Disclaimer: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto. Este fic no es con ánimo de lucro.

Advertencia: Au y quizá un poco de OoC.

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« Sweet Holidays»

«¡Feliz Navidad!»



Era navidad…

Y se comprobaba en las verdes praderas que se habían cubierto de la blanca nieve. El frío viento que acompañaba a los caminantes era algo usual; lo cual hacía que ellos se abrigaran mejor a la hora de pasear. Era, sin duda alguna, la temporada fría de invierno.

A la distancia, se lograba observar la figura delgada de un joven. Conforme se acercaba éste, se lograban visualizar mejor sus facciones. Temblaba ligeramente por la ventisca, por lo que consecuentemente, acomodaba mejor su abrigo oscuro. Sus largos cabellos de color azabache, servían para aminorar el frío en las orejas. Los, igualmente, oscuros ojos barrían con cierta indiferencia la nívea superficie y tomaba con las manos algo heladas la, ahora, rojiza nariz para lograr un poco de calor en ésta. Y como se ha dicho, su pálida piel descubierta por los abrigos, se veía castigada por un tono escarlata.

Se dirigió con paso lento, a la brillante colina que sobresalía en aquel campo. Después de trepar arduamente por él —la nieve dificultaba terriblemente el caminar en esos momentos—, se sentó cómodamente en el blando lecho blanco de nieve. Levantó su mirada hacia el congelado y seco árbol de la colina, y sintió algo de pena. Le encantaba cobijarse bajo el verde manto de hojas que poseía el árbol, produciéndole una sensación confortante de protección y dulzura.

El que ese árbol no pudiese disfrutar de la navidad, provisto de todo su follaje, le hizo sentir que compartían algo en común.

—¿Tú también solo en navidad, eh? Bueno, yo sé lo que es eso —susurró divertido el joven y prosiguió después de una, larga, bocanada de aire frío—. ¿Podría hacerte compañía, verdad?

Esperó inútilmente que éste le contestara. Pero eso no evitó que soltara una leve risa carente de humor. Un humor que nunca poseyó él. Pero aún así, no evitaba que sonriera. Debía de hacerlo o se volvería loco. Tanto tiempo de no hablar con alguien, lo estaba afectando seriamente.

Bajó lentamente la mirada para observar distraídamente la pradera. Tomó un poco de nieve en sus manos y vio con tristeza como se derretía.

—Mi corazón siempre ha sido como la nieve, demasiado frío —sus ojos se dilataron por lo que estaba pensando, ¿Qué tan terrible podría ser?—. Y lo peor, es que… No hay nada tan cálido como para lograr derretirlo.

Siguió con sus tristes pensamientos. Al menos, quería ocupar su mente en algo, ya que si no lo hacía, tenía el terrible presentimiento de que se volvería idiota. Cuánto deseaba ser sepultado por el níveo compuesto helado. Quería quedarse dormido hasta el amanecer, bajo las brillantes estrellas del firmamento y bajo, de aquel árbol seco que era su mejor manera de sentirse protegido.

Pero… Fue interrumpido por algo…, su cuerpo de repente se vio abrazado por un suave calor que lo tumbó definitivamente sobre la nieve. Volteó rápidamente y se encontró con una cabecita rubia que se lograba asomar entre su oscuro abrigo.

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—¡Hola! —dijo alegremente una tierna voz que provenía de una alegre joven.

—¿Quién eres tú? —preguntó algo enojado. Nunca le habían gustado ese tipo de abrazos.

—Me llamo Ino Yamanaka… ¿Y tú?

—Sasuke Uchiha —respondió secamente y se limitó a seguir en su sombría labor.

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La chica, curiosa por su actitud arisca, se sentó a su lado y también se puso a observar el congelado paisaje. Su rubio cabello estaba amarrado y se movía de vez en cuando por el viento, sus ojos azules miraban interesados en el panorama, mientras su esbelto cuerpo temblaba, a pesar del abrigo violeta que lo cubría. Así pasaron algunos minutos hasta que la chica decidió calmar su ansiedad.

