Crepusculo no me pertenece, ni los personajes. Solo me pertenece la historia
CAPITULO 1: LA FIESTA DE FIN DE CURSO
— Abigail ¿Quieres que te alcance al hogar? — me pregunto Enrique
— No señor directo. El hogar esta cerca además me gusta caminar— conteste sonriendo
— Como quieras, recuerda mañana a primera hora te necesito aquí, tienes que ayudarme a preparar todas las cosas para la entrega de boletines del mediodía— dijo Enrique
— Descuide director que aquí estaré a las 9 en punto. Buenas noches señor director— dije
— Buenas noches Abigail— contesto Enrique y se fue en el auto rumbo a su casa.
Yo sonreí, con cuidado cerré el portón del liceo y me guarde la llave dentro de mi mochila.
Era tarde en la noche, según mi reloj las 2 de la madrugada, y recién acabábamos de terminar con el director de firmar los boletines que al día siguiente se les entregarían a los alumnos. Con cuidado caminé por la calle iluminada hasta llegar a la carretera.
— ¿Voy por la carretera y llegó dentro de media hora al hogar o corto camino por el bosque y llego dentro de 15 minutos?— me pregunte
Ya era tarde e iba a estar castigada por la hora así que más me valía tomar el camino del bosque. El camino era empinado así que me ajuste las correas de la mochila y comencé a caminar entre los arboles de tantísimos años.
— ¿Sabes qué hora es?— pregunto la directora cuando me vio entrar
— Si señora directora, sé qué hora es. Lamento haber tardado tanto pero no pude evitarlo, me atrase en el liceo preparando la fiesta de fines de curso que se realizara mañana. Le juro que será la última vez que llegare tarde— dije apenada
— Si, será la última vez porque mañana cumples la mayoría de edad. Hoy vino el abogado de tus padres para hablar contigo, le dije que ibas a tardar y me pidió que te dijera que mañana por la tarde va a venir a hablar contigo sobre el futuro. – dijo la directora
— ¿Mi futuro?— pregunte desconcertada
— Sí, tu futuro. Sabes mejor que nadie que cuando cumples 18 te tienes que ir del establecimiento— dijo la directora
— Si lo sé pero hasta ahora no había pensado en eso. Muy bien, mañana hablare con el abogado a ver qué será de mí. Buenas noches, señora directora— dije
— Buenas noches, Abigail. Que descanses— dijo la directora
Yo asentí y me retire a mi habitación en el más absoluto silencio
Claro que sabía que al día siguiente sería mi cumpleaños pero jamás me había puesto a pensar en eso, había estado tan preocupada preparando cada detalle para que la fiesta de fines de curso estuviera a la altura del liceo que había olvidado por completo que el día de mañana tendría que saber a dónde me iba a ir. Solo esperaba que al abogado se le ocurriera que iba a ser de mi futuro.
Pensando en ese tema caí en un sueño profundo:
Una mujer de tez pálida, pelo negro y ojos dorados, sus rasgos eran rectos, perfectos y simétricos, la misma de todas mis pesadillas, se acerco a la cama donde había un hombre descansando.
El hombre de cabello castaño dorado y algo corpulento, como siempre en mis sueños, estaba recostado en la cama con varios cables en sus brazos que terminaban en un maquina, pero cuando ella se acercó a la cama abrió los ojos.
— Buenas noches, cariño. ¿Cómo estás?— se acercó ella a él y le acaricio la mejilla con ternura
— Estoy bien. ¿Y tú?— le preguntó él y levanto la mano para acariciarle la mejilla
— No hagas esfuerzos, eso te quita fuerzas. Por favor cuídate. Ahora cálmate que ya estoy aquí. – dijo ella y le beso la mano con cuidado de no tocar ningún cable.
