Only us.


"I don´t need you to sell me on reasons to want you. I don´t need you to search for the proof that I should. You don´t have to convince me. You don´t have to be scared you´re not enough ´cause all we´ve got going is good…"*


Victor Nikiforov amaba el día de San Valentín.

Incluso cuando en Rusia no tenía a nadie para celebrarlo, siempre era de alguna forma divertido abrir los miles de regalos que sus fans alrededor del mundo le enviaban en cantidades industriales. En días como aquel, su solitario departamento que estaba ubicado en uno de los vecindarios más exclusivos de San Petersburgo, se convertía en la guarida de miles de flores de colores y perfumes diversos, chocolates, figuras de felpa y enormes réplicas de Maccachin.

Victor solía sonreír al ver todas aquellas cosas reunidas en un solo lugar, solía leer las cartas de amor apasionado que las chicas y chicos que lo admiraban habían escrito con verdadero fervor, con una taza de chocolate caliente en la mano y el cuerpo cálido y reconfortante de Maccachin al lado suyo. Aquel era un día feliz, o al menos tan feliz como un hombre como él, amado por todos pero sumido en una soledad quieta y fría como el hielo sobre el que se deslizaba todos los días, podía llegar a ser.

Y es que lo que él no sabía en aquellos días era que llegaría un día de San Valentín, muchos quizá, en el que no tendría que volver a estar solo…

Los labios del astro ruso del hielo se ensancharon en una sonrisa enorme al ver el último salto de la nueva rutina que su patinador, Yuri Katsuki, había preparado para el campeonato nacional de Japón de aquel año. Aquella era la primera competencia en la que los dos aparecían después del descanso invernal al que los dos se habían dedicado después de que Yuri ganara la plata en el Grand Prix Final. Una ovación recorrió a los espectadores cuando el joven japonés quien parecía dispuesto a demostrar una y mil veces que su brillante actuación en Barcelona no había sido solo una casualidad aterrizó de nuevo un perfecto cuádruple Flip justo al final de su rutina. Sí, Victor sabía que el salto que antes fuera su firma, ahora le pertenecía a Yuri como una marca personal.

La gente enloqueció al ver aquel despliegue de técnica y habilidad de Yuri y su entrenador no pudo evitar unirse al jaleo de la audiencia. Después de ver aquella actuación, Victor estaba seguro de que nadie podría alcanzar a Yuri, era simplemente imposible que alguien que no fuera él se quedara con el primer lugar en la competencia y los labios del ruso se curvaron en una sonrisa orgullosa y satisfecha porque sin duda alguna, aquella tarde él y Yuri estarían celebrando la primera medalla de oro de su historia como patinador y entrenador.

Victor se unió a la avalancha de aplausos que siguió al final de la canción que Yuri había presentado, se trataba de una melodía delicada en la que una vez más, el piano y el sonido suave de un violín y varios chelos acompañaban a Yuri en aquel nuevo año de competencias al lado de quien no solo era su entrenador y próximo rival sobre el hielo, sino quien era también el hombre al que amaba y el hombre que lo amaba a él como nadie más en el mundo, Yuri era su prometido…

Como ya era una costumbre entre los dos, Victor corrió a la entrada de la pista para recibir a un sonriente Yuri quien patinaba a él con aquella mirada asustada que aparecía en sus ojos después de terminar un programa perfecto. A veces Victor de verdad no podía creer que Yuri dudara de él mismo, que después de una rutina como la que había presentado en frente de todo el país en el que había nacido, Yuri todavía dudara de su encanto, de su técnica impecable y de aquellos saltos que eran capaces de robarle el aliento a cualquiera, especialmente a él.

-¿Lo hice genial, Victor?- dijo Yuri al llegar a sus brazos, su voz llena de ansiedad y esperanza a partes iguales.

Victor sonrió sintiéndose dichoso por aquella sonrisa que había en los labios de Yuri, esa sonrisa que intentaba parecer segura a pesar de que el hombre de los ojos azules sabía que seguramente el pelinegro estaba sintiendo ya aquel inevitable temor que todo patinador sentía en el momento previo al anuncio de su resultado.