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—Se ve tan hermoso, esta vista es perfecta, ¿verdad?

—Si… claro.

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Ella, un tanto molesta por su corto comentario, prosiguió:

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—Esta época me gusta mucho. La navidad es la fiesta más hermosa del año. Y todos creen lo mismo…

—…No todos.

—¿En serio crees que haya alguien que así? Quiero decir… que no le guste una fecha tan especial. ¡Es el día más esperado por todos! Por estar lleno de felicidad y de amable compañía que te hace sentir amado. Por eso, siempre me ha gustado.

—Pues ya estás hablando con alguien que no piensa lo mismo —agregó melancólico Sasuke, que triste era recordar sus motivos anti-navideños—. La navidad no la celebro debido a que no me es importante. No poseo lo que llamas "seres queridos".

—Yo… lamento mucho eso, Sasuke. Perdón si fui algo… incauta al hablar —susurró avergonzada Ino—, ese tipo de sentimientos en la navidad se le llama "Síndrome de Scrooge" y debe ser muy doloroso tenerlo. Pero yo tengo una teoría en cuanto ese tema.

—¿En serio? ¿Y cuál es? —preguntó el joven curioso. Vaya, al parecer, hablar realmente ayudaba.

—Que si ya no tienes a tus antiguos seres queridos a tu lado, deberías… Deberías conseguir unos nuevos. Ya sabes… se puede decir que es como crear "una nueva historia" —le decía con una brillante sonrisa en la cara.

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Sasuke sólo se limitó a asentir con la cabeza. Bajó la mirada y los pensamientos empezaron a surgir nuevamente en su mente. ¿Debería de hacer lo que ella le aconsejaba? «La felicidad sólo puede conseguirse a través del amor y la caridad hacia el prójimo», había escuchado en un sermón, también en una vieja navidad. Al parecer, finalmente empezaban a cobrar sentido. Las palabras de la chica se acoplaban perfectamente con las anteriores.

Además… esa sonrisa. Era muy especial en la manera en la que se la ofrecía. ¿Tendría algún verdadero motivo por el cual hacerlo? O simplemente… ¿Era ya parte de su joven naturaleza sonreír con tanto humor? Y más a alguien que acababa de conocer; que extraño era eso.

—Oye, tengo una duda —dijo con algo más de seguridad en su voz. Ino, al ver cómo el melancólico chico por fin le iniciaba una conversación, puso atención rápidamente a sus palabras—. ¿Qué hacías en un lugar tan desolado como éste?

Por un momento, pareció como si la tristeza embargara los brillantes orbes azules de la joven, lo cual casi le hizo arrepentirse de formular aquella pregunta tan fríamente directa. Pero, pareció recuperar su postura alegre velozmente y le contestó con otra de sus mágicas sonrisas:

—Me dirigía hacia la casa de una amiga mía. Se llama Sakura e iba a organizar una fiesta de navidad para esta noche; en compañía de varios amigos nuestros y de su novio, Naruto. Es un chico realmente hiperactivo y algo tonto, pero tiene un gran corazón. Y eso es especial en alguien, ¿no lo crees?

Al escuchar «gran corazón», pareció algo terriblemente coincidente. Las coincidencias parecían asecharlo desde que conoció a la rubia joven. Le respondió con otra inclinación de cabeza y con un gruñido, la incitó a continuar.

—Y cuando por fin creí que llegaría a su hogar, decidí darme prisa. Enfocaba mejor mis ojos hacia mi destino, pero fue cuando te encontré. Te hallé bajo este árbol y pensé que lo mejor era investigar quien era, quien era la persona tan solitaria en navidad.

Lo que quería decir ella es que, ¿Acaso al quedarse a conocerlo, se estaba perdiendo la fiesta tan ansiada? Eso hacía sentirse culpable a cualquiera. Que tramposa.

