Bueno esta es mi primera fanfiction, la verdad es que no sé cómo saldrá… Espero que os guste. La historia empieza siendo muy trágica pero ya veréis qué va pasando

CAPÍTULO 1

La vida de Elena Gilbert había dado un giro enorme desde hacia tan solo un año, cuando murieron sus padres y su querido hermano, Jeremy. Desde entonces todo se había torcido, había tenido que conseguir un empleo y trabajar al mismo tiempo que estudiar para poder acabar el instituto y vivir bien. Ningún familiar suyo había querido hacerse cargo de ella y como tenía 17 años nadie querría adoptarla así que consiguió un empleo y se buscó la vida por difícil que fuera.

No había noche que no llorará por sentirse la chica más miserable y más sola de todo el mundo, pero de día tenía que sonreír, sabía que tenía que hacerlo. Sus amigos eran los únicos que día a día hacían que todo el peso con el que cargaba Elena se esfumara, aunque fuera por tan solo unos minutos. Cada día agradecía a Dios tener a gente como Caroline, Meredith, Kol y Elijah a su lado.

Elena trabajaba de camarera en el bar más conocido de Mystic Falls, el Grill. Allí cada mes cobraba lo suficiente para mantenerse.

Al principio se le hizo muy duro tener que levantarse cada día en una casa enorme, dónde ya solo quedaba ella… Tener que ver cada día el mismo sillón dónde siempre fumaba su padre, o la nevera, que estaba llena de dibujos de cuando Jeremy y ella eran críos. Se sentía tan culpable por no haber podido decirles un 'te quiero' el día de accidente. Ella pensaba, o quería pensar, que estuvieran dónde estuvieran siempre estarían con ella, apoyándola y queriéndola.

Pero pensando en temas más felices, ¡hoy empezaban las vacaciones! Elena y sus amigos estaban eufóricos, por fin acababan el instituto y por fin podrían ser libres hasta septiembre, que entonces empezarían la universidad, pero esta ya es otra historia.

- ¡ELENA VENGA SAL! – Gritó Caroline desde la puerta.

- Ay Caroline, qué ya voy. – Se quejó ésta saliendo a la calle dispuesta a ir a la playa con sus amigos.

- Por fin. – Dijeron los chicos.

- Eh, que tampoco he tardado tanto…

- Bueno, venga subid. – Dijo Elijah, que era el que conducía.

- ¡Las chicas a detrás! – Rió Kol sentándose rápidamente al lado de Elijah.

- Qué infantil que eres Kol, enserio. – Se quejó Meredith subiendo a la parte de atrás.

- Sí, sí… Pero ahora yo decido que música pongo.

- ¡NO! – Gritaron todos.

Y ahí empezó una discusión sobre qué música iban a poner que a los 5 minutos terminó.

La playa estaba un poquito lejos de Mystic Falls pero llegaron lo más temprano posible para así encontrar buen sitio y quedarse hasta bien tarde. En una hora y media más o menos ya habían llegado.

- Car, Mer. – Dijo Elena con dulzura.

- Un minuto más… - Dijeron éstas al unísono.

- Venga que ya hemos llegado. – Rió ella por su comportamiento.

Y entonces se levantaron de golpe y Caroline gritó y todos se pusieron a reír.

- Eres tonta. – Dijo Kol aún riendo.

- Venga vamos a coger sitio o algo. – Dijo Elijah con una sonrisa.

Salieron todos del coche y rápidamente se instalaron a la playa dispuestos a empezar el verano de la mejor manera posible.

Pasaron un día estupendo pero que para ellos fue demasiado corto. Aunque todos se lo pasaron muy bien, Meredith se quemó la espalda pero eso en un par de días ya se le curaría.

Cuando Elena entró en su casa se fue a la ducha dispuesta a quedarse allí una hora, luego comer algo y después irse a trabajar al Grill. Siempre era la misma rutina. De día todo era estupendo pero por la noche todo se complicaba, estaba harta de tener que trabajar.

