Smiling in the Sadness

Fanfic by Karina Minamotocl

¡¡Hooooooooooolaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas!! Que efusivo saludo, pero ya deben estar aburridos del típico 'Holas!!' XD ¡Otro fic! Y si, no me aburro nunca de hacer fics... XD. Vamos a lo nuestro!! ò.ó

Título: Smiling in the Sadness Sonriendo en la tristeza

Summary: Llorar. Sufrir en secreto. Aún ási, sonreír en la adversidad. Pero si las lágrimas vuelven, ellas me harán más fuerte.

Personajes: Karina, la protagonista, Kouji, Kouichi, Monique, Aurea, Koushiro y Okenya, personaje nuevo para ustedes pero no tan nuevo para mi ya que... ¡Fue mi primera OC de DigiFro! nOn

Disclaimer: Pues que Kouji, Kouichi y demás personajes de Digimon Frontier pertencen a Akiyoshi Hongo, al igual que la serie. Aurea Mirai y Monique Delacour son propiedad netamente intelectual de hannah-hm n.n y Koushiro Kumamoto que es invención mía pero se lo regalé a mi nee-chan (hannah-hm) y los demás personajes inventados son míos n-n

Advertencia: Es Universo Alterno, es decir, no tiene nada que ver con la serie, aunque puede que aparezca algún personaje de la serie en sí. Basado en la historia 'No Vuelvas A Llamarme Nii-San', fanfic by hannah-hm, o sea, es como un apartado de ese fic; le pedí a mi nee-chan si podía hacer este fic en base al suyo ya que ahí participo como Karina Kaisawa y ella accedió y aquí estamos XD! Claro que este fic será tan tardío como el suyo... ¡En fin! Me explico. Este fic tiene la misma base y/o idea principal de 'No vuelvas a llamarme nii-san', sólo que estará desde el punto de vista de Karina, mi OC n-n ¡Ah! Les advierto que mi nee-chan es española, así que algunas palabras que ella pondrá en español yo las pasaré al latino/chilensis. ¡Eso! nOnU

Metodología: Igual a todos mis fics: un libro común y silvestre. Estará en primera persona, desde el punto de vista de Karina.

Agradecimientos a: Mi nee-chan por dejarme hacer este fic en base al suyo, ¡Gracias! nOn

Dedicado a: No sé... ¿A mí? .. Tengo derecho a dedicarme un fic u.ú

Y eso sería nOn Fic!!


Capítulo 1

Sadness

Era Domingo por la tarde y yo estaba algo inquieta. Y ya sabía por qué. Kouji, mi gran amigo, hace tiempo que andaba algo raro, hace unos dos meses más o menos. No sabía lo que le pasaba, no había hablado conmigo como siempre lo hacíamos, no era el mismo con nosotros cuando nos juntábamos con Kouichi, Monique y Aurea en el sauce del insti. Aunque él lo negara, yo me dí cuenta de que algo le pasaba.

Salto de la cama y tomo el celular con las manos algo temblorosas. Disqué el número de Kouji, que suena y suena a lo lejos, pero nadie contesta, ¿dónde se habrá metido este chico?

-¡Hola! Si no te contesto es por que estoy ocupado o no estoy. Deja tu mansaje después de la señal.

Corté. Genial, buzón de voz. Vuelvo a discar cinco veces más, pero no contesta. Más asustada que preocupada, llamo al número de su casa.

-Familia Minamoto habla Satomi, ¿en qué puedo servirle?

-Hola tía Satomi, soy Karina.

-¡Hola Karina! ¿Cómo estás hija?

-Bien, bien. ¿Está Kouji?

-Sí, está en su habitación. ¿Por qué no le llamaste al móvil?

-Parece que lo tiene apagado.- mentí.

-Está bien, voy a decirle que tiene una llamada.

Escucho como sube las escaleras, abre una puerta y llama a Kouji. Espero varios momentos antes de escuchar su voz.

-¿Diga?

-Kouji, ¿se puede saber donde te has metido?- dije. Se quedó en silencio unos segundo y continué- Por tu silencio intuyo que te decepciona mi llamada. ¿Acaso esperabas que alguien te llamara?- la pregunta la dije en tono burlón para sacarle una sonrisa más que sea, andaba muy mustio para mi gusto.

