada)

-Solo una (dijo John, mientras se levantaba y se acercaba al capitán), es cierto, es decir lo de…

-Si

Todos los presentes en la sala pusieron cara de sorpresa y terror mientras se quedaban en silencio, petrificados por el susto…

-Muévanse (dijo, William)

En ese momento todos los oficiales fueron hacia la sala de armas, saliendo de allí con dirección al gran salón antes del portón que daba hacia afuera. En la sala solo se quedaron John, William y Jeff. El último miro fijamente a William y salió en dirección a sala de armas.

-Así que tu eres John, el nuevo y recién ascendido a las fuerzas especiales, no? (dijo esto mientras entraba en la pequeña oficina del lado de la sala, y abría un armario)

-mmm… Si soy yo

-Bueno tengo algo para ti (mientras sacaba un rifle sniper del armario)

-Wow

-Ni siquiera lo mires que este es mío, pero tengo esto para ti (sacando un estuche negro del mismo armario) es algo que te resultara muy útil

-Veamos que tienes ahí

William dejo el estuche negro sobre un escritorio que se encontraba en la misma oficina, John se aproximo hacia este, mientras William tomaba su rifle y algunas cargas del mismo. John coloco sus manos sobre el estuche y así se quedo un par de segundos

-Qué esperas? Ábrelo

-De acuerdo

John abrió los seguro y al levantar la tapa lentamente se pudo ver un rifle M4A1, una de las armas más respetadas en un campo de batalla y usada usualmente como arma de asalto por los miembros del equipo S.T.A.R.S.

-En serio crees que sea esto necesario? (dijo sorprendido)

-De hecho no creo que sea suficiente…

John no pudo evitar poner en su rostro un gesto de preocupación, mientras se echaba el arma al hombro y las cargas en los bolsillos

-Por cierto, las fundas de pistola no son un adorno al cinturón… (Mientras la señalaba en la cintura de John)

-Mmmmm… cierto…

John salió de la oficina para dirigirse a su escritorio y sacar de un cajón un arma 9mm.

William camino a su propio ritmo (es decir muy lento y como si nada sucediese) con dirección al salón, al cerrarse la puerta detrás de él, John se apuro a seguirlo porque no quedaba ya nadie más en la parte interior de la comisaria, pasando por la misma puerta para ver que todo el personal estaba listo y bastante alterado mientras charlaban.

Ya afuera todos en el gran salón con una estatua de una mujer al centro y unos cuantos peldaños antes del gran portón, ve a William que se encontraba al centro de la habitación, justo en frente de la estatua, mientras John aun se preguntaba como llego ahí ya que no había pasado mucho tiempo entre la salida de cada uno de ellos del cuarto contiguo. En ese momento William comenzó a hablar dejando a la multitud en silencio

-La situación esta así, irán a sus patrullas en equipos de 5 autos y 3 cabezas por cada uno, se guiaran por los gritos y una vez localizado el objetivo deben armar una barricada con las patrullas para luego con un megáfono deben informar a los civiles que por su seguridad se pongan de nuestro lado de la barricada y por cierto, dispárenle a todo ser viviente que no luzca ni se mueva como tal. No quiero preguntas ni objeciones, ahora muévanse…

Todos los policías comenzaron a salir de la comisaria por el gran portón con dirección al estacionamiento

-Ustedes vienen conmigo… (Se dirigía a Jeff y John)

-Que hay de aquella chica, el cabo Lorens? No venía con usted?

-Sabe cuidarse sola, apresúrense al estacionamiento…

-Y que hay de usted?

-Dije corre…, tengo algo que hacer antes...

John y Jeff se apresuraron hacia el estacionamiento ya que William tenía una presencia imponente y aunque su tono de voz o su rostro no tenía ni una pisca de emoción, eso los inquietaba aun mas.

Estaba corriendo en dirección a la patrulla de William, la que lucía como las demás pero tenía ambas luces azules (modificación a su pedido).Todos se habían marchado ya y mientras se acercaban a la patrulla, por tan solo un momento parpadeo y…

-Tú conduces… (Dijo William, que estaba parado detrás del auto, mientras le arrojaba las llaves a John)

Las llaves cayeron al suelo, ya que John no pudo atraparlas por la sorpresa.

Mientras las recogía, William subía al asiento del copiloto del auto.

-Apresúrense, tenemos prisa…

Jeff subió al asiento de atrás y John subió apresurado al asiento del conductor

-Vámonos…

Continuara…