Cuando tenía 13 años nunca jamás hubiera dicho que su vida se llegaría a complicar tanto cuatro años más tarde. Pero no quería pensar en el pasado, no quería pensar en lo feliz que había sido y en lo infeliz que se había convertido. Pero era inevitable.

Ella siempre pensó que cuando fuese mayor se enamoraría, le sobraría el dinero, tendría muchos amigos y sobretodo tendría a su querida familia a su lado. Pero la vida real no es de color rosa, y de eso Elena ya se había dado cuenta. Así que cuando sus padres y su hermano murieron dejó a Matt, su antiguo novio, un chico del que ella nunca había estado enamorada. También dejó a muchos amigos suyos y desgraciadamente también dejó de ser aquella chica la cual sonreía por todo.

Aquella noche el Grill estaba a tope de gente, se notaba que habían empezado las vacaciones, pensó Elena.

Solamente entrar se dio cuenta de que la esperaba una noche muy larga.

Cuando ya llevaba unos 45 minutos trabajando su compañera Sage, la cual nunca le había caído demasiado bien, le habló.

- Mira – Dijo señalando con la mirada hacía la puerta para que Elena mirase allí, dónde estaban entrado dos chicos guapísimos, para qué mentir. – Son hermanos y hoy han venido a vivir aquí, dicen por ahí que tienen mucho dinero y que se han mudado a la mansión Salvatore que era de unos antepasados suyos o algo así. No están nada mal, eh? – Acabó Sage viendo a su compañera casi babeando.

- Eh, bueno… No, no están nada mal. – Sonrió Elena diciendo la absoluta verdad. Pero ella se había quedado embobada mirando al moreno de ojos azules, era el chico más guapo que había visto en su vida. Pero sabía que él nunca se fijaría en alguien como ella así que siguió atendiendo a más clientes.

Para su sorpresa los dos hermanos se sentaron en la barra, pero su compañera Sage, fue rápidamente hacía ellos para atenderlos. O más bien para ligar, pensó Elena.

Enseguida Elena se dio cuenta de que se había vuelto a quedar embobada mirando al chico de ojos azules y se ruborizó segundos después que él la pillará y esta vez se fue avergonzada a recoger mesas.

1 hora más tarde ya no había vuelto a ver a ese chico que parecía tan misterioso y a su hermano, lo que en parte la alegraba porque si estaba cerca de ella no podía trabajar tranquila. Suponía que estaría bailando o que ya se habría marchado.

Elena le dijo a Sage que la cubriese que tenía que ir al baño, y así lo hizo pero lo que se encontró ahí no era exactamente lo que esperaba. Antes de entrar al baño vio salir del baño de hombres a una chica atándose la blusa y 5 segundos después a ese chico haciendo lo mismo con el cinturón.

Dios, ese tío era un completo guarro y aquella chica tampoco se quedaba corta, pensó Elena.

El moreno de ojos azules cuando vio a Elena hizo una sonrisa torcida, la cual hizo que Elena se ruborizase de nuevo.

- ¿Qué pasa, tú también quieres? – Dijo el joven riendo viendo como Elena lo miraba.

En ese instante Elena se dio una hostia mental. Le había vuelto a pasar lo mismo. Se había quedado embobada otra vez. Estaba muerta de vergüenza. Solo se le ocurrió dar media vuelta y salir pitando de nuevo a ponerse a trabajar.

- ¿Ya has vuelto? – Le preguntó Sage extrañada.

- Eh, sí… Había mucha cola, esperaré un rato. – Sonrió Elena para que no le diera más importancia.

Aquella noche se le hizo larguísima a Elena pero por fin a las 2 AM pudo cerrar el Grill. Su compañera Sage se había ido una hora antes ya que decía que no se encontraba demasiado bien así que Elena se quedó barriendo sola y muerta de sueño.

Cuando salió cerró la puerta con llave y se aseguró de que todo estuviera bien y cuando lo hizo oyó un botella romperse y luego a un chico maldecir algo. Tenía mucho miedo y para su desgracia aquel día no había cogido el coche… Sin darse la vuelta para no ver a ese chico que parecía estar muy borracho, Elena camino rápido hacía su casa.