-No... Sólo es que estoy algo despistado.

-Ya se nota. Te he estado llamando al móvil, y como no contestabas, pues...

Hubo un silencio más largo que el anterior. ¡Este chico me está preocupando en serio!

-¿Kouji? ¿Kouji, me estás escuchando?

-Sí, sí, claro...

-¡Idiota! ¡No has prestado atención a una sola palabra de lo que te he dicho!- chillé. Acostumbraba a llamarle así la atención cuando andaba distraído.

-¡Sí, mi coronel!- exclamó. Me reí de buena gana.

-Me alegra saber que todavía conservas el sentido del humor, a pesar de ser como eres.- Esperé unos segundos para ver si decía algo, pero como no hablaba, continué- ¿Ha pasado algo?

-No te preocupes, sólo que estoy algo cansado. Ayer fue un día duro...

-Eso espero. Alégrate un poco, ¿vale?- le aconsejé algo preocupada.

-Vale.- contestó y me colgó.

No acostumbraba a colgar así nada más. Algo pasaba, y no me quería contar. Me tumbé en mi cama y las lágrimas trataron de salir, pero yo no las dejé. Tal vez me preocupaba en vano, ¡quién sabe! Sólo sean imaginaciones mías, como siempre. Dios, no quiero llorar. Ser sensible es mi peor defecto y mi mayor virtud. Ni yo me entiendo.

--

Me levanté esa mañana sin ganas, como todos los días cuando debía ir a clases. Me encontraba en mi habitación alistando mis cosas cuando mi madre abre la puerta.

-Okenya ya está abajo. Dice que te apures.

-Voy.- contesté, cerrando mi bolsón y saliendo de mi habitación.

-¡Ya era hora de que salieras!- dijo Okenya cuando me veía bajar las escaleras.

-Lo siento. Sabes que es lunes y...

-¡El lunes es el día que está más lejos del otro lunes!- rió- Vamos, se hace tarde.

Koichikawa Okenya es una chica dos años mayor que yo y, por lo tanto, dos grados más arriba. Va en primer año de Bachillerato (N/A: Preparatoria/Equivalente a 4to Medio en la escolaridad chilena. Karina y los demás van en 3ro de E.S.O -Estudio Secundario Obligatorio- que corresponde a 2do Medio en Chile), tiene el cabello castaño muy largo y los ojos castaños también, usa una cinta blanca a un lado del cabello. Ella vive varias calles más arriba que la mía, en el barrio de los apartamentos, donde también vive Kouichi. Ambos viven en el mismo edificio. Nos conocimos un día por accidente y desde entonces somos amigas. Ella siempre pasa a recogerme para ir al insti.

-Vas muy callada.- me dijo- ¿Ha pasado algo?

-Nada, nada.- respondí.

-¿Problemas con el borde de Kouji?- preguntó, haciendo tronar sus dedos.

-¡N- no, nada de eso, ane-san! (N/A: Ane-san: hermana mayor respetuosamente)

-Ah, más le vale.- dijo, mirándome con reporche.

Otro pequeño detalle que se me olvidó mencionar es que Okenya posee una fuerza descomunal. Por eso, pertenece al club de Artes Marciales y al del Basquetball.

-Tengo partido hoy, ¿vienes a verme?

-Tal vez.- contesté- Puede que me den deberes para mañana.

-Nunca haces tus deberes.- dijo, colocándo su dedo índice en mi frente.

-¡Es cierto!- reí.

--

A la entrada del Instituto nos despedimos, y ella se fue corriendo hacia el pabellón 3, el pabellón del Bachiller. Yo me fui a mi salón, que quedaba en el pabellón 2. Faltaban quince minutos para que sonara el timbre y ya habían algunos compañeros adentro del salón. Apenas crucé el umbral, me dí cuenta de que Kouichi estaba sentado al lado de Monique, que leía un libro, y que Aurea se encontraba sentada más atrás, al otro lado del salón, en el asiento que yo siempre reconocí como el de Kouichi. Detrás de ella se encontraba un muchacho que en mi vida había visto. Tenía el cabello negro y los ojos azul zafiro, exactos a los de Aurea. Me acerqué a ella para saludarle.

