Avatar no me pertenece…


Capitulo uno: volver a empezar.

La eternidad para muchos es algo inimaginable pues se cree que con la muerte acaba lo conocido; todo el mundo está consciente que hay algo en el más allá, solo que nadie vivo, lo ha podido descubrir. Solo el avatar está seguro de lo que hay después de la muerte, pero por el bien global, no era capaz de revelarlo.

Cuando la persona dejaba su vida terrenal, su espíritu, la esencia pura, desaparecía y se iba a disfrutar de su estado espiritual, descansar feliz en aquel manto espiritual que nadie conocía y luego… ¿Qué? ¿Qué pasaba?

Y a los que eran malos, a los asesinados, a los que se les fue arrebatada la vida por un espíritu, ¿Qué les pasaba?

Quizá la situación era muy diferente. Tal era el caso de un pobre espíritu errante que se quejaba en las sombras de aquel campo espiritual. Cerca de lo que podría llamarse el propio calvario. El sufrimiento en la tierra no era para nada comparable con esto.

Siglos habían pasado desde su trágica muerte y en todo ese tiempo nunca pudo encontrar la paz. Seguro todos los que amó en la tierra habían regresado para unirse con ella y lamentaba que seguro ellos no habían sido capaz de verla por su falta de rostro.

Así es, justo el día de su boda el espíritu roba rostro, Koh, la había matado para castigar a su futuro esposo, el avatar Kuruk.

Desde ese momento Koh se volvió dueño de ella y después de años de sufrimiento por su parte el espíritu malvado la había dejado marchar pero sin un rostro que la identifique. Seguro para causar problemas a Kuruk para encontrarla.

Y si que lo había hecho. Kuruk y ella jamás, jamás se reunirían y lo peor de todo es que quizá Kuruk avanzaría pero ella no. Estaba condenada eternamente a caminar deambulante por la oscuridad del mundo de los espíritus. Sin que un alma fuera amable con ella, sin recibir cariño de nadie. Y es que los capturados por Koh eran consideradas almas sucias.

Sintió el peso de sus cadenas volverse insoportable y cayó de bruces al suelo. Se encogió a sí misma y sus brazos demasiados pálidos abrazaron a sus desgastadas piernas. Su largo y lacio pelo negro disimulo un poco los harapientos mantos que usaba. Y se dio el lujo de descansar después de caminar de un lugar a otro por más de 100 años.


En una cierta parte del mundo espiritual, dos amables y muy reconocidos espíritus miraban de manera atenta a un estanque de agua cristalina donde la imagen de aquella alma errante era mostrada nítida. Sintieron pena y a la vez simpatía.

Habían estado observando aquellos acontecimientos incluso desde que las cosas tuvieran lugar. Sabían la rabia de Koh hacia Kuruk, las ansias del roba rostros por hacer sufrir al avatar, las intenciones que el maligno tenía hacia la inocente Ummi y las desgracias a las que conllevarían. Sabían ambos que no debían intervenir y por eso no trataron de advertir a Kuruk de la situación. Pero ahora, al ver a aquella pobre atrapada en un sufrimiento eterno, no estaban seguros si habían optado por la decisión correcta.

Parte de lo que ella vivía era su culpa. Si ellos hubieran informado a Kuruk quizá, las cosas serían diferentes.

-¿te ocurre algo Tui?

La cara del aludido dejó mostrar algo de decisión y asintió levemente con la cabeza.

-¿no te sientes culpable, La?

-cada día que la miro a través de esta laguna de agua, pero ya no hay nada que se pueda hacer…

-claro que hay…

-ella pertenece a Koh- replicó La con un poco de amargura.

-el ha dejado libre su alma, aunque no su rostro. Desde el momento que lo ha hecho ha renunciado a sus derechos.

-Tui… no te metas en terrenos que no serás capaz de controlar.

-es una manera de reivindicar el daño que causó nuestra decisión.

La suspiró con pesadez.

-¿crees que después de 800 años tendrá algún sentido nuestra interferencia?

Tui sonrió tristemente.

-quizá ella nunca se pueda volver a reunir con Kuruk, pero sé que podremos ayudar para que sea feliz.

-es tu decisión entonces- remarcó La.