Pero a medio camino se dio la vuelta porque notaba que alguien la seguía y realmente se sorprendió al ver a ese chico otra vez.

- ¿Quieres algo? – Dijo molesta.

- Eh… No…Voy a mi casa. – Dijo el moreno cómo pudo.

- Ya, claro. – Dijo ésta dándose la vuelta de nuevo para empezar a caminar aún más deprisa.

- Eh, ¡espera! – Gritó el chico.

- ¿Qué?

- Es que creo que me he perdido. – Le dijo cogiéndose a un árbol para no caerse. – Soy…nuevo.

- Pues lo siento, yo no puedo hacer nada. - Le respondió Elena que estaba muerta de sueño.

Entonces el chico empezó a caminar hacia ella pero se cayó al suelo y Elena empezó a reírse.

- Eh..no te rías..tanto y ayúdame…

El chico a esas alturas le pareció inofensivo a Elena así que lo ayudo y se lo llevo a su casa para que tomase un café y se le pasase la borrachera.

- Qué dolor de cabeza… - Dijo el chico tocándose la cabeza.

- No me extraña, con lo que has bebido. – Le dijo Elena.

- ¿Haces esto con todos? – Preguntó él con una sonrisa torcida.

- ¿El qué? – Dijo Elena poniéndose nerviosa por la sonrisa que hacía.

- Acoger borrachos en casa. – Le aclaró el moreno.

- No, pero es que tú dabas demasiada pena. – Rió sarcásticamente Elena.

- ¿Y no se enfadaran tus padres si te ven conmigo? – Volvió a preguntar con esa sonrisa.

- Eh… Lo dudo. – Elena hizo una mueca triste. Nunca nadie le había vuelto hablar de sus padres así, y la verdad es que dolía mucho. Pero quiso cambiar de tema. – Venga vete ya, quiero ir a dormir.

- Veras, es que he venido en el coche de mi hermano y bueno nos acabamos de mudar. Y la verdad es que no tengo ni jodida idea de dónde está mi casa.

- ¿Y dónde está tu hermano? – Se extraño Elena.

- Me dijo que se iba con una camarera o algo así… Y sabes a qué. – Sonrió él de esa forma.

- Sage… - Dijo Elena enfadada. Y al ver cómo la miraba el chico sonrió. - ¿Al menos sabrás la dirección de tu casa o algo, no?

- Eh sí, es una mansión que está a las afueras del puedo. Supongo que la conocerás, es la mansión Salvatore.

- Ah vale… Ya sé. – Dijo Elena mientras iba a buscar las llaves de su coche.

- ¿Me vas a llevar? – Preguntó el chico.

Elena lo miró extrañada, ¿no era obvio?

- Quiero decir no sabes ni mi nombre, ni si lo que te he dicho es verdad… A lo mejor soy un ladrón o un secuestrador. – Y al ver cómo lo miró Elena, rió y se excusó. – Era broma, soy Damon Salvatore, encantado. – Sonrió.

- Yo Elena Gilbert. – Sonrió la chica también.

Los dos jóvenes fueron al garaje y subieron al coche de Elena y la chica lo llevo a su casa.

- Pues ya está, es esta tu casa, no? – Preguntó Elena aún sabiendo que no se equivocaba.

- Sí, gracias Elena. – Damon le giñó un ojo y bajó del coche. – Hasta mañana.

Espera… ¿Cómo que hasta mañana, es que habría un mañana? Sí seguro que cuando se despertase no se acordaría de nada, pensó Elena.

En fin, cuando volvió a casa lo primero que hizo Elena fue sin duda irse a dormir. Había sido un día totalmente agotador y lo único que quería era dormir.

Lo que ella aún no sabía es que este verano cambiaría su vida por completo, le esperaba un verano muy movidito.

Bueno pues hasta aquí el primer capítulo, espero de corazón que os haya gustado y si es así por favor no dudéis en hacer reviews o darle a fav o lo que sea. Eso es lo que me anima a seguir escribiendo! Un besazo.