-¡Bueno días, Aurea-chan!- dije alegremente como siempre.

-Buenas sean, Karina-chan.- respondió, algo nerviosa.

Observé al muchacho de atrás que me observaba.

-Hola.- le dije, sonriendo.

-Hola.- respondió, algo frío.

Me iba a dirigir a Aurea, que estaba tan distraída y tan nerviosa. Miraba a cada rato a la entrada. Como no quería incomodarla y el chico me miraba escrutadoramente haciéndome sentir extraña, me fui donde Kouichi y Monique.

-¡Hello!- dije, acercándome a ellos.

-Buenos días, Karina-san.- dijo Monique, sin quitar la vista de su libro.

-Hola.- contestó Kouichi, en un tono que no me gustó para nada.

-¿Ha pasado algo, Moni-chan?- pregunté a la susodicha, agachándome para escucharle mejor.

-Sabes que no me gusta que me digan Moni-chan.- dijo, algo molesta.

-Perdón.

-No, no ha pasado nada.- respondió.

-Pues, como no estás sentada con Aurea pensé que habías tenido problemas con ella.

-Oh, no. Kouichi fue el que se sentó al lado mío.

Me levanté en el acto y miré a Kouichi confundida. Estaba pasando algo y, al parecer, era la única que no me enteraba. Típico.

Fui a mi asiento, que queda en la fila del medio. Apoyé mi cabeza sobre la mesa. Observé a mis compañeros conversar y reír, y más adelante a Monique que le comentaba algo a Kouichi. Muchas preguntas vinieron a mi mente, no sabía que decir, no sabía que hacer. Presentía una ruptura sin remedio en el grupo, algo que me aterraba. Todos estos pensamientos me hundían en la tristeza, casi haciéndome llorar de no ser por que llegó Takuya, armando jaleo, como siempre. Es primo de Okenya y se nota a leguas, si los conoces a ambos. Se sentó a mi lado, ya que somos compañeros de banco, a petición expresa de su prima.

-¡Vaya! ¿Y esa carita?- comentó con su tono alegre de siempre.

-Neh, el sueño me mata, Taku-chan.- mentí.

-¡No lo sabré yo!- rió- Pero cambia esa cara de cien metros.

-Ok.- reí.

-¡Bueno! Ya que aún no llega el sensei, iré al baño.

Estaba a punto de salir cuando se abrió de par en par la puerta, apareció un agitado Kouji y justamente sonó el timbre. Takuya le dijo algo que no logré escuchar, Kouji le contestó y se dió cuenta de que Kouichi estaba al lado de Monique. Aurea le llamó y se encaminó hacia ella, pero como yo le estaba dando la espalda no me saludó ni yo a él. Me sentí algo torpe por no haberle saludado. Llegó el profesor, y con él, el orden y el silencio al salón. Takuya se sentó a mi lado echándose para atrás con la silla, como lo hacía siempre.

-Bien, chicos, hoy quiero presentarles a un nuevo alumno.- empezó Nonaka-sensei. El chico nuevo se levantó de su asiento- Ha tenido algunos problemas con su matrícula, pues debería estar aquí hace dos meses.

Ahora comprendo por qué no le había visto antes.

-Mi nombre es Kumamoto Koushiro.- empezó, y todos se giraron para mirarle. Algunas compañeras delante mío cuchichearon.- Me mudé a este barrio hace dos meses. Antes estudiaba en la escuela concertada de Shinjuku. Me mudé aquí por motivos personales, y no creo que les interese nada más de mi vida.

En mi vida había escuchado a un chico tan frío, excluyendo a Kouji, claro. Nonaka-sensei carraspeó.

-Bien, bien…comencemos con la clase.

Takuya y yo nos miramos y luego miramos al pizarrón. Traté de prestar atención en clases, pero la preocupación me atormentaba. Me giré para hablarle a Nicky cuando me crucé con la mirada de Kouji. Nos saludamos con la mano y volví a lo mío. Aún así seguía atormentada por la preocupación, y Takuya se percató de ello. Trataba de llamar mi atención de alguna forma, pero extrañamente no lo conseguía. Resultado: nos echaron del salón; a mí por no atender en clase y a Takuya por armar desorden. Mejor no me hubiera levantado hoy.