— Aun no me has dicho como estas— observó él y sonrió
— Mejor, no te preocupes que estoy bien. ¿Está todo bien aquí? ¿Los aparatos están bien? ¿Tienes sed? ¿Necesitas algo?— le preguntó ella mirando la maquina y luego a él
— Tranquila, todo está bien. Y si, los aparatos funcionan bien, no tengo sed y no necesitó nada más que tú seas feliz. ¿Algún plan para mañana?— preguntó él
— Me alegra de que todo esté bien ¿pero a que te refieres con plan?— preguntó ella desconcertada
— Mañana la peque cumple su mayoría de edad ¿sabes si tienen algún plan?— preguntó él
— No tengo noticias, lo cual es bueno. Por lo menos sé que nadie sabe nada— dijo ella sonriendo
— Eso es bueno, es cierto. Pero dime ¿verdaderamente como estas?— le pregunto
— Ya te lo dije, estoy bien. Ahora dime ¿estás seguro de que estas bien? Tus ojos están algo oscuros. ¿Te has quedado sin reserva? Porque puedo salir ya mismo a cazar— dijo ella y le acomodo la almohada
— No te preocupes estoy bien. Sí, tengo los ojos más oscuros pero no es que me falte alimentación es que estoy preocupado por ti. Escuche los gritos hace rato, tus gritos. Por favor dime que paso— le rogo
— Nada, una tontería. Pasado tengo trabajo, así que los próximos días no voy a poder venir a verte. Igualmente antes de irme voy a ir a cazar para dejarte suficiente reserva para varios días. Te prometo que en cuanto pueda volveré— dijo la mujer e intento sonreír pero no lo logro
— Tranquila, amada mía, voy a estar bien. Además no necesito alimentarme todos los días, puedo pasar semanas sin alimentarme y nada me va a pasar— le contesto
— Lo sé, pero en tu estado es preferible que te alimentes todos los días. Tranquilo que estoy bien. Bueno, ahora descansa. Dentro de un rato volveré— le dijo y salió de la habitación
La mujer se dirigió sin miramientos hasta la habitación de enfrente, la suya, de donde saco varios recipientes de debajo de la cama, y después salió por la ventana, corrió sin parar a la velocidad del viento hasta una pradera donde cazo a varios animales y les sacaba la sangre con un tubo hasta llenar varios recipientes.
Luego volvió a la habitación donde su esposo dormía, coloco toda la sangre en la maquina quedando llena, le beso la frente a su esposo y luego salió de la habitación hasta la suya donde escondió debajo de su cama los recipientes.
Desorientada, eché un vistazo al reloj de la cómoda. Eran las cinco y media de la madrugada.
Gemí, me dejé caer de espaldas y rodé de frente. Volví a dar otra vuelta y me puse la almohada encima de los ojos. No sirvió de nada, por supuesto.
Me incorporé, la cabeza me dio vueltas durante un minuto mientras la circulación fluía hacia abajo. Lo primero era asomarme a la ventana pero por suerte aun no había amanecido. Tome mi neceser con alegría, me fui hasta el baño donde deje que el agua caliente de la ducha me relajó los músculos de la espalda y me calmara el pulso.
El olor de mi champú favorito me hizo sentirme la misma persona de la mañana anterior. Intenté no pensar en lo que iba a ocurrir ese día porque entonces tendría que empezar otra vez con todo el proceso de relajamiento. Al final, no pude dilatarlo más. Cerré el grifo del agua y me sequé con la toalla. Y pronto no tuve nada que hacer en el cuarto de baño, incluso a pesar de haberme tomado mi tiempo para secarme el pelo con el secador.
Luego de eso me coloque el uniforme del colegio y baje a desayunar.
— Buenos días, Abigail— me dijo una de las ayudantas de la directora
— Buenos días, Abril. ¿Qué haces despierta tan temprano?— le pregunte mientras me preparaba mi café con leche y mis tostadas con manteca.
— Nada, no logre dormirme después de las 5 así que baje a desayunar. ¿Y tú?— dijo Abril sonriendo
— Me desperté sobresaltada hace 10 minutos— dije y coloque las tostadas y el café sobre la mesa
— ¿Otra vez pesadillas?— me pregunto apenada Abril
— Si, otra vez pesadillas como siempre pero esta vez fueron mucho peores. Supongo que son los nervios por la fiesta de hoy y luego la charla con el abogado pero no se— dije y me senté a desayunar
— No deberías estar nerviosa, todo va a salir bien. Has revisado cada uno de los detalles de la fiesta cerca de un millón de veces y respecto de la cita con el abogado tal vez se deba a que te piensa contar sobre lo que paso con tus padres— me dijo Abril
— No sé, pero espero que lo haga. Después de todo tiene que explicar porque murieron mis padres, porque tengo esa maldita marca sobre el hombro derecho y más que nada deberá decirme que va a ser de mi vida. Mañana mismo me tengo que ir de aquí y no tengo ni idea a donde me iré— dije asustada
— Lo sé, sabes cuanto a la directora y a mí nos gustaría cambiar la situación pero no podemos— dijo Abril apenada
— Lo sé, se a la perfección que eso es así— dije y termine de desayunar en silencio.