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—¿Qué haces aquí entonces? Deberías estar con tus amigos, no con un completo desconocido que no le gusta la navidad —comentó herido a su orgullo. Quizá, así por fin lo dejaría en paz la, ahora, fastidiosa chica.

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Ella pareció enojarse un poco y frunció ligeramente el seño. Que molesta era, sin duda.

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—Entonces, creo que me debes una —dijo finalmente con una sonrisa retadora en la cara.

¿Qué le debía qué? ¿Por qué se pone tan feliz ahora?

—No creo eso. Yo ni siquiera te conozco bien como para que yo te de---

—Estuve aquí contigo, por que no quería que estuvieses así de triste como te encontré, en este día tan especial. Además, ya está oscureciendo. Creo que deberíamos retirarnos los dos, ahora.

—No quiero.

Ino pareció serenar su estado de ánimo, ofrecía una todavía, más hermosa sonrisa.

—No debes de estar tan solo. Eso entristece a cualquiera y más a tus prójimos.

—¿En qué te perjudica a ti?

—Nunca me ha gustado ver a alguien tan triste. La tristeza se contagia y eso es horrible. Me gustaría que sonrieras tan sólo una vez y me iré —le dijo con una expresión amable y sincera.

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Que fácil sería. La embaucaría con sus expresiones de felicidad falsas y se contentaría con eso para irse. Al fin estaría solo… como siempre había estado.

Ese ligero pensamiento lo hizo dudar aún más todavía de hacerlo. ¿Qué tal si lo hacía y ella se iría para siempre de su lado? Ya no habría nadie más que le ofreciese dulces sonrisas, ni le hablara con tal amabilidad como ella.

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—¿Y si no lo hago?

—Me quedaría aquí contigo hasta que lo hagas.

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Él siguió pensativo y decidió quedarse ahí sentado. Ella al lado de él. Se perdería de su grandiosa fiesta sólo por él. Lo hizo sentir algo abochornado ese pensamiento. Pero otra ventisca arreció la pequeña colina, haciendo que sus largos cabellos oscuros cayeran aprehensivamente sobre sus ojos. La chica rubia también tembló por el helado viento. ¡Qué frío estaba haciendo! Necesitaban algún lugar más cálido o morirían de frío ahí.

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—Sasuke… quería pedirte algo.

—¿Qué?

—Quiero que vengas a la fiesta conmigo —pareció avergonzada ante la petición, pero siguió con ella—. Quiero decir, ¡que no dejaré que te congeles el trasero en la nieve!

—Está bien —limitó una sonrisa en su rostro y la tomó de la mano para ponerla de pie—. Pero tenemos que darnos prisa. Tu fiesta ya se habrá comenzado.

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Aún sorprendida por la respuesta del joven, se levantó con rapidez y se sacudió levemente las ropas invernales. El que Sasuke la hubiese tomado de la mano para ayudarla, fue algo terriblemente dulce para ella. Y así se lo hizo saber al apretar con mayor fuerza aquella grande y casi congelada mano masculina, transmitiendo todo el calor que poseía su mano enguantada.

Vio como el rostro de él se adornaba con una cálida sonrisa que la hizo enrojecer aún más que por el frío. Y es que ya era una verdadera sonrisa. Ya tenía la calidez y dulzura de una, provocada por la alegría. Y eso, fue más que suficiente para hacerla feliz.

Al parecer, pondría en práctica lo que le había dicho Ino: «Crear una nueva historia». Y ella, sería el primer personaje. El personaje que lo ayudó a cambiar en el rumbo de su historia. ¿Qué hubiese pasado si ella no le hubiese encontrado?

No quería saberlo.

Sólo quería disfrutar de su primera y dulce navidad.

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Fin


N/A:

Espero que haya sido de su total agrado este one-shot navideño. Se me ocurrió cuando no tenía ni una pizca de sueño, ¿Lo que es la gente con insomnio, eh? xD

Sólo quiero desearles:

¡Feliz Navidad!