Por toda respuesta a la pregunta de su amado, Victor pegó más al chico a su cuerpo y lo besó con suavidad en los labios haciendo que en un solo segundo todos los flashes de las cámaras de la arena se estrellaran sobre su piel y la piel de Yuri quien, aunque había besado y aquellos labios mil veces, aun encontraba difícil aceptar aquellas muestras de afecto público que a Victor parecían encantarle.

-Yuri, creo que alguien acaba de ganar el oro y además, si los jueces son justos contigo, estoy seguro de que has vuelto a romper el record que impusiste en el Grand Prix Final- dijo Victor y Yuri sonrió sintiendo que quizá, solo quizá su entrenador estaba en lo cierto.

Los dos sonrieron al mismo tiempo y Victor ayudó a su pupilo a colocarse los protectores para la navaja de sus patines y su chaqueta negra del uniforme del equipo nacional de patinaje japonés. Sin dejar de sonreír, los dos se sentaron en el kiss and cry mientras Victor pensaba en la manera perfecta de celebrar aquella medalla, el primer oro de los dos.

Quizá podría celebrar una fiesta especial de vuelta en Rusia, el día de San Valentín no estaba tan lejos y él estaba seguro de que podría lograr que Yakov le diera licencia al menos por un día para prepararlo todo. Sí, claro, tenía que empezar a prepararse para el Campeonato Europeo pero él sabía que unas cuantas horas fuera de la pista de hielo no importarían demasiado. Desde que Yuri había llegado a su vida, sus prioridades habían cambiado bastante. Ahora, lo más importante en su vida, su vida misma, estaba ahí al lado suyo, tratando de ver la puntuación que había obtenido.

Victor sonrió. Sí, sin duda alguna ya se le ocurriría algo para celebrar a Yuri, para celebrar la vida de Yuri, para vivir uno más de esos días de amor y dicha pura que aquel joven japonés había traído a su vida un año atrás.

Después de un rato, la voz del hombre que se encargaba de anunciar las puntuaciones de los patinadores dejó en evidencia que nadie estaba a la altura de aquel joven que parecía haber renacido de las cenizas para alzarse como el nuevo campeón nacional. El joven Katsuki no pudo evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas de dicha pura al ver confirmadas las palabras de Victor porque había ganado el oro y había establecido una vez más el record mundial en la puntuación del programa libre.

Victor volvió a abrazarlo y lo que pasó después sucedió de forma tan rápida que el joven apenas tuvo tiempo de escapar de la prensa quien luchaba por tener la primicia de su entrevista como medallista de oro mientras su entrenador lo guiaba a los vestidores del lugar para prepararlo para el pódium y Yuri se dio cuenta de que por primera vez en su carrera profesional vería a la concurrencia desde el lugar más alto de éste y no pudo evitar sentirse orgulloso y pleno.

Hacía apenas un mes había pensado en retirarse y alejarse de Victor para siempre sin imaginarse que llegaría un día como aquel, el día en el que su entrenador por fin besaría aquella medalla de oro que Yuri le había prometido ganar desde el inicio de su historia juntos.

Y mientras la ceremonia de premiación se llevaba a cabo, Victor observaba al hombre que amaba con la medalla dorada resplandeciendo sobre su pecho. El ruso no pudo evitar sentirse completamente emocionado porque nadie mejor que él podía llegar a entender todo lo que aquella medalla significaba para Yuri: aquel era el primer logro de una larga lista de triunfos que aguardaban al joven japonés, Victor estaba seguro de aquello y en aquel justo instante, el hombre de los ojos azules supo que de todos los oros que había ganado en su vida, el resplandor de los ojos marrones de Yuri al contemplar su primera presea dorada, era el más valioso de todos ellos.

El ruso sonrió cuando Yuri se acercó una vez más a él para poner la nueva medalla sobre sus manos con aquella timidez adorable que hacía que Victor quisiera regalarle al hombre frente a él todo el universo y sus alrededores.

-Esta vez es una medalla de oro- dijo Yuri con evidente felicidad- ¿Ahora sí querrás besarla?

-¿Puedo besar al medallista primero?- dijo el ruso atrayendo al chico hacia sus brazos- ¿Quién necesita besar una medalla cuando estás tú frente a mí?

-No pensabas lo mismo en la premiación del Grand Prix Final- dijo Yuri sonriendo de forma traviesa.