Una vez acabado el desayuno, me lave los dientes y me dirigí tranquilamente por el borde de la carretera hasta el liceo mientras, a pesar de mis deseos, volvía a ver las pesadillas que había tenido toda la noche. Un dolor en la marca de mi hombro me hizo cerrar los ojos con dolor.
Cuando por fin llegue al liceo la casera ya había abierto el protón, así que me puse a colocar todos los globos en cada uno de los salones, la fachada y todo el patio.
Estaba terminando de colocar las sillas donde se iban a sentar los alumnos y sus familiares cuando el director llego al establecimiento.
—Buenos días, Abigail. ¿Pensé que te había dicho que nos íbamos a ver a las 9?— dijo el director
—Así fue, pero no tenía mucho que hacer en el hogar así que me vine directamente para aquí. Además me siento más productiva cuando hago algo y más que nunca necesito tener algo que ocupe mi mente para no pensar en ciertas cosas— dije sonriendo
—Comprendo, a veces uno tiene cosas en la mente que desearía no tener. Bueno ¿Qué queda para hacer?— pregunto el director
—Revisar que estén todos los boletines y creo que revisar que todo esté limpio, nada más— respondí sonriendo
—Dwyer ¿Quieres que te ayude o prefieres hacerlo tú misma?— me pregunto el director
—Prefiero hacerla por mí misma — contesté
—Muy bien, cuando termines todo avísame que así te llevo hasta el hogar a que te arregles— me dijo el director
—Como desees— conteste y me fui a revisar cada salón y pasillo
Cuando hube acabado de revisar todo y verificar cada boletín diez veces como mínimo el director me llevo hasta el hogar donde me arregle.
Una vez en el liceo de vuelta, me coloque la toga azul oscuro y espere el arribo de mis compañeros en mi asiento.
En cuanto entraron los alumnos se sentaron en las sillas que habían sido colocadas allí para dicho propósito. Mientras todos los alumnos hablaban con sus padres y sus amigos, yo miraba al frente en silencio esperando mi turno.
Luego de las usuales palabras del director, los profesores les dedicaron una canción a los alumnos de sexto para despedirlos, inmediatamente vino la entrega de los diplomas, también para los de sexto.
Después la entrega de los boletines a cada alumno, los cuales corrían a buscarlos escuchar sus nombres mientras sus padres y amigos aplaudían. Mi sexto era el ultimo del colegio y para variar era la última de la lista. Cuando el director pronuncio mi nombre, me paro y seriamente lo fui a recibir, el silencio que recorrió ese momento el liceo fue penetrante, todos me miraban pero nadie aplaudía, jamás nadie aplaudía.
En cuanto tuve mi boletín con las calificaciones me fui a sentar y luego lo abrí, las notas de siempre: 12.
Y luego de eso, la habitual la sorpresa de la fiesta, a la cual el director no me había dejado tener acceso:
Ahora no gustaría que pasara adelante la joven Abigail Dwyer, para recibir el premio por logros académicos.— dijo el director
Yo sonreí y lo fui a recoger. Con delicadeza lo aplaste contra mi pecho sonriente.
Luego de eso vinieron las despedidas y el deseo a todos de que tuvieran unas hermosas vacaciones.
—Bueno que inicien las vacaciones— dijo el director y todos se fueron yendo con sus familias
Yo me encargue de limpiar todo junto con el director y luego el director me llevó hasta el hogar.
—Abigaíl estas ida, ¿Qué ocurre?— me pregunto el director cuando estaciono frente al hogar
—Nada, estoy nerviosa por mi futuro. Solo eso— conteste
— ¿A qué universidad iras?— pregunto el director
—Ni idea, tras la muerte de mi padre el abogado pago toda mi educación pero hasta el día de hoy no voy a saber a qué universidad voy a asistir el año entrante. Pero espero enterarme pronto— dije y sonríe
—Bueno, cualquier cosa que necesites sabes dónde encontrarme— me dijo sonriendo
—Muchas gracias señor director— dije y entre al hogar apenada
N.E: aquí les dejo otra de mis historias, esta es más corta que la anterior pero igualmente es pero que les agrade. Dado que la semana entrante comienzo con los exámenes iré subiendo los capítulos cuando pueda.
Atentamente
E.W.