Tui solo sonrió a su compañero espíritu y con un movimiento de manos tan simple creó un enorme remolino en el lago.


Ummi se quedó ahí en la tranquilidad del mundo espiritual mientras las llagas que causaban las cadenas que la ataban a su sufrimiento, comenzaron a arder. Llevó su mano al lugar de la herida y la frotó.

Estuvo mucho tiempo de esa manera hasta que empezó a sentir humedad en su pierna. Como si no fue capaz de reaccionar a tiempo se dio cuenta que una serpiente de agua atrapaba su miembro inferior derecho. Asustada de lo que podría pasar intentó ponerse en pie solo para ser halada por el látigo.

Intentó soltarse y no pudo, entonces sin más remedio se aferró al tronco del árbol en el que anteriormente había estado recostada solo para ser arrancada súbitamente de él y ser arrastrada sin piedad por el fango del suelo. Se aferró con sus uñas al suelo. Estas fueron violentamente arrancadas y ella fue sumergida a lo que parecía un estanque, donde de pronto perdió el conocimiento.


Era inconcebible que un espíritu perdiera el conocimiento pero despertó unos segundos después de llegar a su destino. Y que ya estaba teniendo miedo. Sabía que no moriría, y una parte de su ser se maldijo por eso, pero por otra, al no poder observar nada, le daba terror pensar de que podía ser el malvado Koh el que la llevó a ese lugar.

Tembló un poco y empezó a distinguir los olores del lugar

Por lo general, la cueva de Koh olía a azufre, aquel putrefacto olor a muerte que emanaba de la tierra eternamente. Pero, sintiendo con atención, se dio cuenta que el lugar olía a hierba, tierra mojada, rosas y aquel sonido del agua corriendo por algún lugar de ahí, era relajante.

Un minuto… ¿agua?

Donde Koh nunca había agua.

El agua era signo de sanación, pureza y cambio, cosas que Koh detestaba. El nunca, nunca estaría cerca de eso, salvo por la necesidad de hacer una fechoría. Pero, si entonces este lugar no era de Koh, entonces ¿de quién era?

Sus preguntas no tardaron en ser contestadas. Sintió una paz impresionante de manera súbita.

-Bienvenida- dijo la voz.

Ummi se removió y el espíritu sonrió ante esto.

-tranquila, no estoy dispuesta a hacerte daño, se podría decir que soy tu aliado.

Sabiendo que Ummi no podía hablar, continuó su discurso.

-te he observado durante una cantidad de tiempo inimaginable, y notando tu sufrimiento eterno que no ha tenido resignación, he decidido ayudarte- el espíritu regresó muy cerca de Ummi- debes sentirte muy confundida por mi ayuda pero debes saber que no todos los espíritus somos malos, incluso algunos somos misericordiosos.

Sintió ansiedad provenir del espíritu de Ummi.

-no diré quién soy, solo deberás saber de ahora en adelante velaré por tu bienestar- notó confusión en las emociones de aquel alma errante- volverás a la vida, pero…- admitió- no será para nada igual a lo que fuiste antes. Desde este momento lo que fue Ummi se convertirá en un recuerdo y volverás a la tierra con nueva apariencia.

Sintió el cuerpo de Ummi estremecerse.

-no debes sentir miedo, como ya dije, en lo que pueda, siempre estaré contigo. Pero debo advertirte que los sucesos que atormentaron lo que va a ser tu pasado podrían volver a suceder si Koh descubre la intervención, así que será mejor que te esfuerces en no cometer los mismos errores de antes- Tui la ayudó a levantarse- desde este momento no recordarás nada ni de esta conversación ni de tu vida pasada. Comienzas de cero… ¡Suerte!

Y un remolino de agua la envolvió depositándola en otro lugar. Luz se filtró por las comisuras de sus ojos y con dificultad se manejó para abrirlos. Y entonces se encontró al inicio de una escalera enorme. Y había más escaleras de maneras paralelas, oblicuas, horizontales, rectas, quebradas por otros lados causando un laberinto.

No estaba segura si tenía rostro, lo que sabía era que podía ver y llevó la vista a su cuerpo arropado por exquisitas túnicas blancas. Las llagas no dolían, estaban sanas.

