Libre.

Los personajes del universo de Inuyasha no me pertenecen, solo a su autora Rumiko Takahashi, yo solo escribo por entretenimiento y sin fines de lucro.

Este fic participa en el "Mini-Reto del mes de Marzo: Drabbles" del foro de InuYasha: Hazme El Amor.


Siento mi pecho desagarrado, dolor, mi cuerpo duele, mi carne sangra y mi alma… ¿Mi alma? ¿Acaso los demonios tienen alma? Lo dudo, aunque al menos hoy solo por un instante tengo un corazón, mi corazón por fin es mío… solo mío. Al fin soy libre, puedo ir a donde me plazca, puedo huir de todo el mal que me acecha, puedo huir como el viento y nunca volver, soy libre para decidir, soy libre para vivir. Por primera vez mi vida me pertenece y sin embargo se escapa lentamente. La herida, causada por mi creador y verdugo, no sana. Es tal la cantidad de veneno en mi ahora frágil cuerpo, me he resignado a mi cruel destino. He de perecer aquí, en medio de este hermoso campo de flores… Sola, siempre he estado sola.

Y en el ocaso de mi efímera vida te veo frente a mí. Tú, hermoso demonio de piel blanca, lord del oeste, estas frente a mí y aun teniéndote aquí sé que no lo haces por mí. Esperabas verlo a él, enfrentarlo y acabarlo. Lamento desilusionarte, él no está aquí, es solo su pútrido olor impregnado en mí que te ha atraído a este lugar.

Mi corazón duele, duele más ahora que te veo aquí que cuando creí estar sola, solo vienes a torturarme. Tus finos labios se abren para decirme que sabias que era yo, has reconocido mi olor por sobre el de mi verdugo. No puedo explicar lo que siento ahora, mi corazón late desbocado, esta agitado, hinchado de felicidad, no puedo creer que sea yo y solo yo el motivo de tu visita a mi lecho de muerte. Acaso, solo acaso ¿Significo algo para ti?

Y ahora me doy cuenta, mi corazón nunca me perteneció, mi vida tampoco. Incluso cuando Naraku se proclamó el dueño y señor de mi vida, no fue más que una ilusión. Desde que te conocí mi vida, mi corazón solo han sido tuyos, pudo haber estado en manos de un semidemonio pero siempre perteneció al demonio más puro y fuerte, al Lord del Oeste. Desde el primer instante que te vi, te entregue lo que significa mi existencia y mi corta vida solo fue tuya, pensar en que siempre anhele ser libre… cuando en realidad estaba encadenada a ti, por un instante siento que este amor que te profeso me da la oportunidad de tener un alma que sea rescatada.

— ¿Te vas?

—Sí, Ya es suficiente…

Pude verte, por última vez… no morí sola, tú estás aquí y me doy cuenta: Nunca he estado sola, siempre he estado en compañía de ti, aunque no me diese cuenta, aunque no lo supieras, mis pensamientos siempre fueron para ti.

¿Nos veremos en un futuro? Con toda mi existencia espero que sí y en un suspiro, sin palabras, como un suave viento estaré a tu lado, hasta que sea el momento de volver a encontrarnos.

Porque yo soy el viento, libre como el viento… y así te acompañare Sesshomaru.