-Estaba castigándote por haberme hecho sufrir- dijo Victor con un puchero triste que hizo sonreír a Yuri-. Me hiciste llorar…

-Y todavía me arrepiento por ello- dijo Yuri con bastante seriedad, cosa que hizo que Victor se diera cuenta de que el joven Katsuki de verdad se sentía culpable por aquello todavía.

-Hey, estoy bromeando- dijo el ruso con calma-. Yuri, estaba tratando de aferrarme a ti y de no dejarte ir ¿Recuerdas? Sé que suelo decir muchas cosas estúpidas pero…

-Yo también he dicho cosas horribles, pero eso no importa ahora ¿o sí?- dijo Yuri poniendo la medalla sobre el pecho de su entrenador-. Y respondiendo a tu pregunta, no puedes besar al medallista todavía, sospecho que toda la prensa japonesa está detrás de nosotros ¿cierto?

Sí, aquello era cierto.

Después de las palabras de Yuri, una horda de camarógrafos y reporteros rodearon al nuevo campeón nacional y a su entrenador quien lucía su mejor sonrisa de figura pública mientras los periodistas lanzaban preguntas a diestra y siniestra: Señor Nikiforov ¿está preocupado por la amplia superioridad que Yuri Katsuki acaba de mostrar en casa, cree que podrá vencerlo cuando los dos lleguen a enfrentarse? Señor Katsuki ¿Cómo se siente al regresar a la cima del panorama nacional de este modo, estaba en sus planes superar a Minami Kenjirou, el medallista de plata por casi 50 puntos de diferencia? Señor Nikiforov, ¿Celebrarán el triunfo de una manera especial? ¿Se quedarán en Japón un tiempo o volverán a Rusia? Sin duda alguna los fans de Yuri Katsuki están tristes al saber que su ídolo entrena lejos de casa.

- Y finalmente- dijo una intrépida reportera con una sonrisa cómplice en los labios una vez que patinador y entrenador hubieron respondido la avalancha de preguntas previas-. Se rumoreaba que los dos se casarían tan pronto como el señor Katsuki ganara una medalla de oro así que ¿Este triunfo significa que pronto tendremos la fecha oficial para la boda más esperada en la historia del mundo del patinaje artístico?

Victor sonrió ante la pregunta al tiempo que Yuri miraba a la reportera con un gesto triste que no le gustó nada a Victor ¿Qué era lo que Yuri estaba pensando en aquel justo instante?

-Victor se refería a la medalla de oro del Grand Prix Final- dijo Yuri haciendo que la sonrisa en los labios de Victor y en los labios de los reporteros se borrara de pronto-. Me temo que tendremos que esperar aún para definir una fecha y además… dudo que pueda ganarle a Victor ahora que está de vuelta, ya saben, él es maravilloso y yo…

Las palabras de Yuri se clavaron en el pecho de Victor como un cuchillo afilado. Lo que su patinador estaba diciendo carecía de sentido. Él jamás había creído que Yuri se tomara en serio aquella condición idiota que había dicho por decir delante de los demás patinadores. Era como si Yuri todavía pensara que el amor que sentía por él era un amor condicionado, un amor que nacía de los logros del muchacho y no de su sola existencia como era en realidad. Victor no necesitaba ninguna razón para amar a Yuri, Victor no necesitaba ninguna prueba de que Yuri era bueno para él porque eso había estado decidido desde el primer momento en el que aquellos ojos marrones se habían posado sobre su piel, desde que aquel chico hermoso y completamente ebrio lo había retado a un duelo de baile para que Victor se convirtiera en su entrenador.

Porque un amor como el que Victor sentía no necesitaba una razón de ser, simplemente existía. No necesitaba motivos para amar a Yuri, la existencia de Yuri era el único motivo para el sentimiento cálido y enorme que se alojaba en su pecho al mirar al joven Katsuki.

-¿Algo que quiera decir al respecto, señor Nikiforov?- dijo la reportera intentando obtener su nota de los labios del ruso.