--

Terminaron las clases de la mañana y vi a Kouji salir disparado hacia el sauce, nuestro refugio. Me fui directamente al casino a comprar dos pasteles para darle uno a él. Me dirigía hacia allá cuando veo a Kouichi encaminarse hacia el pabellón 2 y a Monique, que le seguía mirando a todos los lados preocupada. Nuestras miradas chocaron por unos instantes y me quedé ahí parada como una estatua. ¿Acaso estaba ocurriendo algo de lo cual yo no estaba enterada? Me tragué mi rabia contra Kouichi y Monique y volví a caminar. Algo raro pasaba, y esta vez si que no son imaginaciones mías.

Llegué al sauce y Kouji estaba sobre la rama que estaba rota. Me acerqué a él, que miraba al cielo tal y como hacía siempre.

-Kouji.

Despegó la vista de las nubes y se percató de mi presencia. Observó mejor y se fijó en los pasteles que traía.

-Ten.- le alargué uno de los pasteles.

Me senté a la sombre del sauce y él bajó de la rama. El viento movió mi corta melena violeta. Observé a Kouji comer su pastel preguntándome el por qué del distanciamiento del grupo. Aurea se pasó todos los recesos con Koushiro, Kouichi y Monique no me hablaban, ni idea del por qué. No me quedó otra que juntarme con Okenya, Tetsuya (su novio) Nicky y Takuya.

-¿Lo haces por complacerme o porque tu madrastra no te alimenta?- reí, mientras terminaba de comerme el pastel.

-No, lo que pasa es que no he desayunado.- contestó, sonriendo- Me he quedado dormido.

-Ah.- respondí, y miré al suelo. Sabía a ciencia cierta que para que se levante tarde tiene que haber pasado algo muy grave. Volví a mirarle- ¿Me lo vas a contar?

Suspiró, y comenzó su relato. A cada palabra que decía, yo más me sorprendía. No me lo creía. No quería llorar, pero no podía, no podía...

-Así que...- dije, cuando terminó de hablar. Mi voz se entrecortaba, quería llorar, correr, perderme, no saber nada del mundo y retroceder el tiempo dos meses atrás- Estás enamorado de tu hermano...

Asintió.

-¿Cómo...?-pregunté, pero me cortó.

-La verdad es que no lo sé.- explicó, y se encogió de hombros- Simplemente surgió. Un día me di cuenta de que siempre me acordaba de él antes de dormirme, y que la primera persona que recordaba al despertarme era él. Me costó un poco aceptarlo, por el hecho de que somos chicos y hermanos, pero...

-Eso me pasa también a mí.- dije. Estaba decidida a decirle.

-Vaya, ¿y quién es el galán?- preguntó, alegre.

Le abracé. Supongo que se sorprendió por mi actitud, por eso no reaccionó.

-Eres tú, Kouji.- susurré, casi llorando- Te quiero.

Hubo un momento de silencio antes de volverle a oír.

-Yo...- logró articular. No sabía como actuar, lo sabía- Lo siento.

-Ya sé que nunca me vas a poder amar.- dije, separándome de él. Comencé a llorar-Sólo quería que lo supieras, y que me tienes aquí para lo que te haga falta.

-Lo sé.- dijo, y me secó las lágrimas.- Pero no quiero estropear más la situación. Eres una chica maravillosa, pero sólo una amiga. Me alegra que lo comprendas.

Sonreí. Al menos pensaba que era una chica maravillosa, y con eso ya era feliz.

-¿Me haces un favor?- pregunté. Asintió- ¿Me abrazas muy fuerte?

Me abrazó fuertemente, haciéndome sentir mucho mejor y mucho peor.

¡Qué estúpida me siento ahora!

¡Qué triste es despertar, y ver la realidad!

¡Que triste es saber que lo amé tanto tiempo en secreto, para enterarme después de que está enamorado de su hermano gemelo!

El sentimiento me abruma, me ahoga, me consume.

El timbre suena a lo lejos, anunciando el fin del receso del almuerzo.

Sadness...


¡Se acabó! Me ha quedado más corto de lo que creí, pero ya qué XD!

¡Hasta entonces!

¡¡Chocolate Power!!