Estaba tan ida que el sonido de un reloj potentemente duro la despertó. Marcaba las 12 en punto; sin poderse contener empezó a correr escalera abajo. A cada paso olvidando hermosos y tristes aspectos de su vida pasada. Como si estuviera retrocediendo en el tiempo, incluso antes de su nacimiento.

Intentó recordar muchas cosas, retenerlas en su mente, pero no pudo. Simplemente escapaban como recuerdos sin importancia.

Primero estaba corriendo por una escalera, aparecía en otro lugar. Estaba normal, de pie, luego estaba de cabeza. Corría en línea recta, empezaba una curva interminable. Estaba arriba, luego estaba abajo. Estaba en un extremo y en un abrir y cerrar de ojos estaba en el otro. Parecía que nuca iba a terminar y lo peor eran los recuerdos que iba perdiendo en el camino.

No sabía que la había llevado a ese lugar, de pronto no se acordó de el nombre de su mejor amiga, el rostro de su madre pronto fue olvidado, su casa… no existía en su mente, y de pronto los recuerdos a los que más quería aferrarse, como su primer beso con Kuruk, su propuesta de matrimonio, su sonrisa, su voz e incluso el mismo nombre de su amado fue olvidado. Y llegó al borde de la escalera, de lo cual según parecía solo quedaba un precipicio negro.

Para ese momento ya no se acordaba de su propio nombre. Pero si sabía que si caía sería el fin. Intentó frenar pero sus pies no respondieron y al final terminó cayendo al vacio.

-¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!- gritó desesperada.


-¡atrás!- gritó alguien- ¡atrás…! Abran las cortinas, la reina necesita aire.

Y entonces en la lujosa habitación se sentían los estruendosos llantos de un recién nacido. Se escucharon vítores de alegría.

-¡es una niña!- gritó alguien más con emoción- ha nacido una princesita.

El emocionado rey, siendo abrazado fuertemente en las piernas por su hijo pequeño de casi tres años llamado Sokka, se acercó a la cama donde yacía su adorada reina. Su esposa lo miró con una sonrisa cansada y luego voltearon hacia donde, en ese momento, las curanderas se encontraban limpiando la sangre del cuerpo de su menuda hija.

Fue envuelta en lujosas cobijitas y llevada de inmediato a su madre, que la esperaba de manera impaciente, la niña se removió con impaciencia y comenzó a llorar. Su madre la arrulló con dulzura y pronto la preciosidad quedó dormida.

Hakoda entonces acarició aquella cabecita pelona y sonrió más pues al fin, tenía una nueva adición la familia.

-es hermosa- susurró- se parece a ti, Kya.

Su mujer lo volteó a ver con emoción.

-se parece a los dos…- contestó ella.

-¿se parece a mí?- preguntó una vocecita, que, con costo y salía entendible.

Sokka hasta hace poco decía palabras completas pero al parecer entendía lo que pasaba en esos momentos.

-Si, Sokka, se parece mucho a ti.

El niño sonrió grandemente y se quedó viendo fijo a la niña. En ese momento Hakoda volvió la vista a su esposa.

-¿Cómo le pondremos?

Kya sonrió y le besó con suavidad la cabecita.

-Katara… su nombre es Katara.

Hakoda sonrió y se levantó altivamente- Princesa Katara- sus súbditos se arrodillaron- avisen a todo el polo sur que hoy es día de fiestas. De hoy en adelante se celebra el cumpleaños de nuestra pequeña princesa.

Y entonces, en las afueras del palacio el pueblo vitoreó.


Este es el primer capítulo de mi primera historia y espero haya sido de su agrado. Nunca pensé subir historias pero después de mucho decidí arriesgarme. Se estará publicando a menudo. Se preguntaran porque el enlace de Ummi y Katara. Vi un video donde se muestra la verdadera muerte de Ummi y la desesperación de Kuruk al buscarla y entonces mi cabeza se planteó lo que pudo haber pasado con el espíritu de la joven y en esto terminó. Es un universo alterno, como se habrán dado cuenta y será un Kataang de los buenos. Esperando su apoyo en este inicio me despido. Hasta el próximo capítulo.