-Anunciaremos la fecha de la boda después del campeonato Europeo- dijo Victor haciendo que los ojos de Yuri se abrieran de par en par-. A mi Yuri le encanta bromear al respecto, pero definitivamente este es el oro que estábamos esperando, el primero de los muchos que Yuri ganará esta temporada. Les ruego que estén al pendiente del anuncio oficial que daremos los dos y ahora, si no les molesta, me gustaría celebrar esto con mi prometido como se debe. Mil gracias por su apoyo y no se atrevan a apartar sus ojos de Yuri Katsuki, hoy es el campeón nacional pero este solo es el inicio de una historia dorada para él…

El pelinegro sonrió sin saber qué más decir mientras los periodistas se alejaban de ellos con una sonrisa en los labios plenamente satisfechos con la respuesta obtenida de labios de Victor Nikiforov quien sabía que estaba a punto de enfrentarse al desconcierto de Yuri quien lo miraba en silencio ahora, preguntándose a qué se había debido aquella respuesta de su entrenador.

-Victor…- empezó Yuri, pero el ruso puso un dedo sobre los labios de su patinador quien se quedó perdido en aquella mirada azul llena de amor que estaba quieta sobre su piel.

-Lo que dije es verdad, voy a casarme contigo este año- dijo Victor con convicción-. Yuri, es hora de que dejes de pensar que el amor que siento por ti es un amor condicionado, no lo es. Me casaría contigo ahora mismo, me hubiera casado contigo ayer o en navidad, incluso después del Grand Prix Final, le habría pedido a Chris que fuera nuestro ministro y seguramente a Phichit le habría encantado ser el padrino y Mila, Sara Crispino, la maestra Minako y Mari hubieran sido nuestras damas de honor… ¿Por qué todavía sigues dudando de mí?

-No lo sé…- dijo Yuri sonriendo conmovido ante las palabras de su prometido- ¿De verdad una medalla de oro del campeonato nacional es suficiente?

-Tú eres más que suficiente- dijo Victor besando la frente de Yuri quien en ese momento pareció entender las palabras de su entrenador por fin-. Y ahora ¿Podemos ir a casa de una buena vez? Tus padres están esperándonos y sé que te han extrañado, no los hagamos esperar más…

-Vitya…- dijo Yuri haciendo sonreír al ruso pues él sabía que cuando el japonés usaba aquel apelativo era porque estaba feliz y tranquilo.

-¿Qué pasa mi Yuri?

-¿De verdad crees que podré vencerte algún día?- dijo el joven Katsuki con las mejillas sonrojadas.

-Estoy seguro de ello- dijo Victor sin dudarlo ni un segundo-. Estoy tan seguro de que lo harás que ya estoy pensando en la mejor forma en la que tendrás que consolarme. Incluye demasiados besos, por cierto…

-Si gano ¿puedo pedir algo más?- dijo Yuri sintiéndose emocionado de pronto.

-Lo que quieras, Yuri- dijo Victor dispuesto a cumplir cualquier deseo que su amado pusiera en palabras.

-Si yo gano…- dijo el pelinegro con una sonrisa feliz en los labios- ¿Puedo elegir nuestra canción de bodas?

Victor sonrió con alegría al escuchar aquella declaración, la primera declaración en la que Yuri se refería a la boda como un hecho real en su futuro, como algo de los dos. El hombre de los ojos azules asintió por toda respuesta y besó los labios de Yuri sabiendo que aunque no necesitaba festejar solo un día especial al lado de aquel chico maravilloso, porque todos los días a su lado eran una fiesta en sí mismos, sin duda alguna quería festejarlo y sorprenderlo otra vez, sorprenderlo del mismo modo en el que Yuri lo había sorprendido desde su primer encuentro.


*No necesito que me des mil razones para quererte. No necesito que busques pruebas para convencerme. No tienes que estar asustado de no ser suficiente porque lo que los dos tenemos es bueno.

¡FELIZ DÍA DE SAN VALENTÍN A TODOS!

Esta historia nació de una canción llamada "Only us", interpretada por Laura Dreyfuss y Ben Platt en el musical Dear Evan Hansen (la traducción al español es mía).

Esta es una canción preciosa y mientras la escuchaba me imaginaba a Yuri usándola para su presentación del programa libre, de algún modo siento que Yuri seguirá patinando con el tema del amor y esta canción es perfecta para esto. Ojalá puedan escucharla, de verdad es preciosa y bueno, cada capítulo está relacionado con la canción así que este es solo el inicio de este regalo de San Valentín :)

Espero que les guste y que el día de hoy haya estado lleno de amor del bueno y chocolates :) Nos seguimos leyendo, espero :)