Sé que debería subir "Cómo hacer el peor fic Angst que pueda existir", pero tenía esta idea que no me podía sacar. También es multicapítulos, y será paralela al recién nombrado. Espero terminarla y no perder el hilo.

Aw. Azúcar. RenHoro, HoroRen. Ermh. AU. Aw. Ehrm. Absurdo, en cierta medida. Algo de Supernatural. En fin. Aquí les va. Espero que les guste. Esto es meramente explicativo. Será una historia rápida y fácil, éste es el capítulo más narrativo. Shaman King no es mío.

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Revivir

Prólogo

De ahora en adelante, lo juro, me cargan los románticos; especialmente con eso de que la muerte es la única vía de escape a la realidad atroz en que se sienten atrapados. No lo niego, yo pensaba bastante parecido. Pero hoy todo cambió. Cambió cuando giré la cabeza ante los gritos de otras personas, y el tiempo se detuvo. Dejé de creerlo en el momento que vi ese auto sin control a menos de un metro mío.

Sé que la muerte no es el escape desde que chocó contra mi cuerpo, y sentí la vida irse gota a gota, con el sufrimiento macabro de no poder moverse y continuar con vida. Y ahora, que vuelvo a abrir los ojos después de que todo se fue a negro, me doy cuenta que todo es una burda ironía de la cual no sabía nada.

La cabeza me da vueltas, y aunque ya abrí los ojos hace bastante, todo está negro como la boca del lobo. ¿Habré muerto y esto es lo que hay luego de ella, o será que estoy vivo y me quedé ciego? Da igual. Me siento, dando un suspiro.

El cuerpo no me duele para nada. Frunzo el ceño. Eso quiere decir que estoy muerto. Pero, por otro lado, he suspirado. Osea estoy vivo. ¿Será que he quedado en el punto intermedio?

-No, Ren, estás muerto. Esto es la muerte.

Una voz resuena lejana. Entonces, prenden una luz. Y no, no es como uno pensara: La luz no aparece de la nada, sino que una mano de carne y hueso presiona un interruptor que la luz ha revelado al lado de una puerta de cholguán. Y en la puerta, hay un hombre desconocido, sonriendo tranquilamente, con un plato de sopa entre los dedos.

-¿Dios? - Pregunto, dudoso, sintiéndome diminuto.

Él ríe quedamente, mientras niega con al cabeza. Entonces veo cabellos entrecanos y grandes ojeras entre su piel morena. Se nota que es aún joven, solo que las condiciones no le han favorecido, envejeciéndole prematuramente. Estoy confundido. A la luz, me doy cuenta que estoy en una cama sucia, en medio de un cuartito pequeñísimo y desastrado. Hay una ventana con las cortinas echadas.

El hombre me pasa el plato de sopa, y tras su amable sonrisa, veo la tristeza.

-Dios? De dónde sacaste esa idea? Gracias por el cumplido, pero creo que no acertaste.

-Quién eres, entonces? Dónde estoy?

-Te sorprenderás con la respuesta, Ren...

Con movimientos quedos, se desliza hasta la ventana, y descorre las cortinas. Me cuesta ver fuera con la oscuridad, pero pronto me acostumbro.

-¡Pero si estamos en el centro de la ciudad!

-Exacto, Ren. Bienvenido a la muerte.

Esto es absurdo. No entiendo absolutamente nada.

-Te atropelló ese auto. Moriste.

-Entonces¿Qué hago aquí?

-Haces lo mismo que todos los que mueren: Esperas.

-¿A qué?

-Vamos por tiempo, Ren. Déjame explicarte como corresponde. No me preguntes cómo, porque a mí me pasó lo mismo que a ti; pero luego de morir, la gente se reparte entre ciertos departamentos de su ciudad. Tu cuerpo, en teoría, está enterrado en este momento, sin embargo, de alguna forma, se transporta a este lugar sin daño alguno, y con necesidades biológicas iguales a un ser humano.

-Es decir... ¿Estoy vivo?

-Claro. Solo que no puedes salir de aquí.

-¿Qué?

-Eso. Yo llevo cuarenta años esperando.

-Espera... Si tú no eres Dios¿Cómo sabes mi nombre?

El hombre vuelve a reír, divertido por mi pregunta. Se acerca y me desordena el cabello. Estoy tan cansado, que no hago nada por evitarlo.

-Será mejor que comas.

-Respóndeme.

El hombre se arregla el turbante que llevaba sobre la cabeza. No lo había notado. Tal parece, que era musulmán antes de morir. Pobre, menuda decepción debió llevarse al "morir". Por eso debe estar tan triste.

-Hay una pantalla¿vale? Nos informa el nombre del próximo que llegará, de las noticias,y de quién saldrá.

-¿Salir? Pero...

-Sí, sé que te dije que no se puede. No se puede hasta que apareces en la pantalla. Entonces, es que ha llegado el momento en que puedas volver a salir y vivir, o eso creo. La verdad, nunca he salido como para saber qué ocurre.

Me gruñe el estómago. Recién entonces me doy cuenta de el hambre que tenía. Me duele mucho la cabeza, pero no hay rastros del dolor por los magullones que debería tener. Y mientras como, el moro habla con calma al lado mío, explicándome acerca del tipo silencioso que trae los alimentos una vez por semana, y dándome consejos sobre cómo tratar a los otros habitantes del lugar.

Oigo unas risas lejanas. El hombre enciende un cigarrillo y abre la ventana con calma. Me comenta que ya ha intentado tirarse, pero que nunca alcanza a llegar al suelo. Que, aunque no lo quiera, en algún momento pestañea, y entonces, al volver a abrir los ojos, se encuentra nuevamente en el cuarto.

Si esto es toda la muerte, me pregunto con qué estupidez me encontraré al salir de este departamento.

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Mención honrosa a: Gantz, serie que, si bien he visto poco, en cierta manera, al terminar, me di cuenta que me había servido en cierta forma para la trama. Para el romance, esperen un poco. Creo que aparecerá Horo desde el otro capítulo, así que no se lo pierdan.

Esta historia depende exclusivamente de los

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Así que ya saben, si no quieren que se les aparezca el cuco, déjenlos. A todos nos encantan, así que pónganse en mi lugar. Espero todo tipo de opiniones.

Saludos,

Vickyng.